Irlanda del Norte
DÍA 1
Llegamos a primera hora a la ciudad de Belfast. Belfast no es una ciudad demasiado atractiva pero sí que tiene alguna cosa interesante, por lo que hicimos una rápida visita. Uno de los edificios más destacados es el ayuntamiento, de estilo clásico renacentista. Justo al lado está la oficina de turismo donde recogimos un plano de la ciudad. Desde allí seguimos por Donegal Street hasta la Catedral por la calle Royal Avenue. Esta es la zona comercial de la ciudad, repleta de comercios y una zona muy animada para pasear. Hay bastantes edificios elegantes y muy bonitos. Llegamos hasta la catedral de St Peter, un bonito edificio aunque para nada tan grandioso como las catedrales que podemos encontrar en otros lugares de Europa.
Otro de los atractivos de la ciudad es la llamada ruta de los Murales, un paseo por los famosos murales que narran la historia del conflicto entre católicos y protestantes. Las calles Shankill Road y Falls Road, son las mejores para ver murales ya que aquí la zona católica y la protestante están separadas por poca distancia. También vimos el famoso Muro de la Paz que separa ambas partes. Es un recorrido interesante pero tampoco nada del otro mundo. Simplemente dimos una vuelta rápida y nos fuimos a ver el museo del Titanic, construido sobre astilleros donde se construyó el mítico barco. La exposiciones muy interesante y cuenta todo los detalles de la construcción y la tragedia marítima.
Dejamos la ciudad y nos fuimos al cercano parque de Cave Hill. Allí está el castillo de Belfast, que vimos sólo por fuera y un fuerte en un mirador en la parte superior de una colina. Desde allí hay unas vistas fabulosas de Belfast y todo el valle sobre el que se asienta. Nuestra siguiente parada fue Giant’s Ring. Es un sitio megalítico que básicamente está formado por un monumento funerario rodeado de un círculo enorme de hierba rodeado por un pequeño murete de tierra. Es un lugar curioso, aunque desde el nivel del suelo no se aprecia demasiado bien la forma. Desde lo alto del murete de tierra se ve algo mejor.
Nos fuimos hasta el castillo de Carrickfergus. El pueblo, del mismo nombre que el castillo, es un pequeño enclave costero con su puerto, justo donde se encuentra el imponente castillo. La pena es que no pudimos verlo por dentro ya que estaba cerrado por la hora a la que llegamos. Estuvimos paseando por alrededor para sacar varias fotos de sus impresionantes murallas. El puerto del pueblo es bastante bonito también. Desde el espigón del puerto hay una preciosa vista del castillo.
Seguimos hasta una de las grandes atracciones naturales de Irlanda del Norte, The Gobbins. Es una ruta de acantilados impresionantes que se extiende a través de puentes, cuevas y por un túnel a lo largo de los acantilados Gobbins. El camino por el acantilado es un paseo increíble y está fabulosamente acondicionado con pasarelas, puentes… para experimentar la costa de cerca. Los paisajes son impresionantes. Dejamos el coche en el Centro de Visitantes y desde allí accedimos al recorrido. Empezamos con una fuerte bajada hasta el comienzo del camino con la sensación de caminar sobre el agua a medida que avanzamos por las pasarelas. Sólo se puede recorrer el sendero de unos 3 Km mediante visitas guiadas. Increíbles puentes, túneles, cuevas, pasos entre rocas, formaciones rocosas únicas e impresionantes vistas marcarán el ritmo del camino al andar. Una vez terminado el recorrido te llevan de nuevo al centro de visitantes. También hay allí cerca un camino al borde del acantilado y un mirador por encima de la ruta a pie principal, con unas vistas espectaculares.
Una vez que terminamos la visita hicimos otro popular paseo costero cercano, el sendero de Blackhead Path, de acceso libre, desde la ciudad de Whitehead. Esta ruta consiste en un camino de asfalto y pista de hormigón que va por la parte baja de los acantilados hasta que llegamos al faro de Blackhead. También subimos hasta el faro para disfrutar de las vistas desde la parte superior del mismo. Y ya desde allí nos fuimos hasta Carnlough, un pequeño y pintoresco enclave costero con un bonito puerto. Estuvimos dando vueltas por la zona del puerto y sus muelles de piedra, viendo los pequeños barcos amarrados. Fuera de la zona del puerto no hay mucho que ver pero pasear por el pequeño puerto fue una forma muy agradable de terminar este primer día en Irlanda del Norte.
DÍA 2
Empezamos e día visitando los Glens of Antrim. Es una zona costera natural de gran belleza. Es una zona de escarpados acantilados rotos por nueve cañadas verdes muy profundas, cada una con su propio carácter. Las cañadas del sur son Glenarm y Glencloy. Las cañadas medias son Glenariff, Glenballyeamon, Glenaan, Glencorp y Glendun. Los dos cañadas del norte son Glenshesk y Glentaisie. Recorrrimos la carretera de la costa pasando por las bonitas playas de Ballygally, Glenarm, Carnlough, Cushendall o Cushendun. La carretera de la costa se vuelve cada vez más tortuosa, pero el paisaje merece mucho la pena. Glenariff, es quizás el Glen más bonito. Nos adentramos en él para disfrutar de la belleza salvaje de sus cascadas donde unas pasarelas de madera van bordeando una garganta que se hunde en el interior de Glenariff Forest Park, una zona boscosa preciosa.
Tres de los nueve Glens de Antrim convergen en Cushendall. Este atractivo pueblo tiene sus casas pintadas de vivos colores y un edificio conocido como Curfew Tower, que sirvió como prisión. Alrededor de 1,5 km al norte del pueblo vimos la iglesia vieja de Layde. Se puede llegar por un paseo bastante largo por los acantilados. Un poco más de 3 km al oeste de Cushendall, en las laderas de la montaña Tievebulliagh, vimos la Tumba de Ossian, una tumba neolítica. Otros pueblos bonitos por los que pasamos fueron Carnlough, que tiene una bonita playa de arena y un puerto encantador y Ballygally, con un castillo que se ha convertido en un hotel. En Cushendun vimos unas bonitas cuevas marinas en una playa de piedra justo al sur del pueblo, un lugar precioso.
Al sureste de Glenarm, subimos a la pequeña montaña de Slemish para disfrutar de una vista fabulosa. El verdor de Irlanda se puede apreciar en su máxima expresión desde aquí. Parcelas de un verde reamente intenso se extienden por todas direcciones. Glencloy es una cañada más corta y más amplia que Glenarm. Las coberturas de espino y tojo en el valle dan paso a las paredes de piedra en terrenos más altos. Las vistas desde arriba son de páramos y bosques, y la Montaña de Slemish se puede ver desde allí. Por el lado norte de la cañada de Glencloy encontramos un montículo de techo plano, Fort Doonan. En el extremo inferior de este lugar hay una pequeña plataforma de observación, con vistas a la cascada Doonan.
El atractivo pueblo de Cushendun nos sorprendió por su inusual arquitectura de estilo de Cornualles. Cuenta con una playa agradable. También vimos las ruinas del Castillo de Carra en un campo por encima de Rockport House en el extremo norte de la bahía. Las mejores vistas se obtienen un poco más arriba en la carretera de Torr, donde vimos un cairn y una gran cruz celta.
Dejando Cushendun, seguimos la carretera de la costa a Ballycastle. La carretera de la costa de Torr es un camino sinuoso extremadamente estrecho y montañoso con vistas espectaculares que abarcaban hasta el Mull of Kintyre de Escocia. Paramos en Torr Head, un cabo sobre un promontorio rocoso con unas vistas preciosas de toda la costa y los acantilados con su impresionante manto verde. Entre Torr Head y la aldea de Ballyvoy, nos desviamos a Murlough Bay, uno de los lugares más pintorescos de Irlanda, y también a Fair Head, un imponente acantilado que marca la esquina noreste de Irlanda. Paseamos no solo por la parte inferior del acantilado sino por la terraza superior donde las vistas espectaculares se suceden una vez más.
Y finalmente tras todo el día recorriendo los Glens y los pueblos de la zona, llegamos a Ballycastle, donde dimos un buen paseo por la larga playa y por el bonito puerto, uno de los muchos que encontramos a lo largo del viaje. Y allí mismo nos alojamos en un B&B. Fue un día fabuloso, recorriendo esta zona preciosa de Irlanda. Es aconsejable venir aquí sin prisas y dedicarle al menos un día porque fuimos encontrando sorpresas en cada rincón de la carretera. Y merece la pena no solo la carretera de la costa sino también adentrarse en los valles para ganar algo de altura y disfrutar de fabulosas vistas.
DÍA 3
Dedicamos nuestro tercer día a conocer la bonita isla de Rathlin. Es una isla en forma de L que se encuentra en frente de Ballycastle. Estuvimos dudando si pasar el coche o no para recorrer la isla. Como sólo íbamos a estar un día – de hecho el último ferry volvía sobre las 6 de la tarde – no había tiempo para recorrer la isla a pie, pero en coche se recorre en un abrir y cerrar de ojos. Así que finalmente lo que hicimos fue pasar sin coche en el ferry de Ballycastle y alquilar unas bicicletas para recorrer la isla. Una forma fabulosa de conocer esta bonita isla, habitada por poco más de 100 habitantes.
Al llegar al pequeño asentamiento vimos la iglesia de St Thomas, con el cementerio relleno de lápidas a sus pies. Cogimos las bicicletas y nuestro primer destino fue el faro del sur, el de Rue. A lo largo del recorrido fuimos disfrutando del precioso paisaje y pasamos por varios lagos de pequeño tamaño. De hecho nada más salir del puerto vimos una buena colonia de focas tumbadas sobre las rocas. Tuvimos que franquear una barrera que cerraba el camino de acceso al faro – donde alquilamos la bicicleta nos dijeron que no había problema alguno en hacerlo así- y llegamos hasta el faro situado en una zona rocosa no muy alta. El tramo final discurre por una pista de hormigón sobre un mar de rocas. Las vistas desde aquí son muy bonitas. Antes de llegar al faro pasamos por unas casas de piedra en ruinas muy pintorescas. Desde el camino de acceso al faro nos desviamos para hacer un tramo del sendero Roonivoolin, que nos llevó a los acantilados con unas vistas espectaculares de la costa irlandesa enfrente y de los propios acantilados de la isla en descenso hasta el faro de Rue que habíamos visitado.
Volvimos por la ruta principal hasta el centro y nos fuimos hasta el faro del este, en un acantilado de cierta altura y como toda la isla en medio de un paisaje precioso. Alejándonos un poquito del faro se aprecia la magnitud del acantilado y la estampa del faro sobre el mismo. Un poco más al oeste nos desplazamos al mirador del Old Coastguard Lookout, una antigua caseta de vigilancia con una preciosa vista de la costa norte y Escocia en el horizonte. Aquí tuvimos que caminar ya que el sendero no nos pareció apto para la bicicleta así que nos dimos un relajante paseo por esta zona de la isla.
De vuelta a la ruta principal de la isla nos encaminamos al extremo oeste de la isla. Comenzamos a ascender desde el pueblo y al poco paramos en un mirador, el Knockans, desde donde hay una vista maravillosa del pueblo con el puerto donde habíamos llegado en ferry y el brazo sur de la isla extendiéndose enfrente. Seguimos avanzando por la carretera – una simple pista rudimentariamente asfaltada – disfrutando del paisaje y entre las vacas muchas veces. Llegamos hasta el faro del oeste, quizás el más espectacular de la isla. Al final de la carretera se baja hasta el faro situado en un promontorio rocoso de menor altura con fabulosas vistas hacia las rocas y estacas marinas en la costa cercana. Es un faro muy curioso porque la luz se encuentra en la parte inferior del faro al parecer para que se vea mejor cuando hay niebla. Además pudimos ver un pequeño museo dentro de faro. El emplazamiento es precioso y la costa de alrededor la más espectacular dela isla. También vimos una importante colonia de pingüinos en las rocas bajo el faro.
Tras la visita hicimos el sendero Kebble South para ver de cerca el Bull’s Point, la esquina sur de la isla donde otros promontorios rocosos preciosos se elevan desde el mr. Varias estacas dan un aspecto realmente pintoresco a esta parte de la costa. Este fue el paseo que más nos gustó por las fabulosas vistas de los acantilados. Tras regresar a la carretera principal comenzamos la vuelta hacia el puerto pero nos dio tiempo a hacer el sendero de Kinramer, para asomarnos de nuevo a los acantilados de la costa. Aparte de los acantilados, las fabulosas vistas y el paisaje de praderas hasta llegar allí pudimos ver algunas columnas de basalto como las que vimos posteriormente en la Calzada de los Gigantes. Otro interesante paseo.
Regresamos así al puerto donde devolvimos la bicicleta y tomamos el ferry de vuelta a Irlanda del Norte. Tomamos el último ferry tras una agotadora excursión. La verdad es que para poder ver la isla bien en un solo día es necesario alquilar una bicicleta. Sólo caminando sería imposible. Y por supuesto para comer llevamos comida nosotros porque en la isla no hay nada, o lo poco que hay está en torno al puerto y supone hacer una parada que te limita mucho el día. Y así llegamos a Ballycastle cerca de las 7 de la tarde.
Seguimos por la ruta costera por carreteras secundarias lo más pegados a la costa posible. Y paramos en el castillo Kinbane. Es un lugar muy pintoresco. En realidad el castillo no es más que unas pocas ruinas, pero están emplazadas en un lugar realmente bello, sobre una roca en la costa a la que se accede bajando desde un aparcamiento. La vista es maravillosa. Se puede acceder a la roca del castillo a través de una pasarela y disfrutar de la vista desde la pequeña roca donde se alzan las ruinas. Otro rincón maravilloso de la costa norirlandesa. Y antes de volver a nuestro alojamiento – repetimos el del día anterior – nos dio tiempo a ver un lugar curioso en las cercanías: The Dark Hedges. Es un tramo de carretera rodeado de árboles con numerosas ramas muy pintorescas que hacen un efecto túnel. A pesar de parecer algo sin demasiado interés este lugar ha aparecido en muchas películas, como por ejemplo en juego de Tronos recientemente. Tras dejar el coche donde pudimos sacamos las fotos de rigor y volvimos a Ballycastle.
