Entre los diferentes conceptos que conviene manejar a la hora de hacer nuestras fotografías está el histograma. Un análisis del mismo nos va a permitir conocer si nuestra fotografía esta sobreexpuesta – tomada con un exceso de luz – o subexpuesta – tomada con un defecto de luz – y por lo tanto actuar en consecuencia. Es una gran ventaja delas cámaras digitales y que vamos a ver cómo utilizar.
Para empezar, ¿qué es el histograma?
El histograma – hablando de fotografía lógicamente - no es más que una gráfica de barras que nos muestra la frecuencia con la que aparece una luminosidad en nuestra fotografía. Un histograma nos muestra la cantidad de píxeles que nuestra fotografía contiene para cada luminosidad – lo claros u oscuros que son esos pixeles - diferente que está presente en la misma. Así que esta gráfica nos da una información preciosa para saber si la exposición de una fotografía es correcta o no.
Es cierto que esto lo podemos hacer ‘a ojo’ pero dado que las cámaras suelen tener pantallas muy pequeñas, la luminosidad del ambiente, los reflejos… no es muy aconsejable. Así que lo mejor es recurrir al histograma. Es muy fácil acceder a él en las propiedades de la foto. En cada modelo se hace de forma diferente pero es realmente sencillo acceder a él una vez hecha la toma. A groso modo podemos decir que la parte izquierda del histograma se corresponde con las sombras de la foto, la zona central con las zonas medias y la zona derecha con las zonas de luces altas.
Sobreexposición
Una imagen estará sobreexpuesta cuando apenas hay píxeles en la zona izquierda y sin embargo en la zona derecha encontramos valores muy altos con picos muy elevados.
Subexposición
Al contrario, un histograma que tiene la gran mayoría de sus pixeles en la zona de sombras –izquierda - y casi ninguno en el resto, es muy probable que corresponda a una fotografía subexpuesta y que sea por tanto demasiado oscura.
También puede darse el caso de que todos los pixeles se acumulen en la zona media. La imagen no estará sobreexpuesta ni subexpuesta pero presentará poco contraste. Es decir poca diferencia en cuanto a luminosidad por lo que la foto no será demasiado atractiva, aunque lógicamente peor es la sobreexposición o la subexposición.
Un histograma con la información acumulada en los extremos de la gráfica (en las luces y en las sombras) y con poca o ninguna información en la zona de luces medias, es un histograma de alto contraste, ya que la diferencia entre luces y sombras es elevada, por ejemplo una imagen a contraluz, daría un histograma parecido al que planteamos.
Para que una fotografía esté correctamente iluminada, debe tener información repartida en todos los valores de luminosidad, desde las zonas de sombra a las zonas de alta luminosidad. En este caso el rango dinámico de la foto es máximo, es decir que presenta píxeles en todos los valores de luminosidad.
Sin embargo aunque esto es así como regla general, hay excepciones. Por ejemplo, una imagen de la playa a plena luz del mediodía nos proporcionará un histograma con prácticamente toda la información a la derecha, pero no se trata de sobreexposición, sino de que la imagen es así. El caso contrario ocurriría en una foto en el interior de una catedral por ejemplo, el histograma se desplazaría por completo a la izquierda. O imaginemos que sacamos una fotografía que en general es oscura pero que contiene algún elemento claro. Si este elemento no aparece en el histograma significa seguramente que nuestra fotografía esta subexpuesta. Por último destacar que la exposición no se puede corregir en un postprocesado, es decir que la información que no hemos recogido con una exposición adecuada la perderemos para siempre. Eso no quiere decir que no seamos capaces de mejorar nuestra fotografía, pero la información de luminosidad que perdimos en la toma lógicamente no la podremos volverá recuperar.
Así que para poder sacar provecho del histograma, lo mejor es configurar la cámara para que tras cada fotografía nos muestre el histograma de la fotografía que acabamos de realizar. Si no es correcto podremos tomar las acciones correctivas necesarias – aumentar o disminuir la exposición – y sacar de nuevo la fotografía para corregir los defectos. Básicamente si tenemos una foto subexpuesta habrá que aumentar el tiempo de exposición o abrir más el obturador para que entre más luz (jugar con la apertura). En este artículo explicábamos como manejar la apertura de la cámara.
