Ruta por el Oeste de Canada (I)
A lo largo de este viaje conocimos algunos de los parques nacionales del oeste de Canadá, donde se encuentran algunos de los mayores tesoros naturales de América del Norte. Un viaje por un entorno natural casi salvaje, con apenas población y una sensación indescriptible de visitar zonas de naturaleza virgen totalmente solitarias. Hoy publicamos la primera parte del viaje que nos llevó desde la isla de Vancouver hasta el parque nacional de Jasper. La segunda parte se puede leer aquí.
Para empezar el viaje tuvimos que hacer un larguísimo vuelo hasta Vancouver, con escalas en Frankfurt y Toronto. De Vancouver ya hablaremos en otro artículo. En este nos centraremos en las atracciones naturales del Oeste, que son muchas.
DÍA 1:
Nos dirigimos a la isla de Vancouver en ferry. El ferry es muy cómodo y desde la cubierta vas viendo las islas que hay en el brazo de mar que separa la isla del continente. Llegamos a Swartz Bay y de allí seguimos hasta Victoria, la principal ciudad de la isla. Visitamos esta pequeña pero coqueta ciudad, con un puerto muy interesante, los magníficos Parliament Buildings, el parque Thunderbird con sus coloridos tótems y algunas atracciones interesantes más. Lo que más nos gustó fue la zona del puerto, muy coqueta, con unos barquitos tipo taxi que eran realmente pintorescos. Además desde la zona del puerto se pueden ver los edificios del Parlamento, estilo Capitolio. Otro monumental edificio cierra otro de los lados del pequeño puerto. En la calle Johnson, alejándonos un poco del lago, vimos un curioso puente levadizo con estructura metálica que daba acceso a la zona Oeste de Victoria.
También llegamos hasta el Chinatown de Victoria, mucho más pequeño que el de Vancouver pero con una imponente puerta de entrada y muy cercano a la plaza en la que se situaba el ayuntamiento de la ciudad. Dimos un par de vueltas y pasamos por un centro comercial muy bonito con una serie de terrazas al aire libre. Es el Market Square. Tras la visita a la capital de la isla nos dirigimos con el coche a explorar las maravillas naturales que nos ofrece la isla de Vancouver.
Y así nos dirigimos al primer Gran Parque Nacional que visitamos en este viaje: Pacific Rim. Es un espectacular parque costero que da al Pacífico y ofrece unos paisajes costeros realmente salvajes y vírgenes. Para llegar seguimos la costa sur de la isla haciendo alguna que otra parada pues la carretera discurre muy cercana a la costa y pasa por parajes realmente maravillosos. Paramos por ejemplo en el faro de Sheringham o en la playa de piedras de Sombrio Beach, dos de los muchos lugares que merecen una parada para un pequeño paseo y una foto.
Llegamos finalmente hasta Port Renfrew ya en el interior del parque. Allí empezamos a ver unos paisajes costeros excepcionales, con los bosques cayendo hasta la propia costa y parajes de una belleza sin igual. Las playas son maravillosas, con los enormes bosques cayendo hasta la arena e infinidad de troncos acumulados en la arena y en los numerosos salientes rocosos.
Hicimos una pequeña parte del West Coast Trail, una larguísima y espectacular ruta de senderismo por la costa que requiere de varios días para completarse, pero no disponíamos de tanto tiempo. Para comenzar la ruta tuvimos que cruzar en un viaje corto de ferry hasta el otro lado del río y anduvimos por la costa un tramo del sendero. Es un paisaje precioso y te da la sensación de que estás en un paraje muy muy remoto. Tras caminar un rato regresamos y seguimos la carretera hasta Lake Cowichan para alojarnos ya que en Port Renfrew no hay muchas opciones de alojamiento, pues se trata de un asentamiento con los servicios básicos y muy poco equipado.
DÍA 2:
Al día siguiente salimos de Cowichan hacia Chemainus, un pequeño pueblo donde destacan algunos murales de considerables dimensiones en los propios edificios. Para llegar a la otra sección del parque hay que dar un espectacular rodeo por la isla. Paramos a desayunar en una cafetería muy típica y pintoresca y dimos un par de vueltas para ver los diferentes murales. Seguimos la carretera pasando por algún mirador y haciendo alguna parada y tras pasar por el lago Sproat y el lago Kennedy, donde paramos en una zona de playas bastante pintorescas, llegamos finalmente a la cota. Y así llegamos a otro sector del parque, en la zona de Ucluelet. Este pueblo es bastante interesante, más grande que los de la zona y para llegar a él se pasa por zonas de costa bastante pintorescas con muchos islotes junto a la costa. Llegamos al faro de Amphitrite Point, una preciosa zona en una punta rocosa con vistas maravillosas hacia el océano. En los alrededores caminamos hasta un mirador con vistas hacia unos preciosos islotes.
Esta zona del parque es más sencilla de visitar ya que hay una carretera que discurre paralela a la costa hasta Tofino. Primero paramos en una preciosa playa cercana a Ucluelet a donde bajamos por unas escaleras hasta la arena. La siguiente playa, la playa de Long Beach es una impresionante y salvaje extensión de arena, donde pudimos encontrar numerosos troncos arrastrados por el mar, algas y medusas de tamaños descomunales. A media playa encontramos unos islotes rocosos preciosos, y al final de la playa lo mismo. Hicimos un par de pequeñas rutas de senderismo por la playa y los alrededores – hay unos bosques espectaculares a pie de playa - y también hasta varios miradores con bonitas panorámicas. El centro de información en la playa de Wickaninnish está situado en la propia playa en un edificio muy pintoresco. Allí pudimos ver una bonita exposición y el propio edificio en la playa es una estampa espectacular y muy icónica delo que es el parque. En los tramos de playa por los que paseamos vimos zonas rocosas, islotes y algunas calas maravillosas.
Uno de los tramos que más nos gustó fue el de Schooners Beach, con el característico paisaje de Pacific Rim. Subimos a Radar Hill, una montaña cercana a la costa, pero las vistas estaban muy obstruidas por la vegetación, por lo que poco pudimos ver en dirección a la costa. Y así llegamos a la Chesterman Beach, una preciosa playa en forma de doble bahía con unos islotes rocosos en el centro. La Sunset Beach y la Tonquin Beach completaron nuestros paseos por la zona de costa de Pacific Rim. Y así llegamos a Tofino, donde nos alojaríamos esa noche. Tofino es un pueblo no demasiado grande pero con cierta infraestructura turística. Allí paseamos por la zona de los muelles con preciosas vistas a los islotes y a las montañas del norte de la isla de Vancouver y los islotes que dan al interior de la isla. Es una zona realmente preciosa. Aprovechamos para informarnos sobre los cruceros de avistamiento de ballenas disponibles y así decidimos el día siguiente tomar el primero de los mismos.
DíA 3:
Tras desayunar en el hotel nos dirigimos a los muelles para tomar el primer crucero y la verdad es que lo disfrutamos mucho. A bordo de una zodiac tuvimos la suerte de ver varias ballenas, focas, leones marinos y algunos parajes costeros espectaculares, como una cascada que caía directamente al mar. Una experiencia impresionante. Aunque no pudimos sacar fotografías porque en la zodiac acababas empapado y no era muy aconsejable llevar la cámara. Tras terminar el crucero nos dirigimos a Nanaimo, desde donde regresamos al continente nuevamente en ferry. El paseo en barco fue muy agradable, aunque a diferencia de la ida no encontramos muchas islas. Sin embargo los paisajes montañosos del estrecho de la isla de Vancouver son realmente preciosos.
Desembarcamos en Horseshoe Bay y seguimos una de las carreteras más bonitas de Canadá, la Sea to Sky Highway rumbo a Whistler, la estación de esquí donde se celebraron unos juegos olímpicos de invierno. La carretera es espectacular pues discurre por la costa y pasa por paisajes maravillosos. Nuestra primera parada fue Porteau Cove, una preciosa playa de piedras con espectaculares vistas del estrecho de Howe y las montañas detrás. Después paramos en Britannia Beach donde aparte del paisaje se conservan unas instalaciones mineras con mucho carácter y donde además hay un museo dela minería que no visitamos por falta de tiempo. El museo alberga el Mill 3, también llamado el concentrador, una instalación muy interesante. Este edificio de 20 pisos, un concentrador alimentado por gravedad para el procesamiento del mineral, es un sitio histórico nacional de Canadá y es espectacular. Pero aunque no visitamos por dentro el museo simplemente la zona, con sus vistas y el azul esmeralda del mar ya merecieron la pena. De hecho aquí se han rodado películas y series como Expediente X.
Poco después paramos en las cascadas de Shannon, una preciosa caída de agua. Un corto sendero nos llevó la base delas cascadas, donde el agua cae desde más de 330 metros por encima. Es una cascada espectacular en una zona de bosque preciosa y protegida por unas imponentes moles de granito, los picos del parque Stawamus Chief. Dejamos las cascadas y paramos poco después en el teleférico Sea to Sky Gondola, que es la gran atracción del parque provincial de Stawamus Chief.
Tomamos el teleférico que nos llevó a un punto con fantásticas vistas a la mole rocosa del Chief y al parque. Dimos unos cortos paseos por la cima y disfrutamos de las fantásticas vistas de los diferentes miradores habilitados. La estación superior es punto de partida de diferentes rutas de senderismo, que nos hubiese gustado realizar, pero andábamos cortos de tiempo. El trayecto de 10 minutos hasta la cima te lleva a 885m sobre el nivel del mar, donde las vistas hacia el estrecho de Howe y las montañas costeras dan la bienvenida desde todas las direcciones. En la parte superior, hay tres principales plataformas de visualización: la Summit Lodge orientada hacia el suroeste, la espectacular Chief Overlook con vistas a la parte trasera del Chief y The Spirit Viewing Platform que incluye información interpretativa sobre el paisaje circundante. Además el icónico Puente colgante Sky Pilot Suspension Bridge conecta el Spirit Trail/Spirit Viewing Platform con el mirador de la Summit Lodge. Este impresionante puente tiene aproximadamente 100 metros de largo y tiene una caída de cientos de metros. Un lugar espectacular.
Tras bajar del teleférico seguimos la carretera que abandona la costa y se adentra en las montañas. Tras kilómetros de zonas de bosques llegamos al parque provincial de Garibaldi. Nuestra primera parada fue la cascada de Brandywine. Está muy cerquita de la carretera y un sendero nos llevó al mirador. Es una cascada de postal. La caída de agua es perfecta en una especie de cráter circular rodeada de un espeso bosque. Es mucho más pequeña que la Shannon pero mucho más bonita. Tras ver la cascada un sendero que se adentra algo más en el bosque nos lleva hasta un precioso mirador desde donde se ve el vale por el que acabamos de conducir, con el lago Daisy, las montañas… una vista idílica.
Un poco más adelante en la carretera tomamos un desvío a Bungee Bridge. Es una carretera de tierra pero por la que se puede ir bien con un coche normal. Se llega a un puente metálico a unos 30 metros sobre el río Cheamakus. Unas escaleras nos llevan hasta la parte superior desde donde las vistas sobre el río la garganta, el bosque y las montañas son preciosas. Un cercano mirador nos ofrece una bonita perspectiva del puente. En medio del puente hay como una zona cubierta que se asemeja a una pequeña cabaña, lo que da más encanto al puente. Y ya sin tiempo para más nos dirigimos a Whistler, que fue sede de los juegos olímpicos de invierno de 2010. Es una estación de esquí pero con uno edificios preciosos y con mucho encanto, así que paseamos por allí y cenamos algo.
DÍA 4:
En Whistler lo primero que hicimos fue subir en telesilla hasta la estación de esquí para disfrutar de unas maravillosas vistas. Se sube en un teleférico y luego en un telesilla hasta la cima de la montaña con vistas al Blackcomb Glacier, donde había bastante nieve. Las vistas de Whistler, las montañas y los lagos son realmente espectaculares. La bajada la hicimos andando hasta el teleférico para apreciar mejor el paisaje y así pasear un poco. Ya de vuelta en el pueblo aprovechamos para sacar alguna foto de día y deshicimos el camino por la carretera un poco hasta llegar a la cascada de Alexander Falls. Son unas preciosas cascadas cerca de la villa Olímpica. Hay un mirador desde el que la vista es preciosa y se puede llegar hasta aquí en coche a través de una carretera. Desde allí seguimos por una carretera de tierra no en demasiado buen estado hasta el lago de Madeley en un precioso paraje boscoso. También es posible llegar hasta el lago Callaghan en coche pero en Whistler no nos lo habían aconsejado si no teníamos un 4x4. Así que llegamos hasta este, el Madeley y disfrutamos de un precioso paisaje de lago de montaña.
