Peña Ubiña, una maravillosa atalaya en Babia
Hoy subimos a Peña Ubiña, en la frontera entre Castilla y Asturias. Es un pico de una altura importante – 2417 metros – pero que sobre todo destaca por las vistas que ofrece. Al no haber picos más altos en las cercanías las vistas son maravillosas. Para ascender a su cima, se puede partir desde la vertiente asturiana o desde la leonesa. Nosotros lo hacemos desde León, en una ruta de ida y vuelta de 11 Km y que puede presentar alguna pequeña dificultad en la pedrera final de acceso a la cumbre. No obstante no es nada que no se pueda hacer con cierta precaución y no llegamos a catalogar estas dificultades como dificultades técnicas.
Peña Ubiña está situada entre el Valle de San Emiliano, en la comarca leonesa de Babia, y concretamente partiremos desde la población de Torrebarrio (León). Aparcamos el coche cerca del inicio de la subida a la iglesia de San Claudio y comenzamos la ruta. El camino sigue un sendero claramente marcado que deja el pequeño promontorio de la iglesia a nuestra derecha. Comenzamos a caminar por una pista muy cómoda que va subiendo desde el principio ofreciéndonos vistas sobre el pueblo hasta que después de unos dos kilómetros vamos a llegar a una curva donde un poste nos indica que debemos abandonar la pista y tomar un sendero que parte a la derecha para afrontar el ascenso a la montaña.
Desde allí seguimos por un sendero marcado con muchos hitos y ya la belleza de paisaje empieza a impresionar. A pesar de que hay algunas sendas paralelas el camino no tiene pérdida, pues tenemos que avanzar hacia el collado que separa las dos peñas Ubiña, la mayor y la menor, una a cada lado. Este collado es el collado Ronzón y lo tendremos siempre a la vista ya que avanzaremos de frente hacia él a través de una zona de prado realmente extensa y preciosa. Las vistas a los Fontanes y a las propias peñas de Ubiña son muy buenas durante esta parte del camino.
Según subimos por la ladera de la sierra hacia el collado vemos un par de enormes rocas en medio de la propia ladera. Hay que dejarlas a mano derecha, debajo de nuestra ruta. Si las dejamos a la izquierda llegaremos también a nuestro destino pero dando un rodeo al collado y daremos más vuelta. Esta ruta nos llevaría a la Peña Menor, que no es el objetivo de la ruta de hoy. Así seguimos subiendo hasta el collado a algo más de 1900 metros. Ya hemos hecho la parte más dura de la ruta al menos en cuanto a altitud se refiere. Este collado está situado entre Peña Ubiña (2.417 m.) y Peña Ubiña Pequeña (2.197 m.). El panorama que se ve desde aquí es ya espectacular. Sólo legar hasta aquí ya merece mucho la pena. Si no nos apetece o no estamos preparados para afrontar el resto de la caminata este mirador es un destino maravilloso para una excursión y no presenta ninguna dificultad.
Ahora empezamos la parte más dura de la ruta, la subida a Peña Ubiña, que ya vemos cercana a nuestra izquierda. El terreno empieza siendo herboso al principio y se avanza fácilmente. Sin embargo poco a poco comienza a complicarse y van apareciendo las rocas poco a poco hasta que el terreno se convierte en un denso pedregal. La subida se complica y es bastante vertical. Hay algún tramo donde hay que utilizar un poco las manos pero sin peligro. No obstante cada uno debe medir sus limitaciones y ver si puede seguir o no. Desde el collado a la cima tenemos una subida dura, en un kilómetro se salva un desnivel superior a los 400 metros. Cuando llegamos a la cresta el terreno se suaviza y la cima es sorprendentemente amplia. Las caídas están allí cerca, por lo que hay que tener cuidado, pero desde arriba la cima se ve más amable que desde la zona inferior.
Cuando llegamos a la cima las vistas son espectaculares. El hecho de que no haya cimas más altas en las cercanías nos abre un panorama de alta montaña maravilloso, que llega incluso hasta el mar. Llegamos al vértice geodésico y descansamos del esfuerzo que nos ha supuesto la subida mientras nos empapamos de las maravillosas vistas. Se ven los picos de los Castillines, los montes Aquilianos, los Picos de Europa con el Naranjo de Bulnes, la montaña leonesa y palentina, y buena parte de las comarcas asturianas de Somiedo, Teverga y Quirós, y la leonesa de Babia. Una verdadera maravilla que incluso nos permite vislumbrar el mar al norte.
Desde aquí y tras disfrutar de la estupenda y amplia vista solo nos queda emprender el camino de vuelta. Bajamos con cuidado hasta el Collado Ronzón en poco más de media hora y allí descansamos para comer. Desde aquí se puede subir hacia el otro lado hacia Peña Ubiña Menor, pero como las vistas no van a mejorar lo que ya hemos disfrutado lo dejamos para otra ocasión. Tras descansar y avituallarnos deshacemos el camino por la ladera de la sierra y después bajamos hasta Torrebarrio.
En resumen, una preciosa ruta, de dificultad media, con alguna zona donde hay que andar con cuidado, aunque es más impresionante que difícil. Se agradece también que la zona no es muy frecuentada por los excursionistas por lo que se puede disfrutar de la naturaleza en completa soledad. Nosotros hicimos esta ruta un domingo y nos cruzamos únicamente con dos parejas de senderistas.
Itinerario: