Venecia: la ciudad de los canales
Sobran las palabras para presentar Venecia, la maravillosa ciudad de los canales, única en el mundo y un verdadero museo de arte e historia. Visitamos la ciudad y recorremos sus islas principales, sus monumentos, sus canales, sus maravillosos paseos, la plaza de San Marcos el puente de Rialto, Burano, Murano… un sinfín de lugares emblemáticos que nos transportan a otra época.
Nosotros nos alojamos en Mestre, al otro lado del puente que une Venecia con tierra firme. Y lo hicimos así porque llegamos en coche y nos era mucho más sencillo dejar el coche en un hotel de Mestre que en el mega-aparcamiento de Venecia. Además el precio era mucho más barato y un autobús de línea en la puerta del hotel nos dejaba en la Piazzale Roma cada día en menos de 10 minutos. En verano los horarios son muy amplios, incluso por la noche, así que es una muy buena opción si te quieres ahorrar algo de dinero y te quieres evitar el trasiego de maletas por Venecia, donde solo te puedes mover andando o en Vaporetto, los transportes públicos acuáticos que circulan por la ciudad -.
Venecia es un lugar maravilloso y aunque en dos o tres días se puede ver lo fundamental merece la pena visitar algunas de las islas y callejear por los laberintos de callejuelas y canales menores, donde incluso en pleno agosto es posible encontrar bastante soledad. Nosotros estuvimos cinco días completos y la verdad que los disfrutamos desde el primero hasta el último.
DÍA 1:
Desayunamos en el hotel y tras tomar el autobús llegamos a la Piazzale Roma, la entrada a Venecia. Este primer día seguimos la ruta ‘clásica’ para llegar a los principales puntos de interés. Ya en la plaza nos encontramos con el puente de la Constitución, el polémico puente de Calatrava, pero lo dejamos atrás y seguimos hasta el precioso puente degli Scalzi junto a la iglesia de Santa Maria di Nazareth, una de las muchas que veremos en la ciudad. El Gran Canal además de ser el más ancho es el más espectacular pues parece un verdadero expositor de maravillas arquitectónicas. A lo largo del mismo se ven edificios espectaculares. Para verlo por completo lo mejor es tomar un vaporetto pero este primer día nos dedicamos a caminar.
Nos tuvimos que separar al poco del Gran Canal y tras cruzar un canal secundario – también hay rincones maravillosos en estos canales – volvimos a asomarnos al canal en una placita frente al Hotel Canal Grande. Las vistas son preciosas. Tuvimos que volver al interior y por la calle Correra – imprescindible llevar un plano o una app con el mapa de Venecia – retomamos la ribera del Canal por donde seguimos avanzando disfrutando de las vistas, la infinidad de embarcaciones que lo surcan, los embarcaderos, los palacetes y edificios monumentales como la iglesia de San Geremia en la otra margen del canal. Así llegamos hasta un punto que nos obligó a internarnos de nuevo en las callejuelas y llegamos a la iglesia de San Giacomo. En el interior, algunas de las paredes casi desnudas contrastan en gran medida con una columna de mármol verde y el mármol renacentista que decoran el altar. El techo es una obra de arte, y único en Venecia. Toda esta zona pertenece al sestiere –barrio – de Santa Croce.
Una de las plazas más bonitas de esta zona es precisamente la del Campo San Giacomo dell'Orio. Una cosa que nos sorprendió de Venecia es el aire decadente que se respira en casi toda la ciudad. Los edificios están con la pintura desgastada, con las fachadas estropeadas y mostrando ladrillos interiores, vamos que algunos parece que se van a caer en cualquier mmmento… sin embargo eso le da un cierto encanto. Si todo estuviese perfectamente pintado sería como más irreal, Venecia es así. Estuvimos callejeando por esta zona y vimos algunas cosas interesantes como la iglesia de San Stae, frente al Gran Canal y situad en una preciosa plaza. Nos volvimos asomar al Gran Canal a la altura del Museo de Historia Natural, un precioso palacete con vistas. También vimos el Palazzo Mocenigo, un palacio con exposiciones de disfraces históricos, aunque no entramos.
Callejeando poco a poco nos fuimos acercando al puente de Rialto. En la parte oriental del distrito, pasando la parte trasera del Palazzo Corner della Regina, un desvío por Corte Tiossi desde la calle Tiossi nos llevó al pequeño Campo Santa María Mater Domini, una miscelánea veneciana perfecta, sin tocar por el turismo: una casa del siglo XIII (la Casa Zane), algunas casas góticas desvencijadas, un surtido de relieves de piedra de edad indeterminada, un pozo del siglo XIV en el centro, un bar y un par de tiendas. Un lugar precioso. Al final del campo entramos a Santa Maria Mater Domini donde pudimos ver pinturas de Tintoretto – algo muy habitual en las iglesias venecianas, un verdadero museo -. De vuelta al final de la calle Tiossi, en el otro lado del puente girando a la derecha hacia Ca 'Pésaro, hay otro precioso palacio.
Desde allí salimos de nuevo al canal en la Riva Olio, otro precioso tramo de calle que discurre junto al Gran Canal y que nos permitió disfrutar de maravillosas vistas. Pasamos además por el ajetreado mercado de Venecia, donde se puede comprar de todo. Toda esta parte ya cercana al Puente de Rialto pertenece al sestiere de San Polo. Y precisamente allí llegamos. El puente de Rialto es uno de los símbolos de Venecia junto a la plaza y catedral de San Marcos. Es un puente cubierto precioso que está siempre abarrotado de gente y por el que es complicado hasta andar. Sin embargo no lo cruzamos inmediatamente sino que estuvimos paseando por la margen del Gran Canal en la que es una de sus zonas más pintorescas. Allí se acumulan góndolas, barcos, precioso edificios y las terrazas de los restaurantes en una escena que podrías pasar horas contemplando.
En lugar de pasar directamente al otro lado del canal decidimos explorar este sestiere de San Polo que se extiende junto al de la Santa Croce. Llegamos a Campo San Polo, el centro de la zona – Campo es plaza en Venecia -, y que es el mayor espacio abierto de Venecia después de la Piazza San Marco. Es una plaza ancha, irregular, con algún edificio bonito pero poco más. Seguimos por las tranquilas callejuelas hasta la iglesia Frari, una gran iglesia repleta de arte junto a un canal menor y a la que pudimos entrar a echar un vistazo. No es que seamos unos grandes aficionados al arte pero hay que reconocer que el interior de algunas de las iglesias de la ciudad es realmente espectacular. Detrás de la iglesia de Frari encontramos otra plaza, la Campo San Rocco y la Scuola Grande di San Rocco llena de obras maestras de Tintoretto –parada obligada para los antes del arte- , aunque aquí no entramos. De vuelta al puente de Rialto llegamos a otra iglesia, la de San Giacomo di Rialto, la más antigua de Venecia. Y tras cruzar el puente y deleitarnos con las vistas comimos algo rápido para seguir con la visita.
Aquí estamos ya en el barrio de San Marco. Nos dirigimos a través de callejuelas y canales a la Plaza de San Marcos. A medida que nos acercábamos las calles se volvieron mucho más comerciales y estaban repletas de todo tipo de tiendas. Llegamos a la plaza por la Torre del Reloj, una preciosa torre con su reloj y unas preciosas esculturas con un arco en su planta baja que da acceso a la plaza. La Piazza San Marco alberga el Palazzo Ducale y la Basílica de San Marcos, dos de los principales lugares de interés turístico de Venecia. El escenario de estos dos grandes edificios es un espacio público tan grandioso que ninguna otra plaza de la ciudad puede llevar el nombre de "plaza" - todas las demás plazas venecianas son campi o campielli. El espectacular campanille es otro de los atractivos de la plaza y hacia él nos dirigimos. Tras hacer cola para comprar la entrada subimos en un claustrofóbico ascensor hasta su parte superior – a 99 metros de altura - donde disfrutamos de las vistas más impresionantes de Venecia y sus islas. Venecia abajo parece pequeño, agrupado en sus islotes, un mar de tejados abigarrados solo atravesado por las cúpulas de las principales iglesias de la ciudad. La iglesia de Santi Giovanni e Paolo domina los alrededores. Es sin duda la mejor vista que se puede tener de Venecia, por lo que subir aquí es una visita obligada.
Tras bajar del campanille aprovechamos para visitar la Basílica de San Marcos, una verdadera maravilla, por dentro y por fuera. Su arquitectura es una mezcla de bizantino, romano y veneciano. Se encuentra en el extremo oriental de la Piazza San Marco, adyacente y conectado con el Palacio Ducal. La fachada es espectacular. Entramos a un vestíbulo llamado el narthex. A la derecha de la puerta principal desde el narthex subimos por una escalera empinada hasta la Logia dei Cavalli. La Loggia ofrece una vista maravillosa de la Piazza, las tallas góticas de la fachada, y los mosaicos del techo en el interior de la basílica. Además desde aquí pudimos ver de cerca los famosos caballos de San Marco. Lo que más nos impactó del interior de la basílica fueron los mosaicos dorados. Para entrar obligan a cubrirse rodillas y hombros para lo que facilitan una especie de telas que puedes usar. Aquí también tuvimos que esperar otra cola.
Tras la basílica estuvimos deambulando por la plaza de San Marco. Es una plaza preciosa, y no me extraña que se inunde cuando hay mareas vivas, porque está a muy poquita altura por encima del nivel del mar. El Palazzo Ducale otro de los más maravillosos edificios de Venecia se encuentra junto a la Basílica y ya en el paseo marítimo. Allí pudimos ver el puente delos Suspiros, que conecta el Palacio con el edificio que se encuentra justo enfrente cruzando un canal, en la Riva degli Schiavoni. Está zona del paseo marítimo es preciosa, es donde mayor acumulación de góndolas hay en toda Venecia y desde donde hay unas vistas más abiertas con la Basilica de Santa Maria della Salute, y las islas de la Giudecca y San Giorgio justo enfrente. Seguimos paseando por la Riva hacia el Gran Canal y pasamos por un pequeño espacio verde – los Jardines Reales – algo bastante escaso en Venecia. Seguimos por el Canal hasta que se cerró el paso y nos internamos de nuevo por las callejuelas llegando al bonito Campo e iglesia de San Moisé, con su espectacular fachada. Toda esta zona estaba repleta de gente, es muy comercial y cerca de la Plaza de San Marco de lo más turístico. Desde allí siguiendo una calle comercial bastante amplia llegamos a otra bonita iglesia: Santa María del Giglio, con su preciosa fachada barroca. Desde aquí podemos salir al canal a través de una calle amplia y llegamos a un embarcadero con góndolas y otra vista preciosa.
Pronto vimos el campanario de Santo Stefano sobre la iglesia desconsagrada de San Maurizio. La iglesia de Santo Stefano cierra un extremo de la siguiente plaza, Campo Santo Stefano. Una puerta conduce desde el claustro de Santo Stefano al Campo Sant'Angelo, una plaza casi tan amplia como Campo Santo Stefano. Todas estas iglesias estaban ya cerradas pero pasear por las callejuelas y las plazas que aparecen de la nada es una maravilla. Y agotados ya como estábamos, tras un día de intenso calor caminando sin parar nos fuimos de nuevo hacia la zona de San Marcos para buscar un sitio donde cenar. De camino pasamos por el Teatro La Fenice, el teatro más antiguo y más grande de Venecia. En una de las calles cercanas a San Marco encontramos una pizzería con buenos preciso donde cenamos de maravilla, eso sí tras una buena espera pues todo estaba abarrotado. Tras salir no pudimos resistirnos a asear un rato por la riva degli Scaloni y la Piazza de noche. Es un lugar realmente precioso y por la noche está muy bien ambientado. Y tras el paseo deshicimos el camino hasta la Piazzale Roma para coger el autobús. Yendo directos el trayecto no es largo y además es impresionante ver como a pesar de que eran más de las 12 de la noche había un reguero de visitantes que caminaba en la misma dirección por lo que era imposible perderse y salirse del camino.
El autobús, que por la noche sigue teniendo una buena frecuencia nos llevó en un santiamén al hotel, a descansar e nuestra primera jornada en esta maravillosa ciudad.
DÍA 2:
Empezamos el día desayunando en el hotel y cogimos el autobús como el día anterior hasta la Piazzale Roma. Desde allí cogimos un vaporetto hasta la Plaza San Marcos para ir viendo el Gran Canal desde el agua. Esta es la forma más barata de ver el Gran Canal desde dentro, ya que la otra es contratar un paseo en góndola que sale bastante más caro. El vaporetto tiene bastantes paradas hasta llegar a su destino, unas veces iba con mucha gente y otras con menos pero pudimos disfrutar de las vistas durante todo el trayecto. No es un transporte que esté pensado como embarcación turística sino como medio de transporte entre distintos puntos dela ciudad pero el paseo fue estupendo y nos permitió recorrer todo el canal en unos 40 minutos, conociendo todos sus rincones, que son muchos. No nos cansamos de contemplar las vistas y sacar fotografías.
Y una vez llegamos a la Plaza San Marcos nos dispusimos a visitar el Palacio Ducal, uno de los principales monumentos de la ciudad de Venecia. El palacio fue la sede del Ducado de Venecia, y ahora es un museo. Merece la pena la visita por el propio edificio en sí, por lo que se expone y por enterarse de muchas curiosidades de la historia veneciana. La parte más antigua del palacio es el ala con vistas a la laguna. La entrada pública al Palacio Ducal es a través de la Porta del Frumento, en este lado del edificio. Recorrimos diferentes estancias algunas de ellas muy lujosas y con numerosos detalles arquitectónicos y obras de arte. Una de las habitaciones más grandes de toda Europa, la Cámara o Sala del Gran Consejo está decorada con frisos de los primeros 76 Doges – gobernantes de Venecia -. Gran parte de lo que se exhibe en la Armería, otro punto culminante de una visita, se produjo en el Arsenal, que era el mayor complejo industrial del mundo en su época. Pudimos visitar las celdas de la prisión en un edificio adyacente en el otro lado de un canal se alcanzan por un puente. Este pequeño tramo es conocido como el Ponte dei Sospiri, o "Puente de los Suspiros", y lo habíamos visto ya desde el paseo marítimo sobre el canal. La visita nos llevó bastante tiempo pero como habíamos llegado temprano no tuvimos que esperar muchas colas.
Y tras la visita seguimos el precios paseo de la Riva degli Schiavoni hacia el lado opuesto del canal. Este es el lugar de paseo más concurrido de la ciudad, por su amplitud y por sus impresionantes vistas sobre la laguna – Venecia y sus islas se encuentra en el interior de una laguna salada comunicada por un estrecho con el mar. Desde Riva degli Schiavoni hay una espléndida vista a través de las aguas de la isla de San Giorgio Maggiore. A lo largo del paso vamos pasando por preciosos palacios, muchos de los cuales son ahora hoteles. También pasamos por preciosos puentecitos sobre canales que desembocan en la laguna. Aquí también pudimos entrar a la iglesia de Santa Maria della Visitazione cuyo interior blanco y dorado está coronado por una magnífica pintura en el techo de La Gloria del Paraíso de Giambattista Tiepolo, quien también pintó el panel del techo sobre el altar mayor.
Y paseando llegamos al canal del Arsenal, el más ancho de la zona, que nos llevó al maravillosos edificio del Arsenal de Venecia, con sus dos características torres a cada lado del canal y un puentecito triangular muy pintoresco en su entrada. El Arsenal no se puede visitar así que no conformamos con verlo desde fuera. A donde sí se puede entrar es al Museo naval situado en las inmediaciones pero decidimos seguir paseando y no entramos. Seguimos por el paseo costero y nos encontramos con alguna iglesia más. Allí lo dejamos y nos internamos por una agradable calle muy amplia para los standards venecianos: la vía Giuseppe Garibaldi. Aprovechamos para comer algo aquí. Siguiendo esta agradable calle se llega a la iglesia de San Pietro di Castello, el monumento más importante de esta parte de la ciudad. La isla de San Pietro di Castello está en un distrito un tanto degradado. La iglesia tiene una gran cúpula y algunas obras de arte notables. Pero lo más interesante es el canal que separa el islote de la iglesia, con un par de puentes sobre el amplio canal que ofrecen muy buenas vistas.
Callejeando volvimos hacia la costa cruzando algún que otro canal y llegamos a una zona verde con grandes vistas de toda la ciudad. Nos habíamos alejado bastante del centro y las distintas islas se pierden en el horizonte uniéndose en un único panorama de torres y bonitos edificios. Desde cerca del embarcadero de Sant'Elena se obtiene una vista que abarca el Palazzo Ducale, la parte trasera de San Giorgio Maggiore y La Giudecca, las diminutas islas de La Grazia, San Clemente, Santo Spirito, San Servolo y San Lazzaro degli Armeni, y finalmente el Lido. Desde la Via Garibaldi hasta el Río de Sant'Elena, paseamos por algunos espacios verdes como Giardini Garibaldi, Giardini Pubblici y Parco delle Rimembranze. Lo más interesante las vistas y un par de grandes canales que desembocan en la laguna.
Volvimos sobre nuestros pasos esta vez siguiendo la costa hasta llegar de nuevo al canal del Arsenal. Dedicamos el resto del día a explorar esta zona de Venecia, el sestiere de Castello. Visitamos la iglesia de San Francesco della Vigna, al lado de un monasterio que tiene dos claustros. La iglesia es muy bonita y además la entrada a la Iglesia y al claustro es gratuita. Seguimos paseando por las callejuelas hasta el Campo de Santi Giovanni e Paolo, una maravillosa plaza en una encrucijada de canales. La iglesia homónima es también preciosa, y pudimos verla por dentro a pesar de que ya estaba bien entrada la tarde. La plaza está también dominada por la fachada más hermosa de cualquiera de las scuole grande – instituciones que se han convertido hoy en día en grandes galerías de arte - y uno de los monumentos ecuestres más bonitos que he visto en Italia.
Y paseando por aquí llegamos a un lugar que no está señalizado en ningún mapa pero que habíamos visto en algunas postales. Se encuentra al sur de Campo Santi Giovanni e Paolo en el cruce entre Fondamenta Felzi y Calle Vesier. Una bonita casa es abrazada por dos canales que se encuentran justo debajo de la misma. Es una estampa preciosa.
Seguimos hacia el sur y llegamos al Campo di Santa Maria Formosa, otra de las plazas más atractivas y atmosféricas de la ciudad. Un número de edificios elegantes bordean la plaza, el más impresionante de los cuales es el Palazzo Ruzzini-Priuli y la propia iglesia de Santa María Formosa. Algunos de los palacios más impresionantes de la ciudad se encuentran en la isla inmediatamente al sur de Santa María Formosa. Estuvimos callejeando por aquí siempre con ayuda del mapa, porque si no es muy fácil desorientarse. Algunos cruces de canales y palacetes forman estampas preciosas, de esa Venecia más escondida a margen de los grandes monumentos y atracciones más masificadas. También pasamos por alguna iglesia más, como la de San Zaccaria, muy cercana ya a San Marcos, o la de San Lorenzo algo más al Norte. Esta zona entre los canales que rodean esta iglesia de San Lorenzo y su bajada hasta la laguna es de las más bonitas y pintorescas para ver rincones no muy conocidos pero típicamente venecianos.
Y así agotamos la tarde paseando sin descanso y volvimos a cenar a la misma zona del día anterior, a un par de manzanas de la Plaza San Marcos. Cenamos y volvimos andando de nuevo hasta la parada del autobús para regresar hasta el hotel. Otro día agotador pero muy bien aprovechado.
DÍA 3:
Tras la rutina habitual del autobús llegamos a Venecia y nos dispusimos a visitar Murano, la segunda isla más grande de la laguna tras la isla principal de Venecia. Para ello tomamos el vaporetto en la terminal de la estación de trenes, que por cierto ofrece unas vistas maravillosas del Gran Canal. Tras más de media hora de Vaporetto con sus correspondientes paradas llegamos a Murano, en concreto a la terminal de Navagero. De camino a Murano se pasa muy cerquita de la isla de San Michele, el cementerio de Venecia. Impresiona verlo rodeado por sus altos muros, parece un cementerio flotante.
Murano es conocida por su cristal, que se fabrica en ella y es famoso en el mundo entero. Hay varias fábricas que muestran el proceso de fabricación del cristal. Y aunque hay algunas que cobran por ello otras no, por lo que no conviene entrar en la primera que encontremos, sino buscar una que no sea de pago. Murano tiene un Gran Canal, donde nos bajamos del vaporetto, bastante atractivo. Seguimos paseando disfrutando delas vistas con las casitas y los palacetes hasta llegar al campo de San Donato, con la iglesia del mismo nombre. Es una iglesia y una zona preciosa con la plaza y el canal. En su interior hay un hermoso mosaico de colores, y dominando la iglesia hay un gran mosaico bizantino en el ábside, que retrata a la Virgen contra un fondo dorado. A lo largo y ancho de toda la isla hay numerosas tiendas de vidrio en todo tipo de formatos para que te lo lleves como souvenir. Seguimos hacia el norte a lo largo del canal disfrutando de las preciosas vistas. El canal es más ancho que los de Venecia y las casas presentan un mayor grado de mantenimiento. Es un lugar muy agradable para pasear. Seguimos el canal hasta el final y cruzamos después toda la isla hacia el sur hasta llegar de nuevo al Gran Canal y el Puente Longo. La verdad es que las calles del interior no tienen nada que ver con las venecianas y aun siendo agradables no tienen el mismo encanto.
Desde este puente, el puente Longo, hay una vista preciosa de los canales y su intersección, destacando el campo Santo Stefano en primer plano con su preciosa torre. En este punto seguimos por el canal más atractivo de Murano. Además delas casitas de colores mucho mejor mantenidas que en Venecia, este canal lo pudimos recorrer hacia el sur por completo a lo largo de un maravilloso paseo. Las tiendas de todo tipo de souvenirs se suceden a ambos lados del canal. A medida que nos acercamos al extremo sur del canal, en la parada de Murano Colonna, está la zona más masificada de tiendas de la isla. El paseo a lo largo de este canal es realmente agradable.
Bordeamos la punta sur de Murano y seguimos por el paseo de la Serenella disfrutando de las maravillosas vistas hacia Venecia. Regresamos al canal del paseo dei Vetrai, y cruzamos el primer puente para dirigirnos al Faro de Murano, en una zona también con preciosas vistas sobre el Gran Canal del Murano. Desde el Faro seguimos un maravilloso y amplio paseo que rodea la parte sur de la isla de Murano. Es otra vez un paseo precioso con grandes vistas. Y así dimos toda la vuelta a la isla de Murano para, cruzando otra vez el Gran Canal, llegar a la terminal de ferry a través de la cual habíamos llegado a la isla. Y fue allí donde entramos a una de las fábricas de vidrio gratuitamente. Nos enseñaron el proceso de fabricación y la verdad es que fueron bastante insistentes para que comprásemos algo, pero la visita sí que fue gratuita. Finalmente compramos una pequeña pieza, más que nada porque ya teníamos decidido llevarnos algo desde que llegamos a la isla y como los precios varían muy poco de unas a otras tiendas decidimos comprar allí.
Pasamos toda la mañana en Murano y comimos algo antes de coger el Vaporetto de vuelta a Venecia. Tras una parada en la isla-cementerio, el vaporetto nos dejó en Fondamente Nove, al norte dela isla principal de Venecia. Desde allí avanzamos por un amplio canal que nos llevó hasta la iglesia de San Giovanni e Paolo que ya habíamos visto y callejeando entre canales y pequeñas calles llegamos al puente de Rialto. Dedicamos la tarde a explorar el barrio de San Marco.
La majestuosa iglesia de San Salvador aparece poco después del Campo San Bartolomeo, la antesala del puente de Rialto. Es una iglesia muy bonita con obras de Tiziano que pudimos ver por dentro en una zona muy concurrida, pues es zona de paso hacia la plaza de San Marcos. Aquí seguimos un tramo del Gran Canal que se puede recorrer a pie disfrutando de maravillosas vistas y de Rialto. Oculto en los callejones llegamos al antiguo barrio armenio y la espiral Scala del Bovolo – una pintoresca espiral que aparece en mil postales. A pesar deque la entrada nos pareció bastante cara decidimos subir por verla por dentro y también por disfrutar de vistas de Venecia desde otra perspectiva. En una pequeña plaza cerca del Canal Grande vimos un precioso palacio - el Palazzo Pésaro degli Orfei, sede del Museo Fortuny.
Callejeando también pasamos por el Campo San Luca (pasando el frente de San Salvatore y recto). Desde Campo San Luca, la calle Goldoni es una ruta directa de regreso a la Piazza, a través del Bacino Orseolo - el depósito de góndolas principal de la ciudad. Es un rincón muy bonito con las góndolas aparcadas en un ensanche del canal. Estuvimos paseando por la maraña de callejuelas con el habitual carrusel de palacetes, pequeñas plazas y palacios hasta llegar al Puente de la Academia, probablemente el puente más bonito sobre el Gran Canal. Es un puente con estructura de madera y vistas espectaculares en todas direcciones, especialmente hacia el final del canal donde está la Basílica de Santa María della Sallute.
Cruzamos el puente y pasando junto a varios museos nos encaminamos en dirección a la Basílica pasando por el Rio de S. Vio, un amplio canal de los más bonitos aparte del Gran Canal. Además aquí hay una amplia salida al Gran Canal con preciosas vistas. Pasando por varios canales también preciosos llegamos a la explanada de la Basílica de la Salute, otro de los edificios más bonitos de Venecia. Entramos a la Basílica que es impresionante justo antes de la hora de cierre y echamos un rápido vistazo a su interior, con sus numerosas obras de arte. Sin embargo lo mejor es el propio edificio en sí y las vistas desde la explanada del exterior, con su precioso embarcadero para las góndolas. Seguimos paseando hasta la punta della Dogana, el final de esta isla con vistas hacia San Marcos.
Doblamos la punta y seguimos el Zattere, un precioso paseo con vistas a la laguna. El espacioso paseo marítimo se extiende a lo largo de toda la costa sur del distrito de Dorsoduro. La isla de Giudecca se encuentra inmediatamente al sur y disfrutamos de excelentes vistas de la isla y su majestuosa Iglesia del Redentore. A lo largo del paseo hay además preciosos edificios. Pasamos por iglesias como la Iglesia Spirito Santo, y cruzamos varios puentes sobre amplios canales que desembocaban en la laguna. En la parte más occidental, conocida como San Basilio, hay una buena colección de palacetes. Es un paseo realmente agradable y muy largo, más propio de un típico pueblo costero que de Venecia. Llegamos a un puente que marcaba el final del paseo pues ya había edificios oficiales y una serie de barracones que no tenían interés por lo que nos adentramos de nuevo en la zona de callejuelas y canales de Dorsoduro.
Por esta zona encontramos una serie de canales más anchos y muy pintorescos. De hecho fue la zona de canales que más nos gustó. Siguiendo el paseo por el canal de San Basegio – un canal por el que hay paseo todo alrededor – llegamos al Campo Sta Margherita, una plaza bastante grande, una larga plaza con puestos de antigüedades y cafés. Desde el extremo Norte pasamos al Campo San Pantalon, otro bello rincón de este distrito. Hicimos un recorrido bastante exhaustivo a lo largo de esta zona de Dorsoduro pues como ya hemos comentado es la que más nos gustó, con preciosos canales, paseos, palacetes … Algunas de las cosas que más nos gustaron fue la zona de la universidad Ca Foscari, el campo San Barnaba y un curioso astillero de góndolas, situado en el Campo de San Trovaso. Junto con la iglesia del mismo nombre el pequeño astillero crea una estampa realmente preciosa. Y como ya estábamos en esta zona decidimos cenar en el Zattere, en un restaurante algo más caro que los dís anteriores pero más tranquilos y con excepcionales vistas a La Giudecca. Tras la cena, vuelta al autobús y de nuevo al hotel.
DÍA 4:
Este día lo dedicamos a explorar algunas zonas que nos habíamos dejado anteriormente: Cannaregio, la parte sur de San Polo y Santa Croce, y la isla de la Giudecca. Empezamos por Cannaregio y para ello cruzamos el Puente de la Constitución. A mí personalmente este puente no me gusta, no me gustó el primer día que lo vi y me ha seguido sin convencer. Pasamos por la estación de trenes y al llegar al puente degli Scalzi nos vemos obligados a abandonar el paseo por la orilla del Gran Canal. Llegamos al Campo San Geremia, una preciosa plaza con una maravillosa iglesia que ya habíamos visto desde el Gran Canal. El interior merece la pena, y tras la visita seguimos avanzando por el canal de Cannaregio, un precioso y amplio canal que además se puede seguir por un paseo que discurre por su orilla. Los dos puentes del canal ofrecen unas vistas maravillosas del mismo, son dos miradores excepcionales. Además el más lejano del Gran Canal, el Ponte di Tre Archi es un precioso puente con tres arcos único en Venecia.
Seguimos paseando hacia el norte por una agradable zona de amplios canales y paseos. En la zona alrededor de los canales Ormesini y Sensa en el extremo norte de Cannaregio pudimos disfrutar de una verdadera experiencia de la Venecia genuina, aquí encontramos pocos turistas y vimos escenas más de la vida cotidiana, como barcos frutería o pescadería vendiendo sus productos amarrados en la orilla. Desde el precioso Ponte dei Tre Archi (el único puente de varios tramos de Venecia) llegamos a la iglesia de San Giobbe. En el corazón de Cannaregio se encuentra el Ghetto judío, otra de las zonas más curiosas de Venecia. Pasamos por la iglesia de Sant'Alvise y seguimos hasta la Madonna dell'Orto donde cruzamos el canal hasta la Fondamenta della Sensa, la calle principal inmediatamente al sur, que se abre en el Campo dei Mori, una bonita plaza. Madonna dell'Orto es una de las más bonitas iglesias góticas de Venecia y alberga pinturas de Tintoretto. Ésta también la pudimos visitar. La zona norte de Cannaregio es espectacular en lo que a canales, paseos y puentes se refiere.
Seguimos al sur y llegamos a Strada Nova, una de las calles comerciales más importantes de Venecia. A lo largo de la misma hay diferentes salidas al Gran Canal, destacando la de Ca’d’Oro, una de las más pintorescas por el precioso edificio que se encuentra allí mismo. En el extremo oriental de la Strada Nova, se llega al Campo dei Santi Apostoli, con la iglesia de Santi Apostoli. Dos de las casas más antiguas de Venecia se encuentran en la pequeña parcela entre el río dei Santi Apostoli y San Giovanni Crisostomo: casa de Falier y Ca 'da Mosto. Este final de Strada Nova es uno delos rincones más pintorescos de Venecia con una calle que discurre por unos soportales con arcos junto al canal. Ubicada en la esquina más al sur de Cannaregio se encuentra San Giovanni Crisostomo. Una calle frente a la iglesia, nos condujo a una pequeña plaza con grandes vistas del Canal Grande. Por esta zona abundan las iglesias y pudimos ver el interior de alguna de ellas. El largo paseo marítimo al norte de la Gesuiti, la Fondamente Nove, es otro precioso paseo con vistas al norte de la laguna.
Cruzamos por el puente de Rialto y nos dirigimos a la parte baja del barrio de San Polo, primero siguiendo el paseo junto al Gran Canal y después adentrándonos hasta el campo San Polo, una de las plazas más importantes de la ciudad. Desde aquí seguimos al oeste cruzando uno de los canales más amplios de la ciudad y seguimos por la habitual colección de callejuelas, canales, palacetes e iglesias hasta la iglesia de San Nicola da Tolentino. Al sur de esta iglesia se extiende una zona de amplios canales – llamados Ríos- con intersecciones múltiples que dan lugar a rincones muy pintorescos. Es otra zona preciosa donde sacar maravillosas fotografías. Los Ríos Tolentini, Nuovo y Malcantón son especialmente fotogénicos. Y desde el puente de Tre Ponti también hay muy buenas panorámicas con varios puentes y canales que se bifurcan y se cruzan en todas direcciones. Estuvimos paseando por esta zona y descubriendo rincones y ya de paso aprovechamos para comer algo.
Por la tarde cogimos el vaporetto a la Giudecca, la isla al sur de la isla principal de Venecia. En realidad, se compone de ocho pequeñas islas que están interconectados por una serie de puentes. Empezamos paseando por el largo muelle, situado en el lado norte, frente a la ciudad, otro paseo muy agradable. Llegamos a la Chiesa del Redentore, una de las iglesias más famosas de la isla. Se encuentra en una placita con preciosas vistas a Dorsoduro. El paseo marítimo pasa por diferentes canales perpendiculares al mismo y ofrecen preciosas vistas. También paseamos por sus canales interiores donde hay algunos rincones interesantes aunque por esta zona los edificios son bastante más modernos y no tienen el encanto de la auténtica Venecia. La Chiesa di Sant'Eufemia es otra hermosa iglesia en la isla justo en uno de los canales. Sin embargo, la iglesia no está abierta para los visitantes. Se puede admirar la belleza de la iglesia desde el exterior, ya que tiene una arquitectura única. Junto con el paseo de la orilla norte dela isla lo que más no gustó fue el corto paseo a lo largo del Río del Ponte Lungo -un canal de imagen de postal que cruza la isla-.
Desde la Giudecca pasamos también vaporetto a la vecina isla de San Giorgio Maggiore, donde hay una monumental iglesia con cúpulas y un campanille similar al de San Marcos. El interior de la iglesia es muy bonito con diferentes obras de arte.
Pero lo que más nos gustó fue sin duda la subida a este campanille porque las vistas son todavía mejores que el de la plaza San Marcos. Su ubicación hace que se vea la isla de la Giudecca extendiéndose a lo largo y hay una vista frontal maravillosa hacia San Marcos, el Palacio Ducal y la Basílica. Sin duda es una visita obligada. Tras la visita tomamos de nuevo el vaporetto y volvimos a la plaza de San Marcos, a disfrutar de este maravilloso espacio monumental.
El tiempo que nos quedaba lo dedicamos a caminar sin rumbo por la zona al norte de la plaza. Vimos muchos rincones con encanto en los canales de esta zona, por la que ya habíamos andado anteriormente y acabamos en la zona alrededor de San Giorgio dei Greci donde hay una zona maravillosa de canales. Agotamos el día y cenamos en el paseo de la Riva degli Schiavoni, lo que nos permitió pasear por la plaza de San Marcos y los alrededores ya de noche. Es increíble la cantidad de gente que seguía por allí cerca de la media noche. Tras disfrutar del momento regresamos al autobús y nos retiramos a descansar.
DÍA 5:
Para este último día nos quedaba uno de los lugares que más ganas teníamos de ver fuera de lo que es el centro de Venecia: la isla de pescadores de Burano, especialmente por las preciosas imágenes que habíamos visto con sus casitas coloreadas cerca del canal. Así que una vez en Venecia tomamos el vaporetto, concretamente la línea LN desde Fondamenta Nuove, al norte de Cannaregio. Es un viaje importante, nos llevó tres cuartos de hora, pues la isla está realmente lejos. Según nos acercamos a la isla vemos un campanario inclinado que es otro de los elementos más distintivos de la isla. Pero lo mejor de la isla son sus fachadas de colores, ya que Burano ha sido nombrada repetidamente como una de las ciudades más coloridas del mundo.
Pasear y colarse por las callejuelas, con la ropa tendida en las ventanas y los botes de los pescadores amarrados en lo canales, junto a las puertas es una delicia. Lo que más destaca es lo cuidado de las fachadas y del pueblo en sí, lo que contrasta totalmente con el aire decadente de las fachadas venecianas. El ferry nos deja en la parte norte de la isla y desde allí avanzamos por el primer canal que encontramos hasta llegar a su calle principal, la Vía Galuppi, una preciosa calle peatonal que termina en la plaza central de la isla, la plaza Galuppi. A lo largo de todo el pueblo las fachadas coloridas aparecen por doquier. En esta plaza pudimos ver la iglesia de San Martino Vescovo, con su torre inclinada. En la misma plaza está el Museo del Merletto, con una amplia exposición de encajes, aunque no entramos. En la misma plaza se encuentra el Ayuntamiento. Paseando por las callejuelas y los pocos canales de la isla vimos la casa más famosa y coloreada de la isla: la "Casa di Bepi Suà", pintada con muchos colores, divididos en formas geométricas. Paseamos por cada uno de los canales – que no son muchos – porque todos tienen su encanto. Desde un puente doble que separa uno scanales que se cruzan perpendicularmente es desde donde se pueden sacar algunas fotografías de las más bonitas. Este puente de madera, conecta los canales y dos de las calles más pintorescas de Burano (Giudecca, Cavanella), llenas de tiendas de artesanía, pequeños restaurantes y muchas casas de colores vivos. Aunque también es muy turístico Burano es mucho más tranquilo que Venecia y se puede respirar un ambiente más auténtico, el propio de una aldea de pescadores.
Y desde Burano tomamos el vaporetto a la cercana isla de Torcello. No es una isla con mucho que ver pero si tiene uno de los monumentos más interesantes de la zona: la catedral de Santa Maria. El vaporetto nos dejó en la bocana de un canal en un ambiente rural sin construcciones a la vista, algo completamente diferente de lo que habíamos visto hasta ahora. Seguimos caminando por este canal en un entorno completamente rural y tras unos 500 metros llegamos a una iglesia. Por el camino pasamos por el “Puente del Diablo” y una silla de piedra blanca conocida como “El trono di Atila”. La iglesia de Santa Fosca, la pudimos visitar gratuitamente y a su lado se ven los restos del Baptisterio. En esta zona comimos algo en uno delos pocos establecimientos que hay aquí.
A la izquierda de la plaza vimos el Palacio del Consejo en estilo gótico y el Palacio del Archivo con restos arqueológicos de la época bizantina y medieval. Y por fin llegamos a la catedral de Santa María Assunta, la iglesia más antigua de la laguna de Venecia. La iglesia no es grande pero si es muy bonita. En esta sí que pagamos una entrada para ver el interior donde hay dos preciosos mosaicos y pudimos subir también al campanario desde donde se divisa toda la isla, dado que es realmente plana. La iglesia y el entono completamente natural es precioso, todo un contraste con el abigarrado centro de Venecia. Y tras la visita y un breve paseo por los alrededores deshicimos el camino hasta el vaporetto. El viaje de vuelta a Venecia fue bastante largo, prácticamente una hora de viaje.
Y reservamos para el final algo que habíamos querido hacer desde el principio pero que habíamos ido postergando: un paseo en góndola por los canales de Venecia. No es nada barato pero así como el canal grande lo puedes ver en vaporetto hay muchos canales interiores que sólo se pueden ver en góndola. Así que nos dirigimos al barrio de Castello a la zona norte de la plaza de San Marcos que es una de las que más nos había gustado a pié. Aunque inicialmente los gondoleros te pidan un precio por una hora hay que regatearles y es que eso lo habíamos visto a lo largo de nuestros paseos por la ciudad. Ellos te ofrecen una cosa y al ver que pasas de largo a veces ellos mismo se rebajan el precio. Así que buscamos una zona donde había varias góndolas y negociamos un precio con uno de ellos. Y así estuvimos recorriendo una buena zona de canales a bordo de una góndola. Es una sensación curiosa ver los canales desde abajo. En tramos el paso es tan estrecho que literalmente rozas con otras embarcaciones y el gondolero se tiene que ayudar de las paredes de las casas para maniobrar. En cualquier caso fue un maravilloso paseo que puso un broche de oro a nuestra estancia en Venecia. Tras bajar de la góndola buscamos un sitio para cenar y nos retiramos hacia el autobús. Habían sido cinco días espectaculares.
Es cierto que se puede ver Venecia en menos tiempo pero disfrutamos los cinco días a tope. De las visitas a las islas yo considero que la de Burano es imprescindible y hacer un recorrido aunque sea básico por cada uno de los barrios principales de Venecia merece mucho la pena.