Viaje por Irlanda (II)
Seguimos recorriendo la isla de Irlanda, como continuación del viaje que habíamos empezado en este otro post. Comenzamos esta segunda parte del relato con una visita a las espectaculares y remotas islas de Aran y continuamos con toda la costa suroeste, donde encontramos joyas como el Ring of Kerry y fabulosas ciudades como Cork.
DÍA 9:
Dedicamos este día y parte del siguiente a visitar las islas de Aran. Son tres y en este tiempo nos daba tiempo únicamente a visitar la grande, Inishmore y otra de las menores. Nos decantamos por Inisheer. Y a ésta última nos dirigimos en el primer ferry desde Doolin. Es muy importante reservar los trayectos en ferry con bastante antelación ya que suelen estar completos.
Una vez en la pequeña isla de Inisheer nos dedicamos a recorrerla en bicicleta, la mejor forma de visitarla salvo que contrates un viaje organizado. Junto al muelle donde nos dejó el ferry hay una bonita playa de aguas completamente transparentes. Éste es el único núcleo habitado de la isla, compuesto por unas cuantas casas dispersas. Ya con las bicis pasamos por las ruinas de una antigua iglesia y junto a una pequeña pista de aterrizaje llegamos al lugar de naufragio del Plassey, donde encontramos una de las fotos más pintorescas de la isla. En realidad lo que queda es el enorme armazón oxidado del buque varado sobre una zona rocosa, pero el conjunto es espectacular. Muy cerquita de allí pasamos también por un lago junto al cual se levantaban unas antiguas ruinas de edificios. Subimos al castillo de los O’Brien , o las ruinas más bien, desde donde hay unas fabulosas vistas de la intrincada red de muros de piedra que tamizan toda la superficie de la isla. Es la verdad un paisaje realmente curioso. Y también desde la zona elevada del castillo se aprecian perfectamente los acantilados de Moher.
Seguimos rodeando la isla en bici y pasamos por el faro en el extremo sur de la isla. La verdad es que la isla es muy pequeña y se recorre enseguida pero la sensación de estar en una isla hace que merezca la pena visitarla. Solo estuvimos unas horas ya que a primera hora de la tarde salía de nuevo el ferry, esta vez hacia Inishmore, la más grande de las islas y la que más merece la pena. Allí nuevamente al llegar alquilamos una bicicleta para recorrerla. Por cierto que para visitar las islas dejamos el coche en Doolin y nos llevamos únicamente una mochila con lo básico para la noche que íbamos a pasar en Inishmore.
Dedicamos la tarde a visitar la zona este de la isla donde pasamos por una pequeña playa y las ruinas de una antigua construcción de piedra desde donde había bonitas vistas de la zona donde nos había dejado el ferry. Posteriormente nos dirigimos a uno de los principales atractivos de la isla, el fuerte de Dún Dúchathair - Black Fort -, una curiosa construcción de piedras formada por varios semicírculos concéntricos justo en el borde de unos espectaculares acantilados. Seguimos bordeando la costa de la zona y disfrutando de las vistas. La verdad es que el paisaje es bastante llano y los campos verdes aparecen tapizados por campos de rocas que nos recordaban a los que habíamos visto en el Burren. No es un relieve espectacular pero la verdad es que es una sensación indescriptible moverse por la isla prácticamente desierta en bici. Y esta tarde no nos dio para más así que volvimos al alojamiento en la propia isla – importante también reservar con tiempo pues no hay mucha oferta de B&B – y dejamos el resto para el día siguiente. En el propio pueblo de Killeany, vimos las ruinas del Arkyn Castle, un castillo medieval. Al sur del pueblo, pudimos ver también las ruinas de Teampall Bheanáin, una antigua iglesia. Tanto el castillo como la iglesia son poco más que unos muros de piedra pero el entorno de la isla les daba un aire especial.
DÍA 10:
Madrugamos para ver el resto de la isla ya que el ferry de vuelta a Irlanda salía a primera hora de la tarde. De nuevo con las bicis nos dedicamos a pedalear por la costa de la isla. En la costa sur visitamos otro fuerte similar al del día anterior pero más amplio y más espectacular, Dún Aonghasa. Es de hecho éste el principal atractivo turístico de las islas de Aran. En las proximidades vimos otro de los lugares más curiosos de la isla, una cavidad perfectamente rectangular en el fondo de un acantilado que comunica con el océano. Se conoce como The Wormhole. El rectángulo es tan perfecto que parece tallado a mano, y una autentica piscina de mar.
Seguimos recorriendo la costa y vimos además de más acantilados las ruinas de unas iglesias conocidas como las Seven Churchs y otro fuerte prehistórico, Dún Eoghanachta. Llegamos a una playa preciosa de aguas transparentes, la de Kilmuervey. También pasamos por el mirador de la colonia de focas que habita en la isla, aunque no vimos ninguna. Sin embargo durante nuestro recorrido en bici por la costa de la isla sí que conseguimos ver alguna retozando en las rocas.
Dejamos la bicicleta y volvimos en ferry a Doolin dejando atrás estas fabulosas islas. Nos fuimos directos al Bunratty Castle, en la localidad del mismo nombre. El castillo es la fortaleza medieval más completa y auténtica en Irlanda. Contiene muebles antiguos, tapices y numerosas obras de arte. El Castillo es una fortaleza medieval bien conservada, impresionante y tiene unas vistas sobre el río Shannon y las tierras circundantes que una vez protegió. Visitamos la Torre del Homenaje y las almenas. Alrededor el castillo hay una serie de edificios que constituyen un museo al aire libre, incluyendo la iglesia Ardcroney, una escuela, la oficina de correos,... Hay reproducciones fabulosas de las casas tradicionales irlandeses de campo y granjas, así como casas típicas, tiendas, almacenes y escenas de la calle de Irlanda de la época victoriana. Una visita fabulosa aunque tuvimos que hacerla un poco a la carrera dada la hora a la que entramos al recinto.
Acabamos el día en el Louch Gur, un lago en el condado de Limerick entre las localidades de Herbertstown y Bruff. Es uno de los sitios arqueológicos más importantes de Irlanda y hay numerosos restos megalíticos. El círculo de piedra de Grange (el círculo de piedra más grande de Irlanda) y un dolmen se encuentran cerca del lago. Los restos de casas de la Edad de Piedra y una serie de fortalezas en anillo, con una fortaleza en la colina con vistas al lago completan el conjunto. Hay un centro de visitantes aunque ya estaba cerrado. Dimos un paseo por el entorno del lago que es realmente un lugar muy agradable. Y durante el recorrido vimos ruinas de varios edificios más recientes como un castillo y una iglesia.
DÍA 11:
Antes de llegar al Ring of Kerry uno de los lugares más bonitos de la isla dedicamos buena parte de este día a recorrer la no menos interesante península de Dingle. Seguimos la carretera que recorre la península. Conducir por esta carretera es como un viaje a través de un museo al aire libre. El paisaje está lleno de monumentos y numerosas maravillas naturales. La línea de costa se compone de empinados acantilados, rotos por las playas de arena, con dos grandes arenales en Inch en el sur y los Maharees al norte.
Nada más entrar en la península está el pueblo de Tralee, con calles estrechas llenas de bares, donde visitamos el Museo del Condado de Kerry, que describe la vida en la Edad Media. Visitamos después el molino de viento de Blennerville que se encuentra a unos 2 km de la ciudad, y es el mayor molino de viento en funcionamiento de Irlanda. Saliendo del pueblo encontramos en la reserva natural de Tralee Bay. La bahía de Tralee es una preciosa zona verde con extensas marismas y playas de arena dorada kilométricas. En las montañas de Slieve Mish llegamos a Caherconree, un fuerte de piedra en forma de anillo que se encuentra a dos tercios de la altura de la ladera suroeste de una montaña con fabulosas vistas de la costa.
Retomando la costa llegamos a Candeehy al final de una preciosa península con más fabulosas playas. Al oeste de la península empieza otro enorme y precioso arenal. Al final del arenal se eleva la costa a un pequeño acantilado, Brandon Point, desde donde hay preciosas vistas de buena parte de la península. Desde aquí hicimos una pequeña ruta hasta Sauce Creek, una bahía bajo un espectacular acantilado en una zona completamente aislada. Una zona preciosa.