DÍA 4
Seguimos el nuevo día nuestra ruta por la costa, disfrutando de cada rincón de la misma. Llegamos a otro de los grandes atractivos de la misma, el puente colgante de Carrick a Rede. Básicamente se trata de un puente colgante de cuerda al estilo nepalí que une un islote con la costa. Atravesamos el puente y accedimos al pequeño islote cubierto de verde donde una pequeña ruta balizada nos permitió recorrer el mismo y disfrutar de vistas de la costa, con los numerosos peñones dispersos por alrededor. Desde el parking accedimos por un agradable sendero costero por la parte superior del acantilado. Después de la visita bajamos a un entrante de la costa próximo al aparcamiento para disfrutar de más paisajes costeros.
Seguimos por la carretera hasta Ballintoy, concretamente hasta su puerto. Es un puerto aislado en una zona con muchos islotes rocosos y que fue utilizado en el rodaje de Juego de Tronos. Estuvimos paseando por los muelles con los poquitos barcos amarrados y disfrutando de los paisajes entre los diferentes islotes. Hacia un lado del puerto encontramos una bonita cala y hacia el otro también otra pequeña extensión de arena con un montón de islotes más. Tras el agradable paseo seguimos hasta Whitepark Bay, una playa de arena dorada preciosa. Y más allá llegamos a las cascadas de Dunseverick, una caída de agua directa al mar realmente pintoresca. Sin embargo el acceso no es fácil porque no hay un sendero hasta la desembocadura del arroyo en el mar y buscamos un acceso desde una carretera secundaria y caminamos posteriormente por la costa, que es bastante amable en esta parte. Un poco más adelante vimos los restos del castillo de Dunseverick en una roca en la costa. Nada comparado con los que ya habíamos visto en otros puntos.
Salimos al sendero costero que recorre esta parte de la costa a la altura de Port Moon para disfrutar de los acantilados. Aquí estábamos ya cerca de la Calzada de los Gigantes, pero antes de visitar esta maravilla de la naturaleza nos desviamos al interior para ver la Old Bushmills Distillery, una de las destilerías de Whisky más antiguas de Irlanda. Hicimos un tour guiado por las instalaciones. La verdad es que la visita es prescindible si vas mal de tiempo. La visita fue muy rápida y tampoco nos dieron demasiadas explicaciones y vimos las instalaciones muy por encima. Así que tras la visita nos dirigimos a la Calzada de los Gigantes. Esto sí que no nos defraudó. Llegamos al centro de visitantes en la zona alta de los acantilados y tras ver la exposición donde hay unas explicaciones muy buenas de lo que vas a ver empezamos el descenso a la parte baja, donde se hallan las impresionantes formaciones rocosas.
Es un lugar mágico con las columnas hexagonales de basalto levantándose apiñadas en una extensión de costa bastante importante, que además es realmente bonita. Seguimos caminando un poco más allá del islote donde se apiñan las columnas y llegamos hasta el Giant’s Organ, una formación similar en forma de órgano en una de las paredes del acantilado. Aparte de las formaciones surrealistas de las rocas, el recorrido por todo el sitio es muy agradable y merece la pena pasearse simplemente disfrutando de las rocas y del precioso paisaje costero. Pasamos un buen rato en la zona y subimos de nuevo hasta el centro de visitantes. Desde aquí continuamos hacia el oeste por la parte alta de los acantilados, por el sendero costero hasta llegar a un mirador fantástico sobre toda la zona de la Calzada de los Gigantes. Y un poco más allá vimos el Portcoon Jetty, un espigón que se adentra en el mar en una pequeña cala de piedra con unas rocas muy pintorescas.
Pasamos por el pequeño pueblo de Portballintrae, en torno a una bonita bahía y enseguida llegamos al castillo de Dunluce. El castillo se levanta en una roca comunicada con la costa y con la típica cubierta verde de hierba. Son unas ruinas muy evocadoras. Tuvimos suerte de poder visitarlas porque por la hora ya debía de estar cerrado pero había algo especial ese día y pudimos entrar y recorrer las preciosas paredes desnudas y sin techo del recinto del castillo. En este caso, como en otros castillos que vimos en Irlanda, la belleza del lugar no era debida en exclusiva a las propias ruinas sino a la combinación de las mismas con el espectacular paisaje. Sin duda es una de las visitas que merece la pena. Poco después en la carretera accedimos a un bonito mirador con vistas sobre el castillo desde el oeste. Una vista distinta pero también muy interesante. Esta noche nos alojamos en el pueblo de Portrush, muy cercano al castillo.
DÍA 5
Nos levantamos pronto y comenzamos el día paseando por el pueblo, sobre una pequeña península rodeada de dos bonitas playas a ambos lados. El puerto es bastante coqueto y desde allí nos fuimos a la playa de Whiterocks una de las dos que rodea el municipio. En la parte más alejada del mismo hay unas bonitas rocas blancas que forman el acantilado, donde hay hasta un arco de piedra realmente pintoresco. Lo acantilados de esta parte de la playa se retuercen en formas preciosas, formando uno de los paisajes costeros más bonitos de la zona.
Seguimos por la costa y pasamos por las dunas de Castlerock, una zona enorme con dunas por donde anduvimos dando un paseo y sacando fotos. Es una zona natural preciosa, junto a la enorme playa del mismo nombre. Y poco más al oeste paramos en el Mussenden Temple. Es un pequeño templo situado en lo alto de los acantilados y es uno de los iconos más fotografiados de Irlanda del Norte. En realidad allí no se encuentra solo el pintoresco templete sino que éste es una parte de Downhill Demesne, un complejo con varios espacios que visitar. Tras acceder al recinto atravesando un jardín, dejamos a nuestra izquierda el Maussoleum, un monumento con un arco sobre un pedestal. Enfrente están las ruinas de Downhill House y en el acantilado, a lo lejos, vimos ya el Mussenden Temple. Primero visitamos la Downhill House, una casa de la que se conservan los muros y ningún tejado. Es bastante pintoresca. Y ya de allí nos acercamos al borde del acantilado, al Mussenden Temple. Sus tres ventanas y la puerta señalan están orientados según los cuatro puntos cardinales. Es un bonito edificio circular inspirado en el Templo de Vesta de Roma. También hay algún otro edificio menor como un palomar y otra puerta de entrada a la finca, pero la estampa del templete en el borde del acantilado con la larguísima playa de Downhill a sus pies es lo que más nos gustó. Además es una de las típicas fotografías que se ven en muchas guías de turismo.
Tras salir de la finca nos fuimos a la punta Magilligan, una lengua de arena preciosa que se encuentra a la entrada del Lough Foyle, con la república de Irlanda ya justo enfrente – se puede cruzar en ferry - . Es un sitio precioso y hay una torre, la torre Martello, una sólida torre defensiva en las dunas muy cerquita de la punta. Y ya sin más dilación nos dirigimos a una de las visitas más esperadas del viaje: Londonderry – también conocida como Derry -. Es la segunda ciudad más grande de Irlanda del Norte y sin duda la más bonita. El centro de Derry con el Puente de la Paz, la Plaza Ebrington, y el área del Guildhall conforman un centro muy agradable. Dimos un paseo por las murallas que rodean la ciudad, las únicas en Irlanda que sobreviven casi intactas. El recorrdio a pie nos llevó 2 horas empezando desde el Diamond, la plaza central de Derry, dominada por el monumento a los caídos. Seguimos a lo largo de Butcher St hasta la Puerta de Butcher y subimos las escaleras a la parte superior de las murallas de la ciudad. Dentro de las murallas pasamos por la torre de O'Doherty, que alberga el excelente Museo de la Torre. Subimos a la 5ª planta para disfrutar de una gran vista desde la parte superior. Fuera de las murallas se encuentra el precioso edificio de ladrillo rojo del Guildhall – ayuntamiento - . Las murallas giran al suroeste y suben junto al Forum del Milenio hasta la Puerta de Ferryquay. Una parte de la muralla ofrece una excelente vista de los murales pintados por artistas en el barrio de Bogside, una zona que recuerda a los murales de Belfast. Detrás del Royal Bastion está la Capilla de San Agustín.
También nos gustó mucho la catedral de St Columb, la primera iglesia después de la Reforma en ser erigida en Gran Bretaña e Irlanda, y el edificio más antiguo que sobrevive de Derry. El Guildhall neogótico es el otro edificio destacado de la ciudad, conocido por sus bonitas ventanas de cristal de colores, y su torre del reloj que se inspira en la del Big Ben de Londres. Muy cerca del ayuntamiento, visitamos el pueblo artesano (The Craft Village). Se accede por un corredor y visitamos un grupo de pequeñas casas donde hay varias tiendas de artesanías. Pasamos por el Puente de la Paz, un puente peatonal elegante que atraviesa el río Foyle, y une la ciudad amurallada en la orilla oeste con la otra orilla, uniendo la parte protestante y católica dela ciudad. El puente es precioso porque se curva a medida que cruza el río, dejando una estampa preciosa. También visitamos la zona de los murales protestantes, en los barrios The Fountain y Waterside.
Desde Derry nos desplazamos a Slieve Gallion, una pequeña montaña no demasiado alta en el interior de Irlanda del Norte pero con muy buenas vistas. Hay un mojón en la cima de la montaña de basalto, y una vista absolutamente magnífica de los campos circundantes. Es una visita que nos recomendó el anfitrión de nuestro último B&B. Llegamos casi hasta la cima por una carreterucha muy estrecha pero que nos dejó a unos pocos cientos de metros de la cima. Desde aquí, vimos el Lough Neagh en su totalidad, las colinas de Belfast, Glens of Antrim y Mournes of County Down. Las vistas son realmente amplias y sólo por eso merece la pena venir hasta aquí. Y como última visita pasamos por el círculo de piedras megalítico de Beaghmore. Es una preciosa formación de rocas en un círculo, realmente pintoresca. Hay un cartel explicativo y poco más, así que pudimos visitarlo en soledad disfrutando del lugar y la magia que desprende. Y ya nos retiramos a un nuevo B&B tras otro día muy intenso.
DÍA 6
Comenzamos un nuevo día en el Ulster American Folk Park .Es un museo dedicado a la historia y tradiciones de Irlanda con muchos edificios traídos de diferentes partes del Ulster. En concreto el parque se centra en los irlandeses que migraron a América. Además hay personas ataviadas con trajes tradicionales realizando las actividades que se solían hacer en los pueblos, dando al conjunto un aire muy pintoresco. Además de los edificios de la antigua Irlanda también se recrean escenarios de Estados Unidos. Incluso vimos una reconstrucción a tamaño completo de un velero como los que transportaron a miles de emigrantes a través del Océano Atlántico. El Museo cuenta con muchos artefactos agrícolas, elementos de época y muchas cosas para ver. La verdad es que nos resultó muy interesante la visita.
Dejamos el parque y nos fuimos hasta los Cliffs of Magho. Son unos preciosos acantilados sobre un lago, el Lower Lough Erne, en una zona de especial belleza paisajística. Llegamos al mirador sobre el lago tras un sencillo y agradable recorrido en coche por un bosque. La vista del lago desde el mirador es preciosa. Hay un camino que desciende hasta el lago aunque nosotros no lo seguimos, nos dedicamos simplemente a disfrutar de las vistas desde lo alto. En el lago hay numerosos islotes y en uno de ellos quedan las ruinas de un complejo monástico. Se trata de la isla de Devenish. Pudimos visitarla desde Trory, donde un sencillo muelle nos dio acceso a un barco que cruza los pocos metros que separan la orilla de la isla. Estuvimos visitando los bonitos restos del complejo, entre los que destacan sin duda la torre cilíndrica cerca de la iglesia. Es un lugar encantador y merece la pena coger el barco para disfrutar de la isla. La imagen de los restos de la iglesia en el islote es preciosa. Y para terminar la visita a esta zona del lago nos dirigimos a Enniskillen Castle, aunque tuvimos que conformarnos con ver lo poco que se puede desde el exterior ya que se encontraba cerrado. No obstante desde ambas márgenes del río Erne hay buenas vistas del castillo y es un paseo muy agradable por una zona verde. Así que nos conformamos con eso y nos dirigimos después a Cuilcagh, a dar un paseo maravilloso.
La verdad es que es mejor planificar esta excursión para hacerla por la mañana pero nos tocó así, y la hicimos por la tarde. Se trata de un recorrido hasta la montaña Cuilcagh, que comienza por una carretera de grava hasta que llegamos a una pasarela de madera que nos lleva por una zona protegida que no se puede pisar. Avanzamos así varios Km hasta llegar a la zona final que asciende a la cima de la montaña. La parte final es un tramo de 450 escaleras bastante exigente pero que nos lleva a un fantástico mirador en la cima de la montaña. Desde allí las vistas son espectaculares. En total ida y vuelta son unos 11 Km, y nos llevó poco más de tres horas, a muy buen paso porque nos quedábamos sin luz. De hecho llegamos al coche ya oscureciendo, pero la experiencia de ver esta zona tan salvaje y con unas vistas tan fabulosas mereció la pena y fue un buen colofón a este nuevo día por Irlanda del norte. Nos alojamos en un B&B cercano.
DÍA 7
Con el nuevo día retornamos a la misma zona del sendero Cuilcagh pero esta vez para visitar las Marble Caves, otra de las atracciones de esta zona de las montañas. Son unas cuevas formadas por varios ríos subterráneos donde pudimos ver los ríos, cascadas e incluso hicimos un paseo en barco por un lago subterráneo, donde hay un sinfín de estalactitas, estalagmitas, y todo tipo de formaciones rocosas. Una de las estrellas de la visita es la estalactita más grande de la cueva, la Edouard Martel de unos dos metros de longitud. Las cuevas son bastante grandes y muy espectaculares, por lo que es una visita que merece la pena.
Dejamos las cuevas y nos fuimos a la ciudad de Armagh, una de las ciudades más antiguas de Irlanda. Dos catedrales, ambas llamadas St Patrick, se asientan en colinas opuestas. Una de ellas, la enorme catedral católica romana es un edificio neogótico con dos agujas con todas sus paredes cubierta de mosaicos. La catedral anglicana más antigua se remonta a la época medieval. Cuenta con los huesos de Brian Boru, el rey de Irlanda, que derrotó a los Vikingos. Dentro de la iglesia se encuentran los restos de una cruz céltica y el Tandragee Idol, una curiosa figura de granito que data de la Edad del Hierro. Aparte de las dos catedrales recorrimos el ovalado Mall relleno de árboles, y rodeado de edificios de estilo georgiano. El Mall, un largo tramo de hierba cuidadosamente cuidado al este del centro de la ciudad, es la parte más atractiva de Armagh. En su extremo norte se encuentra Armagh Courthouse, el palacio de justicia y en frente está la Armagh Gaol. Fuera del Mall, visitamos St Patrick’s Trian un museo que cuenta la historia de la ciudad. También cuenta con un centro de fantasía, "tierra de Lilliput", para los niños, basado en Los viajes de Gulliver. Subimos después hasta el Planetario deArmagh, en College Hill. En la parte exterior del observatorio, hay unas espléndidas vistas sobre la ciudad.
A pesar de tener un número de edificios de estilo georgiano, la ciudad tiene un aire de tristeza ya que hay solares vacíos y algunos edificios un tanto dejados que afean el paisaje urbano, pero vale la pena una visita. Dejamos la ciudad y visitamos el Fort Navan cerca de allí. Es un sitio arqueológico donde se ha recreado una vivienda de la edad de hierro y hay una gran exposición sobre la vida en esa época. Otra visita fabulosa.
Seguimos nuestro viaje hasta Newry, una ciudad fronteriza con Irlanda. Vimos por fuera el castillo de Banegal, que alberga un museo que no pudimos visitar. Estuvimos paseando por la ciudad y vimos entre las estructuras modernas preciosas casas georgianas y un juzgado precioso. En la parte baja, en los muelles, edificios del canal de ladrillo con fachadas de terracota están todavía en su lugar con sus características originales. Un antiguo molino de azúcar se ha convertido en una empresa de diseño textil con una galería de arte y un café, mientras que una fábrica de hilados de lino en Cornmarket ha sido restaurada. Estas fueron las principales edificaciones de interés que vimos. Subimos hasta los terrenos de la iglesia de St Patrick, y desde allí disfrutamos de una vista del campo y la ciudad que rodea la catedral. La catedral de San Patricio y San Colman tienen unos preciosos vitrales y bonitas obras de mármol interiores de artesanía italiana.
Justo fuera de la ciudad, la paz y la serenidad de Rostrevor Forest Walk es un refrescante cambio de escenario frente al entorno urbano de Newry. El impresionante Kilbroney Forest Park no ofreció impresionantes vistas de Carlingford Lough, como si de un fiordo noruego se tratase. Dimos un precioso paseo hasta la Cloughmore Stone, una preciosa piedra colocada en una pradera con fabulosas vista desde allí, y recorrimos en círculo el majestuoso bosque para disfrutar de una zona natural preciosa.
DÍA 8
Comenzamos este penúltimo día de nuestro viaje con una ruta de senderismo por los preciosos montes de Mourne y el Silent Valley. Es una zona montañosa realmente bonita donde hay un par de importantes embalses, lo que no resta encanto al paisaje. Entre las múltiples rutas que hay para conocer esta zona elegimos una ruta circular por las cimas de Slieve Doan y Slieve Muck. Dejamos el coche muy cerca del pantano de Fofanny y desde allí accedimos primero a Slieve Doan y después a Slieve Muck. Es una ruta bastante asequible y que discurre por un paisaje maravillosos con unas vistas que mejoran a medida que ganamos altura. Como la zona además de las montañas alberga varios pantanos – que desde arriba parecen lagos – el resultado es un paisaje de montañas y agua realmente encantador. Fue una ruta de algo más de 10 Km, pero repito que muy asequible para cualquiera.
Dejamos el Silent Valley y nos dirigimos hacia otro destino de senderismo, la cercana Slieve Donard. Es una montaña más alta que las que ya habíamos visitado y además está más próxima a la costa por lo que las vistas sobre la misma son espectaculares. El Slieve Donard es de hecho la mayor elevación de Irlanda del Norte y se encuentra muy cerca de la población de Newcastle. Dejamos el coche en el aparcamiento de Bloody Bridge Car Park, cruzamos la carretera e iniciamos el camino tras cruzar una portezuela. Subimos paralelos al desfiladero del Glen River, hasta que lo cruzamos y avanzamos por una cómoda pista. Tras un buen tramo de ascenso nos encontramos con un grueso muro de piedra conocido como el "Mourne Wall". Paralelos al muro alcanzamos la cima tras unos 300 metros de desnivel. El día no estaba especialmente despejado así que no pudimos ver las vistas todo lo bien que nos hubiese gustado, pero como estuvimos un rato en la cima sí que disfrutamos de alguna ventana con el cielo despejado para poder ver toda la costa y buena parte de Irlanda del Norte. Éste es sin duda un mirador excepcional y merece mucho la pena subir hasta su cima.
Muy cerca de allí paramos en el parque de Tollymore. Es un bosque con un río que lo atraviesa con numerosos puentecillos donde hay varias rutas de senderismo muy sencillitas. Es un sitio bonito, con el río, los árboles, todo muy pintoresco, pero que si vas con prisas puedes obviar tranquilamente. Dimos un relajante paseo tras un día de mucha caminata. Y desde allí nos dirigimos a Newcastle, un pueblo costero bastante agradable con su playa y un bonito paseo junto a la misma. La playa no es ninguna maravilla pero el paisaje costero que se aprecia a ambos lados es bastante atractivo. Nos alojaos en un B&B en Newcastle esta noche.
DÍA 9Este último día lo dedicamos a recorrer la costa de Mourne, una ruta de carretera escénica que está perfectamente señalizada. La ruta realmente parte de Greencastle más al sur, pero esa parte de la costa ya la habíamos visto el día anterior de paso, así que seguimos al norte. Pero antes de empezar a recorrer la costa nos desviamos a Castlewellan. Allí vimos un bonito lago, con un precioso castillo y también un curioso laberinto de setos, el Peace Maze. Es bastante grande y en el centro hay un mirador desde donde se ve una buena panorámica de todo el conjunto. No nos entretuvimos mucho más y seguimos la ruta por la costa de Mourne.
Paramos en la reserva natural y la playa de Murlough, un extenso arenal con un amplio sistema de dunas por donde dimos un agradable paseo. Nuestra siguiente parada fue el castillo de Dundrun, unas preciosas ruinas en un promontorio con unas vistas espectaculares del entrante de mar en el propio pueblo de Dundrun. El paisaje una vez más es espectacular. Pasamos por las playas de Rossglass, Minerstown y Tyrella. Aunque no nos detuvimos demasiado sí dimos un paseo y paramos para ver unas focas que encontramos en la playa de Rossglass. Todas estas playas son preciosas, con sus dunas y sus imponentes arenales. Nuestra siguiente parada fue el puerto de Killough con bonitas vistas hacia la bahía con el pueblo y playa de Coney Island justo enfrente. Es un sitio bonito aunque nos gustó mucho más Ardglass, un importante puerto con bonitas casas y un par de restos de castillos. La zona del puerto nos gustó mucho y estuvimos paseando por los diferentes entrantes y salientes de la línea de costa. Seguimos la carretera pasando por pequeños asentamientos y algunas bonitas playas como las de Ballyhornan.
En Kilclief vimos otra torre de un castillo, pero no pudimos visitarlo por dentro. Seguimos disfrutando del paisaje costero con algunos lugares preciosos como Cloghy Rocks Nature Reserve, una zona con un precioso mirador en la misma carretera. Y muy cerquita encontramos el castillo de Invernalia donde se rodó juego de tronos. En realidad no es muy espectacular ya que solo queda una torre y el resto se recreó por ordenador. También allí en los alrededores está el castillo de Ward, otro bonito castillo irlandés. Dejamos la costa y avanzamos por la orilla sur del Lough Strangford, un entrante de mar en realidad, jalonado por zonas de islotes bastante vistosas. Finalmente acabamos en Downpatrick, la ciudad de Saint Patrick. Aquí pudimos ver un museo y su tumba en la catedral. El pueblo en sí tampoco tiene mayor interés.
Para continuar la ruta costera volvimos hasta Strangford y cruzamos en ferry el estrecho canal por el que el Lough del mismo nombre da al mar. Portaferry es un bonito pueblo costero con un castillo que pudimos ver por fuera. Dimos un paseo por su línea de costa, preciosa, y subimos hasta una colina donde hay un antiguo molino – sin aspas -. Desde allí hay una preciosa vista del pueblo y de todo el Louch. Aquí seguimos la carretera por la península de Ards, pasando por pequeñas playas, de piedra la mayoría, puertos y un paisaje muy verde y muy agradable de ver. En Portavogie vimos un ajetreado puerto con muchísimos barcos pesqueros y un par de bonitas playas de arena.
Otra interesante parada fue el pueblo de Ballywalter con su puerto y un poco más al norte Millisle. Son pueblos sin demasiado que ver pero pintorescos y lugares agradables para dar un paseo. Más nos gustó Donaghadee, con un precioso puerto y un espigón con un enorme faro y una vista preciosa de todo el frontal de casas en el otro lado. El paseo a lo largo del puerto fue muy agradable. También hicimos una breve parada en Groomsport, otro bonito pesquero de camino a Bangor, una ciudad de mayor entidad donde nos alojamos para coger a primera hora del día siguiente el vuelo de vuelta a casa. Aparte de algunas casas bonitas tampoco vimos nada especial en Bangor así que dimos un paseo por la senda costera hacia Groomsport para disfrutar del mar y de la costa y regresamos cuando se acabó la luz.
Puntos de interés: