Morella, una imponente fortaleza en el interior de Castellón

A sólo 60 Km de la soleada costa mediterránea, Morella es un ejemplo extraordinario de ciudad gótica y ha sido declarada Bien de Interés Cultural. Morella, en el interior de la provincia de Castellón,  cuenta con un entorno incomparable, con más de 2 km de murallas y 10 torres con 7 puertas que rodean la ciudad, que se encuentra en una colina a una altitud de 1 004m. Las murallas del antiguo castillo medieval se levantan sobre una plataforma rocosa. En el recinto amurallado, hay iglesias notables, como la de Santa María la Mayor, que tiene una galería para el coro única y una preciosa escalera de caracol de mármol que conduce a ella, el antiguo convento de San Francisco, las iglesias de San Juan y la Iglesia de San Nicolás, y las capillas de San Marcos y San Pedro Mártir.

Nos acercamos a Morella desde el sur por la carretera nacional, y la vista es impresionante. La fortaleza y las murallas se elevan en un alto peñasco rocoso por donde se extienden las casas del pueblo. Accedemos a Morella desde aquí por una carretera que va bordeando la muralla hasta que entramos por una de las monumentales puertas y ya la carretera prosigue por el interior del recinto amurallado. Sigue la carretera hasta salir de nuevo del recinto amurallado por una zona en la que no hay muralla y aunque podemos dejar el coche en cualquier sitio lo dejamos frente a la monumental Puerta de San Miguel, un buen punto para iniciar la visita a Morella.

Nada más atravesar la puerta de San Miguel nos encontramos con la oficina de turismo y una preciosa red de callejuelas empedradas. Las dos torres octogonales que forman la puerta se pueden visitar. Subimos para tener una preciosa vista desde arriba y también para recorrer un pequeño tramo del paseo de ronda de las murallas. Estas torres son la parte más interesante y mejor conservada de las murallas. En el  interior hay una exposición  con diferentes juegos que a los niños les gustó mucho.  Justo frente a la oficina de turismo nos encontramos el Museo del Dinosaurio. Como la entrada era bastante barata entramos para que lo viesen los críos, que disfrutaron de una reproducción a tamaño natural y de alguna cosilla más. Para ser un museo pequeño la verdad es que está muy bien.

Subimos un poco hasta la cercana iglesia de San Miguel – que ya no es iglesia – y desde allí tomamos una de las arterias principales del pueblo, la calle de Giner hasta que se bifurca en la de Sant Juliá y llegamos al edificio del ayuntamiento.  Las callejuelas se van abriendo a ambos lados con numerosos comercios que venden desde productos típicos hasta souvenirs. Siguiendo  en la misma dirección llegamos a una zona de arcadas con columnas de piedra realmente preciosa, lo más pintoresco del casco antiguo. Seguimos hasta la Plaza de Colon, donde hay un curioso reloj solar hecho en piedra sobre el propio suelo. Desde la  plaza hay un mirador con vistas hacia el territorio que rodea Morella y otra de las puertas de las murallas, por la que podemos salir a una zona abierta con buenas vistas y junto a un bonito tramo de murallas.

Desde allí subimos a la Basílica de Santa María la Mayor. Dentro de la basílica que se caracteriza por su bóveda de azulejos como muchas en esta región, destaca una preciosa escalera de caracol ricamente decorada que se  enrosca en una de las columnas de la nave. Además el altar es también muy rico y hay un impresionante órgano. Una vez visto el bonito interior nos dirigimos al castillo de Morella – el castillo de la Mola -. Se entra por el convento de San Francisco -  a donde se llega subiendo  una pequeña cuesta desde la basílica -. En el convento hay un pequeño museo en el conocido como Palacio del  Gobernador, excavado en la roca, y el ascenso hasta la cima es bastante largo pero muy entretenido, ya que vas viendo diferentes habitáculos, objetos y vistas hacia diferentes partes de Morella. Destaca un inmenso cañón que se sitúa al lado de las murallas en la subida. Tras un buen paseo llegamos a la Plaza de Armas, en la parte superior. Desde allí las vistas son muy amplias sobre todo el pueblo y el terreno circundante. Se pueden ver varias estancias de la antigua fortaleza aunque totalmente vacías, solo quedan los muros y poco más, pero allí están la cárcel, el polvorín, el aljibe…. La parte superior es la más bonita ya que es la que más elementos conserva. Y el camino es un tanto largo y por tierra así que conviene tener cuidado con que calzado vamos.

Una vez visitado el castillo nos dedicamos a callejear por las pequeñas callejuelas sobre todo de la parte alta de la población. Además del castillo y la basílica hay también buenos ejemplos de arquitectura civil como la Casa de la Villa y las mansiones de Ciruana, Piquer, Rovira y Cardinal Ram, así como el hospital. Todas se pueden localizar en el plano que nos facilitaron en la oficina de turismo. Y para finalizar la visita nos dirigimos a los restos del acueducto, muy cerca del aparcamiento donde habíamos dejado el coche. Además de los restos del acueducto aquí se puede ver una perspectiva diferente de la ciudad y de las murallas.

Por último señalar dos miradores desde donde se pueden sacar unas fotos preciosas de Morella. Ya hemos comentado que viniendo desde la costa la vista de la carretera es muy buena también, pero hay otros dos sitios desde donde hay una muy buena vista. Uno es desde la carretera CV-12 que nos lleva hacia Ares del Maestrat y en cuanto empieza a ganar altura ofrece una vista preciosa de Morella aunque algo lejana. El otro mirador es más accesible y es desde la carretera secundaria que sale desde el acueducto y empieza a ganar altura. Desde allí podemos sacar el acueducto y la fortaleza todo en la misma foto.

Morella es en definitiva uno de los pueblos más bonitos de España y nos gustó además lo bien cuidado que está, manteniendo los edificios históricos y cuidando con mimo todo el centro urbano, por el que es una gozada pasear.  Además de la visita al pueblo en sí, en las afueras se pueden ver las pinturas rupestres de Morella la Vella, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se sitúan a unos 6 km de Morella, en una masía donde se pueden ver  escenas de caza y representaciones de tipo esquemático, situadas en un abrigo, en una zona rocosa a la que se accede por unas pasarelas.