Un parque diferente y muy educativo: Futuroscope

Hace ya casi 20 años que visité Futuroscope cuando  era niño, con mis padres. La verdad es que en su momento fue un parque que me dejó “alucinado”. Pero teníamos dudas si ahora sería igual de interesante y sobre todo si lo sería para niños pequeños – 6,7 años -. A pesar de que no lo teníamos del todo claro como estábamos de vacaciones relativamente cerca decidimos visitar el parque y finalmente fue todo un acierto. El parque sigue siendo un  lugar maravilloso, muy distinto a otros parques temáticos y a los niños también les encantó. Quizás para niños más pequeños no merezca tanto la pena, pero a partir de los 6,7 años los niños ya pueden disfrutar de un montón de atracciones. Según la altura algunas atracciones estarán limitadas para los más pequeños

Futuroscope es un parque temático orientado a toda la familia que ofrece experiencias muy didácticas, diferentes y originales, en las que el futurismo, la tecnología y las experiencias audiovisuales están muy presentes. Es un parque bastante extenso y con muchas atracciones diferentes. Todas están muy cuidadas y algunas son nuevas cada año. Este 2017 por ejemplo la estrella era L’Extraordinaire Voyage – El Viaje Extraordinario -, una especie de simulador de vuelo en el que te montas en una plataforma con asientos y simula el vuelo sobre diferentes imágenes proyectadas en una pantalla envolvente. Entre la configuración envolvente de la pantalla y que la plataforma donde vas sentado se inclina muchísimo la sensación de volar es muy real, y las imágenes como no podía ser menos son espectaculares. Además hay efectos como viento, nubes y olores que hacen la experiencia muy real. Esta atracción es apta para niños de más de 1,05 metros de altura. A los nuestros les encantó.

Otra atracción muy adecuada para los niños es Ice Age, diseñada en colaboración con 20th Century Fox, en la que podemos compartir las peripecias de la saga Ice Age, famosa por las películas de animación. Es una atracción con numerosos efectos que transcurre en una cueva congelada.

La Máquina del Tiempo nos lleva a abordo de un tren para repasar momentos destacados de la historia, desde la prehistoria hasta la conquista del espacio. En Baila con los Robots  te subirás a un robot de ocho metros de altura y te moverás al ritmo de la música. Arthur, la Aventura 4D, también es otra atracción muy destacada. Está alojada en un edificio espectacular y la atracción te sumerge en un viaje en un mundo de dibujos animados, donde viajarás a bordo de una máquina voladora. Está ambientada en una serie de dibujos francesa.

Además  de estas atracciones muy tecnológicas y futuristas hay otras más sencillas como un balancín que te columpia por una rampa,  una barquita que se zambulle en el agua tras tirarse por una rampa,  un camión de bombero al que te tienes que subir para llegar a apagar un incendio, o unos cochecitos en los que  los niños pueden conducir para aprender las normas de circulación….  Atracciones más mundanas para el disfrute de los más pequeños. Y otro clásico es el Aerobar que te levantará 35 metros sobre el suelo a una especie de bar volador. Además de las atracciones hay un espectáculo nocturno de luz y sonido, en este momento diseñado por el Cirque du Soleil y que merece mucho la pena también.

Para visitar el parque y todas sus atracciones un día se puede quedar corto, en especial si hay bastante gente, como ocurre en verano. Las atracciones son muchas y además hay que andar bastante de unas a otras. Nosotros estuvimos dos días y los aprovechamos muy bien. Creo que es la duración idónea de una visita. Conviene estar atento a las ofertas que a veces lanzan en la web y estudiar los diferentes paquetes con alojamiento o sin él, para varios días… Nosotros nos alojamos en un hotel Ibis al sur de Poitiers, la localidad donde se encuentra el parque. Hay otro Ibis casi a las puertas del parque pero es bastante más caro. Y una cosa que está muy bien: se puede introducir comida en el parque y hay una zona de picnic habilitada para comer. Algo que realmente nos chocó pues es muy poco habitual en este tipo de parques, al menos en España. Aunque hay varias opciones de restauración dentro del parque llevar tu propia comida te ahorrará no sólo dinero sino también tiempo, tan necesario para exprimir a tope la visita.

Para llegar a Futuroscope podemos volar a Burdeos o Paris y desde allí tomar el TGV que nos dejará prácticamente en la entrada del parque. Otra opción es tomar directamente el TGV desde Hendaya (primera localidad francesa tras Irún en Gipuzkoa). Y como no, conducir hasta Poitiers, como nosotros hicimos. Esto te da la flexibilidad de poder alojarte en un hotel  algo más alejado del parque, donde puedes conseguir más calidad por menos precio. Pero claro, todo depende desde donde hagas la visita…