San Juan de Gaztelugatxe, un escenario de película
Desde hace unos años éste se han convertido en uno de los enclaves más icónicos de la costa vasca. Siempre ha estado ahí pero ha sido sobre todo a partir del rodaje de un episodio de Juego de Tronos, cuando se ha convertido en un reclamo turístico de primer orden. No hace muchos años podías llegar con el coche hasta prácticamente los pies de las famosas escaleras que suben en zigzag por el islote hasta la ermita y podías disfrutar del lugar en relativa soledad. Hoy en día en verano y los fines de semana hay una procesión continua de visitantes que suben y bajan las escaleras. No obstante el lugar sigue manteniendo su excepcional encanto.
Situado en la costa vizcaína entre las localidades de Bakio y Bermeo – más cerca de la primera - San Juan de Gaztelugatxe es un abrupto islote coronado por una pintoresca ermita y comunicado a tierra por un estrecho puente empedrado en un paraje espectacular de la costa. Un camino también empedrado y jalonado por innumerables escaleras – 241 exactamente - nos conduce desde el puente hasta la parte superior del islote, desde donde se puede disfrutar de unas espectaculares vistas. En verano y fines de semana Gaztelugatxe es recomendable ir temprano a la mañana o al atardecer, y así además podrás disfrutar de las espectaculares puestas de sol.
Para acceder a Gaztelugatxe tenemos que dejar el coche en un parking habilitado en la parte alta del acantilado junto al restaurante Eneperi y perfectamente señalizado en la carretera Bermeo-Bakio. La antigua carretera que ofrece buenas vistas sobre el islote ha quedado reservada para uso vecinal, y está prohibido el paso. Para acceder desde el parking a Gaztelugatxe tenemos dos opciones: el acceso directo que baja por la ladera del acantilado en zigzag y la antigua carretera que da un buen rodeo para llegar al mismo punto. La primera opción supone una media hora de descenso por un camino bastante resbaladizo por la ladera de la montaña, y aun dadas las malas condiciones – no olvides llevar buen calzado pues el terreno casi siempre está húmedo y con alguna zona embarrada – es el acceso más utilizado. Esta ruta no es aconsejable para personas con movilidad reducida y tampoco para acceder con carros de niños. La otra opción es seguir el trazado de la antigua carretera, que supone hacer un trayecto de más de 2.5 kilómetros, pero eso sí, por pista asfaltada todo el tiempo. Así que tú eliges.
Nosotros aconsejamos el descenso directo, a pesar de ser más duro. Desde el parking un sendero empedrado se dirige bajando por una pronunciada pendiente hasta el mirador, donde hay una panorámica excelente de San Juan de Gaztelugatxe. Pero desde luego merece la pena y mucho seguir el camino. Ver de cerca el islote y subir por sus escaleras es una experiencia única. Desde el mirador retrocedemos unos pocos metros y allí comienza la bajada hacia la isla. El camino desciende en zigzags por la ladera y aunque hay alguna traviesa de madera en el suelo y alguna barandilla el terreno suele estar muy resbaladizo y embarrado. Tras unos veinte minutos llegamos a una carretera asfaltada – la que sigue la ruta más larga – y en breve llegamos a los pies del islote. Desde abajo la magnitud del islote con la ermita y los escalones es mucho mayor e impresiona. Antes de cruzar el puente hay varios miradores, desde la propia carretea de acceso y en algún peñasco cercano. Según vamos avanzando por el puente encontramos una escalinata que nos lleva hasta las rocas en la zona de costa. Es una zona espectacular con una playa de rocas y otro islote aislado – islote de Akatz - por un lado y otra zona más rocosa hacia Bakio con diferentes islotes rocosos en el agua. No te cansarás de sacar fotos en todas direcciones.
Una vez atravesamos el precioso puente de tres arcos iniciamos el ascenso de los 241 escalones. La escalera es bastante estrecha y sobre todo con mucha gente se puede hacer un poco agobiante, porque querrás parar en diferentes lugares a sacar fotos pero a veces te ves casi arrastrado por el torrente de gente. Una vez que llegamos arriba vemos la ermita que está cerrada –sólo abre en Julio y Agosto- . Dice la tradición que una vez allí hay que tocar tres veces la campana de la ermita para que se cumpla un deseo. En frente de la entrada de la ermita hay un edificio muy bajo abierto al público ambientado como una especie de refugio. Podemos rodear todo el contorno de la parte superior y disfrutar de las vistas desde diferentes miradores. Las vistas de este tramo de costa son realmente impresionantes. Y tras disfrutar de las vistas y el mar, ya sólo nos resta hacer el camino de vuelta, más duro si cabe que el de ida porque la subida hasta el parking es realmente dura.
Si queremos disfrutar de otro punto de vista de Gaztelugatxe, podemos contratar una excursión marítima desde Bermeo que nos lleve a conocer toda esta franja del litoral, con los islotes de Akatz y Gaztelugatxe, el cabo Matxitxako y las preciosas zonas de playas de cantos rodados que rodean toda la zona.