Aquí la carretera deja la costa, ocupada por unas preciosas montañas y nos lleva por el interior dela península pasando por el paso de Conor. Se trata del paso más alto de la montaña en Irlanda, y lo hallamos entre la localidad de Dingle y Kilmore Cross en el lado norte de la península. Las vistas desde la carretera son impresionantes, a medida que el paisaje de montañas y lagos aparece a la vista. Desde el aparcamiento en la cumbre hay unas vistas que llegan hasta las islas de Aran. La carretera vuelve tras varios kilómetros a la costa. Dejamos atrás Dingle que veremos a la vuelta y seguimos de nuevo a la costa norte por donde continuamos hasta llegar a Dun Morain, unos restos de una antiquísima fortaleza en una montaña sobre la costa norte de la isla. Los restos no tienen en sí nada, pero las fabulosas vistas de la costa que se tienen desde aquí merecen mucho la pena. Además es un paseo bastante corto que nos recompensa con un panorama increíble.
Tras dejar el mirador la carretera pasa por un pequeño pueblo con una playa y discurre junto al mar ofreciéndonos inmejorables vistas del accidentado relieve de la península. Aquí nos desviamos para visitar el oratorio de Gallarus. El oratorio de Gallarus es una de las primeras iglesias cristianas mejor conservadas de Irlanda, en forma de un barco vuelto hacia arriba. En los alrededores también se puede visitar Kilmalkedar Church. Retomando la carretera de la costa pasamos por una amplia bahía con más playas de arena dorada y llegamos a la punta de Clogher. Desde el aparcamiento una suave pendiente nos lleva a lo más alto del cabo desde donde hay una vista increíble de las montañas la península y la costa. Este es uno de los miradores más bonitos de la península.
Después pasamos por el Dunquin Pier donde unas escaleras bajan por el acantilado hasta el mar – aquí se puede coger un barco para visitar la isla de enfrente, la isla de Blasket – y pasamos por más cabos como el Dunmore con más vistas y una bonita y pequeña playa a sus pies. Finalmente la ruta llega a Slea Head, marcado por una escena de la crucifixión en piedra, con espectaculares vistas a South Kerry y las Islas Blasket. Alrededor del cabo se pueden ver diferentes grupos de chozas tipo colmena. Justo en Slea Head una pareja de irlandeses nos recomendó subir a una pequeña montaña situada a nuestras espaldas. En Google Maps aparece como Sliabh na Iolair, y en ningún sitio lo vimos señalizado, pero el camino es sencillo, saliendo desde la carretera de la costa. No fue un esfuerzo muy grande y llegamos a la cima en unos 45 minutos. Las vistas desde allí, espectaculares. Se veía toda la península con sus montañas, playas….
Iniciando a vuelta por la costa sur de la península pasamos por varios restos de fuertes y construcciones de piedra mientras disfrutamos de la vista. Pasamos por otra fabulosa playa, la de Ventry Bay, justo al oeste de Dingle. Y en una pequeña península justo frente al pueblo de Dingle subimos a la Eask Tower una torre de piedra redonda en la cima de una pequeña colina con unas vistas fabulosas de esta zona de la península de Dingle. Y de allí ya llegamos al pueblo de Dingle, el mayor de la península. Es un pueblo típico de pescadores donde hay varios pubs y un animado puerto. Además nos encontramos con un pintoresco desfile. Siguiendo la carretera paramos en la playa de Doonshean, con preciosas vistas de los acantilados que la rodean. Y una parada más nos llevó a las pintorescas ruinas del Minard Castle, en un promontorio junto una playa de piedra.
Y nuestra última parada en la península fue Inch Strand, una larga lengua de arena con un precioso complejo de dunas que se adentra en el mar perpendicular a la costa. Se trata de un entorno natural increíble. Las vistas son realmente sorprendentes cuando uno se acerca a la playa, especialmente desde la carretera que discurre a una cierta altura sobre la costa, desde donde se logra una mejor perspectiva. Aquí concluimos nuestro recorrido por la península de Dingle, mucho menos famosa que la vecina de Ring of Kerry pero para nuestro gusto igualmente espectacular.
DÍA 12:
Comenzamos a recorrer una de las rutas turísticas más icónicas y más turísticas de Irlanda, el Ring of Kerry. Además de otros atractivos, la escarpada costa - en particular entre Waterville y Caherdaniel en el suroeste de la península -, es la parte más espectacular de la ruta. Comenzamos visitando la playa de Rossbeigh, otra barra de arena que se adentra en el mar similar a la de Inch Strand, donde lo dejamos el día anterior. En la carretera hay un mirador desde donde se obtiene una vista panorámica fabulosa. Desde aquí, la ruta se va abriendo con maravillosas vistas de la bahía de Dingle a medida que nos aproximamos a Kells. La carretera se aleja de la costa hasta llegar a Cahersiveen, donde cruzamos el río para visitar unos bonitos fuertes circulares de piedra en la zona norte y subimos a un mirador con vistas de la costa en esta zona.
Seguimos la carretera y pasamos en ferry a la isla de Valentia. Es un ferry muy pequeño que salva un pequeño estrecho de unos 500 metros. Las mejores vistas de la isla de Valentia las disfrutamos desde Geokaun - punto más alto de la isla- . Un paseo hasta la amable cima nos ofreció una vista de 360º. También en Valentia, una plataforma de observación se encuentra en el borde de los acantilados espectaculares de Fogher. Y en Slate Quarry, las vistas sobre el faro de Valentia y Knightstown son preciosas. Todas estas atracciones se encuentran muy cerquita del ferry en la parte norte de la isla. También recorriendo la isla pasamos por el Bray Head una punta rodeada de bonitos acantilados desde donde hay una buena vista de las islas Skellig, que visitaríamos al día siguiente. Para llegar a la punta del cabo hay que dar un paseo ya que no se puede llegar en coche pero es un paseo muy agradable, rodeados de espectaculares vistas de la costa.
Dejamos Valentia, esta vez por el único puente que la une con Irlanda, en concreto en Portmagee. Seguimos la carretera Skellig Ring Road, pasando por una zona de preciosos acantilados. Un mirador formado por una plataforma de acero se suspende sobre los mismos para ofrecernos vistas gloriosas. La carretera se eleva hasta Coomanaspig Pass, con otra vista soberbia, esta vez de la isla de Valentia. En Cahereamore, subimos a la parte superior del cabo donde hay una torre de piedra, pero sobre todo merece la pena por las vistas. Es un paseo no muy largo aunque eso sí, ascendiendo todo el rato. Siguiendo la carretera llegamos a Ballinskelligs, un pequeño pueblo que cuenta con los restos de una abadía, de un castillo y una preciosa playa. Todo ello en un bucólico paisaje junto al mar. Fuimos paseando desde la abadía al muelle y de allí al castillo y a la playa.
Siguiendo la carretera el paso de Coomakista ofrece vistas sublimes sobre la bahía de Kenmare, el puerto de Derrynane, Scariff y las Islas Deenish. Nosotros subimos desde el mirador por la montaña justo detrás y la vista mejora muchísimo. Paramos en la espectacular playa de Derrynane, donde hay unas preciosas ruinas de una abadía y un islote rocoso unido a tierra por un pequeño tómbolo. El paisaje es de lo mejor del Ring of Kerry en toda esta zona. Al final de la playa hay un entrante arenoso de gran belleza y pudimos ver también unos restos megalíticos. Seguimos la carretera disfrutando de los preciosos paisajes y haciendo paradas a cada poco para sacar fotografías. Paramos en West Cove Pier un pequeño muelle en una preciosa ensenada rodeada de suaves colinas. Un poco más adelante en Castlecove, visitamos el mayor fuerte circular de piedra de Irlanda, Staigue Fort y las playas de Castlecove y Whitestrand, en realidad unas calas completamente salvajes en un idílico paisaje rocoso.
La ruta sigue por una zona menos paisajística hasta Kenmare, y desde allí cerramos el circuito del Ring of Kerry tomando la carretera al norte hacia Killarney a través de Moll’s Gap. Llegamos al precioso mirador de Ladies View donde disfrutamos de una vista del melancólico paisaje del parque de Killarney. Seguimos hasta el lago superior de Killarney por un paisaje maravilloso y retrocedimos por la carretera para meternos en el valle que lleva a Gap of Dunloe. La carretera discurre por una zona montañosa donde paramos muchísimas veces a disfrutar del paisaje. Esta zona tiene que ser una gozada para hacer rutas de senderismo pero no disponíamos de tiempo así que nos conformamos con ver todo lo que pudimos desde el coche, las montañas, los lagos…. una verdadera maravilla. Y así llegamos a Dunloe y cerramos el circuito de Ring of Kerry – en realidad el circuito no pasa por Gap of Dunloe pero merece muchísimo la pena atravesar esta estrecha carretera.
Para terminar el día visitamos Killarney donde paseamos por los jardines del castillo de Ross, ya cerrado, a orillas del lago Leane. Ya oscureciendo no nos dio tiempo para más y nos fuimos hasta Glenbeigh donde nos alojamos.
DIA 13:
Madrugamos par air de Nuevo a Portmagee donde habíamos reservado un viaje a las islas Skellig, unas espectaculares islas muy conocidas tras su aparición en la saga de Star Wars. Hay básicamente dos opciones para visitarlas: un viaje sin desembarcar que rodea todas las islas y otro que desembarca en Skellig Michael, la isla más alejada y donde se encuentran los bien conservados restos del monasterio que aparece en la película con sus curiosas construcciones de piedra en forma de colmena. Nos decantamos por el segundo viaje ya que queríamos ver esta isla en concreto. Tuvimos suerte porque el viaje se anula si el mar no reúne ciertas condiciones de seguridad ya que los pequeños islotes están el pleno océano y el barco que te lleva hasta allí es bastante pequeñito.
El viaje duró aproximadamente una hora. Pasamos de largo por la isla Little Skellig, un montículo rocoso realmente pintoresco, y finalmente llegamos a Skellig Michael. Desde el punto donde nos dejó el barco hasta la cima de la isla donde está el monasterio hay unos 600 escalones para salvar 200 metros de desnivel. Una vez desembarcados disfrutamos de cerca de tres horas en la isla antes de volver abarco. La subida es dura porque los escalones son muy desiguales, formados por rocas irregulares y en algunos tramos avanzas muy cerquita del acantilado, por lo que conviene ir con ojo. Además varios botes llevan visitantes a la isla por lo que hay bastante gente, a pesar de lo remoto del lugar.
Pero una vez salvados estos detalles disfrutar de la isla es una pasada. Subimos hasta el monasterio que es increíble. Las celdas de los monjes y el cementerio son espectaculares y las vistas hacia la pequeña de las islas también. Desde luego es un lugar único y aunque el viaje no es barato en absoluto merece muchísimo la pena. Paseamos por el monasterio y también por algunos de los otros senderos habilitados para los visitantes – no todos lo están – y se nos pasó el tiempo volando. Así que maravillados por la experiencia bajamos de nuevo hasta el barco y de allí a Portmagee. Ya de nuevo en el coche, tuvimos que hacer de nuevo todo el camino hasta Kenmare para seguir visitando la siguiente península, la de Beara.
Una vez más, las montañas de rasgos afilados y la intrincada costa conforman un paisaje espectacular en casi cada curva del camino. Fuimos avanzando por la costa norte de la costa hasta el círculo de piedras de Uragh, un pequeño monumento megalítico situado en un lugar precioso junto a un lago. Siguiendo la carretera que rodea la península nos desviamos hacia el interior para disfrutar de la carretera de Healy Pass Road. La vista desde el paso de montaña es espectacular. Merece la pena seguir esta carretera a pesar de que sea un importante desvío de la ruta.
Siguiendo la carretera al oeste entre las montañas y el mar, se puede ver la exuberancia del paisaje irlandés en su faceta más salvaje. Paramos en otro círculo de piedras megalíticas, el de Ardgroom, y en alguno otro más que vimos a lo largo de la ruta. Al acercarse a la punta de la península encontramos Allihies, famoso por su antigua mina de cobre. El paisaje de la zona cuenta con montañas escarpadas con pastos ovejas y una costa rocosa preciosa. Estuvimos paseando por la zona y viendo alguna bonita playa como la de Ballydonegan. Desde allí hacia el norte hay una preciosa zona de acantilados y paisajes costeros. Fue lo último que hicimos es este día y nos alojamos en un B&B por la zona.
