El monte Larrun es la primera cima importante de los Pirineos desde el oeste y tiene una característica silueta que lo hace inconfundible desde kilómetros a la redonda. La cima tiene una altitud de 905 metros, y desde ella, en días despejados se puede ver una gran panorámica de los territorios cercanos, como la costa vascofrancesa, vasca y algunos de los montes más icónicos de Euskadi y Navarra. Es un destino muy especial para visitarlo con niños, ya que podemos subir en un precioso tren cremallera, y podremos ver bonitos ejemplares de caballos en la subida.
Al monte Larrun se puede subir caminando siguiendo una preciosa ruta de senderismo, pero desde luego si vas con niños merece mucho la pena coger el precioso tren cremallera que nos lleva hasta su cima. El tren sube desde el Collado de Saint Ignace, en Sare, donde está la estación de salida, un amplio aparcamiento y varios establecimientos turísticos para comprar un poco de todo, desde souvenirs a algo rápido para comer o un helado.
Hay trenes desde Marzo hasta primeros de Noviembre. Conviene consultar la web para saber los horarios exactos (www.rhune.com). Salen cada 40 minutos. Cuando subes con un billete de ida y vuelta puedes coger el tren de vuelta que quieras, no estás obligado a uno determinado. Eso es una ventaja pero también da lugar a que si es un día con mucha afluencia de visitantes y mucha gente decides apurar el día, se forman enormes colas y puedes tener que esperar al siguiente tren, lo que con niños se hace insufrible. Para esas eventualidades ponen trenes de refuerzo para bajar – no dejan a nadie arriba - pero aun así te puede tocar esperar de pies casi una hora como nos pasó a nosotros.
Los trenes son muy pintorescos, todo de madera y con un banco corrido como asiento - intenta ponerte en la ventana, si es posible en la derecha si miramos en dirección de subida -. El ascenso es muy lento lo que da tiempo a disfrutar del paisaje en todo momento. Los niños van disfrutando de cada minuto pues el escenario va cambiando continuamente. Se pasa por bonitos tramos de bosque, por zonas rocosas, donde el tren pasa justo entre unos peñascos preciosos, y por prados donde puedes ver pottokas – una especia autóctona de caballo – y ovejas pastando. El último tramo de ascensión es el más espectacular, ya que la inclinación del tren es importante y hacia la derecha verás toda la costa desplegándose ante ti. Da la impresión de estar mirando por la ventanilla de un avión.
Al llegar arriba nos bajamos en una diminuta estación y ascendiendo unos pocos metros más llegamos a la cima del monte, un tanto afeada por la antena de telecomunicaciones que allí se encuentra. En la cima hay una plataforma de observación donde podemos ver espectaculares vistas de 360 grados. Es importante elegir un día despejado para hacer la excursión, porque si no el principal atractivo que son las vistas quedaría arruinado. Tras disfrutar del exceso panorama podemos pasear por la cresta de la cima, para disfrutar de nuevas vistas hacia el interior y también podemos comer algo en los establecimientos hosteleros que allí hay ubicados. La zona de la cumbre es muy agradable e ideal para que los niños jueguen y correteen disfrutando de la naturaleza. Simplemente sentarnos en la ladera del monte disfrutando de las vistas y de la pintoresca imagen del tren cremallera subiendo es lo suficientemente relajante como para no hacer mucho más. Los niños se pueden entretener con las rocas los caballos, correteando… después del viaje en tren estaban contentísimos, deseando coger el de vuelta.
Desde de la cima, se pueden realizar numerosos recorridos a pie. El sendero de Larrun, balizado con flechas amarillas permite bajar a pie hasta la estación del puerto de Saint Ignace. La bajada lleva unas dos horas y hay que tener en cuenta que está completamente descubierta, sin ningún tipo de sombra. Por lo tanto no es muy aconsejable para niños pequeños. Sin embargo con niños un poco más mayores puede ser interesante hacer la bajada a pie pues se pasa por algunos sitios muy bonitos.
Y cuando hayamos disfrutado lo suficiente de las vistas y del entorno, nos vamos de vuelta a la estación de bajada. Cuidado con las colas en los días soleados y festivos como comentábamos. Quedarte atrapado en la estación con los niños hasta que sube el siguiente tren por no tener sitio no es de lo más recomendable.
Estaciones del tren y ruta de senderismo: