Escapada de dos días a la monumental Gante
Gante es una ciudad de Flandes realmente bonita. Además de ser una ciudad muy monumental con algunos edificios impresionantes es una ciudad universitaria, por lo que hay mucho ambiente en la ciudad. Es una verdadera gozada pasear por sus callejuelas y descubrir la arquitectura de la ciudad, sus bares y preciosas tiendas.
DÍA 1:
Tras dejar las cosas en el hotel, tomamos el tranvía hasta Gravensteen, junto al castillo homónimo y donde hay una oficina de turismo. El tranvía es ideal para moverte por la ciudad aunque nosotros solo lo usamos para ir y venir del hotel al centro. El centro es bastante compacto y se recorre perfectamente a pie. Además en Gante hay numerosos edificios preciosos y andando descubres muchos de ellos así como rincones de gran belleza. En la oficina de turismo nos dieron un mapa de la ciudad y nos recomendaron un itinerario y las visitas más interesantes.
El propio edificio de la oficina de turismo era una antigua lonja de pescado y es un edificio precioso adornado con unas estatuas impresionantes. La primera visita es precisamente el castillo de Gravensteen. Es un edificio imponente rodeado por un pintoresco foso que es parte de un canal y parece un poco fuera de lugar en medio de una gran ciudad. Merece la pena visitarla por dentro. La visita te lleva por diferentes salones, y se puede subir a la torre del Homenaje, que al no ser demasiado alta y estar rodeado el castillo por edificios tampoco ofrece unas vistas espectaculares pero si permite ver las torres más altas de los demás edificios monumentales de Gante. Las murallas del castillo también se pueden recorrer enteras y hay muy buenas vistas. En las diferentes estancias se ven elementos como chimeneas, escaleras y otros elementos que ilustran como era la vida en el castillo, aunque mobiliario no queda nada.
Desde el castillo cruzamos el puente Rekelingestraat que ofrece las mejores vistas del exterior del propio castillo y bajamos por la calle J.Breydelstraat hasta llegar a los muelles de Korenlei y el Graslei. Aquí estaban los puertos comerciales de la ciudad y es una de las zonas con más encanto de la ciudad. A ambos lados del río Lys se arremolinan espectaculares edificios flamencos a cada cual más bonito. Los muelles hoy en día están formados por unas terrazas peatonales donde amarran los barcos turísticos y donde hay numerosas terrazas donde poder degustar la famosa cerveza belga. Un precioso puente – Grasbrug - cruza aquí el río y nos ofrece vistas maravillosas. Merece la pena detenerse en esta zona y pasear por cada rincón de los muelles porque descubres detalles nuevos en los diferentes edificios. La cámara no paró de echar humo en todo el paseo, ya que este es de los lugares más pintorescos de la ciudad y de toda Bélgica. Las vistas desde la orilla oeste son realmente memorables.
Llegamos hasta la zona opuesta al Grasbrug donde se levanta el monumental edificio de la iglesia de Sint-Michielskerk. Desde el puente del mismo nombre hay unas preciosas vistas. Las vistas abarcan las tres grandes torres de Gante así como el Graslei y el Korenlei . Y además los tranvías pasan por el puente. Sin duda es el lugar más fotografiado de Gante y especialmente bella es la vista al atardecer.
Desde aquí seguimos nuestro recorrido cruzando el puente con una fantástica vista hacia el otro lado hasta llegar a la monumental iglesia de San Nicolás - Sint-Niklaaskerk-. Según cruzamos el puente a mano izquierda hay otra plazoleta – la Korenmarkt - rodeada de preciosos edificios y que realmente es la plaza principal de Gante a pesar de no tener una planta muy definida de plaza, con la iglesia en un lateral. El tranvía que pasa por toda esta zona añade un toque pintoresco al conjunto. Frente a la iglesia de San Nicolás en Cataloniestraat encontramos un espectacular edificio con una fachada que termina en picos adornados por diferentes estatuas, la casa gremial de los albañiles de Gante. Justo detrás de la iglesia cuyo interior pudimos visitar se encuentra una plaza con un parque, la Emile Braunplein, y allí se levanta la torre del campanario municipal, un estilado e impresionante edificio que es de las torres más altas de la ciudad.
Pudimos visitarlo ya que estaba abierto y además hay ascensor hasta arriba. Las vistas sobre la ciudad son muy bonitas y además también puedes ver las campanas y mecanismos que las accionan. Una visita muy interesante. También se puede subir andando por cierto. Y después de la visita seguimos avanzando hasta la catedral de Sint-Baafskathedraal, otro fantástico edificio, junto a nueva plaza. Esta plaza también alberga el maravilloso edificio del Teatro con unos bonitos frescos en su fachada. Y justo detrás de la catedral se encuentra el segundo castillo de Gante, el preciso edificio del castillo de Geeraard de Duivelsteen junto al canal en un precioso emplazamiento. Esta zona también cuenta con una parte pintoresca de edificios junto al canal.
En la catedral hay abundantes obras de arte, entre ellas La adoración del cordero místico. Es un impresionante conjunto de 24 paneles que relata la adoración del cordero según el relato del Apocalipsis. Es un cuadro maravilloso y eso que no somos muy aficionados a la pintura pero la verdad es que el interior de la catedral es un pequeño museo con numerosas joyas. Seguimos el recorrido por el centro avanzando por la calle Belfortstraat hasta llegar a otra fantástica iglesia, la de Sint-Jacobskerk. Muy cerca llegamos a una amplia plaza, la de Vrijdagmarkt, rodeada de preciosos edificios bajos y numerosos bares y puestos de comida con sus respectivas terrazas. Esta plaza también es realmente bonita y merece apena pararse a contemplar los diferentes edificios que la componen. Este es un gran lugar para parar y reponer fuerzas después de tanta visita en una de las numerosas terrazas que se pueden encontrar.
Desde aquí seguimos hasta la cercana calle Langemunt paralela al río Lys muy animada con tiendas y mucho bullicio de personas yendo de un lado para otro. Cruzamos el río por el puente de Zuivelbrugstraat también con bonitas pistas y avanzamos hacia la zona del centro de nuevo por el muelle de Kraanlei. Las vistas hasta la otra orilla del canal con el río bañando directamente los edificios flamencos son también muy bonitas. Llegamos a la plaza de Sint Veerleplein justo al lado del castillo que habíamos visitado por la mañana. Y desde allí cruzamos el puente Kleine Vismarkt desde donde vemos el edificio del – la lonja de la Carne -, otro fantástico edifico bañado por las aguas del canal. Cruzando el puente llegamos a una bonita plaza y como hemos cerrado el círculo y hemos vuelto al principio de nuestro recorrido nos dedicamos a callejear por la zona.
Estaba anocheciendo y repasamos muchos de los lugares que ya habíamos visitado para tener una vista de la ciudad iluminada por la noche. Especialmente atractivas son las vistas de los muelles de Korenlei y el Graslei y los maravillosos edificios que los rodean.
DÍA 2:
El segundo día tras desayunar en el hotel volvimos a la zona centro y recorrimos el canal desde el puente de Sint-Michielsbrug hacia el sur. Contiguo a la iglesia hay un enorme edificio que da directamente al canal y llegamos a otro puente con buenas vistas, en Jakobijnenstraat, que recuerda a los puentes tradicionales holandeses. Aquí cambiamos de margen y seguimos paseando por la orilla del río. Aunque esta zona no tiene la profusión de edificios monumentales que puedes disfrutar en el centro también hay rincones que merece la pena descubrir. Se llega a otro puente donde está el monumental edificio del palacio de Justicia. Detrás encontramos el edifico de la ópera, un edificio bastante modesto y aquí desemboca un canal en el río Lys. Recorremos este canal por un paseo muy agradable. Seguimos cruzando por varios puentes hasta que ya los edificios dejan de ser interesantes y deshacemos el camino. Volvemos al río Lys y seguimos por su orilla un poco más. En esta zona se termina ya la parte de interés, así que nuevamente deshacemos el camino y nos dirigimos a la zona de Korenlei y el Graslei para realizar un paseo en barco por los canales. El viaje duró unos 40 minutos y es muy agradable el recorrido aunque los barcos son muy pequeñitos y vas un poco apretado, pero bueno, vale la pena. Además el guía que nos tocó hablaba español y nos traducía lo fundamental de lo que iba explicando al resto de pasajeros en la explicación principal.
Tras bajarnos del bote fuimos a dar una vuelta por un barrio de calles empedradas que nos habían dicho en la oficina de turismo, el barrio de Patershol. Empieza justo al lado de la oficina y se extiende unas cuantas calles hacia el canal. No es nada del otro mundo pero es una zona de callejas empedradas con muchos comercios y alguna que otra casa interesante, pero nada que ver con el centro. Sin embargo es agradable pasear por allí un rato.Y por último visitamos en la zona sur de la ciudad el parque de Citadelpark, que con sus cascadas, flores y estatuas es un lugar relajado para descansar después de una visita a la ciudad. Aquí también hay varios museos aunque no entramos a ninguno y al otro lado del parque se encuentran los edificios de la universidad. Y como ya nos quedaba poco tiempo volvimos a la zona central de Gante para disfrutar una vez más de su impresionante arquitectura hasta coger el tren de vuelta a Bruselas.
Gante se puede ver en un día. Lo fundamental lo recorrimos en nuestra primera jornada, pero quedarnos un día más nos dio la posibilidad de conocer algunos sitios menos transitados y hacer el viaje en barco, algo muy recomendable. Sin embargo si vas justo de tiempo y sólo dispones de un día para ver la ciudad también es posible sin dejarte prácticamente nada importante.
En cuanto a la logística, nos alojamos en un hotel bastante lejano del centro pero muy bien comunicado con tranvía. Para comer comimos algo rápido sobre la marcha amos días, en puestos que encuentras por toda la ciudad y para cenar sí que aprovechamos a descansar en un restaurante en la zona de Korenmarkt. Allí pudimos degustar también una buena cerveza belga. A gante se puede llegar desde Bruselas en coche, tren o autobús. El tren – hay conexiones muy frecuentes con Bruselas con trenes directos– tarda una media hora, más o menos lo que se tarda en coche, aunque claro en coche hay que entrar en la ciudad y aparcar. Por eso la mejor opción si llegas desde Bruselas es coger el tren.
Principales visitas en Gante: