Una playa de película: la playa del Silencio en Asturias
La playa del Silencio –también conocida como el Gavieru - es otra de las joyas que nos oculta la espectacular costa asturiana. Quizás no sea la mejor playa para disfrutar de un baño o un día de playa al uso, ya que es de piedras, hay numerosas rocas en el agua y el acceso no es sencillo, pero la belleza del paraje en el que se encuentra la playa es excepcional, sin duda uno de los lugares más especiales y con más encanto ya no solo de la costa asturiana sino de la española en su conjunto.
La playa tiene forma de concha protegida por altos acantilados e islotes de diferentes tamaños. Con un acceso a pie de unos 500 metros y provisto de varios miradores, esta pequeña bahía de cantos rodados es un paraje casi virgen, aunque cada vez más visitado por el turismo. Por supuesto no dispone de ningún tipo de servicio. Para llegar a ella tenemos que llegar primero a la población de Castañeras, unos 15 Km al oeste de Cudillero. Una vez allí en el pequeño pueblo un cartel nos señala un desvío hacia la derecha (viniendo desde Cudillero) y tras recorrer un kilómetro debemos dejar el coche en lo alto de un acantilado. No hay un aparcamiento habilitado así que el coche lo aparcamos donde podemos, en un lado de la carretera de acceso sin obstaculizar el paso de otros vehículos.
Según bajamos por el acantilado podemos disfrutar ya de las vistas a la espectacular playa. De hecho una de las mejores vistas se obtiene desde esta carretera de acceso. Llegamos a un punto en el que se deja la carretera para tomar una pista que tras una corta bajada en “S” nos lleva hasta la parte superior de la playa. Desde allí las vistas son espectaculares. Hay un pequeño mirador donde podemos ver la playa, el acantilado que la abraza y la bonita zona de costa hacia el este, por supuesto tapizada de un manto verde, como es habitual en toda la costa asturiana. Desde este mirador hay unas escaleras que bajan en eses con una buena pendiente a la propia playa. Si seguimos el sendero que va hacia el este desde un poco antes del mirador llegaríamos a la cala de la Barquera.
Una vez hemos llegado a la playa del Silencio, tras descender el importante tramo de escaleras, merece la pena recorrerla de un extremo a otro para apreciar sus bellos rincones.
Las vistas hacia el mar con numerosos salientes rocosos son especialmente bonitas, más aún si podemos hacer la visita cuando se pone el sol. Si nos acercamos al extremo oeste podremos ver más de cerca los pintorescos islotes rocosos que le dan una magia especial a esta playa. El espectáculo es aún mayor si la marea está baja pues afloran mayor cantidad de salientes rocosos, creando un paisaje costero propio de cualquier película de piratas.
En su extremo oeste la playa comunica en marea baja con la vecina playa de Ribera del Molín, otra preciosa cala de similares características a la que podemos acceder con mucho cuidado por las rocas que la separan de la del Silencio. Y cuidado con no quedarse atrapado ahí cuando suba la marea. En esta playa desemboca un pequeño arroyo y las vistas hacia los islotes rocosos son espectaculares, ya que los tenemos prácticamente al alcance de la mano.
Desde el mirador sobre la playa también podemos tomar un estrecho y difuminado sendero que desciende en dirección este. Tras atravesar un pequeño riachuelo nos dirigimos hacia la otra cara del peñón del cabo del Nocedal (la enorme y pintoresca roca que cierra la playa del Silencio) y allí podemos encontrar otro tesoro: la playa de la Barquera, otra playa de piedra con numerosos islotes en su costa y que también nos regala unos paisajes espectaculares. Aquí es casi imposible bajar a la playa, pues hay una importante caída desde el final del sendero y no hay una bajada habilitada, así que nos tendremos que conformar con disfrutar de las vistas.
Y contigua a esta playa justo al oeste debajo de las paredes del cabo del Nocedal hay una diminuta cala rocosa donde se pueden ver algunas formaciones rocosas preciosas como varios arcos en las rocas. A esta cala si se puede acceder y es otra preciosa parada que nos permite conocer el fabuloso entorno natural de la playa del Silencio, la estrella indiscutible de la costa asturiana.
Aquí dejo también un par de fotos que pudimos tomar al anochecer. Si os cuadra la hora, merece la pena ver la puesta de sol desde la playa del Silencio. Los juegos de luces con las rocas hacia el oeste son espectaculares.
Ubicación de la playa del Silencio: