Escapada a Salamanca
Un destino fabuloso en cualquier época del año, Salamanca es una de las ciudades más bonitas de España. Y es que un casco antiguo tan delicadamente cuidado y además reconocido como Patrimonio dela Humanidad es difícil de encontrar en cualquier otra ciudad del país. Pasear por Salamanca con sus preciosos edificios de piedra color miel es una experiencia muy gratificante, que vale la pena saborear dejándonos llevar sin rumbo por la red de calles peatonales que componen el precioso casco histórico alrededor de la Plaza Mayor y la Catedral. La ciudad es un destino excepcional para una escapada de fin de semana, aunque si disponemos de más tiempo podremos profundizar más en sus diferentes atractivos y hacer alguna visita más. Os contamos el recorrido que seguimos en un fin de semana en el que hicimos algunas de las visitas más importantes.
Para nuestra escapada, nos alojamos en un hotel muy cerquita de la plaza Mayor, dentro del casco histórico. Aunque hay fabulosos hoteles fuera del casco estar dentro de la zona monumental da todavía un mayor encanto a la estancia. Salir del hotel y encontrarte directamente en el casco antiguo vale la pena.
DÍA 1:
Empezamos el día visitando la Plaza Mayor, uno de los iconos de la ciudad. Es sin duda una de las plazas más bonitas de España, por no decir la más bonita. La preciosa la decoración de las fachadas y de los portales en estilo castellano junto con la colección de elegantes cafeterías y restaurantes que albergan todas las arcadas, crean un conjunto perfecto, de una armonía sin igual. Al ser además Salamanca una ciudad universitaria, el trasiego de gente crea un fabuloso ambiente siempre presente en esta fabulosa plaza. En el centro de la cara norte de la plaza se levanta el edificio que alberga el Ayuntamiento de la ciudad, sobre el cual se levanta una espadaña con tres campanas y cuatro esculturas que representan la Industria, la Agricultura, la Música y la Poesía.
Dejamos la Plaza Mayor por su salida sur y accedimos a la plaza del Corrillo, una bonita plaza de forma triangular anexa a la Plaza Mayor. Uno de sus costados se encuentra porticado, de manera más modesta que la plaza Mayor, pero es un rincón sin duda muy pintoresco. Las columnas del pórtico están decoradas con relieves de dioses romanos que representan cada uno de los días de la semana. También hay allí una bonita iglesia, la de San Martín, con su portada románica. Una escultura dedicada al poeta Adares completa la decoración de la preciosa plaza. El templo se ha convertido en punto de información del Románico Atlántico. La iglesia ha sido restaurada y alberga diferentes exposiciones sobre la historia del propio templo. Se pueden ver varias capillas y lo que más destaca es una portada románica policromada, realmente bonita.
Nos dirigimos a la catedral pero de camino paramos en el Palacio dela Salina, sede de la Diputación Provincial. Es un palacio precioso con una fachada de estilo plateresco y grandes arcadas. Lo único que se puede visitar, gratuitamente además, es el precioso patio donde hay una galería sostenida por unos personajes esculpidos con un gran realismo. Muy cerca de allí llegamos a la Torre del Clavero, una torre defensiva que aunque en su base tiene planta cuadrada, su parte superior es octogonal, con pequeñas torrecillas en sus lados. No se puede visitar su interior así que nos conformamos con disfrutarla desde fuera. Desde allí seguimos nuestro recorrido hasta la Plaza de Anaya donde hay dos grandes monumentos: el palacio Anaya y sobre todo las Catedrales – son dos, la antigua y la nueva que se encuentran unidas -. El Palacio de Anaya es un precioso palacio sede de la Facultad de Filología y está justo enfrente de la Catedral Nueva. A pesar de ser sábado pudimos entrar – no sé si es habitual que esté abierto porque otras veces lo hemos visto cerrado – y disfrutar de su precioso patio con dos pisos de arcadas con doble galería de columnas, y el busto en bronce de Unamuno. Al lado del palacio está la Hospedería, lugar de alojamiento de los estudiantes pobres.
La Catedral Nueva, la más espectacular, está del lado opuesto de la plaza, junto a unos jardines muy concurridos habitualmente. Es de estilo gótico y entre todas las decoraciones dela fachada hay un astronauta, que cuesta un rato encontrar, pero es una de las curiosidades del edificio. Se encuentra en la Puerta de Ramos. La Catedral Vieja justo detrás es de estilo románico y también merece la pena visitarla, aunque hoy en día es un museo. La visita al complejo incluye la visita a la Catedral Nueva, a la Catedral Vieja, al Claustro y al Museo. Al entrar en el interior de la catedral nueva vimos numerosas capillas entre la que destaca la Capilla Mayor. Desde el muro sur de la Catedral Nueva llegamos a la Catedral Vieja, en estilo románico y gótico, y que alberga un precioso retablo mayor y varias antiguas capillas. Además una visita alternativa pero complementaria a la catedral es la visita a la exposición Ieronimus, a donde accedimos por la plaza Juan XXIII. Lo mejor de la exposición es recorrer sin duda algunos espacios dela catedral vieja que raras veces pueden ser visitados en una catedral. La estrella de la visita es el acceso a dos terrazas una de ellas sobre el techo de la llamada torre Mocha, y la otra, sobre el pórtico de entrada a la catedral Nueva. El conjunto nos brinda unas espectaculares vistas dela ciudad y un fabuloso recorrido por las alturas de la catedral. Las vistas del casco histórico de Salamanca son preciosas. Además en el recorrido vimos otras curiosas estancias como la Sala del Reloj, en la que estuvo el mecanismo del reloj y la Sala de las Campanas, el mirador más elevado de la ciudad. Y la vista hacia el interior de la catedral desde el techo desde una estancia por la que pasamos también nos encantó.
A la salida comimos un menú en uno de los muchos restaurantes de la zona vieja y sin perder tiempo nos fuimos a visitar otra de las joyas de la ciudad: la Universidad. El edificio principal de la universidad está en uno de los laterales del Patio de Escuelas donde también está el Hospital del Estudio. En el centro del Patio de Escuelas hay una preciosa estatua de Fray Luis de León. La fachada plateresca es espectacular por la belleza de la decoración y la abundancia de motivos, donde destaca el de la rana sobre la calavera. Dice la tradición que hay que encontrarla para aprobar tus exámenes. Al final es muy sencillo porque muchos turistas se suelen juntar aquí y la están fotografiando. Este rincón es uno de los que más nos gustó de Salamanca, especialmente cuando pasamos más tarde por aquí y pudimos disfrutarlo sin gente.
Aunque la entrada es bastante más cara que la de la catedral decidimos entrar porque esta universidad es una de las más antiguas y con más historia de Europa. Según entramos vemos que el edificio está compuesto por dos pisos en torno a un bonito patio. En las paredes del claustro están los vítores, figuras con los nombres de los doctorados por la Universidad. Pasamos por algunas delas salas como las aulas Miguel de Unamuno o Fray Luís de León. El Paraninfo es uno de los espacios más emblemáticos, donde se celebran los actos más solemnes de la Universidad. También pasamos por la Capilla Universitaria y subimos al primer piso por una extraordinaria escalera fabulosamente tallada. En el piso superior destaca la Biblioteca de la Universidad que solo se puede ver desde el cristal. Las estanterías, las mesas, las esculturas … todo es una maravilla. En conjunto la visita merece la pena ya que se pasa por algunas estancias realmente interesantes. Tras salir de la visita pudimos entrar a las Escuelas Menores, donde se pude ver el Cielo e Salamanca, un fabuloso fresco que se recuperó de la bóveda de la biblioteca de la universidad. El patio de las escuelas Menores es también bastante bonito y se puede ver un pequeño museo. Lo bueno es que la entrada es gratuita en este caso.
Pasando por la casa Museo de Unamuno bajamos hasta la orilla del Tormes, donde nos encontramos con el monumento al Lazarillo de Tormes. Vimos otra bonita iglesia, la de Santiago y accedimos al Puente Romano, otro de los grandes monumentos de la ciudad. Además según avanzas por el mismo la vista que vas dejando atrás de la zona vieja con sus casas y la catedral es preciosa. Las vistas desde la otra orilla del Tormes son las mejores, de hecho la imagen del puente con el casco histórico detrás es una de las más bonitas de Salamanca. Paseamos por la ribera del río y las zonas no inundadas para acercarnos más al puente y pudimos ver un viejo molino junto al agradable paseo. Las vistas desde esta zona son muy bonitas y hay innumerables rincones para sacar una buena foto. Seguimos caminando hasta el más moderno puente de Enrique Estevan, que también ofrece una preciosa vista del centro histórico. Retrocedimos por el agradable paseo y en lugar de volver por el Puente Romano lo hicimos por el de Sanchez Fabrés que no tiene tan buenas vistas pero nos dejó junto al Alcázar de Salamanca una antigua fortaleza sobre unas rocas que marca de nuevo la entrada al casco antiguo.
Desde allí volvimos al centro pasando por la preciosa iglesia de San Millán. Seguimos por la calle Mayor y aprovechamos para entrar en alguna tienda hasta llegar a la Plaza Mayor. Nos acercamos a ver la tienda de Zara en la calle Toro porque al día siguiente estaba cerrada. Y no es que nos entrase un repentino interés por la moda sino que esta tienda se encuentra en una antigua iglesia. Es espectacular, el interior conserva sus arcos, paredes…. Y desde las plantas superiores la vista es preciosa. Como ya era la hora de cenar y había oscurecido cenamos algo por allí mismo y nos dedicamos a dar después un paseo nocturno por algunas de las calles del casco antiguo. La verdad es que verlo de noche con la animación de un sábado y con las calles y sus edificios de piedra iluminados es una maravilla. Pasamos por la Cueva de Salamanca, una antigua cripta de una iglesia sobre la que había una proyección de luces creando un efecto mágico. Esto parece que solo ocurre los viernes y los sábados por la noche. Se trata de un lugar de leyendas en la ciudad de Salamanca y se encuentra ubicado en la parte más antigua de las murallas. Y tras el relajante paseo nos volvimos al hotel.
DÍA 2:
El segundo día lo comenzamos muy cerca dela Plaza Mayor, visitando el Palacio de Monterrey, un precioso palacio de la Casa de Alba con una fachada espectacular. Habíamos adquirido anteriormente entradas para la visita en la oficina de turismo. El recorrido de la visita empieza en el hall. Después subimos por unas escaleras adornadas con diferentes tapices y objetos decorativos hasta la segunda planta. Allí visitamos diferentes salones y estancias como el comedor, una de las más destacadas con su profusa decoración. El Salón Imperio, el Dormitorio del Rey, o uno de los baños, realmente pintoresco, son algunas otras de las estancias que pudimos ver durante el recorrido. La visita es guiada y necesitas adquirir las entradas previamente, pero merece la pena porque es un palacio realmente bonito. A la salida nos pasamos por la iglesia de la Purísima situada justo enfrente. El interior es precioso con diferentes pinturas en el retablo y los laterales.
Desde aquí nos fuimos a ver la Casa de las Conchas, también en las cercanías. Y es que el casco antiguo de Salamanca es muy compacto y todo pilla muy a mano. La Casa de las Conchas es una casa señorial realmente espectacular y que debe su nombre a las muchísimas conchas que adoran su fachada. Y si la fachada es espectacular no menos interesante es su patio interior. La entrada es gratuita. En el patio hay un pozo en la parte central y está rodeado por unas columnas muy elaboradas. Se puede subir al piso superior mediante una escalera y desde allí hay una vista preciosa de las Torres de la Clerecía. Y ese fue nuestro siguiente destino. Tras salir de la Casa de las Conchas nos dirigimos a la Clerecía – el Colegio Real de la Compañía de Jesús - . Lo primero que hicimos fue subir a las torres de la Clerecía. Son unas torres que forman parte del complejo de la Universidad Pontificia de Salamanca. Allí accedimos a una exposición y mediante una escalera conocida como Scala Coeli subimos a lo alto de las dos torres. Desde allí hay una vista espectacular de toda la ciudad, y diferente a la que obtuvimos desde la Catedral. Además estas torres se encuentran en la parte más elevada de la ciudad por lo que las vistas son realmente amplias y preciosas.
Nosotros adquirimos entradas conjuntas para visitar las Torres, la universidad Pontificia y la iglesia de la Clerecía. La iglesia es bastante bonita con un interior imponente y la universidad es interesante sobre todo por la carga histórica que tiene. La visita es guiada y nos llevó por diferentes estancias, sus grandiosos pasillos… La visita está bien aunque si vas justo de tiempo yo prescindiría de ella frente a otras de las que ya hemos comentado. Lo que sí considero ineludible es la subida a las torres de la Clerecía – se puede comprar entrada únicamente para eso -.
Tras salir de la universidad nos fuimos hacia el Convento de San Esteban. La fachada principal es preciosa y se sitúa en una bonita plaza. Aunque no teníamos claro si entrar o no como la entrada era bastante barata nos animamos, aunque simplemente el edificio por fuera es ya una maravilla en sí mismo. La visita comienza en el claustro, que es realmente bonito. La decoración de columnas y techo es realmente rica. Pasamos por la Sala Capitular y subimos por unas preciosas escaleras al piso superior donde paseamos por el claustro superior y vimos el Coro donde hay una fabulosa pintura en forma de media luna. Finalmente pasamos por la sacristía y visitamos la iglesia que es lo mejor del convento, con una decoración maravillosa en todas sus capillas.
Nos dirigimos de nuevo hacia el río y pasamos por la cueva de Salamanca que ya habíamos visto el día anterior iluminada por la noche. Muy cerca pudimos subir – gratis - a la torre del Marques de Villena, donde hay una bonita vista de la catedral. Se sube por una pasarela metálica habilitada hasta la parte superior y es un lugar con mucho encanto. Y callejeando por esta zona encontramos la entrada al Huerto de Calixto y Melibea. Es un pequeño jardín con vistas por estar en la misma muralla de la ciudad y también con una bonita vista hacia la propia catedral. Es un lugar medio escondido y con mucho encanto. Supuestamente fue en este lugar donde la Celestina organizó el encuentro de Calixto y Melibea en la famosa novela. De hecho en el huerto hay una estatua de la Celestina. Desde luego es uno de los mejores sitios desde donde apreciar las murallas.
Muy cerca de allí pasamos por la Casa Lis, con una preciosa fachada modernista. Es el museo de Art Decó, pero no entramos ya que tras una mañana repleta de visitas preferíamos dedicarnos a pasear. Encontramos uno delos rincones más bonitos de la ciudad, que habíamos pasado por alto el día anterior: el Patio Chico. Desde esta plazuela se puede ver el ábside de la Catedral Vieja, la Torre del Gallo y buena parte de la Catedral Nueva. Un conjunto armónico y maravilloso.
Comimos algo y nos dedicamos a pasear por la zona más al norte de la Plaza Mayor, una zona que no habíamos visto más que de noche. Es la zona más comercial y quizás donde se encuentran las calles más comerciales de la ciudad vieja como las calles Toro y Zamora. Estuvimos recorriendo las calles, paseando sin rumbo y fijándonos en muchos de los detalles que habíamos pasado por alto el día anterior. Como decíamos al principio pasear por la ciudad vieja es una maravilla. Y con esto terminamos la visita a Salamanca, poniendo punto y final a un fin de semana fabuloso.
Lugares de interés: