Berchtesgaden, un idílico rincón de los Alpes bávaros

Nos vamos  de  escapada a Berchtesgaden, un precioso parque nacional en un rincón de los Alpes Bávaros. Y no sólo disfrutaremos de este pequeño pero maravilloso parque nacional sino que en la región podremos disfrutar de otras atracciones como El Nido del Águila- Kehlsteinhaus –, preciosos pueblos como el propio  Berchtesgaden y algunas idílicas iglesias de montaña como la de Ramsau.

Esta zona, aunque parte de Alemania, se encuentra muy cerca de Salzburgo en Austria, por lo que el acceso si llegamos en avión es más sencillo hacerlo desde la maravillosa ciudad austríaca, que ya visitamos en otra ocasión y lo contamos en esta entrada. En cualquier caso lleguemos como lleguemos os pasamos a contar los 4 días que pasamos en este precioso rincón de Alemania.

DÍA 1: Kehlsteinhaus - Rossfeld Panorama Strasse  - Maria Gern – Berchtesgaden

Lo primero que hicimos fue visitar el histórico Nido del Águila – Kehlsteinhaus - , una antigua casa de verano de Hitler en la zona. Hoy en día es un restaurante y se puede visitar. El acceso no está permitido para vehículos particulares, así que tuvimos que coger un autobús desde el centro de Documentación de Obersalzberg donde pudimos visitar también parte de los búnkeres de la guerra y una exposición con abundante información histórica. Durante el trayecto hasta la cumbre en el autobús nos pusieron una grabación con la historia  del lugar, pero al ser ene alemán no nos enteramos de nada. Es  curioso que en un lugar tan turístico no tengan al menos una versión en inglés.

La carretera nos lleva tras una interminable serie de curvas al borde del precipicio y con unas fantásticas vistas al aparcamiento situado  bajo la  base del pico donde se encuentra el nido del Águila. Por cierto es aconsejable situarse a la derecha para disfrutar de las mejores vistas durante el ascenso. Una vez llegamos a la parada superior del autobús seguimos un túnel hasta un ascensor dorado – realmente ostentoso – que nos llevó hasta el chalet en la parte superior. Una forma realmente curiosa de acceder al mismo. Hoy en día el chalet es un restaurante y no hay vestigios de lo que fue. Lo realmente interesante del lugar son las vistas: pudimos ver el famoso lago Königssee que visitaríamos posteriormente y buena parte de la región de Berchtesgaden. Desde los exteriores del restaurante subimos a la cima del Gipfel Kehlstein: una ligera pendiente de 200 metros nos separaban de la misma. Desde la cima las vistas son incluso mejores y la estampa del restaurante contra el verde paisaje de las montañas es espectacular. Disfrutamos del entorno y tras sacar muchas fotografías volvimos al autobús. Esta vez seguimos un sendero hasta la parada en lugar del ascensor dorado, simplemente para disfrutar del precioso entorno. Y del autobús, vuelta al parking donde habíamos dejado el coche.

Y justo al lado del Centro de Documentación parte una encantadora carretera panorámica de peaje – aunque bastante barata -  que discurre por la frontera sudeste de Alemania y Austria, la Rossfeld Panoramastrasse. Tras abonar el peaje en la estación situada muy cerca de donde estábamos seguimos la sección de 16 km de la carretera por un pintoresco paisaje montañoso de los Alpes de Salzburgo. Además de las espectaculares vistas, seguimos algunos pequeños caminos señalizados de naturaleza didáctica. También nos desviamos al poco de iniciar el ascenso para caminar hasta uno de los restaurantes de montaña tan habituales en la zona, el Putschellerhaus, para disfrutar de más vistas y de este entorno incomparable. Es un paseo sencillo de poco más de un kilómetro y que merece la pena por las vistas. De hecho seguimos un sendero que seguía ascendiendo por la cresta para tener vistas más amplias. De vuelt al coche seguimos la carretera panorámica. En la zona más alta de la carretera, ésta discurre por la cresta prácticamente llaneando y hay una zona de aparcamiento. Desde allí dimos un sencillo paseo por parte de la cresta con vistas hacia la ciudad de Salzburgo y los Alpes. Paramos también en algún mirador señalizado  y aprovechamos una de esas paradas para comer  el picnic que nos habíamos traído preparado. El recorrido de la carretera es maravilloso y con las diferentes paradas que hicimos pudimos disfrutar del maravilloso paisaje de la región. La carretera finalmente descendió hasta el pequeño pueblo de montaña de Oberau.

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Nos dirigimos entonces hacia Berchtesgaden pero primero hicimos un pequeño desvío para ver la iglesia de Maria Gern. Es una pequeña iglesia preciosa, tanto por su ubicación con las montañas de fondo como por su propia arquitectura con su típica cúpula de cebolla. El interior es bastante bonito pero desde luego lo que nos impresionó fue el edifico y su entorno, una verdadera maravilla.

Tras la parada fuimos a visitar el propio pueblo de Berchtesgaden, sin duda el más interesante de la región. Las calles estrechas y sinuosas están bordeadas de casas de colores pastel al estilo alpino. Es un pueblo pequeño pero encantador. Empezamos la visita por la preciosa plaza del mercado, donde hay una bonita fuente coronada por un león, una casita con una torre – Hirschenhaus -  y su fachada decorada con murales y toda una sucesión de pintorescas casas bávaras. Es el rincón con más encanto del pueblo. A lo largo de las calles que rodean la plaza del Mercado  había numerosos comercios tradicionales, aunque la mayoría ya cerrados. 

Saliendo del centro subimos a un precioso camino peatonal que discurre por una pasarela de madera -  Soleleitungssteg – y que ofrece unas vistas preciosas del centro del pueblo. La ruta se extiende a lo largo de 5 Km y es espectacular colgada en el acantilado rocoso de la montaña cercana al pueblo. Nosotros hicimos un buen tramo, en dirección Ramsau, hasta que dejamos de ver el pueblo y retrocedimos. De vuelta en el casco viejo seguimos callejeando y vimos algún mural más, como el situado en la parte trasera de la mencionada Hirschenhaus.

Saliendo de  estas calles llegamos al Palacio Real otro precioso edificio en una plaza con una iglesia de doble torre y más pinturas murales. Cruzando la calle ascendimos por un camino en zigzag hasta una pequeña pero preciosa capilla, Kirchleitn Kapelle, con unas bonitas vistas del pueblo. Es un lugar idílico con el pueblo debajo, la coqueta forma de la diminuta capilla contra las montañas y la zona verde en la que  se encuentra. Descendimos por el lado opuesto de la colina al que habíamos subido y regresamos al centro por la calle Locksteinstraße. La vista hacia el pueblo con las montañas de fondo es realmente bonita. También bajamos a ver el río pero esa zona no es tan atractiva así que regresamos y nos fuimos a cenar a una cervecería típica del pueblo donde además de cerveza degustamos la comida tradicional. Nos alojamos en las afueras de Bertechsgaden, en un coqueto hotel que sería nuestra base en los próximos días.

DÍA 2: Predigtstuhl – Salzbergwerk Berchtesgaden  - Hintersee – Ramsau

Comenzamos el día conociendo una de las cimas accesibles en teleférico de la zona: el Predigtstuhl. No se encuentra dentro del parque Nacional pero es una visita maravillosa que se puede realizar sin tener que caminar. Para ello nos desplazamos   a la localidad de Bad Reichenhall, un famoso balneario. Nos dirigimos directamente a la estación del teleférico, que según explican es el más antiguo del mundo, y en algo menos de 10 minutos ya estábamos en la cima de la montaña, donde hay otro restaurante alpino – similar al Nido del Águila  - con impresionantes miradores que nos ofrecieron unas impresionantes vistas del valle. Además hicimos un par de rutas bastante sencillas para disfrutar del entorno alpino. Primero seguimos la ruta panorámica arcada que es un sencillo sendero de media hora en torno a la estación superior del teleférico y que nos permitió obtener unas preciosas vistas  de las diferentes vertientes de la cima.

Después hicimos una ruta un poco más larga (unas dos horas ida y vuelta) hasta  una cima cercana: el Karkopf. No es una ruta dura y tampoco tiene demasiado ascenso. La ruta discurrió a través del Hochschlegel y luego siguió en un amplio arco hacia el Karkopf desde el sur. Estuvimos viendo maravillosas vistas durante todo el camino hacia la cuenca de Berchtesgaden. Desde el Predigtstuhl salen muchas rutas de senderismo pero con lo que hicimos nos dimos por satisfechos y bajamos de nuevo en el teleférico pues queríamos visitar justo después las minas de sal de Berchtesgaden, y como todas  las atracciones  en Europa tienen un horario bastante limitado.

Así que cogimos el coche y de vuelta  a Berchtesgaden nos dirigimos a  las minas de sal: Salzbergwerk Berchtesgaden . Estas minas de sal son una de las atracciones más importantes de la región. Es una visita muy entretenida y muy recomendable si viajas con niños. La visita empieza poniéndonos en el papel de un trabajador, y para ello nos dan un mono de minero, que viene muy bien ya que en el interior de la montaña la temperatura es de unos 12 grados. Justo después entramos mediante un tren eléctrico por entre pequeños túneles que nos llevaron una distancia de 1500 metros hacia el interior de la montaña. Una vez en la mina se visita a pie y se pueden ver diferentes elementos. También descendimos por unos toboganes de madera de unos 40 metros de largo y en una de las galerías inundadas cruzamos en un pequeño barco. Durante el recorrido pudimos aprender bastante sobre la tecnología de extracción y la historia del lugar. Todo ello aderezado con varios espectáculos de luz y sonido. Una actividad realmente entretenida.

Y tras la visita nos dirigimos ya a uno de  los lagos más representativos del Parque Nacional: el Hintersee. Llegamos hasta el mismo lago en coche. Es un lago precioso, no muy grande y pudimos caminar por los alrededores sacando preciosas fotos con las montañas de fondo. Subimos un poco por la ladera de la montaña hasta Halsalm –un restaurante de montaña - . Es una ruta sencilla de poco más de 1.5 Km y algo de subida pero que nos ofrece unas vistas preciosas del lago y de las montañas desde ese punto. La ruta continua adentrándose en el parque pero nosotros la dejamos aquí y nos conformamos de disfrutar delas preciosas vistas.

Descendimos por el mismo camino y nos dirigimos a la última visita: la preciosa iglesia de Ramsau, la iglesia de St. Sebastian. Es otra iglesia muy similar en aspecto a la de Maria Gern pero si cabe en un emplazamiento aún más idílico. Un pequeño riachuelo pasa paralelo a la iglesia y varios puentecitos de madera cruzan a un sendero en el otro lado desde donde la vista de la iglesia contra las montañas es realmente preciosa. Una de las vistas icónicas de Berchtesgaden. El interior de la iglesia no lo pudimos ver en  esta ocasión pero no nos importó porque la ubicación y el paisaje son inigualables. Paseamos por el caminito relajadamente y ya con esto se nos acabó el día, con lo que volvimos a Berchtesgaden para cenar y alojarnos en el hotel.

DÍA 3: Jennerbahn - Mirador de Malerwinkel – Königssee – Obersee

Nuestro tercer día en Berchtesgaden lo empezamos con otro teleférico, en este caso el que nos llevó a la cima del monte Jenner. Para subir nos desplazamos al  lago Königsee, que visitaríamos más tarde. El Jennerbahn conduce a través de dos tramos hasta la cima del monte, o casi. Desde la estación superior solo resta un breve paseo hasta la cima. La vista de la impresionante mole del Watzmann, el Königssee y el panorama general desde la cumbre son simplemente impresionantes. Una cruz señala la cima como es costumbre en los picos de la zona. El panorama sobre el Königsee es simplemente increíble.

Estuvimos un rato por la  cumbre disfrutando de las  vistas y el maravilloso entorno. Tras una buena sesión de fotos bajamos para ver el lago de cerca.  Pero antes de embarcar y visitar el lago subimos a un mirador, el de Malerwinkel, al que se llega siguiendo un corto camino por el bosque. Se gana un poquito de altura y la vista hacia el fondo del lago entre el bosque y con las montañas es una de las más bonitas. La ida y vuelta nos llevó poco más de media hora y volvimos de nuevo al embarcadero. Allí hay un pequeño pueblecito  con unas típicas casas bávaras, realmente encantador. Y por supuesto no pueden faltar las tiendas de souvenirs. En el borde del lago hay varias construcciones en el agua para cubrir los barcos. Los barcos que cruzan el lago son eléctricos para preservar el medio ambiente. Este lago de color verde esmeralda está considerado como el lago más bonito de Alemania, y desde luego no pudimos estar más de acuerdo.

El viaje nos llevó unos 35 minutos de ida. Durante el trayecto pudimos ver varias cascadas vertiendo sus aguas en el lago, una vista impresionante. Tras una parada el barco continuó su viaje hacia una península – a mitad del lago - en la que se encuentra  la capilla de San Bartolomé, uno de los escenarios más fotografiados de toda Alemania. Es un precioso edificio blanco con unas pintorescas cúpulas rojas. De fondo, el Monte Watzmann, el segundo más alto de Alemania. El lugar es de una belleza indescriptible. La verdad es que no hay mucho que hacer en la parada salvo disfrutar de la estampa de la capilla, el lago y la montaña. Aprovechamos para comer en uno de los bancos dispuestos junto a la orilla.

Tras la visita de la capilla seguimos el viaje en barco hasta el final del lago hasta la parada de Salet. Desde aquí seguimos un corto paseo hasta otro lago más escondido y mucho más pequeño, el Obersee.  También se encuentra rodeado de un escenario alpino majestuoso y con la imponente cascada de Röthbachfall de fondo, la más alta de Alemania, que vierte sus aguas en un riachuelo que desemboca en el lago. Otro maravilloso lugar que impresiona por su belleza. Justo a la entrada del lago una cabaña de madera se adentra en el lago a modo de muelle. Desde el lago seguimos avanzando por el precioso valle hasta llegar al fondo del mismo por donde cae la cascada. Es un agradable paseo pero que ida y vuelta nos llevó cerca de dos horas, todo ello por un entorno maravilloso y prácticamente en llano. Desde esta zona parten rutas de senderismo que nos quedamos con muchas ganas de probar.

Volvimos de nuevo hasta Königsee y deshicimos el trayecto en barco hasta el principio del lago donde recogimos el coche en el cercano aparcamiento. Como ya no nos daba tiempo a hacer ninguna ruta de envergadura ni alejarnos mucho, pues estaba bien entrada la tarde, nos fuimos a Ramsau, a un precioso valle que discurre a ambos lados de la carretera Schwarzecker Es una zona preciosa e pastos verdes y pequeñas casas bávaras dispersas por la ladera. Simplemente dimos un paseo y  disfrutamos de las vistas hacia el Parque Nacional, hasta que se nos hizo de noche y nos fuimos de nuevo a Berchtesgaden.

DíA 4: Wimbachklamm - Kammerlinghorn

Este último día queríamos dedicarlo a hacer una ruta de senderismo más larga por el parque de Berchtesgaden, pero primeramente visitamos un rincón que se nos había resistido varios días porque pese a ser una atracción natural, la garganta de Wimbachklamm tiene horario de admisión, pues hay que pagar una entrada y atravesar un torno ue cierra el paso al lugar. El camino a la pasarela que nos lleva por la misma lo habíamos encontrado cerrado en días anteriores. Así pues nos dirigimos a la garganta. Puentes y pasarelas sobre las paredes de roca nos permitieron caminar por el desfiladero de Wimbachklamm. Es un recorrido muy corto y sencillo pero que merece la pena por lo encajado que va el río y los paisajes que deja. El  corto trayecto avanza colgado sobre una pasarela de madera en la roca y puedes ver como baja el río con fuerza.

Tras esta corta visita nos dirigimos al Parque Nacional para hacer  la ruta que habíamos elegido: concretamente la subida al Kammerlinghorn, uno de los imponentes picos del parque. Elegimos esta ruta porque era la única cima del núcleo del parque que se puede subir simplemente mediante una ruta de senderismo, las demás requieren escalada en mayor o menor medida.  El punto de partida para la caminata es el prado del Bindalm en el valle del Hintersee poco antes del paso fronterizo con Austria del Hirschbichl. Para llegar a este punto hay que tomar un autobús en el aparcamiento del Hintersee ya que el acceso en vehículo privado no está permitido. El autobús nos dejó en el prado de Bindalm en pocos minutos y desde allí iniciamos la subida.

Desde la zona de pradera de Bindalm tomamos un camino amplio e inicialmente empinado hacia Mittereisalm situado a 1.325 metros. Cruzamos el prado llano alpino en dirección sudeste siguiendo un camino claramente visible. Al final de la pradera alpina, comienza una dura subida con numerosas curvas en horquilla que conducen a través del bosque de alerces hasta el comienzo de los Kleineistals. Al llegar a una gran roca, el camino se bifurcó a la derecha en un canal de césped que nos llevó a la amplia cresta debajo del Karlboden. Seguimos la cresta ancha hasta una zona de valle debajo del Karlkopf.

Detrás de su cima, el camino conduce por un empinado repecho en la amplia cresta, que siguen hasta la cima del Kammerlinghorn a 2.484 metros. Las vistas desde la cima son realmente espectaculares. Desde aquí vemos las impresionantes moles rocosas desnudas de los picos cercanos aunque no se alcanza a ver ninguno delos lagos del parque pero la vista es realmente bonita. Es una ruta dura porque se suben más de 1200 metros de desnivel en 5 Km por lo que la pendiente media es muy importante. Sin embargo el paisaje mereció mucho la pena el esfuerzo que realizamos. Prácticamente los tres últimos Km discurren por zona de alta montaña sobre la roca maciza del  macizo del parque y las vistas van mejorando a medida que subimos. Hay que reseñar que está es la única cima del parque que se puede hacer mediante una ruta de senderismo marcada y donde no es necesario escalar. A nosotros la ida y vuelta  más la parada en la cima para comer – realmente un poco más  abajo ya que la cima no es muy amplia – nos llevó casi 7 horas.

Y para la bajada deshicimos el camino que habíamos utilizado para subir. Una vez en el Bindalm esperamos al autobús en una preciosa zona verde y de allí regresamos al aparcamiento. Con esta maravillosa ruta habíamos concluido nuestra visita al Parque Nacional de Berchtesgaden y sus alrededores. Sin duda uno de los rincones más bonitos de Alemania, sino el que más, desde el punto de vista de naturaleza al menos. Ese día hicimos de nuevo noche en Berchtesgaden y a la mañana siguiente partimos dejando atrás este precioso rincón de Baviera.

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