Croacia: auténtica costa mediterránea

Os contamos la primera parte de nuestro recorrido  por las  islas croatas. Partimos de Split y vamos avanzando entre costa e islas hasta llegar a una de las más icónicas islas de Croacia, la de Hvar. Y es que la costa croata está jalonada por un reguero de islas con auténtico sabor mediterráneo, conjugando historia y naturaleza, pueblos pintorescos e históricos con parajes naturales de una belleza sin igual. Y eso que esta no es una zona de playas de arena, pero las cristalinas aguas del Adriático invitan a darse un baño en cualquier rincón de la costa. Y eso es lo que hacen los croatas y los turistas. No hacen falta playas para disfrutar del mar, cualquier zona de la costa vale. En kilómetros no es un viaje muy largo pero la necesidad de saltar continuamente entre islas y continente añade  bastante tiempos de viaje en barco y complica un tanto la logística. Viajamos en Agosto, cuando el turismo se encuentra en pleno apogeo en el país, pero salvo algunos puntos concretos pudimos desplazarnos  con relativa normalidad por todos nuestros destinos.

DÍA 1:

Tras volar a Dubrovnik, que ya conocíamos – os lo contamos aquí -,  nos desplazamos a Split, el inicio de nuestro viaje por esta zona de la costa croata.  Nos instalamos en el hotel y comenzamos la visita de la ciudad. Split fue originalmente construida alrededor del palacio del emperador romano Diocleciano, que es realmente la parte interesante de la ciudad, ya que toda la parte nueva, bastante extensa, carece de interés.  Este centro antiguo tiene mucho encanto. Paseando por el centro histórico de Split visitamos las murallas romanas, sus plazas y templos. La visita es gratuita ya que el palacio forma parte de la ciudad, únicamente hay que pagar para visitar los restos excavados en el sótano del palacio. El palacio tiene muy bien conservadas las calles principales y alberga algunos edificios góticos y del renacimiento que se añadieron con el tiempo. El palacio conserva   cuatro puertas monumentales, una de ellas, la Puerta de Oro era la entrada principal al Palacio. El patio interior del complejo romano es un sitio impresionante y pintoresco, con  construcciones de diferentes periodos.

Palacio de Diocleciano en Split, Croacia
                                                                                                              Palacio de Diocleciano en Split

Cerca de la Puerta de Plata pasamos por un mercado, un caos de frutas y hortalizas de temporada. Debido al espacio abierto, esta zona también proporciona la mejor vista del Palacio de Diocleciano. Frente a la puerta se encuentra el Oratorio de Santa Catalina. Aunque la Puerta de Bronce es más sencilla y da al mar y al puerto, se abre a la fachada más rica del palacio. Pudimos ver también las amplias bodegas del palacio que han sido excavadas para revelar impresionantes bóvedas arqueadas. Muchas tiendas ocupan algunos de estos espacios, pero otras enormes bodegas albergan una exposición sobre el palacio. Callejeando por la preciosa zona antigua pasamos por varias iglesias y palacios. Otro de los edificios más destacados es la catedral, donde pudimos subir al campanario. Las escaleras se aferran al interior de la torre, y en algunos lugares los escalones cruzan los grandes espacios abiertos de las ventanas. Las vistas desde la parte superior son maravillosas.

La plaza Braće Radić es otro de los espacios más encantadores del palacio. Está en la esquina suroeste del complejo. Varias partes del casco antiguo se han utilizado en el rodaje de la serie Juego de Tronos. Tras la visita concienzuda a toda la parte antigua caminamos por el paseo marítimo para disfrutar de vistas de la ciudad y del palacio desde el exterior.  Y ya para finalizar la visita a Split nos fuimos hasta el monte Marjan en coche. Es un pequeño monte junto a la ciudad donde hay un fabuloso mirador que nos da una panorámica excepcional de la ciudad, y buena parte de la costa. Las montañas cayendo sobre la costa constituyen un espectáculo digno de ver.

Vista de Split desde el Monte Marjan, Croacia
                                                                                                      Vista de Split desde el Monte Marjan

Dejamos Split tras comer algo rápido – en una mañana se ve muy bien la ciudad – y nos fuimos hasta la cercana Kastela. En realidad, Siete Castillos (Kaštela) es el nombre dado a una serie de fortificaciones construidas para defender la zona. Es una zona de costa bastante extensa totalmente urbanizada donde se conservan algunos de los castillos. Fuimos recorriendo los pueblos por la costa e hicimos alguna parada donde nos pareció que había algo interesante. Las pintorescas playas, calas, parques y fortalezas se extienden a lo largo de toda la Riviera. En Kaštel Gomilica está la fortaleza Kaštilac. Tiene la apariencia única de una pequeña isla. Se asemeja a un barco flotando pacíficamente en el mar. También fue uno de los lugares donde se filmó Juego de tronos y es que es un emplazamiento espectacular.  En Kaštel Kambelovac, vimos la torre de Cambi, que, con su forma única, se cierne sobre el pueblo. El puerto es también un lugar pintoresco. Las redes de pesca, y los remos se pueden todavía encontrar en el pequeño puerto y las calles adyacentes. Al lado del puerto está la plaza principal.

Fortaleza en Kastela, Croacia
                                                                                                                                 Fortaleza en Kastela

Aparte de estos dos lugares principales hicimos alguna que otra parada antes de llegar a Marina. Este pequeño complejo vacacional se encuentra en una bahía protegida y tiene un puerto deportivo y una bonita playa. Hay una enorme torre en el puerto, que ahora es  un hotel, el icono de la población. La zona del puerto es muy agradable para pasear. Desde allí con el coche subimos hasta una capilla, la capilla de Gospe od Sniga. Aparte del pintoresco pequeño edificio las vistas son realmente increíbles, ya que se encuentra  a 170 metros de altitud. La vista sobre el pueblo y la costa es preciosa.

Y tras la rápida visita a Marina -  sobre todo mereció la pena por las vistas – nos fuimos a visitar una de las joyas arquitectónicas de esta zona de Croacia, el pequeño pueblo de Trogir. Situado en una pequeña isla está catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La mayor parte del centro histórico está en la mencionada isla y está rodeado por una muralla con dos puertas. Un puente une la isla con el continente y otro la liga a la isla de Čiovo. El casco antiguo está excelentemente conservado y es completamente peatonal. Aquí disfrutamos de una auténtica atmósfera medieval, donde los balcones tallados en piedra sobresalen por las calles estrechas y palacios renacentistas y góticos rodean la antigua catedral.

Trogir, Croacia
                                                                                                                                                         Trogir

Comenzamos el recorrido a pie desde la puerta principal de la muralla. A lo largo de las calles hay numerosos detalles arquitectónicos. En el lado norte de la plaza principal se encuentra la magnífica catedral de San Lovro, uno de los monumentos  artísticamente más importantes de Dalmacia. El esbelto campanario es uno de los elementos que destaca sobre los tejados de la ciudad. Junto a la catedral se encuentra el edificio del tribunal medieval,  la torre del reloj y vario palacios, que hacen de la plaza un lugar fabuloso. Recorriendo las preciosas y abarrotadas callejuelas del pueblo encontramos numerosos lugares pintorescos así como otras iglesias. Pasamos también por la Puerta del Mar con sus hermosas columnas hechas de bloques de piedra de color claro. Cerca se encuentra el mercado de pescado que se celebra en una logia abierta.

En la costa, en la esquina suroeste de la isla, pasamos por el castillo de Kamerlengo, que fue en algún momento la residencia del gobernador veneciano. Altas murallas conectan las tres torres y el bastión. La vecina Torre de San Marcos es otra de las construcciones destacadas de la ciudad. Cruzando el puente hacia la isla de Ciovo disfrutamos de inmejorables vistas de la ciudad vieja. Aprovechamos para cenar en uno de los restaurantes de la zona de la catedral, a un precio realmente asequible. Y tras un agradable paseo nocturno nos retiramos a nuestro alojamiento que se encontraba muy cerquita de allí, en la zona nueva de Trogir.

DÍA 2:

Nos levantamos pronto y pusimos rumbo a Salona. La antigua ciudad de Salona es famosa por sus ruinas romanas. Comenzamos  la visita por la necrópolis de Manastirine, la zona de entierro justo fuera de las murallas. Las ruinas de la necrópolis y la basílica están bien conservadas. Después llegamos al Tusculum, una villa que alberga un pequeño museo. Más adelante encontramos la zona más rica de ruinas con los cimientos de las primeras basílicas cristianas, los baños y la Puerta de Cesarea. A lo largo de las murallas llegamos a la necrópolis de Kapljuč, otro cementerio cristiano, y luego a las imponentes ruinas del Anfiteatro y el Teatro. También se pueden ver los cimientos del Foro y algunos restos del acueducto. La verdad es que en algunas partes hay que utilizar bastante la imaginación para vislumbrar como eran las construcciones romanas, pero en conjunto la visita merece la pena si te interesan las ruinas de la antigua Roma.

Ruinas de Salona, Croacia
                                                                                                                                      Ruinas de Salona

Nos adentramos un poco en el interior de Croacia para visitar la espectacular fortaleza de Klis. Su ubicación es impresionante sobre una estrecha cresta delgada, desplegando sus murallas y edificios a lo largo de su escuálida cima. La fortaleza consta de tres largas líneas defensivas que rodean un punto fuerte central, el Polo Maggiore. Es curiosos que la fortaleza no se encuentra muy señalizada y ni siquiera hay un centro interpretativo o algo similar, pero el interior de la fortaleza es impresionante con las calzadas empedradas zigzagueando su camino hacia arriba a través de una sucesión de puertas de entrada coronadas por torres. Se pueden ver en el recinto  varios almacenes, bloques del cuartel y - cerca del punto más alto de la fortaleza - la capilla antigua de piedra. Las vistas desde las murallas son verdaderamente impresionantes, llegando a  Split a través de la llanura y hasta las islas de Solta y Braé en la distancia. La vista hacia la costa es fantástica, de las mejores que encontramos en el viaje.

Fortaleza de Klis, Croacia
                                                                                                                                       Fortaleza de Klis

Seguimos por el interior hacia Sinj, una tranquila población situada entre pequeñas montañas. Allí una bonita iglesia domina la plaza principal del pueblo. Estuvimos paseando por el casco antiguo y subimos hasta una colina donde hay una pequeña capilla  y una imagen de la virgen. Las vistas desde lo alto son maravillosas. En el camino de subida encontramos 14 esculturas diferentes, cada una contando un pasaje de la historia de Jesucristo. De nuevo en el pueblo pasamos por Kamičak, un fuerte en forma de estrella sobre una pequeña colina que ofrece vistas de los tejados del pueblo. Nada comparables en cualquier caso con las que obtuvimos desde la capilla. La zona en la que se encuentra Sink es muy conocida por sus posibilidades para el senderismo. Así que decidimos hacer una ruta bastante sencilla pero muy gratificante por las vistas que ofrece.  La ruta que decidimos hacer llega a la cumbre de la montaña Svilaja.

A una altitud de 1509 metros, la cumbre de Svilaja domina esta parte del interior dálmata. La montaña está mayormente cubierta de bosques. Hay preciosas vistas desde la cima sobre el lago Perucko y las montañas de la zona, e incluso de las islas de Dalmacia central hacia el sur. A la cumbre llegamos tras un sendero muy sencillo, ya que en la oficina de turismo nos aconsejaron una ruta que se puede hacer en coche hasta una altitud de casi 1200 metros. Por lo tanto la subida quedó muy simplificada ya que el desnivel a cubrir resultó escaso. No obstante tuvimos que caminar unos 4 Km hasta la cima. Sin embargo como las vistas se abrieron casi desde el principio el recorrido fue realmente agradable. La ruta la comenzamos desde unas casas en la parte superior del pueblecito de Potravlje.

Playa de Dugi Rat, Croacia
                                                                                                                                     Playa de Dugi Rat

Y tras este paréntesis en la montaña volvimos a la costa, en concreto a Dugi Rat. Su pequeño centro se encuentra en una especie de minúscula cuenca muy cerca de su playa principal. En Krilo pudimos ver un pequeño puerto bastante pintoresco y después ya en el pueblo de Dugi Rat vimos dos playas de guijarros bastante concurridas, así que como  nos apetecía darnos un baño nos fuimos a la vecina playa de Duce de 4 km de longitud – dividida en diferentes secciones - y de arena, algo excepcional en la costa croata. Casi toda la costa se compone de playas de guijarros, mientras que la parte de Dugi Rat a Omiš está cubierta de arena.

Toda esta zona de costa tiene un paisaje espectacular porque una cordillera de roca desnuda se levanta siguiendo el trazado de la costa. Encontramos una carretera que recorre la costa por la ladera proporcionando vistas maravillosas de la costa. La carretera pasa por diferentes pueblecitos, donde hay bonitas casas de piedra. Todos estos pueblos siguen el mismo patrón; todos ellos tienen calles, caminos, plazas pequeñas, y centros que se encuentran principalmente en las inmediaciones de la iglesia o la escuela. Y desde todos ellos hay vistas fabulosas de la costa, las montañas  y las islas (Brac, Hvar, Solta). Al final la carretera desciende a nivel del mar y acaba en la desembocadura de un río entre fabulosas rocas que se vuelven a elevarse a l otro lado, en la localidad de Omis. No teníamos tiempo ya de visitar Omis y tuvimos que retroceder hasta Split pues al día siguiente queríamos visitar la isla de Vis.

DÍA 3:

Madrugamos y nos fuimos a Split a tomar el primer ferry hacia la isla de Vis. La isla tiene una costa irregular con playas, y una cadena montañosa interior con el Monte Hum que alcanza la respetable altura de 587 m en una isla tan pequeña. Esta isla es mucho menos turística que otras que visitamos en el viaje y por lo tanto la sensación de autenticidad que se respira en la misma es mucho mayor.  Gran parte de la isla está dedicada a los viñedos que producen el famoso vino blanco "Vugava" y el vino tinto "Plavac".

Isla de Vis, Croacia
                                                                                                                                                  Isla de Vis

El ferry nos dejó en la costa noreste en el pueblo de Vis que es el asentamiento más antiguo de la isla. Es un pueblo pequeño pero bonito y con mucha historia. Además de interesantes ruinas de la época griega y romana, hay muchas villas y varias iglesias. Un agradable paseo costero serpentea a lo largo de 4 km a lo largo de la costa pasando por calas y las pequeñas playas de guijarros de Parja, Rogaéic, Mala y Vela Svitnja. No lo hicimos entero pero si un buen tramo. En el centro de la ciudad pudimos ver algunos edificios típicos de otros siglos. También vimos los restos de las murallas griegas que una vez rodearon la colonia tras una caminata corta al norte del muelle. En el lado oeste de la bahía se encuentran restos de un baño romano, un teatro romano y un cementerio griego. Hay un museo arqueológico que alberga muchos restos de estos monumentos aunque no pudimos entrar por falta de tiempo. Hay algunas playas maravillosamente intactas en la isla de Vis, sobre todo en la costa sur.

Atravesamos la pequeña isla – apenas 10 Km – y llegamos al otro enclave de cierta importancia de la isla: Komiža, en la costa occidental. Se trata de un pequeño pueblo pesquero que ofrece una imagen de postal. Un montón de casas están situadas alrededor de un bonito puerto  en una bahía al pie del monte Hum. Un monasterio y su iglesia son los principales monumentos aunque al final del muelle principal hay una bonita ciudadela renacentista. Desde aquí se suelen hacer excursiones a la cercana isla de Biševo para visitar su famosa cueva azul. Todo el paseo marítimo junto a las casas de piedras es precioso. El litoral de la ciudad se divide en pequeñas calas separadas por algunos salientes ocupados por casas. Recorrimos todo el paseo y después nos adentramos por algunas de las callejuelas del pueblo, una verdadera gozada.

Komiza en la isla de Vis, Croacia
                                                                                                                                                       Komiza

Dejamos el pueblo y nos fuimos en coche a la cima del monte Hum. Aunque se puede subir andando decidimos hacer el trayecto en coche porque de otra manera no hubiésemos tenido tiempo. A medida que la carretera asciende se van abriendo vistas hacia el mar  y los islotes colindantes. En el punto más alto de la pequeña montaña está la pequeña iglesia del Espíritu Santo. Desde allí una hermosa vista se abre sobre la ciudad Komiža y la isla cercana de Biševo. No obstante como la cima es una especie de cresta bastante extensa no hay vistas más que hacia esa parte de la isla. Hacia los otros lados la vista queda tapada por la propia cresta montañosa. No obstante merece la pena subir.

Cala de Stinva, isla de Vis, Croacia
                                                                                                                                           Cala de Stinva

Dejamos la montaña para dirigirnos a una de las playas más espectaculares de la isla, no tanto por la playa en sí como por el marco natural en que se encuentra. Para los que conozcáis Mallorca es un sitio que recuerda mucho a La Calobra. Se trata de una pequeña cala de grava muy estrecha y con dos enormes acantilados a sus lados. Es una playa realmente pintoresca. Su nombre es Stinva.  Para darnos un chapuzón sin embargo elegimos la playa de Smokova, con un impresionante fondo arenoso y unas aguas espectaculares.  Y tras el refrescante baño, como nos sobraba un rato antes de volver al ferry fuimos a ver una de las curiosidades de la isla, un antiguo refugio de submarinos de la antigua Yugoslavia en la bahía de Parja. Excavado en la roca de una pequeña bahía hay un enorme túnel donde amarraban los submarinos. Además está completamente accesible al público y se puede pasear por los muelles donde anclaban los mismos. Y ya después de esto sí que no tuvimos tiempo para más y nos fuimos al ferry para regresar de nuevo a Split de donde al día siguiente de nuevo partiríamos para visitar otra isla.

DÍA 4:

Tras levantarnos y desayunar nos fuimos al puerto de Split para tomar nuestro segundo  ferry, en este caso a la cercana isla de Šolta. Es una de las islas menos conocidas de esta zona de Croacia y tiene un paisaje mediterráneo con sus  olivares intercalados con una buena colección de pueblos de piedra y atractivos puertos. Pequeña, compacta y no muy montañosa, es ideal para caminar y montar en bicicleta, especialmente una vez que uno se aleja de la única carretera principal de la isla. Las principales atracciones son los preciosos pueblos con puerto de Maslinica y Stomorska y las bonitas poblaciones tradicionales del interior de la isla. Llegamos en ferry al puerto de Rogac y nos dispusimos a explorarla.

Maslinica, Croacia
                                                                                                                                                   Maslinica

Esta larga isla, con sus numerosas bahías y calas, incluye las ruinas de muchas villas romanas. También hay pequeñas iglesias que datan de la Edad Media. Cerca de algunos puntos como Stomorska, Grohote, Donje Selo y Nečujam, pudimos ver restos de las torres de defensa. El punto más alto de la isla de Šolta es Vela straža a donde llegamos subiendo  los 237 m de alto de altitud y disfrutamos de la vista sobre las islas circundantes. Desde aquí se puede ver perfectamente Split. Fue una subida muy agradable y nada pesada, con una recompensa enorme por las vistas.

En la costa noreste de la isla se encuentran las grandes bahías de Rogač y Nečujam. Rogac es de hecho el puerto al que llegamos, es un asentamiento que no es mucho más que un grupo de casas con vistas a un puerto. En el borde de la bahía hay un buen tramo de playa de guijarros. El pueblo más importante de la isla es Grohote, en el interior, que está formado por viejas casas de piedra con vallas verdes, y con vistas a callejones que han conservado en gran medida su pavimentación de piedra arcaica. Es un encantador pueblo antiguo donde dimos un paseo disfrutando del ambiente.

Aprovechamos también para darnos un baño en una de las bonitas calas que se pueden encontrar en la isla, en concreto en la de Donja Krusica. Llegamos hasta Maslinica en el extremo oeste de la isla, donde hay bellas vistas marítimas antes de descender al pueblo. Maslinica es una mezcla de pueblo de pescadores y una elegante población. Hay un pequeño puerto deportivo en el lado sur del puerto, un hotel renacentista en forma de castillo, y no mucho más, salvo un manto de palmeras junto a las bonitas casas de piedra. En el otro extremo de la isla  nos gustó Stomorska que todavía conserva su encanto de pequeño pueblo de pesca. En los alrededores también hay preciosas calas para bañarse. Y finalmente volvimos al ferry para regresar a Split después de haber pasado un día muy agradable y tranquilo en una isla bastante menos abarrotada que el resto de lugares  que visitamos en nuestro viaje.

Stomorska, isla de Solta, Croacia
                                                                                                                                                 Stomorska

Ya de vuelta a Split seguimos hacia el sur de nuevo hacia Omis, donde estuvimos paseando y disfrutando del precioso paisaje montañoso que rodea la desembocadura del río Cetina. Cenamos algo y nos alojamos allí mismo. Mencionar que aunque teníamos todos los alojamientos concertados de antemano en muchos pueblos abundan personas que ofrecen alojamientos en la misma calle paseando  con carteles, y eso en pleno Agosto. Vamos que a pesar de la gran cantidad de turistas que hay en pleno verano  no parece que sea complicado encontrar un alojamiento sobre la marcha.

DÍA 5:

Nos levantamos pronto  para visitar el pueblo de Omis, rodeado de pequeños pueblos de pescadores con hermosas playas. Como ya habíamos visto en nuestra primera parada en el pueblo, éste goza de una ubicación espectacular ya que se encuentra al final de la garganta de Cetina, un profundo desfiladero. Paseamos por el casco antiguo, una maraña de callejones estrechos que se extiende a ambos lados de la calle peatonal Knezova Kaéiéa. Caminando por la ciudad vieja, casi en cada esquina encontramos una pequeña plaza pintoresca o una casa encantadora. Una de ellas es una hermosa casa renacentista. En nuestro recorrido también pasamos por varias iglesias.

Los restos de las viejas murallas de la ciudad se conservan hoy en día, y dos fortalezas venecianas parcialmente en ruinas se aferran a las rocas desnudas sobre el pueblo. Las ruinas dela fortaleza de Tvrđava se alzan precariamente sobre un pináculo de roca sobre Omis en un mirador excepcional. Llegamos allí  desde el puerto, a través de una empinada callejuela, y luego por una pista en la roca, en algo más de una hora. La recompensa, un panorama impresionante de las islas de la costa, el desfiladero y el propio pueblo debajo. El paisaje rocoso con la costa y la desembocadura del río es simplemente espectacular.

Vista de Omis desde la fortaleza, Croacia
                                                                                                             Vista de Omis desde la fortaleza

De regreso visitamos la más baja de las dos fortalezas de Omis, la Mirabela, alcanzada por un sendero en zigzag que comienza detrás de la iglesia del pueblo. La fortaleza está construida sobre el acantilado sobre la ciudad vieja y pudimos subir a su torre, que ofrece una buena vista hacia la costa y la isla de Brac. Y antes de dejar el pueblo dimos un paseo hasta su espigón que bordea la desembocadura del río. La vista hacia toda la cordillera montañosa que bordea la costa es espectacular.

Cogimos el coche y antes de continuar por la costa nos adentramos un poco por la garganta del Cetina hasta llegar a la capilla de Sveti Juraj, desde donde hay una vista espectacular de la desembocadura del río y la garganta. De hecho toda la garganta del Cetina es un parque natural y los paisajes que ofrece la carretera son espectaculares. También hay otro mirador con la estatua de una heroína local que ofrece una panorámica diferente de la zona.

Garganta del Cetina, Croacia
                                                                                                                                  Garganta del Cetina

Seguimos después por la carretera de la costa, donde se suceden diferentes calas de grava en un mar cristalino. La cordillera continúa desplegándose junto al mar y subimos en coche a la aldea de Lokva para hacer una pequeña ruta hasta la cima de la cordillera, en concreto hasta la ermita de San Vitus. La vista desde allí es maravillosa, con la isla de Brac justo  en frente formando lo que parece un inmenso fiordo. La subida es sencilla aunque un tanto dura por el calor, sobre la roca desnuda de la cordillera, pero en todo momento la recompensa de las vistas que se van abriendo justifican el esfuerzo. Al bajar de la ruta buscamos una cala y nos dimos un chapuzón para refrescarnos. Hay muchas para elegir, todas ellas pequeñas. Pero para un baño más que suficiente. Elegimos concretamente la pequeña playa de Artina en el pueblo de Celina.

Seguimos por la costa hasta Pisak, un pequeño pueblo pesquero situado en una bahía rodeada de hermosas playas. La bonita iglesia de San Marcos en el centro de las antiguas casas dálmatas domina el lugar y crea una imagen de postal, junto  con la pequeña playa a sus pies. Es realmente un pueblecito muy pintoresco.  En la bahía de Pisak hermosas playas de guijarros se extienden alrededor del pequeño puerto.  Tras pasear por la zona central del pueblo seguimos en el coche hasta un precioso anfiteatro rocoso donde hay una playa, la de Vruja. Varios miradores en la carretera permiten disfrutar del fabuloso paisaje. Y desviándonos hacia la parte superior llegamos a otro mirador aún más asombroso en la parte superior de la cresta.

Roca de Brela, Croacia
                                                                                                                                            Roca de Brela

Nuestra siguiente parada fue Brela, una pequeña ciudad turística situada entre la montaña y el mar Adriático. Se conoce como la perla de la costa de Makarska. El símbolo de Brela es "Kamen Brela" (piedra de Brela), una pequeña isla de la roca muy cerca de la playa principal, la playa de Punta Rata, que por cierto ha aparecido alguna vez en la lista de las 10 playas más hermosas del mundo. Y aunque la playa la verdad es que no es para  tanto Brela tiene un mar cristalino, y seis kilómetros de playas naturales de guijarros. Además hay un fabuloso paseo que recorre la costa y que nos permitió ver el puerto, la playa y la piedra de Brela.  Tras un paseo por la costa cenamos algo en el pueblo y nos alejamos en las cercanías.

DÍA 6:

Madrugamos y nos dirigimos a Makarska para tomar el primer ferry de la mañana hacia la isla de Brac. Llegamos al puerto de Sumartin, un agradable asentamiento pesquero con unas pocas casas alrededor de los espigones. Y desde aquí nos fuimos directamente a la joya de la corona de la isla: la plata de Zlatni Rat, una espectacular playa en  la población de Bol, en la costa sur dela isla. El emplazamiento de Bol es realmente bonito, abrazando los costados de la montaña Vidova gora, con el encanto de sus casas de piedra. La playa en sí, que se ve según la carretera desciende hacia la costa, es una lengua de guijarros  que desde lejos parece arena dorada. La lengua es de unos 400 metros de largo que se extiende hacia el mar justo al oeste de la ciudad. La playa es simplemente increíble, con agua cristalina y la vista desde arriba es asombrosa. Además de su belleza, la playa es maravillosa para el baño. El tamaño de los guijarros es el  justo para no molestar y las aguas son realmente cristalinas. Por supuesto no pudimos resistirnos a bañarnos aquí.

Playa de Zlatni Rat en la isla de Brac, Croacia
                                                                                                                                   Playa de Zlatni Rat

Después del baño pasamos por el pueblo de Bol, un lugar muy agradable con casas de piedra antigua por encima de un atractivo puerto lleno de pequeños barcos y embarcaciones de recreo. Dimos una vuelta por el paseo marítimo junto a las cristalinas aguas del Adriático y también vimos un monasterio dominicano en lo alto del promontorio justo al este del centro de Bol. Dejamos el pueblo y subimos en coche a la montaña de la isla, la Vidova Gora. Aunque se puede subir caminando por falta de tiempo decidimos aprovechar la existencia de una estrecha carretera que sale desde la carretera Supetar-Bol justo al sur de la aldea de Nerežišća. Esta montaña es el punto más alto en cualquier isla del Adriático. La vista abarca desde la playa de Zlatni rat y Bol hacia abajo a la izquierda, hasta las islas de Vis y Hvar visible más lejos. Es una vista maravillosa, aunque la playa se observa mejor desde la carretera ya que aquí estamos realmente altos. Bajando de la montaña de nuevo pasamos por Nerežišća, en el centro de la isla. Una rápida parada nos permitió ver el Palacio del Gobernador, la Loggia y un pedestal con el león de San Marcos, signos de su antiguo status como capital de la isla. Lejos de la costa, la carretera nos llevó por el hermoso interior de la isla con su indudable encanto, con sus tierras altas kársticas cubiertas de matorrales salpicadas de fértiles depresiones.

Pustinja Blaca, isla de Brac, Croacia
                                                                                                                                           Pustinja Blaca

Antes de visitar la costa norte de la isla hicimos un desvió hacia un lugar precioso de la isla, la ermita Blaca (Pustinja Blaca). Para llegar allí tuvimos que tomar una carretera de tierra y grava hasta llegar a un parking desde donde un camino muy pintoresco desciende por un barranco hasta llegar a los edificios  del complejo. Su último residente fue un astrónomo entusiasta que dejó un surtido de relojes antiguos y un stock de litografías. También se puede ver la vivienda y la cocina. La atracción principal, sin embargo, es el paisaje, con los edificios sencillos abrazando los lados de un estrecho barranco cubierto de matorrales. Es una imagen realmente preciosa.

Seguimos por la costa sur por una carretera bastante precaria pero que en ocasiones nos proporcionaba vistas fabulosas de esta parte de la isla hasta el pueblecito costero de postal de Milna. Milna es un encantador puerto que se curva alrededor de una bahía profunda. El viejo pueblo sube cuesta arriba desde la orilla, formado por un conjunto agradable de callejuelas estrechas y casas de piedra a ambos lados de una iglesia parroquial y una logia adyacente. Todo el paseo marítimo que serpentea por el entrante de mar con varias formas rodeado por las casas de piedra es realmente precioso. Nos hubiese gustado detenernos más aquí pero no teníamos tiempo así que tras disfrutar lo que pudimos del pueblo salimos en dirección al norte de la isla. Por el camino pasamos junto al pintoresco pueblo interior de Lozisca, del que solo pudimos parar a apreciar una panorámica sobre el mismo.

Lozisca, isla de Brac, Croacia
                                                                                                                                                       Lozisca

Desde allí nos dirigimos a la costa norte, concretamente al puerto de Supetar, la principal población de la isla. Supetar es una atractiva aldea de pescadores. Algo de la ciudad vieja se conserva, y dimos un paseo viendo sus casas de piedra de color rojizo agrupadas alrededor del puerto en forma de herradura. A diez minutos a pie al oeste de la ciudad, una larga playa de guijarros se curva alrededor de una bahía poco profunda. De pie en una península justo más allá de las playas, el cementerio de la ciudad es tanto un parque de esculturas como un cementerio. El monumento más grandioso del cementerio es el Mausoleo de Petrinovic: una cúpula neo-bizantina sobresale por encima de los árboles, coronada por un ángel de rodillas.

Pučišća, isla de Brac, Croacia
                                                                                                                                                      Pučišća

Y desde allí seguimos por la costa norte, pasando por el pueblo pesquero de Postira que está en una bahía, con espectaculares vistas de Dalmacia continental a través del agua. Cuatro kilómetros al este de la ciudad, la bahía de Lovrecina es una playa con una orilla arenosa y aguas turquesas translúcidas, y una iglesia medieval en ruinas entre los olivares detrás de la arena, un lugar idílico. Hicimos una parada para sacar unas fotografías de este precioso paraje y seguimos hasta otro pueblo que nos gustó muchísimo. Ubicado en el brazo occidental de una larga entrada de mar en forma de Y, Pučišća, una ciudad de piedra, se acurruca alrededor de un par de torres medievales y un campanario de iglesia. El puerto es realmente bonito y su vista desde las alturas, desde la carretera de acceso es realmente impactante. Y ya no nos dio tiempo a más, cenamos allí mismo y nos alojamos en las cercanías. Decidimos hacer noche en la isla para estirar un poco más el día. De haber tomado el último ferry de vuelta a Makarska no nos hubiese dado tiempo a hacer todo lo que hicimos.

DÍA 7:

Por la mañana tomamos de nuevo el primer ferry de regreso a Makarska desde Sumartin. Tras el agradable trayecto en ferry desembarcamos en esta población, una de las más importantes de esta parte de la costa. Makarska es un puerto bastante pintoresco al pie de la imponente montaña de Biokovo. Hay una larga playa de guijarros con numerosos bares y cafés. Dimos un paseo por el borde del mar y después nos adentramos en el coqueto casco antiguo donde lo único que sobresale es la plaza de la catedral entre las bonitas casas de piedra. No hay más monumentos destacables pero el conjunto es realmente agradable, como ya intuíamos desde el ferry. Dimos un paseo por la costa hasta llegar a la playa de St Peter a lo largo de una agradable senda costera que discurre por el borde de una península con fabulosas vistas hacia las montañas.

Puerto de Makarska, Croacia
                                                                                                                                  Puerto de Makarska

Dejamos la ciudad y nos adentramos en el parque de Biokovo, una de las zonas naturales más bonitas de Croacia. Nuestro objetivo: Sveti Jure, la segunda montaña más alta de Croacia. Y aunque se puede subir caminando  - seguro que es una ruta fabulosa – decidimos subir en coche por la falta de tiempo. Y es que hay una carretera habilitada hasta la mismísima cima. La primera parada que hicimos fue en un centro de información en Ravna Vlaška con unas vistas bastante bonitas. La carretera es una verdadera gozad hasta que llegas a la cima, que sin embargo está estropeada con una enorme antena de comunicaciones. Sin embargo las vistas son espectaculares con toda la costa, las islas y el macizo montañoso que se  levanta a nuestros pies. A la vuelta paramos en otro fabuloso mirador, el de Štrbina, a 800 m del cruce a Vošac en la carretera de Biokovo. Desde el aparcamiento en unos 15 minutos llegamos al mirador con preciosas vistas a Makarska y a las islas.

Vistas de Makarska desde el macizo de Biokovo, Croacia
                                                                                  Vistas de Makarska desde el macizo de Biokovo

Y desde aquí nos fuimos hacia el interior para ver una curiosidad geológica, los lagos de Imotski. Imotski es una pequeña población situada en medio de unas colinas pedregosas en la frontera con Bosnia-Herzegovina. Llegar a la población es en sí ya merece la pena, pues la carretera es muy bonita, sube por las montañas cubiertas de matorrales al sur de Omiš antes de llegar a valles llenos de viñedos. Desde el extremo oriental de Imotski, dimos un corto paseo hasta los dos lagos en las afueras de la ciudad. Ambos lagos tienen dimensiones impresionantes y lo que más impresiona es que se encuentran en unas profundas cavidades del terreno. Un paseo de diez minutos nos llevó al primero de ellos, el llamado Modro Jezero o Lago Azul, que ocupa un enorme agujero en el karst. La depresión es de 290 metros de profundidad. Un camino recorre el lugar hacia abajo, ofreciendo varios miradores en el camino antes de llegar a la orilla del agua.

Imotski, lagos , Croacia
                                                                                                                                        Lago en Imotski

Y el Crveno Jezero (Lago Rojo) es incluso una vista aún más asombrosa que el Lago Azul, y debe su nombre a los tonos rojizos de los acantilados circundantes. El lago se encuentra en la parte inferior de un pozo de unos 300m de ancho y 500m de profundidad. En este no se puede llegar hasta el borde del agua, pero se obtiene una vista maravillosa de este impresionante agujero en el suelo desde el mirador de la carretera. Regresamos a la costa y seguimos nuestro recorrido desde Makarska .  A lo largo de la Riviera de Makarska hay muchas playas, algunas de ellas muy bonitas. Muchas playas ofrecen bosques de pino espeso y sombra natural. Paramos a darnos un baño en la playa de Nugal Makarska, una de las playas más pintorescas de la Riviera de Makarska. Para llegar allí recorrimos un sendero hasta un mirador en el borde del acantilado, donde se ve la preciosa playa y parte de la costa – una vez más desde arriba la grava parece arena dorada -. El agua cristalina invita a bañarse.

Poco después siguiendo la carretera costera paramos en Drvenik, un bonito pueblo costero con playas en torno a dos bahías en forma de media luna. La bahía principal es bastante bonita con casitas cerrando la playa en ambos lados y un  agradable paseo.  Y terminamos el día en Zaostrog, una población turística con dos partes bien diferenciadas, una parte más vieja bajo la cordillera de Biokovo, y una zona costera más nueva, con una bonita playa. Dominando el pueblo durante más de cinco siglos está el antiguo monasterio franciscano de Santa María, que tiene un museo al que ya no pudimos acceder por la hora a la que llegamos. Estuvimos paseando por la zona vieja donde vimos varias iglesias y capillas y después por el paseo costero, junto a la larga playa de guijarros. El camino que sigue hacia el norte de la ciudad nos llevó a algunas calas rocosas bastante bonitas.

DÍA 8:

Madrugamos y retrocedimos hasta el vecino Drvenik para coger el ferry hasta la isla de Hvar, una de las más conocidas de Croacia. Y es que Hvar alberga excelentes playas, preciosos pueblos y un paisaje muy agradable. Unas colinas de piedra caliza forman la cresta central de la alargada isla. La ciudad de Hvar es la ciudad más impresionante de la isla, pero Stari Grad, el pueblo más antiguo de la isla, y Jelsa, así como un puñado de pequeños pueblos en la costa o en el interior bien valen la pena una visita. La isla también es muy conocida por sus extensos campos de lavanda. La terminal del ferry es la más concurrida que encontramos en el viaje y a pesar de haber madrugado ya encontramos una buena cola que nos obligó a esperar un segundo ferry de refuerzo. No obstante pudimos aprovechar la espera para darnos un chapuzón en la playa junto a la parada del ferry. Tras la espera llegamos a Hvar, a Sucuraj concretamente.

En una bahía protegida se encuentra Sućuraj, con los restos de un castillo construido por los venecianos. Sućuraj es una pequeña aldea de pescadores. La estructura más antigua y bien conservada de Sućuraj es el antiguo monasterio agustino. Dimos un paseo por el pueblo y su puerto y llegamos hasta el faro, desde donde hay una bonita vista sobre la costa de Makarska. Sućuraj está rodeado por el mar y alberga un número grande de playas hermosas. Con el coche nos acercamos a la de Mlaska, una cala con fondo arenoso y muy poco profunda, una verdadera maravilla de piscina natural. El litoral es rocoso pero hay habilitados unos muelles de piedra donde poder acceder al agua o tenderse a tomar el sol. Para bajar a esta playa tuvimos que descender desde la carretera central que recorre la espina dorsal de la isla. Aunque no es una playa como las que estamos acostumbrados aquí, desde luego es un lugar excepcional para darse un baño.

Faro de Sucuraj, Hvar, Croacia
                                                                                                                                        Faro de Sucuraj

Seguimos hasta el pequeño pueblo portuario de Jelsa, un coqueto asentamiento en  una bahía en la costa norte de la isla. La agradable Pjaca (plaza principal) está situada en el centro y es una de las plazas más bellas de la época renacentista-barroca, con la pequeña iglesia octogonal de San Juan. Todo el paseo alrededor del puerto es realmente agradable también.  Tras pasear por el pueblo subimos a una colina sobre el mismo donde se encuentra Tor, una fortificación construida de enormes bloques de piedra. Hay que caminar un poco desde donde se deja el coche hasta la cima de la colina pero la vista sobre el pueblo y esta parte de la isla merece mucho la pena.

Jelsa, Hvar, Croacia
                                                                                                                                                           Jelsa

Seguimos por la costa norte de la isla hasta la pequeña aldea de Vrboska. La carretera hasta llegar allí ofrece una vista maravillosa de vastos campos de lavanda. Vrboska se encuentra en otra pequeña bahía y alberga una bonita iglesia fortificada. Esta iglesia-fortaleza es un edificio curioso, una mezcla de castillo e iglesia. Además pudimos subir a su terraza superior desde donde hay una preciosa vista del pueblo. El pueblo se nota que no es excesivamente turístico y es muy auténtico.  Vrboska se divide en dos partes por la bahía que acaba estrechándose hasta convertirse en casi un riachuelo: la parte oriental es una mezcla de casas renacentistas y barrocas y la parte occidental formada por iglesias, calles estrechas y casas construidas en estilo renacentista y gótico. Ambas están conectadas por pequeños puentes que unen los dos lados. Esto le da un encanto indescriptible al lugar. Nos acercamos después a la contigua península de Soline, donde con un simple paseo pudimos ver varias playas de roca con aguas completamente cristalinas. Lugares muy solitarios incluso en pleno verano que te permiten disfrutar del mar a placer.

Stari Grad, Hvar, Croacia
                                                                                                                                                  Stari Grad

Dejamos Vrboska para dirigirnos a una de las poblaciones más atractivas de la isla: Stari Grad.  Se trata de una población algo más grande y muy pintoresca, situada al final de una muy larga y estrecha bahía. Paseamos por la orilla del entrante de mar recorriendo las preciosas callejuelas de piedra, desviándonos aquí y allá. Stari Grad es el asentamiento más antiguo de la isla y es de hecho patrimonio mundial de la Humanidad. Aparte de las preciosas callejuelas los principales lugares de interés están situados alrededor de la plaza principal. Frente a la plaza se encuentra la iglesia de San Esteban y el Palacio Bianchini. El corazón de la ciudad está dominado por Kaštel Tvrdalj, una residencia fortificada que alberga una colección etnográfica que pudimos visitar. El monasterio dominicano es otro de los edificios destacados aunque no entramos a ver su interior. Pasear por el casco antiguo es la mejor manera de conocer este encantador pueblo. Tras  el paseo subimos a un nuevo mirador, en la colina Glavica. La vista no es tan bonita como la que habíamos disfrutado en Jelsa pero aun así merece la pena subir para ver Stari Grad desde arriba. Y ya no nos dio tiempo a mucho más. Tuvimos que retroceder hasta Jelsa ya que allí se encontraba nuestro alojamiento para las dos siguientes noches. Cenamos algo  en el mismo puerto – es un lugar mucho más tranquilo que Hvar para cenar – y nos subimos  al alojamiento situado en una zona boscosa sobre el puerto.

DÍA 9:

Madrugamos y nos pusimos rumbo a Hvar la población  más importante y espectacular de la isla. La carretera después de Stari Grad tiene muchas curvas a medida que atravesamos el macizo montañoso que discurre paralelo a la costa sur. El paisaje es  muy bonito. Y antes de llegar a Hvar nos desviamos para visitar la cima más alta de la  isla, en la mencionada cordillera. Hay rutas de senderismo que parten de la zona sur y seguro que merecen mucho la pena pero nosotros decidimos acercarnos en coche por la falta de tiempo. Desde la aldea de Selca kod Starog Grada parte una precaria carretera de tierra – aunque se puede seguir bien con un coche normal – que nos lleva hasta un restaurante situado en medio de la nada. Allí dejamos  el  coche y un sendero sencillo nos lleva hasta la cima de Sveta Nedjelja, donde hay una capilla y en otra cercana cumbre una enorme cruz blanca. Desde ambos puntos hay unas vistas realmente impresionantes. Estamos en la cima de un macizo que cae vertical hasta la costa sur y desde donde vemos toda la parte oeste de la isla y otra buena panorámica hacia el continente. Una vista maravillosa y además alcanzable sin ningún esfuerzo.

Cima de Sveta Nedjelja, Hvar, Croacia
                                                                                                                            Cima de Sveta Nedjelja

Tras disfrutar de las vistas nos dirigimos a Hvar, uno de los lugares más de moda y más visitados en la costa dálmata. Tras dejar el coche en un enorme aparcamiento entramos en la ciudad antigua y llegamos a la preciosa plaza principal. Es una plaza alargada que acaba desembocando en el puerto.  Los edificios más importantes de Hvar están en tres lados de la plaza principal. Esta es una de las plazas más bonitas que se puede ver en Croacia. La catedral renacentista de Sv. Stjepana tiene una preciosa fachada y un campanario a un lado. El interior alberga muchas obras de arte. La Torre del Reloj, la Loggia Cívica y el Palacio de Hektorović, reconocible por la hermosa ventana veneciano-gótica se encuentra también en la plaza. En el lado sur de la plaza se encuentra el Arsenal. Superada la plaza llegamos al puerto donde un precioso paseo marítimo empedrado discurre junto  a lujosos yates y las casitas de piedra reconvertidas en bares y restaurantes. Estuvimos paseando por todo el frente marítimo y nos adentramos por las callejuelas – mucho más liberadas de turistas que el paseo – donde encontramos rincones preciosos, en la ciudad medieval. Saliendo de la bahía principal continuamos el paseo hasta llegar a un pintoresco monasterio junto a una preciosa cala. En el otro lado del pase , desde la parte opuesta al casco antiguo, hay una vista preciosa del puerto y las casas de Hvar.

Puerto de Hvar, isla de Hvar, Croacia
                                                                                                                                          Puerto de Hvar

El mejor mirador de la ciudad se encuentra en la Fortaleza Española, una bonita fortaleza sobre el puerto en un promontorio que ofrece vistas impresionantes del puerto y de todas las islas que se despliegan frente a él. Todas las terrazas de la fortaleza son de libre acceso y ofrecen miradores con diferentes puntos de vista. Subimos aquí desde el puerto tras una interminable sucesión de escaleras, aunque también se puede llegar en coche hasta la fortaleza. Desde la fortaleza se observan perfectamente las murallas que descienden hasta el pueblo. Nos dimos otro paseo por el pueblo – el ambiente es muy ibicenco – y salimos en coche hasta otro mirador excepciona, la Fortaleza Francesa o de Napoleón. Este es un mirador mucho más alto y mucho más alejado que la fortaleza española. Aquí en realidad solo ves el muro de la fortaleza ya que está cerrada y sólo subimos aquí por las vistas. Las vistas son maravillosas, una versión ampliada de las islas y la ciudad de lo que ya habíamos visto.

Y finalizada la visita turística buscamos una playa cercana a Hvar para darnos un chapuzón. Decidimos visitar la de Pokonji Dol, que  es una cala de guijarros en un precioso entorno natural alejada del pueblo y con unas aguas cristalinas – como en toda Croacia por otra parte -.

Regresamos de Hvar pero esta vez en lugar de ir por la carretera del centro de la isla nos desviamos por una carretera de tierra, pasada la playa de Dubovica, que recorre la abrupta costa sur de la isla. La carretera es de tierra pero está bien, se puede circular por ella con un coche normal. La carretera es espectacular porque avanza a media altura colgada de los acantilados que forman las montañas y fuimos viendo muchas bahías y rincones preciosos, con el azul del mar a nuestros pies. Una de las más impresionantes es la cala de Lucisca. Paramos varias veces para disfrutar del paisaje, y lo mejor es que no nos encontramos absolutamente con nadie por lo que la sensación de estar en una isla en un lugar completamente remoto se multiplico notablemente. Sí que vimos gente en algunas diminutas calas, realmente paradisíacas. Y tras un espectacular tramo llegamos al pueblo de Sveta Nedilja, a los pies de la montaña que habíamos visitado por la mañana.  El pueblo no es gran cosa pero bajando hasta el pequeño puerto hay unas vistas fabulosas de las montañas y la costa y un rincón encantador con un mirador sobre un pequeño muelle donde se levanta un bonito árbol. En el puerto hay un par de construcciones circulares de tejado cónico bastante pintorescas también. Es un lugar muy de foto.

Costa sur de la isla de Hvar, Croacia
                                                                                                                    Costa sur de la isla de Hvar

Seguimos por la carretera de la costa sur y pasamos por algún pueblo pequeño sin  mayor interés. Aquí lo interesante es sin duda la costa y el paisaje montañoso que cae sobre la misma. Llegando al pueblo de Zavala atravesamos un estrecho túnel hacia el interior de la isla y nos dirigimos de nuevo a Hvar para cenar ya que queríamos disfrutar del ambiente del precioso pueblo en nuestra última noche en la isla. El bullicio por la noche es considerable en Hvar, había más gente incluso que durante el día y mucho movimiento de bares. Cenamos allí, dimos un paseo nocturno y regresamos a Jelsa a nuestro alojamiento. Y así concluye esta primera parte del relato por la costa central de Croacia.

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