DÍA 14:
Empezamos el día visitando el único teleférico de Irlanda, realmente curioso, ya que en lugar de subir a ningún monte, nos llevó a la pequeña isla de Dursey. Esta isla es una maravilla, ya que no hay coches y se recorre completamente andando. Hasta la punta opuesta al teleférico hay unos 4 Km. Nosotros no hicimos todo el recorrido pero llegamos hasta la mitad más o menos y subimos a la cima donde hay una torre de vigilancia con preciosas vistas de la isla y hacia Irlanda. Es una maravillosa isla cubierta de verde, por supuesto sin coches y sin edificaciones, pura naturaleza. No es que la isla presente grandes atractivos pero el paisaje y el hecho de pasar en teleférico es realmente una experiencia.
Completamos la ruta de la península de Beara por la costa sur, con un paisaje agradable pero nada que ver con la espectacularidad del Ring of Kerry. Pasamos por el pueblo de Adrigole con sus casas pintadas. Al final de la península se encuentra Glengarrif. Allí dimos un paseo hasta el precioso Barley Lake donde accedimos por una carretera empinada y sinuosa que lleva a las partes más altas de las montañas.
Dejando la península de Beara nos fuimos a la punta de Sheep, otro entrante en el mar al sur de la península. El recorrido hasta allí es precioso ya que la punta está formada por un entorno montañoso donde hay un alargado lago y un precioso faro al que se accede por una serie de escaleras. Otro lugar muy pintoresco aunque para llegar hasta el faro hay que circular por una estrechísima carretera. Lo bueno es que nosotros no nos encontramos con nadie ya que esta zona no es muy turística. Y de vuelta del faro en la carretera nos encontramos con una zona donde hay una cruz y una estatua en el mirador de Sui Finn. Desde allí hay una vista muy buena pero subiendo por un sendero hasta la cima de la cresta montañosa que atraviesa la península disfrutamos de una vista maravillosa de la alargada y estrecha península. Además es un recorrido cortísimo que merece la pena hacer.
No nos dio para mucho más este día porque además el tiempo estaba bastante revuelto y nos alojamos en Durrus, un pequeño pueblo al principio de la península de Mizen Head, que ya visitaríamos al día siguiente.
DÍA 15:
Para terminar con la costa oeste de Irlanda nos fuimos a recorrer otra de sus espectaculares penínsulas, la que acaba en Mizen Head, una zona de acantilados espectaculares. Aquí, en el punto más hacia el suroeste de Irlanda, hay panorámicas hacia el mar realmente impresionantes. Visitamos el Centro de Visitantes de Mizen que se encuentra en lo alto de un acantilado. Dentro hay una interesante exposición. Desde el centro de visitantes, llegamos a la estación de señal real, pasando por un pintoresco tramo de escaleras y un precioso camino costero, donde atravesamos un puente en arco que conecta varios acantilados con espectaculares vistas. También el faro es visitable y allí pudimos ver los cuartos de la estación, la sala de máquinas, la sala de radio de Marconi, y una exposición de fauna submarina. Caminamos por los acantilados cercanos al faro porque el paisaje es maravilloso.
Al norte del faro visitamos un rincón muy bonito, el formado por el castillo de Dunlough, junto al lago del mismo nombre. La vista del castillo, el lago y el mar justo al lado desde el camino de acceso es espectacular. Retrocediendo hacia el faro de nuevo visitamos un par de playas en la ensenada de Barley . Y desde Crookhaven, dimos un paseo hasta Brow Head con vistas al faro y a las playas que habíamos recorrido. Comenzamos aquí a recorrer la costa sur de Irlanda hasta llegar al castillo de Castle Point, en un precioso rincón de la costa y ya más adelante llegamos a otro fotogénico castillo , el de Kilcoe.
El castillo de Kilcoe se encuentra en un islote en Roaringwater Bay, al sureste de la localidad de Ballydehob. Su pintoresca ubicación y su forma elegante sirven para crear una postal perfecta. Una pasarela conecta el islote con tierra firme. En la actualidad el castillo de Kilcoe es una casa privada, por lo que no se puede visitar, pero simplemente verlo desde fuera ya merece la pena. Seguimos hasta la localidad de Baltimore donde un curioso monolito en forma similar a las colmenas de Skellig se levanta en un cabo con vistas a la isla de Sherkin. Es una zona preciosa con vistas a diferentes islas e islotes y los acantilados de la propia zona donde se levanta el monolito.
Seguimos nuestra ruta hacia el este y ya no tuvimos tiempo más que para alguna parada ocasional en alguna zona que nos gustó de paso. Esa noche nos alojamos en el bonito pueblo de Kinsale, con una zona portuaria muy animada con variedad de pubs y lugares para cenar.
DÍA 16:
Nuestra primera parada de este día fue el histórico castillo de Blarney, cerca de la ciudad de Cork y que es sobre todo famoso por la Piedra de Blarney. El castillo está parcialmente en ruinas aunque si se pueden visitar algunas habitaciones y las almenas. En la parte superior del castillo, en las almenas, se encuentra la Piedra de la Elocuencia, más conocida como la Piedra de Blarney. Se dice que si te cuelgas boca abajo para besar la piedra, obtienes el don de la elocuencia. No es peligroso porque hay unos hierros que te sujetan pero la verdad es que tampoco lo probamos. Nos contentamos con visitar el castillo. También rodean al castillo unos jardines bastante interesantes. El jardín venenoso, junto a las almenas, alberga una fascinante colección de plantas mortíferas y peligrosas de todo el mundo, al igual que ejemplares enjaulados de belladona, acónito y la hiedra venenosa. Y otro lugar que incluye la visita al castillo es Rock Close, que es un lugar místico donde majestuosos tejos y robles crecen alrededor de un asentamiento antiguo druida.
Tras el castillo nos dirigimos a la localidad costera de Cobh, un pueblo con mucho encanto salpicado de casas de colores brillantes y con vistas a una espléndida catedral. Estuvimos paseando por el paseo marítimo victoriano en el puerto natural que alberga la población. Visitamos también la catedral, posada en una terraza de la ladera por encima de Cobh. Su característica más excepcional es el carillón de 47 campanas, el más grande de Irlanda. Otro de los atractivos de Cobh es que fue la última parada del Titanic, antes de su fatal travesía del Atlántico en 1912. Y para empaparnos del tema visitamos el Titanic Experience Cobh, alojado en las oficinas originales de White Star Line, desde donde 123 pasajeros se embarcaron en el Titanic. La visita es guiada, y es en parte interactiva, con hologramas, presentaciones audiovisuales y exposiciones; lleva al menos una hora. Es una visita que merece la pena, además por lo emblemático del lugar. También visitamos el museo de Cobh, con modelos de barcos, pinturas, fotografías y objetos curiosos de la historia del pueblo. El museo está en una estación de tren de estilo victoriano. Frente al puerto también hay una isla prisión, que sin embargo no visitamos.
Desde allí llegamos a Cork, una de las ciudades más conocidas de Irlanda. La parte central se encuentra en una isla en el medio del río Lee, que es atravesado por numerosos puentes. Paseamos por el animado barrio victoriano con numerosos edificios interesantes que albergan restaurantes y tiendas. Otro de los barrios más interesantes es el de Shandon, al norte del río Lee, subiendo por una suave colina. Este barrio alberga diferentes edificios históricos como algunas iglesias, entre ellas la de Santa Ana. Aquí subimos a la torre para disfrutar de preciosas vistas. Ya en la isla, visitamos el English Market, uno de los lugares más conocidos de la ciudad. Estuvimos recorriendo las calles de la isla y diferentes puentes, donde encontramos algún rincón muy interesante. La ciudad rebosa de animación y está bien para hacer unas compras, como hicimos ya casi al final de nuestro viaje, aunque hay que reconocer que no tiene grandes monumentos o lugares especialmente pintorescos.
DÍA 17:
Este último día iniciamos el camino de vuelta a Dublín para concluir el viaje. No obstante todavía nos quedaban un par de visitas realmente interesantes. Primero nos fuimos a Rock of Cashel. La Roca de Cashel es uno de los más espectaculares sitios arqueológicos de Irlanda. El 'Rock of Cashel' es una verde colina que se eleva sobre una llanura cubierta de hierba en el borde de la población de Cashel y está repleta de antiguas fortificaciones. Robustas murallas circundan un recinto que contiene una torre redonda completa, una catedral gótica y una preciosa capilla románica. La única pega son los andamios que encontramos en parte del recinto y que afean el conjunto que de otra manera sería espectacular.
Tras pasar por la taquilla recorrimos todo el recinto visitando las diferentes estancias y edificaciones. También hay un museo con algunas piezas encontradas en el recinto y explicaciones sobre lo que allí vemos. Los mejores puntos panorámicos fotográficos para enmarcar el poderoso conjunto están en la carretera hacia Cashel desde la rotonda de Dublin Rd o desde las pequeñas carreteras justo al oeste del centro. Y ya cuando dejábamos la zona hicimos una parada para disfrutar de otra bonita panorámica desde el interior de las pintorescas ruinas de Hore Abbey, que también merecen una pequeña parada en nuestro camino hacia Dublín.
Seguimos después nuestro camino a Dublin y paramos en Glendalough, un precioso paraje que alberga uno de los lugares monásticos más pintorescos de Irlanda. Varios edificios de piedra antiquísimos se levantan a lo largo de un recorrido rodeado de un precioso paisaje boscoso. Los restos del asentamiento (incluyendo una torre redonda intacta), junto con el impresionante paisaje, son inolvidables. Accedimos al recinto a través de un doble arco de piedra de Gatehouse. Un corto paseo lleva a un cementerio con una torre redonda en una esquina. También hay en el recinto una catedral sin techo que es la mayor ruina del valle. Un oratorio minúsculo con un techo de piedra es otro edificio precioso.
Siguiendo el camino a lo largo de la orilla del río, llegamos al lago superior. Aquí vimos más ruinas monásticas. Situadas en un bosque no muy lejos de la cascada Poulanass están las ruinas de la Iglesia Reefert, un sencillo edificio de nave única. Y en un espolón rocoso que domina el lago superior, se encuentra la celda de San Kevin, las ruinas de una estructura en forma de colmena, que se cree que han sido la casa del ermitaño. Hay un Centro de Visitantes donde se explica la historia del monasterio y de las dos zonas de ruinas. Desde el lago superior fuimos caminando hasta las antigua minas de plomo y zinc. Allí se pueden ver restos e instrumental de las mismas, una visita interesante.
Y en lugar de bajar por el mismo camino hicimos un circuito circular que nos llevó a un mirador sobre el lago superior. La vista desde allí es preciosa. Ya de bajada pasamos por una pequeña cascada en el bosque, la de Poulanass. En total estuvimos unas cuatro horas haciendo la visita. La verdad es que éste fue de los sitios más bonitos que vimos en Irlanda y no solo por las preciosas ruinas sino por el fabuloso paisaje.
Ya como última visita de nuestro viaje paramos en la localidad de Howth. Muy cerquita de Dublín. A los pies de una península, el bonito pueblo y puerto de Howth es un importante centro pesquero. Hay una impresionante colina que domina la península con espectaculares vistas de la bahía de Dublín. La mayor parte del pueblo se encuentra en los extensos terrenos del castillo de Howth. Hoy en día el castillo se divide en cuatro residencias privadas, aunque los jardines están abiertos al público. En los terrenos se encuentran las ruinas del castillo de Corr y un antiguo dolmen. También aquí vimos las ruinas de la abadía de Santa María. La zona del puerto es muy agradable para pasear y llegamos hasta el faro situado en la punta del espigón.
Tras pasear por el pueblo dimos un paseo alrededor de la punta de Howth - un sendero discurre alrededor de la punta de la península, que se conoce como "Nose". Y nuestra última parada fue el faro de Baily, en un pequeño cabo rocoso en el extremo de la península. Nos alojamos en el mismo Howth y aquí se terminó este magnífico viaje por Irlanda.
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