San Francisco es sin duda la ciudad americana que más carácter europeo tiene. Y también es una de las más icónicas gracias a su maravilloso Golden Gate. Recorremos esta fantástica ciudad californiana en cuatro días y te contamos que ver y qué hacer allí. La maravillosa bahía en la que se encuentra, su arquitectura vistoriana, su característica orografía y su diversidad cultural hacen de esta ciudad una de las más visitadas en el mundo entero. Llegamos aquí como parte de un viaje por la costa californiana que contamos en este artículo. Nos alojamos en un hotel cercano a Union Square, una zona muy céntrica y animada desde donde es muy sencillo moverte por los diferentes barrios de la ciudad.
DÍA 1:
Llegamos en coche atravesando el Bay Bridge, un largo y espectacular puente que queda sin embargo oscurecido por la fama y nombre del Golden Gate. Dejamos el coche en el hotel y empezamos a descubrir la ciudad. Muy cerquita del hotel está Union Square. Es una bonita plaza rodeada de almacenes y tiendas y en donde hay una estatua de la Victoria sobre una columna de 27 metros de altura. La plaza está rodeada de palmeras y para observarla mejor subimos a una planta elevada de uno de los grandes almacenes que rodean la misma. Esta zona es la zona de compras de la ciudad y por aquí solíamos acabar las jornadas visitando algunas de las tiendas que abren hasta muy tarde. Muy cerquita paseamos por el distrito de los teatros, una zona donde hay varios de ellos, con las típicas indicaciones luminosas que tantas veces hemos visto en las películas. Aquí están el teatro Curran o el Geary justo al lado. Estas calles son muy pintorescas con los típicos edificios de San Francisco, sus escaleras de incendio en la propia fachada….
Seguimos caminando hacia Powell Street donde aparte de los preciosos edificios que conforman esta zona pudimos ver una de las cosas más curiosas de San Francisco, una de las dos estaciones en la que los tranvías giran 180 grados cuando acaban su recorrido para dar la vuelta y realizar el recorrido en sentido inverso. Los tranvías de San Francisco son preciosos, los clásicos que hemos visto toda la vida en el cine donde la gente se monta con ellos en marcha aunque eso aquí no lo vimos-, y en este punto de la calle Powell los operarios giran a mano los tranvías sobre la plataforma para dar la vuelta. Y, como no, la operación es un auténtico espectáculo para los turistas. Supongo que por eso siguen haciéndolo a mano. Esta zona sigue plagada de tiendas y centros comerciales, algunos de ellos con un interior realmente espectacular, por lo que forman parte del recorrido turístico, como el Westfield.
Por la misma zona seguimos paseando y encontramos algunos edificios sobresalientes como la antigua casa de la Moneda o el periódico San Francisco Chronicle. En general toda la arquitectura de toda esta zona es fantástica así que estuvimos callejeando por aquí disfrutando simplemente de la calles, los tranvías… Muy curiosos son también los tranvías modernos, con un aspecto mezcla vintage con estilo más futurista. Y desde aquí enseguida te alejas del centro. El contraste es brutal, se pasa de la zona de rascacielos a edificios bajos en una manzana. Así que regresamos hacia el centro y pasamos por el Yerba Buena Center, un inmenso complejo que alberga museos de artes, salas de congresos y unos extensos jardines y zonas de juegos para niños. También vimos un memorial de Martin Luther King. Lo bueno es que hay preciosas vistas hacia la zona de rascacielos situada justo detrás. En uno de los lados de los jardines está la iglesia de St Patrick que contrasta con todo el amasijo de edificios modernos. Y el centro Yerba Buena sigue al otro lado de la calle Howard, con más jardines y todo tipo de instalaciones. La verdad es que es una zona interesante por la que pasear.
Seguimos por Mission Street y nos acercamos ya de nuevo a la zona de rascacielos, llegando a Montgomery, donde abundan los edificios enormes, más hoteles y más centros comerciales como el espectacular Crocker Galleria, otro de los que merece la pena visitar aunque sea para ver el interior. Aquí ya estamos en pleno downtown, la zona de los rascacielos de San Francisco. No es excesivamente grande y es el corazón financiero de la ciudad. Entre impresionantes edificios llegamos al Wells Fargo History Museum, donde se puede ver una diligencia en la planta baja. Entramos a ver el museo donde vimos más diligencias y otros objetos de las épocas del salvaje oeste. La visita fue rápida pero muy recomendable y además gratuita.
Esta zona de rascacielos es muy bonita pero tiene la pega de que no se puede visitar ninguno de ellos como en Nueva York o Chicago. El impresionante edificio del Bank of America y la pirámide de Transamerica – el edificio más característico del centro de San Francisco - son los edificios más pintorescos de esta zona. Callejeando vimos diferentes edificios con muchos detalles aquí y allá. Justo al lado de la pirámide hay un par de manzanas con un puñado de casas de la época dela fiebre del oro, con sus fachadas clásicas y muy pintorescas junto a los rascacielos de la zona centro. Es una zona curiosa donde además hay buenas vistas hacia la pirámide de Transamérica. Seguimos callejeando por aquí y desde la calle Sansome justo al lado de la reserva federal del banco de San Francisco parte un corredor elevado que va atravesando calles por encima del nivel de los coches y repleto de terrazas y comercios llega hasta la zona del embarcadero. Todo este complejo comercial comprende el Embarcadero Center. Es una zona muy agradable para tomar algo o ir de compras. Ya en el Embarcadero salimos a una plaza – la plaza Embarcadero - desde donde se ve el impresionante edifico del Ferry Building, la terminal de ferries. En el parque hay una gran fuente con cascadas, estanques… con un diseño muy moderno. Junto con el edificio del ferry y los rascacielos en el otro lado son una de las imágenes típicas de San Francisco.
El Ferry Building alberga muchos negocios de comida y es el punto de salida de algunos ferries hasta otras partes dela bahía de San Francisco. Su pintoresca torre de más de 70 metros de altura lo convierte en uno de los edificios más característicos de la ciudad. Tras el edificio nos asomamos a la zona de salida de los ferries desde donde hay preciosas vistas hacia el Bay Bridge y hacia la ciudad con su frente de rascacielos acabando prácticamente en el mar. Muy cerca de la terminal de ferries el Pier 14 es un espigón peatonal que se adentra en la bahía y nos ofrece fantásticas vistas del centro de San Francisco y también del Bay Bridge. Seguimos acercándonos ya por el paseo costero hacia el Bay Bridge llegando al parque Rincon Park donde hay una enorme escultura de un arco y una flecha y una zona de ocio con preciosas vistas. Llegamos hasta debajo del Bay Bridge a lo largo de un paseo muy agradable pero ya desde allí nos dimos la vuelta pues la zona perdía interés.
Desde allí seguimos paseando hacia el Norte por la calle Embarcadero, la que circula paralela a la costa. Es un paseo muy agradable con algunas sorpresas. La primera es otro muelle peatonal, el Pier 7, para mi uno de los rincones más bonitos – y desde luego con mejores vistas - de todo San Francisco. Es otro espigón que se adentra en el mar, pero es mucho más pintoresco que el Pier 14, al ser de madera y estar en una posición inmejorable, frente a la pirámide de Transamerica. Las vistas son impresionantes desde su extremo. Un poco más hacia el norte nos desviamos a la plaza Levi’s, donde está la sede de la conocida marca de vaqueros. Es un edifico muy bonito situado en una plaza ajardinada con vistas a la torre Coit. Pudimos entrar en la parte inferior para ver una tienda y una pequeña exposición de vaqueros.
Después, nos desviamos un poco hacia el interior para visitar la Coit Tower, otro de los iconos de San Francisco. Es una torre que se ve desde toda la parte norte de la ciudad, encaramada sobre una colina y que desde su piso superior – a sonde pudimos subir en ascensor - ofrece unas vistas maravillosas de la parte norte y del downtown. También en la propia torre se pueden ver unas pinturas que describían como era la vida en la ciudad antiguamente. Es una de las visitas imprescindibles en San Francisco.
Y siguiendo la línea de costa llegamos al Pier 39, un precioso muelle con casitas de madera repletas de comercios, restaurantes …. Es un lugar muy turístico pero precioso por las vistas de Alcatraz y también por la colonia de leones marinos que se puede ver allí mismo, en los amarraderos de las embarcaciones. Allí aprovechamos a comer algo sobre la marcha. Y pasando por un terminal de ferries y por una zona muy animada llegamos al USS Pampanito, un submarino-museo de la segunda guerra mundial que pudimos visitar y que sin duda merece mucho la pena. La visita es muy completa y recorre todo el interior del submarino, una experiencia realmente singular.
A continuación encontramos el puerto pesquero de San Francisco, el Fisherman’s Wharf, una zona muy pintoresca, repleta de embarcaciones pequeñas de pesca, muelles de madera y muchos restaurantes donde la especialidad es como no el pescado. Es una zona muy transitada por los turistas y que hierve de actividad. Es como un puerto de un pueblo pequeño en el medio de una gran ciudad. Incluso en uno de los muelles hay una pequeña capilla de madera. Pasamos por The Cannery, una antigua nave conservera y hoy un pintoresco centro comercial con más restaurantes. Y así llegamos a Hyde Street el extremo de la línea de tranvía de la calle Powell y donde hay otra plataforma para girar el tranvía. Aquí también hay una playa no muy atractiva donde está el museo marítimo y desde cuyo extremo tenemos vistas lejanas del Golden Gate y de toda la ciudad. Como parte del museo en Hyde Street Pier hay varios barcos antiguos amarrados. Detrás del Museo se encuentra la plaza Ghirardelli, una antigua fábrica de chocolate. Es una zona de edificios restaurados con mucho encanto. Hay un buen grupo de edificios, la torre del reloj y un enorme letrero bastante vintage en el techo del complejo.
Seguimos entonces la calle Hyde Street – cuesta arriba y con bonitas vistas según ganábamos altura – hasta llegar a Lombard Street una pintoresca calle formada por un grupo de curvas muy cerradas que salvan un desnivel importante hasta la parte inferior. Los coches sólo pueden bajarla. Las vistas desde la parte de arriba son preciosas con las calles extendiéndose cuesta abajo hasta llegar al downtown. Por esta zona abundan las casitas victorianas que le dan un encanto especial a la zona. Esta zona es Russian Hill, y desde los diferentes cruces de calles ofrece vistas preciosas de las avenidas con sus casitas descendiendo hasta el nivel del mar.
Llegamos así a la zona de North Beach, donde hay una serie de locales muy coloridos, con murales, algún bar muy pintoresco de época – entramos en uno de ellos a hacer una parada en nuestro recorrido – y salas de conciertos. Es una zona muy curiosa y donde estuvimos paseando un buen rato, acabando la jornada. También vimos una iglesia, la Saints Peter and Paul Church, aunque su interior no es nada del otro mundo. Esta zona es conocida como Little Italy y sus se caracterizan por su colorido. Incluso en algunos hay grandes pinturas en las fachadas. En el cruce de las calles Kearny, Pacific Avenue y Avenida Columbus encontramos el pintoresco Sentinel Building, que deja una bella fotografía con la Pirámide Transamérica de fondo.
Cogimos un tranvía para regresar a la zona de Union Square y aprovechamos alguno de los locales cercanos para cenar y después visitar algunas tiendas que incluso siendo de noche permanecen abiertas.
DIA 2:
Tras desayunar en el hotel nos adentramos en el barrio chino. Es uno de los barrios chinos más grandes y pintorescos de Estados Unidos. Entramos por la puerta del Dragón en el extremo sur. La avenida Grant es el eje principal del barrio chino y hay muchísimas tiendas y farolas típicas chinas que se alternan con edificios chinos y otros americanos, formando un bonito conjunto. También pasamos por un par de parques, en uno de los cuales había un grupo de chinos de cierta edad practicando yoga o algo similar.
También vimos la iglesia de St. Mary en el centro del barrio y llegamos al centro cultural chino, donde entramos e n una pequeña tienda de souvenirs y artesanía. También pasamos por un par de templos y estuvimos explorando los callejones más escondidos del barrio, que es donde realmente se puede apreciar la esencia del mismo. Una de las calles más bonitas, es la calle Waverly, por la abundancia de edificios chinos e incluso decoración con los típicos faroles. Entramos en el templo de Kong Chow, bastante interesante por dentro aunque por fuera parece un edificio moderno. No nos dejaron sacar fotos pero el altar y sus estatuas dicen que son las más antiguas de Norteamérica.
Seguimos hacia Nob Hill, pero antes paramos en el Cable Car Museum, donde pudimos empaparnos de todo lo referente a los tranvías de San Francisco y cómo funcionan. Aquí nos enteramos de que realmente no son tranvías sino que se enganchan a un cable que va por debajo del suelo y se aprovechan de las colinas de San Francisco para moverse. Se ve todo el funcionamiento y el sistema de cableado y es un museo realmente interesante además de ser gratuito. Subimos después hasta Nob Hill, la parte más elevada del centro de la ciudad. Es una zona muy elegante de grandes hoteles en edificios monumentales y donde además se encuentra la catedral de Grace, la más importante de San Francisco. El interior es bastante austero. Desde las calles de la zona hay grandes vistas hacia el centro de San Francisco, no en vano estamos a más de 100 metros de altitud.
Y tras esta zona seguimos caminando hasta Pacific Heights. Es una zona tranquila con casas muy cuidadas y algunos palacetes por la que es una gozada pasear. La primera casa que vimos y una de las más espectaculares es la Haas-Lilienthal House, que es un museo que conserva el mobiliario original en su interior. La visitamos y resultó ser una visita muy interesante, pues el interior está perfectamente preservado y te puedes hacer una idea de cómo era la vida antes en San Francisco. Y a una manzana de allí llegamos al parque Lafayette. Desde el parque además de tener vistas al norte se pueden ver muchas casas victorianas en los alrededores como la Spreckels Mansion, una de las más espectaculares. Seguimos callejeando por aquí y por Washington Street llegamos a otro parque, el Alta Plaza, más o menos de similares características al anterior: casas victorianas y más vistas.
Desde el parque bajamos por Fillmore Street, una calle con edificios antiguos – para lo que es San Francisco - y repleta de comercios y restaurantes – donde aprovechamos para comer este día - hasta llegar al Japan Center, un gran centro comercial en el barrio japonés de San Francisco. Hay una pagoda de hormigón en un parquecillo en medio del centro bastante curiosa. El centro comercial también es interesante pues tiene una cierta ambientación tradicional japonesa. Desde aquí seguimos caminando hasta la catedral de St Mary, un edificio moderno en forma de cruz que se levanta hasta los 60 metros. El interior es impresionante con vidrieras cayendo desde cada uno de los cuatro nervios. Nuestra siguiente parada fue Alamo Square, una plaza que habíamos vito en numerosas postales. El parque no es que tenga nada de especial pero en uno de sus lados hay un grupo de preciosas casas victorianas de colores con los rascacielos del centro como fondo. La vista formada por estas casas conocidas como las Painted Ladies –algunos las recordareis de la serie Padres Forzosos – es preciosa.
Desde aquí nos dirigimos a la zona del Civic Center donde vimos una serie de edificios monumentales. Los primero dos edificios los encontramos alrededor de un parquecillo, el teatro y la Ópera, y dan a la monumental fachada del Ayuntamiento. El Ayuntamiento es un espectacular edificio con una enorme cúpula y de corte clásico, que recuerda mucho a Los Inválidos de París. Pudimos entrar y ver la espectacular escalinata que hay justo en la planta baja. Es una construcción realmente bonita. También pudimos subir al primer piso para observar mejor toda la entrada desde diferentes ángulos. Y en el otro lado del ayuntamiento hay otra serie de edificios espectaculares como un auditorio, el museo de arte asiático y la biblioteca pública. Los alrededores del ayuntamiento son muy elegantes y señoriales, pero curiosamente en cuanto dejamos esa pequeña zona del Civic Center entramos en una zona muy deprimida con mucho homeless y nos hizo sentir tal inseguridad que volvimos para coger un tranvía y regresar al hotel para coger el coche. De hecho en el hotel ya nos habían avisado que esta zona alrededor del Ayuntamiento no es especialmente recomendable. Como queríamos visitar alguna zona más alejada, cogimos el coche en el hotel. El coche es un buen medio de transporte porque a pesar de su tamaño San Francisco es una ciudad muy cómoda para conducir.
Nuestra primera parada fue la universidad de San Francisco, cuyo edificio más interesante es el situado en Lone Mountain, con una preciosa torre y en un recinto ajardinado. Cogimos de nuevo el coche y nos dirigimos a dos famosos miradores de la ciudad. Pero primero atravesamos el distrito de Haight Ashbury, donde pudimos ver muchas casas y comercios pintorescos, todos en un ambiente muy hippy. Paramos para hacer algunas fotos, algunas tan emblemáticas como las muy fotografiadas piernas de mujer con tacones rojos asomando por una ventana. En concreto estas piernas se pueden ver en la tienda Piedmont Boutique en la misma Haight Street. Seguimos hasta el primer mirador, Corona Heights Park, una pequeña colina que se levanta en al sur del distrito de Haight Ashbury y que desde su cima desnuda ofrece unas espectaculares vistas de la ciudad hasta la bahía. Desde aquí se ve muy bien cómo se extienden los barrios y las zonas verdes hasta el Downtown. De nuevo con el coche accedimos al segundo mirador, las colinas de Twin Peaks. Aquí la altura es mucho mayor y desde la parte superior hay unas vistas inmejorables. Dejamos el coche en la carretera en el punto entre ambas colinas y desde allí seguimos un sendero con algún escalón de madera por la ladera hasta la cima. Las vistas desde las dos colinas son espectaculares. Se aprecia perfectamente la bahía, el agua alrededor de toda la península de San Francisco, las diferentes partes de la ciudad…. Es probablemente el mejor mirador de la ciudad.
Por último nos dio tiempo a parar en el barrio de Castro, el barrio gay de la ciudad. Es un barrio muy colorido y la calle principal Castro Street tiene mucha animación. Además vimos el Castro Theatre un precioso teatro muy típico, con sus letreros de neón y su kiosko para la venta de billetes. A un par de manzanas vimos la misión Dolores, el edificio más antiguo dela ciudad. La misión no pudimos verla por dentro por las horas pero la iglesia si estaba abierta y el interior es realmente bonito. En la misma calle Dolores pudimos ver más casas victorianas y también otra pequeña iglesia. Algunas casas de este distrito, Mission, están decoradas coloridamente como el Women’s Building, en el número 8 de la calle 18. También cerca, desde el parque Dolores hay unas preciosas vistas de la ciudad. Y con esto dimos por terminado el día, regresamos al hotel y salimos a cenar de nuevo por la misma zona que el día anterior, por las inmediaciones de Union Square, una zona muy agradable y que nos había gustado mucho.
DÍA 3:
Comenzamos el día dirigiéndonos en coche al Golden Gate. De camino hicimos una breve parada en el palacio de Bellas Artes, que tiene un bonito edificio con una pérgola junto a un pequeño lago. Y para ver bien el Golden Gate y desde todos los ángulos paramos en varios sitios. Primero nos dirigimos a Fort Point. Es un fuerte situado junto al pilar del Golden Gate en su extremo sur. Ya que estábamos allí entramos a visitarlo, y no nos decepcionó. Alberga un pequeño museo de armas y uniformes y se puede pasear por todos sus pasillos y plantas. Aemás desde la planta superior tiene una vista preciosa del Golden Gate. Y es que esa fue la razón de ir a este punto, las vistas del puente desde su extremos sur, realmente espectaculares. Y eso que la característica niebla veraniega a veces nos tapaba parte de la vista. La siguiente parada fue al otro lado del puente, en la misma zona sur, en una zona sobre la playa en la que hay una serie de baterías y bunkers – como la Cranston y Marcus Miller - que también vale la pena visitar. La vista desde allí es muy bonita al mismo nivel del puente. Y bajamos a la playa de Baker Beach a la zona de Fort Point Rock, desde donde la vista de la propia playa con el Golden Gate de fondo es espectacular. Paseamos un poco por la zona de las baterías que es bastante extensa y disfrutamos de varios puntos de vista del puente.
Tras esta profunda exploración del puente desde la zona sur hicimos lo más divertido de la mañana, que fue atravesar el puente en coche, pagando el correspondiente peaje. La sensación de conducir sobre el puente que has visto en tantas y tantas películas es indescriptible. Nada más cruzar el puente paramos en un mirador al nivel de la autopista que tiene una buena vista pero tampoco la mejor. Poco después dimos la vuelta siguiendo la autopista y nos desviamos al parque Hawk Hill, donde están los mejores miradores del puente en el lado norte. Subiendo por una carretera ganamos altura y llegamos hasta tres miradores con vistas espectaculares. Aquí también hay restos de antiguas baterías militares: uno de los miradores te ofrece una vista sin obstáculos del puente desde arriba y es para mí la mejor. También subimos a la Slackers Hill, o mejor dicho a una zona continuación de su cresta hacia el puente. Es una pequeña subida pero la vista desde bastante altura es también inigualable.
Y ya que habíamos cruzado el Golden Gate aprovechamos para ver Sausalito, un pequeño pueblo famoso por sus casas flotantes. Y es que en la zona de Waldo Point Harbor hay muelles con hileras de estas casas a cada cual más pintoresca. Dimos un par de vueltas por los muelles más interesantes y volvimos a cruzar el puente de vuelta a San Francisco.
De camino al inmenso parque del Golden Gate pasamos por la iglesia ortodoxa rusa de Holy Virgin. Por fuera es un edificio muy llamativo con los típicos bulbos dorados de estas iglesias. Y por dentro la visitamos y está profusamente decorada con infinidad de pinturas y en un estilo muy distinto al que estamos acostumbrados, así que nos encantó. No nos entretuvimos demasiado y seguimos hacia el inmenso espacio verde del Golden Gate Park. Allí la primera parada fue el jardín holandés que nos encontramos en la zona más cercana al mar, donde hay un precioso molino de estilo holandés. Pasamos a la playa de Ocean Beach, pero no hay muchas vistas porque da al lado del océano. Un poco más al norte nos acercamos a Point Lobos donde hay un par de miradores – ahora ya sí alguno con vistas lejanas al Golden Gate – y una zona de costa curiosa con una especie de piscinas artificiales en el mar. También por aquí vimos más baterías antiguas del ejército. Es una zona costera agradable para pasear y disfrutar del mar. Por aquí compramos unos perritos calientes para comer y seguimos nuestro itinerario.
Tomamos el coche y seguimos el Golden Park hasta la zona de los museos. El Parque es inmenso, es una cuña verde que va desde el océano hasta el centro de la ciudad. Paramos en el lago Stow, un bonito lago artificial con un pabellón chino en sus orillas. Hay hasta una cascada artificial en el islote central del lago – accesible por dos puentes -. Entramos después al Japanese Tea Garden, un precioso jardín japonés con construcciones típicas, una pagoda, un puente y hasta una estatua de buda. Es de pago pero merece la pena entrar porque el recorrido es realmente agradable. Y ya fuera del jardín hay un gran espacio donde hay impresionantes edificios que albergan diferentes museos como el de Museo de Ciencias. Los museos rodean un parque con una enorme fuente central, al estilo de las Tullerías parisinas. Y un poco más lejos pero también a pie fuimos al Conservatorio de Flores, un enorme edificio acristalado al estilo de los jardines botánicos que se pueden encontraren otras ciudades.
De camino al puerto donde queríamos hacer un pequeño crucero por la bahía pasamos por la zona de Presidio, una zona con mucho verde y donde abundan las referencias militares del pasado de la ciudad. Hay muchos antiguos barracones militares, un cementerio militar y diferentes recuerdos como cañones esparcidos por aquí y por allá. Hicimos alguna parada puntual para sacar alguna fotografía pero tampoco es una zona con mucho que ver. Y aparcamos cerca del puerto para dirigirnos a la zona donde habíamos visto anunciados los cruceros – Fisherman’s Wharf - . Habíamos reservado previamente con la compañía Red&White Fleet. El crucero que elegimos fue el crucero de dos horas al atardecer. Hay bastantes opciones pero este nos pareció interesante por ver el atardecer desde el mar. Y la verdad es que nos encantó. En el barco fuimos muy cómodos, no es de los típicos cruceros que vas como sardinas en lata y te sirven algo para picar y una bebida. Pasamos por Alcatraz, por la Angel Island, nos acercamos mucho a los pueblos de Tiburón y Sausalito y lo mejor de todo: navegamos por debajo del Golden Gate. Cuando estás debajo del puente te das cuenta de lo inmenso que es, porque se ve realmente arriba, es gigantesco. Es una sensación única navegar por debajo de esta fantástica obra de ingeniería. Y en Tiburón nos encantaron las casas construidas sobre postes directamente sobre el mar, realmente curiosas. El viaje fue una gozada y ver el atardecer desde el barco es una maravilla. Además también hay vistas preciosas dela ciudad.
Cuando salimos del crucero fuimos a recoger el coche y regresamos al hotel. Nuevamente cenamos por los alrededores del hotel, muy cerquita de Embarcadero esta vez.
DÍA 4:
Lo primero que hicimos este día fue visitar Alcatraz. Aunque la habíamos visto de cerca en el crucero del día anterior queríamos visitar la mítica prisión. Habíamos reservado los tickets en la página oficial – aquí solo hay una compañía que gestiona los viajes a la isla -, Alcatraz Cruises. Y lo habíamos hecho en Mayo ya que nos habían advertido que en verano de no hacerlo con antelación puede que no tengas entradas para el día que quieras, así que conviene tenerlo en cuenta. Salimos del Pier 33, en el paseo de Embarcadero. A la isla se llega enseguida, en menos de 20 minutos estábamos con un pie en Alcatraz. La silueta de la isla desde el mar con la prisión y el faro es inconfundible.
Antes de entrar en la prisión anduvimos un poco por la isla que es muy bonita, por su propia naturaleza y por las vistas que tiene. Alcatraz fue una cárcel de alta seguridad y allí pudimos ver fotografías de algunos de sus selectos huéspedes, como Al Capone. Visitamos la zona de celdas con una audioguía en castellano, viendo por ejemplo la celda dela que se escaparon los únicos reclusos que lo consiguieron en la historia, pasamos por los pasillos, el comedor, las duchas, las oficinas de administración y hasta por una claustrofóbica celda de aislamiento. Después pasamos al exterior, al patio de la prisión, desde donde hay buenas vistas. Una vez concluida la visita tomamos el ferry de vuelta, en total unas 3 horas de visita con los traslados incluidos. Es una de las visitas que hay que hacer sí o sí cuando se visita San Francisco.
Desde el muelle volvimos caminando por Embarcadero hasta la terminal de ferries. Desde allí exploramos la zona de rascacielos al sur de Market Street, que es la zona por la que se está expandiendo el downtown y vimos nuevas e impresionantes torres. La zona no tiene tanto encanto como el downtown tradicional pero también hay alguna cosa que ver. Así llegamos hasta el estadio de beisbol de la ciudad. Justo detrás hay un impresionante puente metálico sobre un canal y cruzándolo se tienen buenas vistas del estadio. En esa zona hay un parque – Mission Creek – donde hay construcciones nuevas y algunas casas flotantes muy pintorescas. Aprovechamos para comer en la zona de Embarcadero y volver a pasear por algunas de las zonas que no habíamos visto el primer día. Esta zona es muy agradable.
Por la tarde cogimos el coche y nos acercamos a dos miradores que teníamos pensado visitar pero no nos había dado tiempo antes. Uno de ellos fue el Grandview Park, más al sur que Twin Peaks. Aunque no es tan alto como el mencionado Twin Peaks el mirador, que es la cima de una pequeña colina, ofrece buena vistas en especial de la zona oeste de la ciudad. Se ve perfectamente el Golden Gate Park avanzando desde la costa hasta el centro de la ciudad. Y tras esta visita nos dirigimos a Treasure Island, en el centro del Bay Bridge. Allí no hay mucho que ver salvo las fantásticas vistas del puente y de la ciudad, aunque un poco lejanas. Por lo demás es una isla medio vacía y muy prescindible.
Y tras estas dos últimas escapadas dejamos de nuevo el coche en el hotel y estuvimos aprovechando lo que nos quedaba de tarde para pasear por el China Town, el downtown y los alrededores de Union Square. El día siguiente seguiríamos nuestro viaje por la costa californiana.
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