Pueblos medievales, castillos y el valle del Dordoña en el Perigord negro
El Perigord es una maravillosa región francesa situada al oeste de Burdeos. Es una región bastante amplia y tradicionalmente se ha dividido en subregiones cada una conocida por un color: negro, blanco, púrpura y verde. En este viaje recorrimos fundamentalmente el Perigord negro, en teoría llamado así por lo cerrado de sus bosques. Es una región de pueblos medievales, castillos, ríos y preciosos paisajes. Su capital es la maravillosa población de Sarlat-la-Canéda, un pueblo – no llega a ser ciudad por su tamaño – con un centro histórico de los más bonitos de toda Francia, lo cual es mucho decir.
Por comodidad y a diferencia de otras ocasiones decidimos basarnos en un solo lugar y desde allí movernos, así que alquilamos una casa de campo tradicional en la pequeña localidad de Groléjac, a pocos Km al sur de Sarlat. Y allí pasamos una maravillosa semana recorriendo esta región que no tiene desperdicio. Probablemente el Perigord negro es la zona más visitada del Perigord y además de sus innumerables atractivos turísticos cuenta con una gastronomía fantástica.
DÍA 1: Bergerac – Domme
Viajamos en coche desde Bilbao y nuestra primera parada fue la población de Bergerac. Esta no está en el Périgord Negro pero así hicimos una parada antes de llegar a nuestro destino. Bergerac, la capital del Périgord Púrpura, se encuentra a orillas del río Dordoña. Bergerac es ahora esencialmente una ciudad moderna con algunos recordatorios interesantes del pasado. Paseamos por la Vieille Ville, una zona tranquila y agradable con numerosas casas medievales y bonitas plazas. En la rue de l'Ancien-Pont, la espléndida Maison Peyrarède alberga un Musée du Tabac . En el corazón de la ciudad vieja, en la pintoresca plaza de la Myrpe, hay una estatua en honor de Cyrano de Bergerac. Llegamos a la plaza Pelissiere en cuya parte superior se encuentra la hermosa Iglesia de Saint Jacques. En el extremo inferior de la plaza hay una fuente y muchos cafés, casas antiguas y pequeñas tiendas. En la parte superior de la plaza merece la pena echar un vistazo a las casas de la calle Saint James y encontramos más edificios atractivos, medievales, con entramado de madera, en La Rue Saint-Clar.
Debajo del casco antiguo, paseamos también por el “quai”, una zona preciosa a orillas del río junto a un antiguo puente. Los únicos barcos que operan aquí ahora son las gabarras (barcos tradicionales) que llevan a los turistas en viaje a lo largo del río. Los edificios alrededor del puerto son preciosos, y se ven mejor al cruzar el puente y echando la vista atrás hacia el pueblo. Caminamos río abajo desde la zona del quai. El camino continúa a lo largo de las orillas del río. Hacia el norte del casco antiguo se llega al centro más moderno de Bergerac donde pudimos ver la iglesia principal de Bergerac y varias calles estrechas con tiendas y cafés. Y así concluimos la visita a Bergerac y seguimos camino hacia Domme, ya muy cerca de nuestro destino.
Domme es un precioso pueblo de los que pertenecen a Los Más bonitos de Francia, y se encuentra en una colina con fabulosas vistas al río Dordoña. Conserva parte de sus murallas originales y las puertas de entrada a la ciudad. Estuvimos paseando por las callejuelas, con casitas preciosas, aunque no están empedradas lo que le quita un poco de encanto. No obstante vimos las puertas de la muralla, de las cuales la Porte des Tours es la más impresionante, con sus torres circulares. Las calles están repletas de preciosas casas y chalets en el color miel de piedra distintivo de esta región. Caminamos alrededor de las murallas, en el lado sur de la ciudad entre el Port del Bos y la Puerta de la Combe. Hay buenas vistas de los alrededores. Paseando desde esta zona baja del pueblo llegamos a la zona superior, junto a la iglesia. Esta zona es preciosa ya que hay un parque colgado directamente sobre el acantilado que da al río y las vistas son impresionantes, sobre un marcado meandro del río. Hay varios miradores y es uno de esos lugares donde te puedes quedar embelesado disfrutando del paisaje. En esta parte del pueblo además de poder admirar los hermosos edificios se encuentra la entrada a la Grutas de Domme. Pudimos entrar justo en la última visita antes del cierre. Hay más de 400 metros de galerías llenas de estalactitas y un ascensor de cristal que lleva de vuelta a la superficie. Por cierto no se pueden hacer fotos en las cuevas.
Desde la Place de la Halle llegamos al Belvedere de la Barre, un bonito mirador y el inicio del Promenade des Falaises - un corto paseo que conduce a un parque público. El paseo es todo por lo alto por encima del río Dordogne y las vistas son espléndidas. Un poco más adelante está el Moulin du Roy. Pasamos lo que quedaba de día paseando por las calles del pueblo, realmente encantadoras y con cafeterías, restaurantes y tiendas de souvenirs que daban mucho encanto al conjunto. Y ya sin tiempo para más nos dirigimos a Groléjac, donde nos esperaba nuestra fantástica casa típica del Perigord para descansar del viaje.
DÍA 2: Sarlat –Montfort
Comenzamos el día desplazándonos al cercano Sarlat. Sin duda es un pueblo-ciudad maravilloso. El centro es de una belleza excepcional y se encuentra maravillosamente conservado con innumerables edificios y monumentos medievales. Además en el centro no hay edificios modernos lo que hace que la sensación de estar en una ciudad medieval es aún mayor. Comenzamos a pasear por el casco antiguo y enseguida llegamos a la espectacular Place de la Liberté con muchas casas preciosas, el Ayuntamiento, y arcadas medievales. En el extremo norte de la plaza hay una iglesia que se ha convertido en un mercado interior y que tiene unas inmensas puertas. Este espacio es el centro de Sarlat y es realmente precioso. Pasando la iglesia se llega a la Place du Marché aux Oies donde hay una bonita escultura de unos gansos – aquí el paté es uno de los productos estrella entre las muchas delicias culinarias de Sarlat - . A lo largo de la calle de los Cónsules encontramos muchas de las casas más interesantes en Sarlat. Visitamos una preciosa casa, el Manoir de Gisson en la Place du Marché aux Oies. Ha sido completamente reformada y amueblada.
Hay más de 250 edificios catalogados en el casco antiguo. Paseamos por cada rincón de este casco antiguo que tiene mucho que ofrecer. Las muchas calles estrechas alrededor de la catedral y de ambos lados de la Rue de la Republique, la calle principal que atraviesa el centro son algunos de los rincones más pintorescos aunque todo el centro es realmente impresionante. Las calles y patios - cour des Fontaines y cour des Chanoines - alrededor de la parte posterior de la catedral son también encantadores.
La Catedral de Saint-Sacerdos está en el corazón de la ciudad vieja, y se divide en tres partes bien diferenciadas. La entrada es a través del campanario de estilo romano. En la parte trasera del edificio hay un pequeño cementerio y subiendo la cuesta detrás de la catedral se puede ver la inusual Lanterne des Morts, una estructura de piedra redonda con un techo cónico. En la Place Peyrou delante de la catedral se encuentran varios edificios interesantes, incluyendo el Hotel de la Boétie y el Hotel de Maleville. Entre los dos está el callejón llamado Pasaje Henri-de-Ségogne, a lo largo del cual pudimos ver algunas de las casas más antiguas de Sarlat.
Tras recorrer todo el casco antiguo comimos en uno de los restaurantes que abundan por la zona un delicioso menú con productos típicos (por unos 20 euros por cabeza). Tras la comida nos dedicamos a callejear sin rumbo y a descubrir las pequeñas tiendas de souvenirs y productos de la tierra. Una gozada. Y aprovechamos para subir también al campanario de la antigua iglesia convertida en mercado a cuyo campanario se llega en un precioso ascensor de cristal y ofrece magníficas vistas de toda la ciudad.
Nos podíamos haber quedado tranquilamente todo el día en Sarlat pero quisimos hacer otra visita antes de terminar el día así que cogimos el coche y nos dirigimos a Montfort. Desde Groléjac nuevamente fuimos remontando el río Dordoña pasando por un precioso meandro – Cingle de Montfort - donde hay un mirador, hasta llegar al pequeño pueblo de Montfort. Se trata de un pueblo muy pequeño con apenas unas pocas calles cuyo principal atractivo es el castillo de Montfort, colgado prácticamente sobre el río en la parte alta del pueblecito. Visitamos las callejuelas, algunas de ellas muy pintorescas y llegamos a las puertas del castillo. La pena es que no se puede visitar y además para sacar una buena foto hay que irse hasta la orilla de enfrente del río. Desde una zona verde junto al pueblo también hay algunas vistas. Pero preguntando a unos vecinos del pueblo nos dijeron que era mucho más bonito desde el río. Y nos indicaron el camino hasta un lugar llamado Turnac, en la orilla opuesta del río, donde accedimos a una pequeña playa fluvial y disfrutamos de una preciosa vista del castillo.
DÍA 3: Belves – Chateau de Castelnaud – Jardins de Marqueyssac – La Roque Gageac
Este día lo empezamos viajando al destino más lejano para luego ir acercándonos a Grolejac. Nos desplazamos a Belvès, otra de las localidades más bonitas de Francia. Es una bastida animada con algunas casas medievales y edificios de interés, aunque no es de lo que más nos gustó del viaje. No tenía ese encanto de otros de los sitios que visitamos. Pero es lo que ocurre a veces con los pueblos clasificados como Les plus beaux villages, que a veces no se entiende muy bien por qué unos sí y otros no. No obstante si te pilla de paso es un sitio de cierto interés. Belvès está construido en la ladera de un afloramiento rocoso escarpado, con vistas sobre todo el campo circundante (al avanzar un poco por la carretera hacia Monpazier tenemos una mejor vista del pueblo).En el centro del pueblo pudimos ver un mercado cubierto muy bonito en la Place des Armes, el centro del pueblo. Vimos también casas medievales, y parte de las murallas con una puerta de entrada al el centro de la ciudad. Recorrimos algunas de las calles que daban a la plaza pero tampoco nos entretuvimos mucho más. Lo mejor del día estaba por venir.
Llegamos a Castelnaud y ya desde la parte baja nada más cruzar el río el espectacular castillo impone. Castelnaud-la-Chapelle es un pueblo clasificado como uno de los 'pueblos más bellos de Francia' y además alberga el magnífico Chateau de Castelnaud. Al acercarse a Castelnaud-la-Chapelle, se ve el castillo que se eleva desde la colina sobre el río Dordoña. Se trata de una magnífica vista. De hecho este tramo del río Dordoña es el más interesante por la acumulación de preciosos pueblos medievales y castillos. El pueblo de Castelnaud se extiende por la ladera justo debajo del castillo. Se puede aparcar abajo o arriba. Nosotros lo hicimos en la parte inferior. El camino que asciende por el pueblo es empinado con calles empedradas que conducen a través de arcos y callejuelas además de una preciosa iglesia. En cada esquina hay bonitas casas de piedra con persianas de madera. Vimos muchos lugares pintorescos mientras subíamos al castillo.
Según vamos ganando altura las vistas se abren. En una dirección al río Dordoña con vistas al castillo de Beynac en el otro lado del río. En la otra dirección se puede ver el bien abierto valle de Ceao, una vista más oculta y tranquila de la Dordoña. Y tras el ascenso por fin llegamos al castillo. Es un impresionante castillo medieval que se dedica a explicar la guerra en la Edad Media con el Museo de la Guerra Medieval. Este museo cuenta con una amplia gama de armería medieval y recreaciones a gran escala de armas medievales. El castillo también tiene muy buenas vistas sobre el valle del Dordoña, el río y pueblos de las inmediaciones. La visita es realmente muy recomendable pues pudimos disfrutar del precioso castillo de impresionantes vistas y de la interesante exposición de armas medievales. Salimos tarde del castillo por lo que optamos por comer de picnic para no perder tiempo y encaminarnos a nuestro próximo destino.
Paramos en los Jardines de Marqueyssac. Se trata de unos bonitos jardines de un castillo situados en lo alto de un promontorio rocoso. Hay varios kilómetros de paseos acondicionados, pero la parte más bonita se encuentra muy cerca del castillo, donde hay setos con formas redondeadas que conforman un precioso paisaje. Además hay varios miradores desde donde se puede contemplar el valle de la Dordoña. Tras visitar sobre todo esta zona cercana al castillo no nos entretuvimos demasiado y nos dirigimos a La Roque-Gageac, otro fantástico pueblecito. Este es uno de los más visitados del Perigord, pues la estampa de sus casitas justo sobre el río Dordoña y bajo las paredes del acantilado es de las más conocidas del Perigord. Según llegas por la carretera la vista es ya espectacular. Paramos para sacar alguna foto desde la misma carretera. Ya en el pueblo básicamente hay dos calles, la que va por la orilla del río y por donde pasa la carretera y otra más elevada hacia la parte superior de los acantilados. Merece la pena recorrer ambas de principio a fin. Desde el nivel del río al final de la calle (dirección Domme) hay un embarcadero y un parque desde donde las vistas del conjunto del pueblo son excelentes.
Subiendo por un callejón, llegamos a la calle superior. Sorprende que pueda haber una calle en un lugar tan estrecho, pero además está rodeada por abundante vegetación tropical – si sí tropical - y adorables casitas. También llegamos a un mirador y al ayuntamiento. En sentido contrario (hacia Castelnaud) se sigue avanzando por una zona donde hay viviendas construidas justo bajo la roca y se van abriendo vistas al río, y ya al a final al bonito Château de la Malartrie. En esta zona podemos encontrar cuevas trogloditas bajo el acantilado y una preciosa casa renacentista, el Manoir de Tarde. Por el río además pudimos ver algunos barcos que llegaban de hacer un crucero por el río, preciosos barcos clásicos de madera. Este pueblo es verdaderamente de cuento, todo en él, las casas, los jardines, el río, los barcos y su ubicación hacen que te transportes a otro tiempo. Nos quedamos con ganas de hacer el recorrido en barco pero el día ya no daba para más así que regresamos a Groléjac.
DÍA 4: Chateau des Milandes - Beynac et Cazenac – Saint Cyprien - Limeuil
Comenzamos el día visitando el Chateau des Milandes. Es un precioso castillo con unos bonitos jardines. En la visita puedes entrar en diferentes estancias además de pasear por los jardines y ver la preciosa capilla. También había espectáculos de rapaces pero nosotros no nos quedamos a esa parte.
Nos dirigimos a Beynac et Cazenac, otro precioso pueblo con un espectacular castillo en lo alto junto al río Dordoña. Se puede aparcar en la zona alta muy cerca del castillo o en la zona baja. Nosotros dejamos el coche en un aparcamiento a la salida del pueblo dirección Castelnaud. Desde allí accedimos a la orilla del río, a una zona verde con un embarcadero, desde donde las vistas del pueblo son espectaculares. Además de la panorámica del pueblo y el castillo, la calle que va subiendo rodeada de casitas medievales es espectacular. Y por allí, el camino de los cesteros (Carnival del Panieraires), comenzamos a subir después de una buena sesión de fotos. La calle va ascendiendo y a cada rincón puedes admirar preciosas casas y otras construcciones. El pueblo es de película de nuevo – uno más en la región – y según subimos se van abriendo ventanas al Dordoña. La calle se va empinando y gira para poco a poco llegar a una zona más amplia con bares y restaurantes y desde donde se accede a la terraza del castillo. A lo largo del camino hasta la colina se pasa a la Iglesia de Sainte-Marie, que una vez fue la capilla del castillo. Desde la terraza del castillo, de libre acceso, hay preciosas vistas del río.
El castillo se encuentra en la parte superior de un acantilado sobre una curva del río Dordoña y muy por encima de la mayor parte de la pequeña aldea de Beynac. El castillo está protegido en el lado de tierra por una doble pared; en otras partes la enorme caída de casi 200 metros es una gran protección natural. La terraza plana en la base de la torre del homenaje esconde los restos de las casas. Visitamos el castillo por dentro. Cruzando la muralla se entra en el gran patio del castillo. Desde ese gran patio hay más vistas al río Dordoña y se accede a las dependencias del castillo. Se visitan varias estancias hasta llegar a la azotea con sus impresionantes vistas hacia Castelnaud y también a los jardines y castillo de Marqueyssac. Finalmente acabamos en la cocina, una de las estancias más pintorescas.
Tras salir del castillo merece la pena pasear por la zona alta del pueblo con más bonitas casas y calles empedradas. Saliendo del pueblo por la parte superior se llega al cementerio y justo al lado hay otro precioso mirador sobre el Dordoña. El descenso lo hicimos por la misma calle principal hasta mitad de camino. Allí en lugar de descender al río en dirección a donde habíamos venido lo hicimos en sentido contrario para ver la otra parte del pueblo y llegar al río. Allí hay otro aparcamiento y una zona de casas muy coquetas desde donde hay más vistas interesantes del pueblo.
La siguiente parada fue Saint Cyprien. Este pueblo tiene un centro antiguo con algún edificio interesante pero nada que ver con Beynac. Vale la pena una visita rápida pero no tiene el encanto de otros pueblos de la región. La calle principal en St Cyprien es la Rue Gambetta. Se trata de una elegante calle con casas atractivas, un montón de balcones de hierro forjado y repleta de bares y restaurantes. Justo detrás de aquí se llega a la Place de la Liberté y se entra en el casco antiguo medieval. Subimos desde la Place de la Liberté a la antigua abadía por la bonita Rue du Terme. Esta calle tiene una gran mansión típica de la región a la derecha y un montón de otros edificios interesantes. Por encima de la parte principal de la ciudad se entra en la zona de 'Montmartre' de Saint-Cyprien. Aquí las calles son empinadas y estrechas y hay vistas sobre el valle de Dordoña. También en una posición elevada está la iglesia de la abadía de Saint-Cyprien. Por debajo de la abadía hay más pequeñas callejuelas que se conocen como el distrito de la costura y la Place des Oies (gansos). Tras hacer este recorrido y desviarnos por alguna callejuela seguimos viaje hasta Limeuil.
El bello pueblo de Limeuil está construido en la ladera empinada en la confluencia de los ríos Dordoña y Vézère. Una playa fluvial y un bonito pueblo clasificado como uno de "los pueblos más bellos de Francia" nos reciben. El pueblo está aun parcialmente rodeado de sus murallas originales. Dejamos el coche a la entrada y comenzamos a ascender por calles empedradas entre las casas de color miel. Disfrutamos de varias calles con casas muy bonitas y también vimos las puertas de las murallas de la ciudad. En la parte superior, las mejores vistas sobre el pueblo y los alrededores se obtienen desde el Parc Panoramique, un recinto poblado de árboles, arbustos y derruidos muros de piedra. Finalmente bajamos a la zona de la playa muy agradable y pintoresca con los puentes que atraviesan los dos ríos. Justo cruzando la carretera desde la playa hay un precioso parque con buenas vistas del río.
DÍA 5: Gourdon – Souillac – Loubressac – Autoire - Carennac
Este día nos íbamos a alejar un poco de la zona del Perigord Negro pero queríamos ver algunos pueblos que tenían buena pinta. El primero de ellos fue Gourdon. Gourdon es una ciudad pequeña construida de piedra color miel y situada en una colina, así que se puede ver desde gran parte de la región circundante. Aparcamos en La calle principal de la ciudad vieja, con una puerta fortificada en un extremo, en la Rue du Majou. Está rodeada en toda su longitud con espléndidas casas de piedra. En su extremo superior, llegamos a una plaza preciosa en frente de la enorme iglesia de St-Pierre. Desde la plaza, unas escaleras suben a la cima de la colina, donde hay una mesa de orientación con una magnífica vista sobre el valle de Dordoña y sus alrededores. Las vistas son de pequeñas colinas, bosques y pequeños pueblos dispersos. Por debajo de la iglesia paseamos por un laberinto de pequeñas calles con casas medievales y algunas tiendas interesantes. Otra iglesia interesante que pudimos ver en Gourdon es la Iglesia de Notre-Dame des Cordeliers con una imponente torre del reloj cuadrada.
Nuestra siguiente parada fue Souillac, en la confluencia de los ríos Borrèze y Dordoña. Lo más interesante que vimos allí fue la Abbatiale-Sainte-Marie - la iglesia de la abadía -, un buen ejemplo de la arquitectura de estilo románico. Cubierta con cúpulas enormes como las catedrales de Périgueux y Cahors, tiene un interior espacioso. Callejeamos un poco por los alrededores pero aparte de algún rincón más interesante tampoco descubrimos nada que destacar. Desde aquí y tras comer algo rápido seguimos a Loubressac, otro de los "más bellos pueblos de Francia". Está situado en un promontorio rocoso rodeado de bosques. En el pueblo pudimos ver un bonito castillo (no abierto al público), el renacentista Château de Montal, y una iglesia fortificada en el centro del pueblo, además de muchos edificios medievales hermosos hechos de la piedra de color blanco y miel de la zona en las calles estrechas y la plaza central. Otro punto a destacar de la población es el de las fantásticas vistas en casi todas las direcciones, a través de los valles de Dordoña, el Cere y los ríos Bave, y hacia varios castillos distantes. Paseamos relajadamente por toda la zona superior del pueblo que es muy compacta y nos dirigimos a nuestra última visita de este largo día.
Autoire es otro de los "más bellos pueblos de Francia". El pueblo se ubica en un fondo espectacular de acantilados que forman el Cirque d'Autoire. En el pequeño pueblo no vimos grandes monumentos, sólo un sitio maravillosamente conservado con casas muy atractivas. Hay varios castillos y una casa de campo, incluyendo el Chateau de Limargue en la plaza principal y el castillo de Busqueille con vistas a él. Esta zona en torno a la plaza es realmente bonita, pudimos sacar unas fotos preciosas de este pueblecito, que fue lo que más nos gustó de todo este día.
En el centro del pueblo hay una fuente preciosa engalanada con flores. La iglesia de San Pedro tiene un interior especialmente sencillo y armonioso. Una vez que visitamos el coqueto casco antiguo un vecino nos aconsejó seguir un pequeño un camino (a poca distancia), que termina por encima de una cascada de 30 metros y ofrece espléndidas vistas tanto de la cascada como del Cirque d'Autoire con el pueblo de Autoire enclavado en los acantilados. También vimos las ruinas de un castillo - el Chateau des Anglais-. Son unas ruinas situadas justo en el acantilado en el borde del río. Autoire nos encantó, es un pueblo de cuento, aunque eso sí muy pequeño.
Ya de regreso a nuestra casa paramos en el bonito pueblo de Carennac a orillas del Dordoña nuevamente. El pueblo tiene un casco antiguo bastante bonito, con edificios muy interesantes de piedra, un paseo junto al río y sobre todo la zona alrededor de la iglesia donde un pasaje nos lleva como a un patio interior rodeado de edificios y torres de piedra, realmente precioso. Saliendo del pasaje un puente nos lleva a una zona un poco más elevada desde donde hay otra vista preciosa del pueblecito y sus casas.
DÍA 6: Chateau de Puymartin – Cabanes du Breuil - Chateau de Commarque - La-Roque-Saint-Christophe
Comenzamos el nuevo día visitando el Chateau de Puymartin que se encuentra en una colina con vistas panorámicas. Destacan sus bonitas torres puntiagudas, sus torres, fuertes murallas defensivas y un edificio principal robusto, en torno a un patio central. Visitamos el interior del castillo y vimos algunas habitaciones y muebles preciosos, una bonita escalera de caracol y la sala de meditación con sus pinturas de escenas de la mitología. Pero sobre todo nos encantó el edificio en sí, un castillo realmente bonito. Desde allí visitamos las Cabanes de Breuil, unas construcciones de piedra seca muy pintorescas situadas en una explotación granjera. Se ve rápido ya que son unas pocas construcciones, aunque realmente encantadoras y el hecho de ver pasear las ocas por allí libremente le da más encanto al lugar. Una visita muy recomendable para hacer con niños. Se puede visitar por libre pero el granjero dueño de la explotación te deja incluso hacer construcciones con las piedras…. Ideal para los más pequeños.
Y tras la breve visita a las cabañas nos dirigimos a nuestro siguiente destino el Château de Commarque, o más bien sus ruinas. Para llegar al castillo se deja el coche en un aparcamiento y hay que caminar por un sendero en medio de un bosque. Al salir del bosque se vislumbran las maravillosas ruinas del castillo. Son realmente pintorescas y hay muchas, no se trata de cuatro piedras. Aquí es donde tienes que pagar la entrada si quieres explorarlas, y si no, también merece la pena para ver una panorámica muy pintoresca del conjunto. El Château se asienta sobre un promontorio rocoso en el valle del río Beune. Las partes inferiores del castillo están talladas en la roca sobre la que se asienta, incluyendo varios refugios prehistóricos y túneles realizados a través de la roca. Dentro del castillo se pueden ver restos suficientes para entender el diseño de la estructura original, y la gran torre del homenaje y el edificio que contenía la vivienda principal siguen intactos. El castillo que se puede ver a través del valle de Commarque es el Chateau de Laussel. Una de las mejores cosas de visitar el interior es que pudimos subir los treinta metros de altura de la torre para disfrutar de las vistas sobre el campo circundante.
Y la última visita del día fue la de La-Roque-Saint-Christophe. El sistema de cuevas en La Roque-Saint-Christophe es un gran complejo de asentamientos prehistóricos, en la orilla sur del río Vézère, en un lugar muy pintoresco y atractivo. El acantilado tiene casi un kilómetro de longitud y 80 metros de altura y contenía toda una aldea prehistórica por encima del propio río. Numerosos edificios y fortificaciones se apoyan en el acantilado. Aquí pusimos ver numerosos restos de las viviendas que cubrieron una vez esta sección del acantilado, y las escaleras y pasajes que unían los edificios. Unas escaleras conducen a la entrada original de la fortaleza, que se encuentra a cierta altura excavada en el propio acantilado, un lugar excepcional . Seguimos la visita por 20 partes claramente marcadas de la ciudad destacando diferentes áreas como el establo, el matadero y junto a ella el ahumadero de conservación de la carne, la iglesia, la forja, etc. Es una visita realmente instructiva y muy muy curiosa. Y cuando terminamos como todavía nos quedaba algo de tiempo nos fuimos a Sarlat a disfrutar de su casco antiguo una vez más.
DÍA 7: Les Ezyes – Laugerie Basse - Saint-Leon-sur-Vezere - Chateau de Losse – Montignac – Saint Amand du Coly
Empezamos nuestro último día visitando la preciosa población de Les Ezyes. La ciudad está llena de grutas, cuevas y viviendas trogloditas, bajo los acantilados rocosos que sirven de telón de fondo al pueblo. El pueblo en sí es muy agradable, con casas bonitas y la zona de las casas construidas al abrazo del acantilado. Además está la ribera del río donde siempre puedes dar un paseo. Existen decenas de cuevas y grutas para visitar en Les Ezies, incluyendo numerosas fortalezas medievales construidas en las rocas, una iglesia fortificada y muchos museos. Les Ezies contiene alrededor de 150 yacimientos prehistóricos que datan del Paleolítico y cerca de 25 cuevas. Nosotros nos decantamos por visitar el Abri de Laugerie Basse, un refugio de conocido por la gran cantidad de herramientas y artefactos que fueron descubiertos en el lugar. La verdad es que la visita mereció la pena y nos hubiese gustado visitar alguna cueva más pero no teníamos tiempo. Fácilmente puedes pasar un par de día s o más visitando cuevas en sus alrededores. Seguimos hasta
otro de los pueblos más bellos de Francia. Es un pueblo pequeño y encantador, en una curva en el río, y es un conjunto de antiguas casas de color miel unidos por pequeños callejones. Destaca sobre todo la hermosa iglesia de Saint-Leon-sur-Vezere. Dentro de la iglesia se encuentran los restos de algunos frescos.
Hay dos castillos en el pueblo. En el centro del pueblo está el hermoso Chateau-de-Clerans que es privado, pero caminando por la orilla del río llegamos a un punto donde hay grandes vistas al castillo. En el borde de la aldea está el gran e impresionante Chateau de Chabans en un entorno encantador con bonitos jardines de estilo francés. Además de sus dos castillos también pudimos ver interesantes casas señoriales como el Manoir de la Salle. Las mejores vistas las obtuvimos desde el puente que cruza el río. Y como ya íbamos bastante tarde aprovechamos unas mesas a orillas del río para hacer un picnic rápido. Seguimos por la carretera hasta nuestro próximo destino y de camino pusimos ver el castillo de Losse, aunque solo por fuera. Pero la vista del castillo desde el otro lado del río merece bastante la pena. Es un paisaje idílico.
Llegamos a Montignac. Este bonito pueblo en el río Vézère es famoso por ser el hogar de las cuevas de Lascaux, unas de las más importantes de Francia. Pero nuevamente estábamos ya sin tiempo y no las visitamos. La verdad es que un par de días más de viaje nos hubiesen venido muy bien. Sí visitamos el pueblo de Montignac. El río tiene un atractivo puente de piedra y está lleno de bonitas casas con balcones. Hicimos un recorrido que lleva a lo largo de los principales edificios que merece la pena ver en la población. La caminata dura alrededor de media hora. Comenzando en la oficina de turismo, que se encuentra en el antiguo Hospital de San Juan el Evangelista, el edificio de enfrente es el Prieuré Saint Georges. Ahora alberga un mercado interior de artesanía que vende una interesante variedad de artesanías. Otros lugares de interés que se pueden ver son el Couvent des Clarisses. El paseo finalmente termina por encima de la ciudad y llega hasta el nivel del castillo que se encuentra en su propia pequeña colina. Las vistas sobre el castillo y la ciudad de abajo son preciosas. La carretera principal de Montignac es la Rue de la Pègerie y está llena de edificios antiguos, muchos de entramado de madera. Cerca de la iglesia está la hermosa Plaza de Armas donde vimos algunas casas muy bonitas.
Y la última parada del día y del viaje la hicimos en otro preciso pueblecito: Saint Amand du Coly. Es un pueblo aislado en un entorno precioso, cuyo principal punto de interés es su iglesia fortificada, un edificio imponente. Dejamos el coche a la entrada del pueblo y llegamos a la iglesia. En el interior, la iglesia es muy simple, pero hermosa. La iglesia y los restos de la abadía se encuentran en el centro del pueblo. A la derecha vimos una casa de tabaco grande que ha sido magníficamente restaurada y ahora vende productos regionales. En la otra dirección está el antiguo hospital. También está el horno de pan común y bonitos edificios de piedra en unas pocas calles empedradas. Seguimos un pequeño paseo que bordea la reja de la iglesia y continúa por los alrededores. Y tras callejear de nuevo por el pequeño pueblo nos volvimos a Groléjac sin tiempo para más.
Aquí terminó el viaje. La verdad es que la zona del Perigord negro nos encantó, y nos quedamos con ganas de tener un par de días más para ver alguna cosilla más, pero los siete días los aprovechamos a tope. Además en Agosto nos hizo un tiempo espléndido y pudimos sacar el máximo partido a todas nuestras visitas. Como visitas imprescindibles recomiendo Sarlat, Beynac et Cazenac, La Roque Gageac y el Château de Commarque.
DATOS PRÁCTICOS:
Cómo llegar: en coche Sarlat se encuentra a unas 6 horas de Bilbao, y dada su posición en el sur de Francia, el coche es una opción viajes desde donde viajes.
Alojamiento: hay una variedad enorme de tipos de alojamiento. En nuestro caso contratamos la casa a través de Gîtes de France
Comidas: aunque hay infinidad de restaurantes en toda la región, para aprovechar el tiempo puedes hacer picnic en las numerosas áreas habilitadas para ello. Los precios tanto de restaurantes como los de los supermercados son sólo algo superiores a los de España, pero nada escandaloso.
Desplazamientos: hay una tupida red de carreteras en todo el Perigord, pero muchas de ellas son muy estrechas y hay que ir despacio. Además en torno a Sarlat se suelen montar bastantes atascos, al menos en Agosto.
Clima: en Agosto se pasa calor, bastante calor. No nos llovió más que unas gotas un día y el resto tiempo seco y soleado.
Puntos de interés en el Perigord Negro: