Por las calas de Begur en la Costa Brava
La Costa Brava alberga algunas de las calas más bonitas del Mediterráneo. En concreto la costa de Begur acumula algunas de las más representativas, calas de ensueño que poco tienen que envidiar a las de otros destinos más famosos como Menorca. Cierto es que en plena temporada alta están a rebosar, por lo que si nos podemos acercar en junio o en setiembre, cuando todavía podemos disfrutar de un fenomenal clima, podremos apreciarlas de una manera más pausada y tranquila. Acompáñanos en este recorrido por la costa de esta maravillosa localidad de la provincia de Girona. La maravillosa Cala Aiguablava con sus aguas turquesas y su arena blanca es probablemente la más bella de todas, pero no es la única.
Comenzamos nuestro recorrido por el sur donde encontramos la mencionada cala de Aiguablava. La estampa de la cala vista desde una cierta altura – por ejemplo desde el fabuloso camino de ronda que recorre las calas de Begur – es la de una playa caribeña de postal, con aguas de color azul turquesa y una arena completamente blanca. En verano es complicado sin embargo apreciar la arena porque está completamente cubierta por toallas. También hay un par de restaurantes con terrazas en la misma cala. Los pinos caen sobre las rocas que cierran este pequeño entrante de mar hasta casi tocar el agua. Te guste o no la playa este es un rincón de la costa que por su belleza paisajística no puedes dejar de visitar.
Seguimos hacia el norte nuestro recorrido y llegamos a las Calas de Fornells. Andando por el camino de ronda se llega enseguida, aunque si vamos en coche tenemos que dar un rodeo un poco mayor. Las calas se encuentran en torno a una urbanización con un pequeño puerto de recreo y son varios rincones de aguas preciosas y sin apenas arena, pero constituyen un lugar ideal para darse un baño- . Desde el coqueto puerto se puede coger el camino de ronda en ambas direcciones para llegar a estas calas pequeñas. Hacia el norte está la cala de Estasia, mientras en dirección sur está la cala de Ses Orats y la cala d’en Malaret. Más al sur de Fornells, en del Puerto de Esclanyà no hay playa, solo piedras, pero es otro lugar fantástico para bañarse. Al ser la arena muy gruesa estas pequeñas calas tienen un agua excepcionalmente transparente.
Seguimos nuestro recorrido y llegamos a Platja Fonda. Es una playa preciosa pero para acceder a ella hay que bajar un tramo de escaleras bastante empinadas. Lo bueno es que al ser así no está tan masificada como Aiguablava en pleno verano. Platja Fonda está protegida por una pared de acantilado cubierta por vegetación, que le da un toque muy salvaje. Está cubierta de arena y piedras y además enseguida se vuelve muy profunda en cuanto te separas de la orilla unos pocos metros. La bajada a la playa por las escaleras nos da una imagen inolvidable de este bonito entrante de mar.
Y seguimos ascendiendo por la cota de Begur hasta llegar a la cala de Sa Tuna, muy cercana al propio núcleo urbano de Begur y donde unas antiguas casas de pescadores se han transformado en residencias de verano. Estas casas dan un color especial a la playa. Esta playa es de piedras pero el agua está limpísima. La cala se encuentra protegida por un pintoresco saliente rocoso, la punta d’Es Plom, que se encuentran a unos cientos metros de la costa y cierra una pequeña bahía. Esta playa es fantástica y se encuentra en uno de los tramos más bonitos de la costa. De hecho tomamos un camino que sale del pueblo hacia el sur y llegamos al mirador de San Josep, con unas vistas preciosas de la abrupta costa. También llegamos por este camino a otra minúscula cala, la Cala s’Eixugador, completamente rocosa y de difícil acceso. Sin embargo la sensación de estar completamente aislados y solos en una maravillosa cala no tiene precio por lo que es recomendable llegar hasta aquí para darse un pequeño chapuzón.
Las casitas blancas de Sa Tuna con una torre que corona el lado norte de la playa forman una de las estampas más bellas y características de la Costa Brava y en particular de esta zona de Begur.
Desde Sa Tuna llegamos por el camino de ronda fácilmente a la Cala de Aiguafreda. Esta cala casi no tiene arena, pero las vistas del gran brazo de mar, la Punta d’es Plom, son preciosas. Es un rincón muy interesante y en realidad es más un pequeño puerto con su rampa para botes y todo, que una playa o cala propiamente dicha. Pero la calidad del agua nuevamente espectacular. Eso sí, el fondo también es completamente rocoso.
Al norte del núcleo urbano de Begur nos encontramos con Cala Sa Riera, una de las más amplias de la zona y la que más se parece a una playa al uso, con todo tipo de servicios, restaurantes… Es normal ver pequeñas embarcaciones en la propia playa, lo que le da un aire más auténtico – especialmente fuera de temporada - . Y si seguimos el camino de ronda hacia el norte llegamos a un punto con vistas panorámicas preciosas de la misma cala y de esta zona de la costa. Esta cala tiene arena abundante por lo que es apta para los más pequeños y como comentaba antes es lo más parecido a una playa que encontramos en la costa de Begur.
Desde Sa Riera cogiendo el camino de ronda llegamos a Cala Illa Roja, no sin antes pasar por el rincón desde el que se puede ver una enorme mole rocosa de tonos rojizos en el mar que es la que da nombre a esta pintoresca cala. El paisaje es precioso, ya que la Cala Illa Roja está rodeada de paredes de rocas y vegetación. La arena en la playa es de color dorada y es una playa nudista, por lo que si te acercas en verano o practicas el nudismo o no podrás acceder a la misma – una lástima -. Fuera de temporada no hay problema en llegar hasta la arena. En cualquier caso lo que si merece la pena y mucho es acercarse por el camino de ronda hasta el mirador sobre la playa pues ésta es la cala más pintoresca de Begur – con permiso de Aiguablava -.
Tras la Illa Roja, se acaba la zona de calas y llegamos a la Platja del Racó, una playa muy larga conocida como la playa de Pals y que en diferentes tramos se alarga hasta L'Estartit, un precioso pueblo de la costa gerundense. Desde esta larguísima playa se pueden ver las islas Medas. Este paisaje ya nada tiene que ver con la rocosa costa de Begur, pero la playa sigue teniendo una calidad de agua y arena maravillosa.