Costa espectacular en Cabo de Gata

Exploramos uno de los tramos más fascinantes  de la costa Andaluza y española, la perteneciente al cabo de Gata – Níjar. De hecho no nos ceñiremos a los límites estrictos del  parque y completaremos el viaje con algunas visitas a lugares de interés en los alrededores del parque. Y es que esta parte de la costa es realmente espectacular, un reducto de naturaleza salvaje y virgen en el Mediterráneo, una zona de origen volcánico y donde encontramos paisajes fascinantes como no se pueden ver en otra parte de Europa. Desde Mojácar hasta el mismo Cabo de Gata hay numerosos lugares que merece la pena explorar. Playas, calas, rutas de senderismo, paisajes volcánicos y algunas poblaciones que se encuentran entre las más bonitas de España.

De Mojácar a Carboneras

Empezamos nuestro recorrido visitando el precioso pueblo de Mojácar. Unos kilómetros alejado de la costa, sobre un promontorio y aún fuera de los límites del parque el racimo de casas blancas de Mojácar destacan sobre un precioso cerro rodeado de montañas cubiertas de verde. Dejamos el coche en la parte inferior del pueblo y subimos andando recorriendo su intrincada red de callejuelas salvando los barrancos y recortes del abrupto relieve sobre el que se asienta el pueblo. Accediendo al centro del mismo nos encontramos con una preciosa plaza donde se encuentra la iglesia con un patio porticado a sus pies. Desde la plaza se accede mediante un par de terrazas y callejuelas al principal mirador del pueblo, el de la Plaza Nueva. La vista desde aquí es espectacular, extendiéndose hacia el norte a través del río Aguas y diferentes montes hacia la costa. Una vista para quitar la respiración.

Desde la Plaza Nueva unas callejuelas nos llevan al mirador del Castillo que tiene vistas en otras direcciones. Castillo como tal, no hay, pero es un  lugar muy agradable para sentarse y disfrutar el panorama. Callejeando llegamos a la plaza del ayuntamiento, un coqueto rincón del pueblo con un impresionante árbol que prácticamente la cubre por completo.  Muy cerquita pasando por l puerta de la zona vieja – un arco cubriendo una calleja – vamos descendiendo hasta llegar a la fuente de la ciudad, la fuente Mora, rodeada de una buena cantidad de nísperos.  Y es que no en vano Mojácar es uno de los Pueblos Más Bonitos de España.

Dejamos Mojácar y nos acercamos a la costa, dejando atrás todo el bullicio de hoteles, bares etc…  de Mojácar playa y llegamos hasta la playa de Macenas, donde dejamos el coche cerca del castillo de Macenas. Este punto marca el inicio de un tramo de costa montañoso y con varios puntos de interés. El primero y más  obvio es el propio castillo de Macenas sobre la propia playa, aunque no se puede visitar por dentro. Desde allí parten dos senderos, uno hacia la cima del monte Observatorio y otro hacia la torre del Pirulico y la playa del Sombrerico.

El monte Observatorio es un mirador fabuloso de esta zona montañosa que se extiende hacia Carboneras. La ruta no es complicada y se alcanza un mirador habilitado donde hay vistas al macizo de montañas y hacia Mojácar y la costa norte de Almería.  Pero sin embargo el sendero más interesante es el que bordeando la costa nos lleva primero a la preciosa torre del Pirulico – a la que podemos acceder mediante una empinada escalera – y después a las calas de Bordenares y el Sombrerico, ambas separadas por un promontorio con maravillosas vistas. Y la playa del Sombrerico llamada así por una roca que emerge frente a la costa esconde un fabuloso tesoro. Un arrecife en forma de enorme torre que emerge justo en la zona de rocas al sur de la cala, y que es uno de los rincones más fotogénicos de la costa almeriense. La vista desde la cala Chamorro – un pequeño parche de arena un poco más allá – es preciosa. Aunque se puede llegar a estas calas en coche merece mucho la pena hacer el camino andando.

Siguiendo la carretera hacia el Sur se llega a Sopalmo, un  pequeño asentamiento donde se puede dejar el coche y seguir las rutas hasta las calas de Lucía y Sopalmo. Son dos bonitas calas aunque nada que ver con la del Sombrerico. Sin embargo son dos rutas que discurren por un paraje maravilloso. Y un poco más al sur en la carretera hay un precioso mirador, el de La Granatilla, desde donde hay una fabulosa panorámica hacia la playa del Algarrobico y su tristemente famoso hotel.  La carretera desciende entre barrancos vertiginosamente hasta la  playa que la verdad no tiene mayor interés, sobre todo afeada por las ruinas del hotel. Siguiendo la carretera a mano izquierda nos encontramos un camino de tierra desde donde parte el sendero hacia la torre del Rayo, otra torre de vigilancia similar a la del Pirulico  y también visitable – que ofrece unas vistas preciosas hacia Carboneras y hacia el Algarrobico. Y con esto ya entramos en Carboneras, puerta de entrada al parque de Cabo de Gata.

Carboneras a Agua Amarga

Carboneras es uno de los municipios más turísticos de la zona. Es un agradable pueblo de pescadores con casitas bajas que se ha ido expandiendo con varios desarrollos urbanísticos pero manteniendo el encanto del pueblo. Además de la bonita playa con su paseo marítimo podemos visitar el castillo y el molino. Sin embargo lo mejor de Carboneras es su tramo de costa en el parque, al sur del núcleo urbano. Tras pasar la horrorosa zona de la central térmica y la empresa de hormigonado, la carretera llega a la cala del Corral, una bonita cala preludio de lo que será la playa de los Muertos.

Seguimos la carretera hasta el mirador de la Playa de los Muertos, una de las mejores playas de España. Desde el mirador se aprecia la larga playa con su característica roca volcánica al final de la misma. Desde el mirador podemos acceder a la propia playa de los Muertos y a la vecina de las Salinicas. Ésta última aun siendo pequeña es realmente bonita, por lo que merece bajar a verla. Sin embargo la gran estrella es la de los Muertos. Tras un descenso por un sendero bastante empinado accedemos a su extremo norte. Caminando por la playa, compuesta de piedras de diferente tamaño llegamos al final de la misma donde podemos disfrutar del icono paisajístico de la playa y el parque, una roca que emerge justo en la orilla a modo de monolito.   A pesar de que la playa sea de piedras el tamaño de las mismas en la zona de baño es similar a la de los granos de arroz por lo que no es nada molesto y además el agua está excepcionalmente clara.

Desde el aparcamiento sale también un sendero hasta la Mesa de Roldán, una fabulosa meseta elevada desde donde hay unas vistas fabulosas hacia Carboneras y hacia el sur del parque. Además coronando la meseta hay un castillo, el Torreón de Mesa Roldán. Bajo la Mesa Roldán hay varias calas, a las que se llega por un sendero que parte de la carretera hacia Agua Amarga. Nosotros visitamos la cala Langosta, una preciosa calita de piedras con bellos acantilados.

Siguiendo hacia Agua Amarga en la carretera hay una indicación que nos lleva a un antiguo cargadero de mineral. Además de ver los restos, que tienen su encanto, de esta antigua instalación siguiendo el sendero llegamos a un fabuloso mirador sobre el pequeño pero encantador pueblo de Agua Amarga, con su playa. Y visitado el cargadero bajamos al pueblo, un conjunto de casitas blancas apiñadas detrás de la playa sin paseo marítimo ni prácticamente ninguna infraestructura comercial. Sin embargo la parte sur de la  playa tiene una serie de oquedades a modo de pequeñas cuevas en el acantilado realmente pintorescas. Merece la pena subir desde la playa a hacerse unas bonitas fotografías.

Calas entre Agua Amarga y las Negras

Dejando Agua Amarga la carretera se separa de la costa por lo que para disfrutar de este precioso tramo de costa  - uno delos más bonitos del parque - , es preciso caminar. Para ello tenemos un sendero que parte de Agua Amarga y llega a Las Negras. En total el sendero tiene una longitud de unos 12 Km y si queremos disfrutar de la costa y de las diferentes calas lo mejor es hacerlo en dos partes. Nosotros por ejemplo hicimos un día la parte entre Agua Amarga y la Cala del Plomo y otro día hicimos desde esta hasta las Negras.

La parte entre Agua Amarga y la Cala del Plomo se inicia en el extremo sur de la playa e inicialmente sube a la parte superior del acantilado. Tras caminar por allí un tramo podemos bajar a la Cala del Sol, una pequeña pero bonita cala de piedra con preciosas formas erosionadas en la roca, preludio de lo que encontraremos en la siguiente, la Cala de Enmedio. Esta cala es espectacular, y es que las formaciones rocosas que hay esculpidas en los acantilados en ambos lados de la playa son realmente preciosas y muy fotogénicas. Desde esta cala el sendero avanza por el precioso paisaje del parque hasta llegar a la Cala del Plomo, otra bonita cala con más rocas erosionadas en pintorescas formas, aunque sin la espectacularidad de la Cala de Enmedio.

A esta cala del Plomo se puede acceder a través de un camino de piedra y tierra en coche. Aunque el avance es lento porque el estado de la carretera no es demasiado bueno se puede hacer con un coche normal. Y eso hicimos para comenzar la segunda parte de nuestro recorrido costero, llegar aquí en coche y continuar el sendero donde lo habíamos dejado. El camino asciende de nuevo a la zona alta de los acantilados y vamos disfrutando del precioso paisaje costero rodeado de un accidentado relieve.  Finalmente tras vislumbrar algunas calas desde los acantilados – no vimos acceso a pie a las mismas – llegamos a la Punta Javana desde donde hay ya una preciosa vista de la Playa de San Pedro. Esta playa es realmente bonita, con las ruinas de un castillo en su extremo sur. Además en la playa hay varias pequeñas viviendas pertenecientes a un asentamiento hippie en la zona. La verdad es que la playa es de película, sensación incrementada por el aislamiento de la misma. Para acceder a la playa el sendero se desploma por la ladera del acantilado hasta llegar al nivel del mar.

Pasamos la playa hasta sobrepasar el castillo, ya que es un rincón desde donde sacar una muy buena foto. Sin embargo no concluimos el camino hasta las Negras ya que no parecía que nos fuese a ofrecer mucho más de lo  que ya habíamos visto.

Las Negras

Uno de los principales asentamientos costeros del parque, visitamos este animado pueblecito con su playa mezcla de piedra y arena. El pueblo presenta la mayor concentración de bares y restaurantes que vimos en el parque a pesar de su reducido tamaño. Desde la playa  hay preciosas vistas hasta los salientes volcánicos que asoman por el norte del pueblo.

Desde la playa seguimos el camino al camping hasta la cala del Cuervo, una bonita cala refugiada bajo  una imponente mole rocosa. En uno de los extremos de la playa hay un espolón rocoso erosionado que permite adentrarnos en el mar y disfrutar del accidentado relieve costero. Subimos por la ladera de la montaña y llegamos a un improvisado mirador desde donde hay una fantástica vista hacia la cala y Las Negras.

Allí mismo iniciamos el sendero de la Molata, uno de los más bonitos de los que pudimos disfrutar en el parque. Este sendero nos va ofreciendo muestras del maravilloso paisaje montañoso del parque y también de la costa donde fuimos viendo algunas vistas impresionantes. El sendero no demasiado largo llega hasta el castillo de San Ramón, justo sobre el playazo de Rodalquilar, una de las mejores playas de arena del Parque Natural.

Pero antes de llegar al castillo pudimos disfrutar de un tramo de costa espectacular, con unos acantilados erosionados en unas formas realmente pintorescas. Además diferentes salientes y rocas hacen de improvisados miradores para disfrutar de este espectáculo de la naturaleza.

Rodalquilar

Siguiendo a costa nuestra siguiente arada es El Playazo de Rodalquilar, la fabulosa playa a la que habíamos llegado desde nuestra anterior ruta de senderismo. La playa es espectacular, en un entorno natural completamente virgen y con una arena dorada fina. Es junto con Los Genoveses la mejor playa de arena del Parque Natural. El acceso también está controlado y hay un pequeño parking junto a la playa que en verano suele estar a rebosar.  La vista hacia el castillo de San Ramón desde la playa es preciosa. Desde el extremo sur de la playa parte un sendero hacia una pequeña pero preciosa cala, la del Bergantín. Y aunque no lleguemos a la cala merece la pena ascender por la ladera del promontorio que se encuentra junto al extremo sur de la playa para disfrutar de una preciosa vista.

Mencionar también que en el acceso al Playazo de Rodalquilar se puede ver la Torre de los Alumbres, una fortaleza de planta cuadrada rodeada de un muro defensivo. No se puede ver por dentro pero se puede uno parar a verla desde el exterior.

Siguiendo la carretera hacia Rodalquilar hay un acceso que nos marca el Faro de la Polacra. Esta carretera da acceso a dos rutas: el propio faro y a cala del Carnaje. El inicio de la ruta es prácticamente el mismo. En el caso del faro la carretera asfaltada se ve interrumpida por una verja donde debemos dejar el coche y seguir a pie la ascensión hasta el Faro, que es una antigua torre de vigilancia reconvertida. Durante todo el ascenso e olor a hierbas aromáticas es fabuloso y las vistas en todas direcciones desde el faro y unas antenas que se encuentran muy cerca son fabulosas. Para llegar a la cala del Carnaje un sendero desciende por el precioso paisaje hasta llegar a la aislada cala donde hay preciosas rocas con formas muy pintorescas.

Dejando la costa por un momento nos vamos a Rodalquilar, un núcleo que tuvo su importancia el siglo pasado por la explotación minera. Allí se puede ver la Casa de los Volcanes, un museo muy interesante sobre la naturaleza volcánica del Parque Natural. Además junto a la casa se puede pasear por las antiguas instalaciones mineras, una visita muy interesante.  Y para completar los puntos de interés de este pequeño pueblo desde la parte superior de los restos de la mina parte una pista que nos lleva a una preciosa ruta de senderismo por el interior del parque pasando  por algunos lugares muy emblemáticos. Es cierto que vimos un par de coches adentrarse por la pista y así acortar el recorrido pero la verdad es que la pista está en tan mal estado que yo no lo recomendaría. Además el paisaje es tan sublime que merece la pena disfrutarlo a pie.

La pista discurre a cierta altura ofreciéndonos vistas de varias zonas montañosas y el valle que discurre por debajo. Así caminamos hasta el antiguo poblado minero de San Diego, un grupo de antiguas edificaciones hoy abandonadas que son realmente muy pintorescas. Un poco más allá el sendero nos lleva a un emplazamiento donde hay un túnel que se utilizó en Indiana Jones y la Última Cruzada. Otro lugar con mucho encanto. Y aunque no sea esta la ruta habitual para hacerlo, desde aquí llegamos al Cortijo del Fraile, un lugar de rodaje de películas del oeste realmente emblemáticas.  Se puede acceder al Cortijo desde otros lugares pero ya que estábamos caminando tan a gusto por esta zona nos acercamos. Las ruinas son realmente fotogénicas a pesar de que están valladas. Toda la zona es fabulosa para caminar y disfrutar del mágico entorno.

La Isleta del Moro

Siguiendo la carretera de Parque llegamos a otro de los miradores emblemáticos del Parque, el de la Amatista. Este mirador ubicado de manera privilegiada en su saliente de un acantilad nos da vistas de una amplia región de la costa del Parque, hacia el sur concretamente. Descendiendo por la carretera desde el mirador llegamos al aparcamiento de la Cala del Toro, a donde se llega tras recorrer un no muy largo sendero. La Cala es distinta de todo lo que habíamos visto. Las palmeras que pueblan la rambla de acceso junto con el paisaje realmente salvaje te hacen pensar que estuvieses en una isla remota de Pacífico.

Y poco después nos encontramos en la carretera con una de las poblaciones más fotogénicas del Parque, la Isleta del Moro. Se trata de un pequeño asentamiento de casitas blancas que acaban en una península rocosa preciosa con vistas  a un pequeño islote. Las vistas desde la cima de esta pequeña península son preciosas, con el pueblo a nuestros pies, la playa a un lado y los acantilados que se extienden hacia el otro lado. Es un lugar fabuloso. Desde el mirador se ve la faja de acantilado bajos que  se extiende hacia los Escullos. Precisamente en la carretera llegando a los Escullos hay un pequeño desvío a mano derecha hacia una nueva torre defensiva, en el camino de acceso al hotel Paraíso. Desde aquí la vista es preciosa.

Y llegando a los Escullos además de la playa destaca la espectacular duna fosilizada con formas impresionantes que se eleva a un lado de la playa. Paseando por la duna y disfrutando de sus curiosas formas en la arena fosilizada llegamos a la batería de San Felipe. Toda esta zona es preciosa y vamos caminado hasta la punta del Esparto, desde donde hay vista a las calas hacia el sur y hacia Loma Pelada. Al sur de la playa bordeando las rocas que la cierran encontramos un lugar precioso con un arco en la roca en la conocida como Cala Escondida.

Desde aquí parte el camino hasta Loma Pelada, una bonita ruta de senderismo que va bordeando la costa pasando por preciosas calas, algunas de ellas con formaciones rocosas muy curiosas y pequeños islotes . Pasamos también por una mina a cielo abierto que dejó un paisaje lunar también muy fotogénico y finalmente llegamos a Loma Pelada donde hay unas preciosas vistas y las ruinas de una antigua edificación. Un poco después de pasar Loma Pelada seguimos un camino un tanto abrupto que desciende hasta la cala de las Hermanicas , una preciosa cala donde un saliente rocoso se adentra en el mar y también podemos ver otro fabuloso arco en las rocas. Seguimos la pista hasta llegar a la atalaya de Cala Higuera, otra torre de vigilancia a la que accedimos campo a través ya que no encontramos ningún sendero que nos llevase hasta allí. Toda la zona que atraviesa esta ruta es espectacular y salvaje. Merece la pena desviarse del sendero principal a los cerros que se aproximan al mar para disfrutar de vistas excepcionales.

San José

Dejando la zona de Los Escullos la carretera se adentra por el interior del parque rodeando la zona que hemos caminado de Loma Pelada. Llegamos al Pozo de los Frailes un pequeño asentamiento donde hay un precioso molino, de los varios que se pueden observar en el parque. Desde allí llegamos a San José la localidad más turística que nos encontraos desde Carboneras.

San José no es excesivamente grande pero si tenemos más desarrollo que en las otras localidades del Parque – hay que recordar que el pueblo de Carboneras no pertenece al parque estrictamente hablando - . En la costa encontramos una pequeña playa y un puerto deportivo entre los acantilados que encajan el pueblo. Sin embargo los grandes atractivos de San José los encontramos en las playas que encontramos al sur del pueblo. Un camino de tierra que pasa por un bonito molino nos lleva a la playa de los Genoveses, una de las mejores del parque, si no la mejor. A la playa solo se puede acceder andando – unos 2 km desde el pueblo - , en autobús o en coche. Sin embargo esta última opción es complicada ya que solo hay un parking de pago bastante pequeño donde se permite el aparcamiento. De cualquier manera, lleguemos como lleguemos la playa es espectacular, con su amplísima zona dunar y un paisaje espectacular y virgen que la rodea por todos los lados. Además de disfrutar de la playa hay que visitar su duna fósil, un  improvisado mirador desde el sur de la playa y sobre todo hay que subir al Morrón de los Genoveses, el cerro que cierra la bahía por el sur. La vista es simplemente para dejarte sin habla.

Desde esta zona del Morrón un sendero nos lleva por una sección de costa inaccesible en coche y que alberga maravillosas calas como la de los Amarillos y la Cala Príncipe. Nosotros llegamos hasta las calas de Barronal, donde el acceso no es ya tan sencillo. De allí volvimos y ya en coche nos fuimos hasta el aparcamiento de Mónsul, otra de las joyas paisajísticas del parque. Y aquí ocurre lo mismo, solo se puede llegar en autobús o en coche aparcando en la zona habilitada – no muy amplia - . La playa de Mónsul con su inmensa duna rampante y la Peineta, la fotogénica roca que ha salido en películas como Indiana Jones y la Última Cruzada, es espectacular. Las vistas desde la parte superior de la duna son maravillosas.  Desde allí caminando accedimos a las calas de Palmito y Paredón, ambas preciosas.

Hacia el otro lado de Mónsul atravesando una zona verde llegamos a otra cala maravillosa, la cala de la Media Luna. De nuevo en coche seguimos hasta el final de la pista, el aparcamiento de Cala Carbón. Desde allí accedemos a otras dos preciosas calas, la mencionada del Carbón y la Cala Chicré, tras un descenso por un sendero bastante empinado. Y aquí se termina la parte de pista accesible en coche. Una valla impide el paso y a partir de aquí solo se puede continuar caminado. Seguimos caminando unos 2 Km hasta llegar a la torre de Vela Blanca, el punto más alto de la zona con espectaculares vistas a un lado y al otro.  Una opción para ver el final  del parque es continuar caminando pero nosotros optamos por tomar el coche. El inconveniente es que hay que rodear un buen tramo de montañas para llegar a la Fabriquilla, al oeste del faro de Cabo de Gata.

Cabo de Gata

Llegamos al pueblo de cabo de Gata y allí mismo nos encontramos la torre de San Miguel, una torre no muy bien conservada en la misma arena de la playa. A partir de aquí la carretera discurre por una enorme llanura junto a una larguísima playa. Al otro lado se extienden las salinas del Parque donde hay un mirador para poder divisar aves. Casi al final de las salinas pasamos por la solitaria torre de la iglesia de la Almadraba y poco después comenzamos a ascender por la zona de acantilados hacia el faro de Cabo de Gata.

En los acantilados vamos viendo restos de antiguas construcciones y según ganamos altura disfrutamos de vistas de la enorme playa que hemos dejado atrás. La carretera se estrecha y vislumbramos la escena del faro a nuestros pies. Como  no puede ser menos allí hay varios miradores para disfrutar de esta parte del parque. Uno de los elementos más atractivos del paisaje es el arrecife de las Sirenas, unas preciosas rocas que se encuentran a pocos metros de la costa. Un mirador nos permite admirar estas preciosas formaciones.

Desde las inmediaciones del faro parte una carretera por la que no está permitido transitar en vehículo y que sigue hasta la zona de Vela Blanca donde dejamos el sendero en la otra parte del parque. La carretera va discurriendo junto a la costa y fuimos disfrutando de diferentes calas y acantilados, a cada cual más impresionante. Una de las más destacadas es la Cala Rajá, una preciosa cala con formaciones rocosas maravillosas y el arrecife del Dedo, otra preciosa formación rocosa en el mar, a unos metros de la costa.

Seguimos la carretera a pie y llegamos a un mirador desde donde había preciosas vistas de la costa por donde habíamos llegado caminando. Y con esto concluimos nuestro recorrido por el parque natural de Cabo de Gata, sin duda uno de los espacios naturales más fascinantes de toda la costa mediterránea. Nosotros estuvimos una semana, tiempo adecuado para disfrutar de las calas, senderos y demás atractivos del parque. Y si podéis visitarlo fuera de los meses de Julio  y Agosto, mucho mejor.

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