Saint-Cirq-Lapopie: uno de los pueblos más bonitos de Francia
Nos encontramos ante uno de los pueblos con más encanto de Francia, y no sólo porque pertenezca al club de Les Plus Beaux Villages de France – los pueblos más bonitos de Francia – o porque en varias ocasiones ha sido elegido como el pueblo más bonito en diferentes encuestas, sino porque es de esos lugares que situados en medio de la nada posee una belleza y un encanto especiales. Solo hace falta bajarse del coche y echar un vistazo a la estampa global del pueblo para darnos cuenta de que estamos ante un lugar excepcional. Se trata de un pequeño pueblo medieval declarado monumento histórico y en pleno Parque Natural de Causses du Quercy, por lo que el entorno natural es también precioso, con el río Lot fluyendo por el valle y la carretera encajonada entre las montañas y el propio cauce del río.
Encontramos esta pequeña joya, regresando de otro viaje más largo y quedamos prendados de su belleza. Saint-Cirq-Lapopie se encuentra en el valle del Lot, 37 Km al este de Cahors y 126 Km al norte de Toulouse. El pueblo es totalmente peatonal y hay que dejar el coche en los espacios habilitados tanto en la parte superior como en la inferior del mismo. Se asienta sobre la ladera de un promontorio rocoso en el río Lot. La vista más impactante se obtiene si se accede desde la parte inferior, ya que todo el caserío presidido por la iglesia se eleva ante nosotros junto al río. Si dejamos el coche en el aparcamiento inferior se accede al pueblo a través de un corto sendero que nos lleva a la entrada inferior. Si dejamos el coche en la parte superior merece la pena bajar hasta este punto porque la vista es única.
Una vez accedemos a la entrada inferior, donde se conservan los restos de la antigua puerta de la ciudad, el pueblo es muy compacto. Avanzamos unos metros por la única calle que existe donde vamos viendo diferentes casas antiguas típicas de la zona, una de ellas del siglo XIII. Enseguida comenzamos a ascender por la calle principal que serpentea hasta alcanzar la iglesia, que es muy característica por su torre cilíndrica anexa a la torre cuadrangular típica de toda iglesia. En el recodo de una calle empedrada, más abajo de la iglesia, el Museo Rignault es sobre todo una casa típica que alberga magníficos jardines que ofrecen unas vistas únicas sobre el valle del Lot.
La iglesia se levanta directamente sobre el acantilado que se desploma sobre el Lot. Justo detrás de la iglesia y un poco más elevado, nos encontramos con los restos del castillo de Cardaillac. La verdad es que los restos son bastante escasos y hace falta bastante imaginación para visualizar lo que antes era un castillo, pero las vistas hacia el pueblo y la iglesia compensan de sobra la escasez de ruinas. Podemos ver una torre del siglo XIII, un edificio principal y un recinto que data de finales del siglo XIII.
Desde las ruinas del castillo se accede por un tramo de escaleras a una roca – el peñasco de Lapopie - que debió ser la parte más alta del castillo y que desde una posición elevada proporciona fantásticas vistas del Lot que en ese preciso punto se curva hacia el norte. Podemos contemplar el valle del Lot con sus molinos, embalses, puertos, esclusas y el célebre Camino de Sirga. Este es un mirador excepcional y merece la pena quedarse allí un rato empapándonos de las vistas en todas las direcciones. La altura es considerable y la sensación de estar sobre el acantilado separado únicamente por una frágil barandilla es incomparable.
Una vez descendemos del mirador seguimos avanzando hacia arriba por la calle principal y llegamos a una tranquila y pintoresca plaza donde se encuentra la Oficina de Turismo. Y desde aquí hasta el extremo superior del pueblo no nos queda mucho. Una callejuela parte hacia arriba y allí se concentran la mayor parte de tiendas y restaurantes del pueblo. Aquí podemos encontrar toda clase de productos de la zona, como mermeladas perfumadas, aceites de trufa, foie, embutidos, vinagres aromatizados y por supuesto los quesos de la región y sus vinos. Si seguimos avanzando por la calle llegamos de nuevo a la carretera y al acceso al parking superior.
Aunque es un pueblo realmente pequeño, sus viejas casas, la peculiar iglesia y los restos del castillo sobre el acantilado, junto con su posición sobre una pared de roca sobre el Lot hacen de este pueblo sin duda uno de los más bonitos de toda Francia. Tiene todo el encanto de un pueblo medieval intacto, con sus fachadas góticas y los entramados de madera. Tras volver a recorrer sus calles y descansar en algún banco merece la pena volver a coger el coche y continuar por la carretera hasta la parte superior del pueblo. Una vez pasado el parking superior un corto tramo de carretera nos lleva a otro parking – éste gratuito - más alejado del pueblo y nos ofrece otra perspectiva preciosa desde una posición más elevada. Otra imagen de postal, aunque personalmente me quedo con la que se tiene desde la parte baja del pueblo.
El mencionado camino de Sirga es otra atracción en el pueblo. Tallado en la roca a lo largo del río entre Saint-Cirq-Lapopie y Bouziès, este camino de senderismo es realmente pintoresco, ya que nos permite avanzar incrustados en la propia pared de los acantilados que rodean el río en algunos tramos. El camino comienza en la estación náutica de Saint-Cirq-Lapopie y es un recorrido de 15 km, ida y vuelta. Bordeando el río Lot, divisarás una primera esclusa, luego una segunda, la esclusa de Ganil. Es en ese punto en que el acantilado cae en picado, al nivel del agua, donde fue excavado el sendero en la roca a lo largo de 300 m de longitud y 2 m de altura. En el camino hay unas esculturas de un artista francés. Si solo se quiere ver la parte más espectacular del sendero, la excavada en la roca, se puede hacer un pequeño recorrido desde el parking del vecino pueblo de Bouziès hasta el nivel de la esclusa del Ganil: son sólo 3 km de ida y vuelta.
Para completar la visita al que dicen es el pueblo más bonito de Francia, decidimos hacer un crucero por el Lot, en uno de los bonitos barcos que podíamos ver desfilar por el río desde el mirador del castillo. Para ello nos dirigimos al vecino Bouziès, donde parten los cruceros turísticos. Para acceder al pueblo hay que cruzar un precioso puente colgante de hierro por el que a duras penas cabe un sólo vehículo. Una vez en a bordo de un pintoresco barco, remontando el río Lot se puede apreciar el Camino de Sirga y las esculturas que lo adornan en alguno de sus tramos. Al poco de iniciar el recorrido se pasa por una primera esclusa. A lo largo del cauce del río se levantan majestuosos los acantilados de piedra caliza, que vistos desde el agua impresionan aún más. Tras disfrutar del paisaje llegamos de nuevo a Saint-Cirq-Lapopie por el río, y podemos observarlo desde otra perspectiva totalmente diferente. De regreso vemos también castillos construidos en las oquedades de la propia roca de los acantilados, los Castillos de los Ingleses.
Si vienes a Saint-Cirq-Lapopie desde Cahors podrás ver estos conocidos Castillos de los Ingleses, enclavados en la roca calcárea y que bordean los valles del Lot. El primero, el Castillo de Laroque-des-Arcs está construido bajo un saliente rocoso y es dominado por la capilla Saint-Roch. Después nos encontramos el castillo de Vers, situado en la parte oeste de los acantilados. Un poco más lejos, se puede ver el Castillo de los Ingleses de Saint-Géry, seguido por el desfiladero de los ingleses de Bouziès. Este último se encuentra en las inmediaciones del estrecho puente colgante que da acceso al pueblo y es el que se puede apreciar desde el crucero.
Si disponemos de tiempo otra visita que merece mucho la pena es la cueva de Pech Merle a unos 20 minutos en coche al norte de Saint-Cirq-Lapopie. Se trata de una preciosa cueva con numerosas representaciones originales de arte rupestre. Nosotros hicimos la reserva por internet para no tener problemas. La verdad es que el número de representaciones y la calidad de las mismas impresionan. La pena es que la visita guiada es en francés por lo que no nos enteramos de mucho. Aun así la visita merece la pena y antes de entrar se puede ver un video en inglés donde te explican lo que te vas a encontrar.
Para alojarnos elegimos un pequeño y sencillo hotel un par de Km al sur del pueblo. A pesar de lo remoto de la zona y de solo haber pequeñas poblaciones dispersas estamos en un parque natural por lo que hay una buena selección de pequeños alojamientos por la zona. Otra opción es alojarse en Cahors, donde dispondremos de todo tipo de servicios. Para disfrutar del pueblo e incluso un crucero por el Lot es suficiente pero si se quiere hacer algo de senderismo (Camino de Sirga) o visitar las cuevas, es necesario un segundo día. Sin duda la visita merecerá la pena ya que pocos pueblos medievales tan espectaculares quedan hoy en día en toda Europa.
Y por último aquí dejamos alguna foto más de las preciosas callejuelas de este maravilloso pueblecito.