Volvimos a la carretera principal y seguimos hacia el Norte de Whistler, pasando por el pintoresco Green Lake, cuyo nombre hace justicia al precio color verdusco de sus aguas. Allí pudimos ver un hidroavión en un pequeño muelle. Una imagen muy pintoresca. Y avanzando por la carretera llegamos al parque provincial de Nairn Falls. Un sendero de un kilómetro conduce desde el aparcamiento a esta curiosa cascada, que en realidad es una sucesión de pequeñas cascadas que se van internando por las cavidades rocosas que forma el río. Hay una plataforma elevada que te permite ver todo desde arriba. El lugar es precioso no solo por las cascadas sino también por el paisaje, los bosques, las rocas…
Según conducimos al norte, el paisaje va poco a poco cambiando y entramos en una zona menos montañosa y con más prados. Las poblaciones están muy dispersas. Y fue en esta carretera donde nos encontramos con el primer oso del viaje. Estaba sentado en el arcén de la carretera y cuando paramos para verlo mejor enseguida se puso en marcha y se esfumó entre la vegetación. El paisaje es precioso y pasamos por el bonito Lillooet Lake, con unas zonas de arena muy bonitas en una de sus orillas. La carretera asciende para dejarlo atrás y entramos de nuevo en una zona más montañosa. Paramos para ver el Lower Joffre Lake, un precioso lago de montaña muy cerca de la carretera. Desde aquí parte una excursión a los lagos superiores de Joffre pero no teníamos tiempo. Seguimos hasta el Duffey Lake con la carretera por su orilla e hicimos varias paradas para disfrutar de las vistas del lago. En la parte final del mismo cientos de troncos se encontraban en la superficie del mismo apelotonados en el punto en el que el lago se pierde en el río.
Continuamos por un largo valle hasta el Seton Lake, un alargado y pintoresco lago encajado entre montañas que pudimos observar tranquilamente desde un mirador en la carretera antes de llegar a Lillooet. Además el ferrocarril discurre por la otra orilla de lago, una de las imágenes típicas de las Rocosas. Y precisamente pasando Lillooet el paisaje se hace más árido y los espesos bosques van dando paso a laderas más despobladas y secas mientras avanzamos siguiendo el río Fraser y un bonito cañón y llegamos a otro lago, el Pavilion. Hicimos una parada en el Crown Lake, un pequeño lago muy bonito rodeado de bosque. Pasamos por algún pequeño pueblo y vimos alguna construcción aislada que nos hizo recordar al salvaje oeste. Siguiendo hacia el norte seguimos hasta 100 Mile House, nuestro destino de esta noche para dirigirnos hacia los parques nacionales al día siguiente. Se trata de un pequeño pueblo con los servicios básicos y algún que otro motel, pues es zona de paso hacia el norte.
DíA 5:
Madrugamos y desde 100 Mile House nos dirigimos al parque Nacional de Jasper, a unas 4 horas en coche. Lo primero que visitamos de camino fue la zona del Monte Robson, el más alto de las Rocosas. Es una zona precios y allí hicimos dos rutas de senderismo más o menos cortas: Kinney Lake Trail y Overlander Falls Trail. Es una zona preciosa donde disfrutar de paisajes impresionantes.
Primero visitamos el lago Kinney. Desde el centro de visitantes una pista – se puede recorrer en bici – te lleva por el interior del bosque hasta el lago. El recorrido carece de dificultad aunque son unos 5 Km. La vista al llegar al lago con el monte Robson y otros picos con algo de nieve en sus cimas detrás es preciosa. Una vez en el lago continuamos algo más por la orilla norte hasta llegar al extremo del lago, donde hay una amplia llanura de piedras bastante bonita. Regresamos por el mismo camino por el que habíamos llegado aquí. Tras llegar al centro de visitantes de nuevo movimos el coche hasta el parking para llegar al sendero hacia las cascadas de Overlander Falls. Es un sendero muy cortito – de unos 600 metros – que nos lleva a un mirador sobre estas pequeñas cascadas que están rodeadas de un bonito paisaje fluvial.
Desde aquí continuamos el viaje y pasamos por el Moose Lake junto a la carretera y seguimos hasta nuestro destino: Jasper, el principal asentamiento del Parque nacional del mismo nombre. Aprovechamos lo que quedaba de día para ver algunos puntos cercanos. El primero fue Pyramid Lake, un bonito lago a los pies de la montaña Pyramid. La isla Pyramid se encuentra en el lago y cruzamos por un pequeño y pintoresco puente de madera. Allí vimos un pequeño refugio de madera abierto, un lugar muy fotogénico. Caminamos hasta el Pyramid Lake Lookout siguiendo un sendero a la cumbre desde el lago. Después una corta caminata nos llevó al mirador de Athabasca descendiendo ligeramente cerca de la cresta. Son dos grandes miradores con bonitas vistas y ambos son de fácil acceso.
Desde el final de la carretera del Lago Pirámide seguimos la carretera forestal de 7 km hasta la intersección con la pista de montaña de Mt. Pyramid y giramos a la derecha. El camino lleva a un antiguo mirador. El mirador, en lo alto de los acantilados de la empalizada, ofrece vistas impresionantes del valle del río Athabasca. Después de disfrutar de las vistas desde el mirador subimos hasta el gran montículo de piedras en la cresta hacia el oeste. Desde el mojón siguiendo por el monte llegamos a una zona con vistas hacia la Cordillera de Victoria Cross.
Como último objetivo de este día visitamos el Five Lakes Valley, un bonito valle con unos preciosos lagos, con diferentes tonalidades de agua. Optamos por la ruta corta ya que no andábamos muy bien de tiempo y para ello accedimos no desde el comienzo oficial de la ruta sino desde la Icefields Parkway, la espectacular carretera que recorre el parque y lo une con Banff. Tras pasar un anodino tramo de bosque llegamos a la zona delos lagos. Mientras que el primero es el lago más largo de la cadena, es también el más difícil para obtener una buena vista. El segundo es el lago más pequeño y realmente es como un estanque. En el tercero el agua es muy clara. Entre el Tercero y Cuarto lago hay una punta de tierra muy bonita. El cuarto lago es encantador, pero el Quinto Lago es aún más. Sus aguas verdes se extienden desde una bahía oculta. Hicimos la ruta un poco a la carrera para que no se nos hiciese de noche y volvimos al coche ya anocheciendo. Desde allí regresamos a Jasper y dimos un paseo por el pintoresco pueblo y aprovechamos para cenar en un coqueto restaurante tras un agotador día.
DÍA 6:
Este día lo dedicamos a explorar los principales atractivos del parque en el sector más cercano al propio pueblo de Jasper. Lo primero que hicimos fue subir al Monte Whistlers en teleférico, muy cerca del pueblo. El Jasper Skytram es el teleférico más alto de Canadá. Sube a una altura de 2.277 metros y está a solo diez minutos en coche de Jasper. Durante un viaje de siete minutos acompañado por un guía llegamos a la estación superior. Desde allí las vistas ya son espectaculares pero mejoran todavía más si nos acercamos a la cima. La subida es muy sencilla y discurre por una zona de tierra y roca, pero las vistas desde arriba merecen la pena. La vista desde la cima sobre buena parte del parque con sus bosques y lagos es verdaderamente bonita. Hay zonas rocosas donde pudimos ver varias marmotas. Un soporte de cemento con un reloj de sol tiene marcas que apuntan a las diferentes montañas en la vista de 360 grados que rodea la cima.
Tras disfrutar del paisaje descendimos y nos dirigimos al valle del Maligne Canyon. A lo largo de la carretera que sigue por el valle hay varios miradores y aunque hay más cosas por ver lo primero que hicimos fue llegar al llegar al lago Maligne donde hicimos un viaje en barco para llegar hasta la icónica Spirit Island, un islote con unos pinos a la mitad de la longitud del lago con unos pocos pinos, que es una de las imágenes más evocadoras y conocidas de las Rocosas canadienses. El barco deja desembarcar en ese punto y poder sacar las fotos pertinentes antes de regresar hasta la orilla donde habíamos iniciado el viaje. Es un viaje algo largo pues hasta a Spirit Island hay algo más de 10 Km. Las vistas a lo largo del lago son espectaculares con las desnudas laderas de las montañas de fondo por encima de los frondosos bosques de pinos.
Tras el viaje en barco regresamos por la carretera y pasamos por el Medicine Lake, otro espectacular lago rodeado de preciosas montañas. Especialmente bonita es la vista que disfrutamos desde su orilla oeste, a donde puedes acceder directamente en coche. Maligne Canyon es uno de los cañones más profundos de los ríos que se encuentran en las Montañas Rocosas. La mayor parte del río corre por debajo de la tierra entre Medicine Lake y el río Athabasca. Recorrimos el sendero superior y sus 4 puentes nos ofrecieron magníficas vistas de las piscinas cristalinas junto con varias cascadas. El punto más profundo del cañón Maligne está a aproximadamente 55 m. En algunos lugares del cañón la apertura superior sólo es de 2 m de ancho. Comenzamos la interesante ruta en la parte inferior en el aparcamiento del sexto puente. Cuando se llega al quinto puente las paredes del cañón afiladas comienzan a tomar forma y el sendero está protegido con una barandilla de acero. En el resto de los puentes hay fantásticos miradores con vistas maravillosas. Por cierto que por esta zona vimos bastantes alces.
Finalmente hicimos un pequeño recorrido que nos permitió disfrutar de bonitas vistas: Old Fort Point, un corto paseo muy cerca de Jasper. Old Fort Point es una colina de roca que se eleva 130 m sobre el río. Seguimos el sendero circular sobre la cima para disfrutar de una excelente vista de Jasper y sus alrededores. Subimos por el sendero ancho habilitado hasta la cima aunque luego bajamos por unas escaleras que son más directas. Desde la parte superior hay espectaculares vistas como el Monte Edith Cavell, el monte Whistlers que habíamos visitado en teleférico, la ciudad de Jasper a través del río Athabasca , y diferentes lagos y montañas. Pese a no tener la amplitud delas vistas que habíamos disfrutado en el teleférico es un paseo realmente agradable y sencillo, una gozada para terminar el día, antes de dirigirnos a Jasper y cenar de nuevo en este paradisiaco enclave de montaña.
DÍA 7:
Al día siguiente continuamos viendo verdaderas maravillas naturales en el parque nacional de Jasper. Por la mañana nos dirigimos al monte Edith Cavell, donde un sendero muy agradable y nada complicado nos llevó al espectacular Angel Glacier y su lago, de un color verde esmeralda y con numerosos bloques de hielo flotando. Nos acercamos a lago a hacernos fotos con los bloques de hielo. El recorrido es precioso pero cuando desciendes hacia el lago con sus pequeños icebergs y el glaciar cayendo sobre el mismo la vista es realmente espectacular. Sin duda es uno de los lugares más bellos en el Parque Nacional de Jasper. Para caminar todavía más seguimos un sendero que se desvía del sencillo camino Path of the Glacier Loop y llegamos hasta los prados de Cavell para disfrutar de todavía más impresionantes vistas de montaña. El sendero es un gran recorrido circular de 8 kilómetros que hicimos en algo más de dos horas. Poco después de caminar en zigzag a través del bosque, los prados comenzar a abrirse y llegamos a grandes miradores del glaciar Angel y los prados. El sendero se abre camino a través de un campo de rocas. Las vistas desde la zona alta de la ruta son excelentes. Se puede ver Jasper Parkway, Mount Columbia hacia el sur y la enorme cara norte del monte Edith Cavell.
Tras regresar al aparcamiento volvimos a la carretera principal del parque a través de la carretera a Edith Cavell. Hay un par de bonitos miradores a lo largo de la carretera, como el Astoria Valley Viewpoint, a 4 km de la unión con la carretera principal. Seguimos la carretera principal del parque hasta las poderosas cascadas de Athabasca. Allí un circuito perfectamente señalizado y habilitado, al igual que en todos los principales puntos de interés del parque, permiten ver las cascadas desde diferentes perspectivas. El ancho total del río Athabasca se canaliza en un espacio de tres metros por encima del borde de las cataratas. Una isla rocosa que sobresale en el medio del río Athabasca en el borde de la caída del río divide la caída de las cataratas. El recorrido por las plataformas habilitadas permite ver los alrededores de las cascadas y diferentes canales que ha habilitado el agua al discurrir por la zona.
Como esta noche dormíamos también en Jasper nos dedicamos a visitar lugares de los alrededores y nos dirigimos a Miette Hot Springs, hacia el norte del pueblo. De camino nos desviamos por la Snaring Road, todo un acierto porque ganas algo de altura y llegamos a una zona donde pudimos subir a un montículo cercano a la carretera para disfrutar de las vistas sobre el curso del río Athabasca, que en esta zona se ensancha mucho y forma varios brazos por el valle en el que discurre. Es una preciosa imagen. Seguimos la carretera y nos desviamos hacia Miette. La carretera de unos 17 km es estrecha y muy pintoresca. Paramos en el mirador de Ashlar Ridge a mitad de camino. En la carretera vimos un par de osos internarse en la maleza según pasamos. Llegamos a Miette y decidimos relajarnos en las piscinas al aire libre con aguas termales. Son unas piscinas enormes y no había demasiada gente en pleno mes de Julio por lo que aprovechamos para descansar. Después volvimos a Jasper a pasar nuestra última noche.
Itinerario del viaje: