Irlanda, la isla verde
Recorremos la isla de Irlanda, descubriendo sus verdes paisajes, su ancestral patrimonio cultural y sobre todo su fabulosa costa donde encontramos desde playas paradisíacas a fabulosas islas, espectaculares acantilados y un sinfín de rincones en los que merece la pena perderse. En este viaje nos centraremos en la República de Irlanda ya que en su momento ya recorrimos Irlanda del Norte tal y como os contamos aquí. Tampoco incluimos en el viaje la capital, Dublín, que en su día fue destino de una corta pero interesantísima escapada.
Llegamos a Dublín en avión y decidimos recorrer la isla en sentido contrario a las agujas del reloj, por lo que nos desplazamos inmediatamente hacia el norte. Allí comenzamos nuestro recorrido por este fabuloso y verdísimo país.
DIA 1
Nuestro primer destino fue la península de Inishowen, una de las más bellas regiones del noroeste de Irlanda. Antes de iniciar el recorrido por la costa de esta fabulosa zona paramos en el fuerte de piedra de Aileach, una construcción antigua de piedra de hace unos 1500 años. Además del propio fuerte son muy bonitas las vistas a las hermosas aguas de los condados de Donegal, Derry, Tyrone y Antrim. Y tras esta parada iniciamos el recorrido por la costa parando en la playa de Kinnagoe Bay. Caminando por la playa se ven lo que parece una colección de esculturas. El viento y el agua han formado grandes rocas de azul acero con formas de olas rompiendo y ballenas varadas.
Seguimos costeando la península hasta llegar a Malin Head , el punto de la isla de Irlanda más al norte. Las vistas son preciosas y allí hay una torre y varios puestos de observación de la Segunda Guerra Mundial en las inmediaciones. Dimos un paseo hasta Hell’s Hole, un lugar que ofrece una vista hacia el interior de una notable caverna subterránea. La brecha tiene 76 metros de profundidad. Muy cerca se encuentra un arco de roca natural llamado Devil’s Bridge. Siguiendo por la costa pasamos por una playa preciosa con una maravillosa zona de dunas, Five Finger Strand, con maravillosas vistas desde la carretera. Pasando al otro lado del pequeño complejo dunar vemos el pintoresco castillo de Carrickabraghy.
Poco después del castillo pasamos por la hermosa bahía de Pollan con su playa. Y aunque la playa es bonita lo que más merece la pena es subir a la cima de la pequeña colina de Binion Hill. Nos dimos el paseo hasta la cumbre y desde allí disfrutamos de espectaculares vistas Un buen tramo de costa de la península aparece bajo nuestros pies con sus playas, entrantes, acantilados, bahías…...
Tras el agradable paseo nos desplazamos a otro fabuloso mirador, el Mamore Gap, 14 kilómetros al norte de Buncrana. Espectaculares vistas de Lough Swilly, la península de Fanad, Urris y el norte de Inishowen nos aguardan. Cerca de la cumbre de Mamore Gap hay una serie de reliquias como un pozo sagrado dedicado a San Eigne y un pequeño altar con estatuas. También aquí hay un lugar muy curioso, 'Gravity Hill' que es en realidad una ilusión óptica, una pendiente ligeramente hacia abajo parece estar inclinada hacia arriba, y los coches, en punto muerto, parecen rodar cuesta arriba.
Seguimos por la costa de la península y llegamos a Fort Dunree, donde pudimos visitar un pequeño museo militar en una roca sobre el acantilado. Aparte del museo merece la pena subir a la pequeña colina tras el mismo desde donde hay vistas fabulosas de la costa cercana con la playa de Dunree en primer plano.
Saliendo de la península de Inishowen seguimos por la preciosa costa disfrutando del paisaje y paramos en Ballymastocker Bay, una espectacular playa de bandera azul en la Península de Fanad. Una vez fue elegida como la segunda más bella del mundo por los lectores de la revista Observer. Por las curvas de la carretera de la costa encontramos dos miradores desde los que disfrutar de esta playa espectacular con Inishowen de fondo. También subimos a una preciosa zona de unas bonitas montañas en el extremo sur de la playa, Devil’s Backbone. Tomando una carretera de grava ascendimos hasta una zona preciosa entre montañas donde se ven varios lagos, una zona realmente maravillosa.
Y nuestra última parada de esta primera intensa jornada fue el cabo de Fanad Head, donde encontramos un bonito faro sobre un promontorio rocoso, tras transitar por una carretera con espectaculares vistas. Algo antes de llegar al faro nos desviamos a una pequeña cala donde se encuentra un precioso arco de roca, el Great Pollet Arch, un lugar muy fotogénico. Tras caminar por los alrededores del cabo dimos por terminado este primer día del viaje y nos fuimos a nuestro alojamiento a Rathmelton, un pueblo idílico con hileras de casas de estilo georgiano y casas de piedra que se curvan a lo largo de la ría del río Lennon. Merece la pena caminar por las calles pintorescas de colores junto al agua. Además en el pueblo vimos unas ruinas de una antigua iglesia. Un primer día de viaje fabuloso, recorriendo zonas completamente despblada con la sensación de estar es una isla remota, y es que nos cruzamos con poquísima gente.
DIA 2
Tras el potente desayuno en el B&B donde nos alojamos nos dirigimos de nuevo a la costa, en concreto a la pequeña península de Rosguill, un precioso entrante de tierra en el mar que recorrimos siguiendo los 11 km de la ruta Atlantic Drive. Paramos en el Castillo de Doe, 5 km al norte del pueblo de Creeslough, en un promontorio con vistas a la bahía de Sheephaven. El paisaje de la península es muy bonito, con la gran bahía Sheephaven con sus aguas suaves y arenales de blanco puro por un lado, y los bancos de arena de la bahía de Mulroy, por el otro.
El Atlantic Drive de Rosguill comienza en el pueblo de Downings y termina en Carrigart. En el extremo occidental tiene unas magníficas vistas sobre la bahía de Sheephaven. En el norte de la península visitamos la hermosa playa de arena de Tra na Rossan Bay. Más al norte en Melmore Head disfrutamos de otra impresionante playa. También en el camino hacia el sur a lo largo de la bahía de Mulroy hay muchas playas y ensenadas. La maravillosa sucesión de vistas de este recorrido por la península abarca la esencia de Donegal. Tras recorrer la costa hicimos una pequeña caminata hasta la pequeña colina de Ganiamore desde el pueblo de Clontallagh. En la cumbre hay una preciosa panorámica de 360 grados.
Seguimos el recorrido por la costa de Irlanda y recalamos en la punta de Horn Head con sus acantilados de más de 180 m de altura. Las vistas también son preciosas aquí. Muy cerca de allí nos encontramos con las dunas de la preciosa playa de Tramore, y en marea baja pudimos pasar a una bonita isla frente a la costa. En esta zona de Horn Head pudimos ver dos agujeros en las rocas por donde sale el agua expulsada el agua a modo de geiser, Two Pistols y McSwyney’s Gun. Un poco más al oeste siguiendo la costa llegamos a Marble Arch, un arco de más de veinte metros de altura. Esta zona es ideal para pasear. Nosotros alternamos coche y paseo por falta de tiempo, pero poder disfrutar de todo este recorrido a pie es una delicia. Pasamos por el precioso arenal de Bunbeg donde encontramos los restos de un naufragio de un barco de madera. La siguiente parada fue otra playa: Carrickfinn Beach, cerca de la bonita localidad de Annagry. Caminando hasta la zona norte de la playa – por cierto junto a una pista de un pequeño aeropuerto – llegamos a una pequeña península que acaba en una zona de más playas y con una isla, la isla de Gola.
La tarde de este segundo día la dedicamos a hacer una ruta de senderismo a una de las montañas más emblemáticas de Donegal, Errigal. Es una montaña muy pintoresca y la ruta la comenzamos desde un aparcamiento junto a laR251, kilómetro y medio antes de Dunlewy. La ruta no es demasiado exigente – unos 5,5 Km ida y vuelta y unos 500 m de desnivel – que nos llevó unas tres horas, teniendo en cuenta el tiempo para disfrutar de las vistas desde la cumbre. La ruta está muy bien marcada e incluso siendo por la tarde encontramos gente haciéndola. En la cima, hay una amplia vista de la costa y las islas de Donegal y la mitad del Ulster.
Tras bajar del monte nos dirigimos al Parque Nacional de Glenveagh , un paraje remoto y hermoso de montañas escarpadas, lagos de aguas cristalinas, cascadas y bosques de roble. En el centro del parque junto al pintoresco Lough Veagh está el Glenveagh Castle, un castillo precioso pero que dada la hora no pudimos visitar. Sin embargo pudimos acceder a un mirador cerca del castillo donde hay una vista maravillosa del castillo con el pintoresco lago de fondo, que recuerda mucho a los paisajes escoceses. Al mirador se llega siguiendo un sendero marcado como View Point Trail. No nos dio para más nuestra visita al parque aunque nos encantó. Los paisajes son preciosos y hacer rutas por aquí tiene que ser una verdadera gozada. Esta noche nos alojamos cerca de Gweedore de nuevo camino de la costa.
DIA 3
Comenzamos nuestra jornada por Gweebarra Bay , una preciosa zona en la desembocadura del río Gweebarra. Es una zona magnífica para disfrutar de la naturaleza y el mar. Caminamos por la playa y disfrutamos del precioso paisaje. Desde la playa de Narin un istmo nos llevó a la isla de Inishkeel. Cerca de la playa encontramos una zona de monumentos megalíticos, con un dolmen, un fuerte en medio de un lago y algún resto más. Todo ello se explica en un centro de interpretación situado en la misma carretera. Pasamos por otra bonita zona de playas y dunas, como la de Ballinreavy.
Una remota carretera nos llevó a través del precioso paso de Glengesh, una de las rutas más espectaculares de Donegal. El paisaje desde el paso es realmente espectacular. Antes, en la costa norte de la península Glencolumbcille, a 9 km al oeste de Ardara, la pequeña Maghery tiene una línea de costa muy pintoresca. Pasamos por la encantadora cascada de Assarancagh y tras pasar el paso de Glenglesh llegamos a Glenlough Bay, donde tras dejar el coche junto a una granja, un paseo de 1 Km nos llevó a una peciosa zona de acantilados.
Llegamos a Malinbeg, una bahía donde se encuentra la playa Silver Strand rodeada de altos acantilados en forma de herradura. A la playa se accede por una serie de escaleras con fuerte pendiente. Esta es una de las playas más pintorescas que vimos en el viaje. Es un paisaje espectacular de playa, acantilado y montañas como telón de fondo. Subiendo por un camino de tierra hacia el sur de la bahía es desde donde se obtienen las mejores vistas del conjunto.
Y precisamente estas montañas que vemos aquí son las que forman los espectaculares acantilados de Slieve League, para mí mucho más impresionantes que los famosísimos de Moher, aunque mucho menos visitados. Y ese fue nuestro próximo destino. Slieve League es una montaña que con 601 metros forma unos acantilados de una altura casi tres veces mayor que los archiconocidos de Moher. Para disfrutar de su vista condujimos hasta el mirador de Bunglass. Hay una ruta que lleva hasta la cima de los acantilados, aunque la vista de los mismos no va a mejorar. Sin embargo desde la cima de los mismos si debe haber una bonita panorámica, pero por falta de tiempo nos conformaos con disfrutar de la vista desde el mirador.
Seguimos conduciendo hasta Muckross Head, es una pequeña península a unos 10 km con bonitas vistas panorámicas desde la base de una montaña de 250 m conocida como Muckross Hill. También aquí hay dos bonitas playas, y en el cabo hay un monumento neolítico.
Pasando por Donegal y dejando atrás la playa de Bundoram llegamos a Mullaghmore, un pequeño pueblo de pescadores, con una fabulosa playa y un destino de vacaciones bastante frecuentado, dominado por la forma monolítica del Ben Bulben. Paseamos por la península sobre la que se asienta el pueblo y vimos un bonito castillo y otra fabulosa playa que se extiende hacia el otro lado del pueblo. Es una zona muy agradable para pasear con bonitos paisajes en todas direcciones.
Y este día lo concluimos en otra playa cercana, Streedagh Strand, una impresionante playa de arena 3 km de longitud situada en la costa noroccidental de un banco de arena que une Streedagh Point a una zona conocida como la isla de Connor. Un lugar realmente bonito que acaba en un pequeño estrecho hacia un islote. Caminamos por esta estrecha franja de la costa llegando a una zona de rocas con fósiles incrustados. De nuevo una fabulosa y bellísima zona para pasear. Tras tres días de viaje continuamos sin pasar por ningún núcleo de población importante disfrutando de una naturaleza exuberante, maravillosa.
DÍA 4
Comenzamos el día pronto porque queríamos subir al Benbulben, otra de las cimas emblemáticas de esta zona del país. Es una montaña en forma de meseta elevada con unas caídas preciosas por una de sus vertientes mientras que por la zona del ascenso es todo una pradera verde. La ruta nos llevó algo menos de dos horas hasta la cima y algo menos para bajar. Las vistas desde la cima son preciosas, ya que abarcan una buena parte de la costa y también todos los verdes campos y fincas rústicas de la zona. Es una subida suave – poco más de 300 m de desnivel - pero que merece mucho la pena. Aunque hay diferentes rutas nosotros subimos desde Luke’s bridge. Desde esta zona es desde donde se tienes las mejores vistas de la montaña desde abajo.
Tras bajar de la montaña nos dirigimos al cercano valle de Gleniff, un pintoresco rincón de Irlanda. Una carretera estrecha, la Gleniff Horseshoe hace un bucle de 10 km por el valle, pasando por arroyos salvajes y los restos de un antiguo molino. Nosotros lo recorrimos en el sentido de las agujas del reloj. El paisaje es espectacular. También se puede hacer el recorrido a pie pero como ya habíamos hecho la subida al Benbulben nos decantamos por el coche y fuimos haciendo paradas a lo largo del recorrido. En la zona alrededor del molino hay habilitado un paseo por el bosque y lleva a lo largo de árboles nativos irlandeses, arroyos de montaña y cascadas preciosas. Los altos acantilados a la izquierda después de que la carretera empiece a girar de nuevo hacia el norte son los acantilados de Annacoona, otro paisaje fabuloso. En la pared del acantilado se pueden ver las pequeñas entradas a una antigua mina.
De vuelta a la costa paramos en Sligo, primer núcleo de población importante del viaje, donde visitamos su Abadía famosa por contener una gran cantidad de tallas, incluyendo esculturas góticas y renacentistas, un claustro bien conservado y el un bonito altar del siglo 15. Realmente lo que quedan son las ruinas, pero merecen una visita. El edificio se encuentra incrustado en el núcleo urbano, que por otra parte no tiene mayor interés. Sí subimos a la colina de Knocknarea en las afueras de la ciudad. La colina – accesible tras una subida de 1 Km – alberga una enorme tumba funeraria pero que en realidad es un gran túmulo de piedras no demasiado espectacular. Sin embargo la cima de la colina sí que ofrece buenas vistas del entorno.
Seguimos por la costa hasta parar en Downpatrick Head. El afloramiento rocoso del pequeño cabo es un área de belleza costera sin igual e importancia histórica ya que el mismo San Patrick fundó una iglesia aquí. Aún se pueden ver las ruinas del edificio de la iglesia, una cruz de piedra y una escultura del santo. Y hacia el mar hay vistas de las islas Staggs of Broadhaven, pero también hay una roca enorme en el mar cerca del borde de los acantilados. Es realmente pintoresca porque se pueden ver las capas y capas de estratos de roca multicolor que la conforman. También en las inmediaciones hay un agujero en el cabo por el que saltan las olas y salpican espuma de mar. A la entrada de Downpatrick Head hay de hecho otro orificio del mismo tipo que está cubierto con una malla de sobre la que se puede caminar, una experiencia realmente curiosa. Y así agotamos otro día disfrutando de fabulosos paisajes junto al mar.
DÍA 5
Seguimos donde lo habíamos dejado el día anterior y avanzando por la costa oeste de Irlanda llegamos a la península de Erris Head. Allí hicimos un bonito paseo circular por el cabo disfrutando de algunos acantilados preciosos, todo ello sobre una enorme alfombra verde como ya nos tenía acostumbrados Irlanda.
Dejando la península de Erris Head nos fuimos a uno de los destinos que más nos acabaría gustando en nuestro viaje, la isla de Achil, a la que se puede acceder en coche al estar unida a Irlanda mediante un puente. Todo el camino hacia la isla disfrutamos de unos paisajes espectaculares. Y ya llegando a la isla, ésta desde luego no defrauda. Es la isla más grande de Irlanda y nos ofrece un maravilloso paisaje de páramos, montañas, acantilados y largas playas. La Atlantic Coast Drive, un recorrido circular señalizado desde Achill Sound, junto al puente es una preciosa carretera escénica, que nos sirvió de base para recorrer la isla.
Siguiendo la costa tras el puente nos encontramos con preciosos paisajes. En Cloughmore, vimos su iglesia y cementerio, y luego unos pintorescos restos de una torre junto al estrecho. El tramo de carretera de Cloughmore a Dooega ofrece algunos de los paisajes costeros más espectaculares de Irlanda. Justo enfrente de Cloughmore – donde hay una bonita torre - , separada por un estrecho canal de agua está la isla de Achillbeg. Y justo al oeste de Achillbeg hay otra pieza más pequeña de tierra, separada de la isla de Achill con la marea alta, que alberga la fortaleza de Dúnnaglas. La Ruta Atlántica incluye al menos un fuerte-promontorio más, Dun Bunafahy. Seis kilómetros después de Cloughmore la carretera se eleva abruptamente a un mirador que da a la espectacular cala rocosa de Ashleam Bay.
Al avanzar a través de la localidad de Dooega, subimos en coche a 'Minaun Heights'. La carretera sube por la montaña hacia la parte superior de Minaun. Aquí vimos una de las vistas más espectaculares de la isla de Achill. La vista incluye la magnífica playa de 3 kilómetros de Trawmore Strand y el pueblo y el lago de Keel, junto con las montañas de Croaghaun y Slievemore. Tras bajar de la montaña pasamos por Keen y seguimos la R319 hasta su final. Esta estrecha carretera nos lleva por unos preciosos acantilados hasta la aislada playa de Keem, encajada entre acantilados. Es una zona preciosa y realmente salvaje. Los rebaños de ovejas nos interrumpieron avanzar varias veces por la estrechísima carretera.
Desde la playa dimos un paseo hasta los acantilados de Croaghaun, el extremo oeste de la isla. Es una zona preciosa con varias montañas elevándose sobre la costa y unos paisajes de acantilados realmente maravillosos. Se puede subir al Croaghaun, uno de los picos de la isla pero como solo disponíamos de tiempo para hacer una ruta nos fuimos a subir al Slievemore , la cima más alta de la isla. Se encuentra también en la zona norte de la isla, una zona completamente virgen y solo accesible a pie. Nos desplazamos hasta la aldea abandonada de Slievemore, junto al cementerio y desde allí hicimos la subida. Es importante llevar la ruta en GPS porque no existen indicaciones. Las vistas desde la cima – tras algo menos de 3 Km de subida son impresionantes. Se ve toda la parte oeste de la isla con los acantilados que habíamos visitado anteriormente y también las vistas en dirección contraria hacia el resto de la isla son fabulosas. Si no os apetece subir hasta la cima simplemente caminando cosa de 1 Km desde la aldea abandonada ya se gana la suficiente altura como para disfrutar de unas vistas maravillosas.
Y esta parte oeste, especialmente la cara norte, es lo más espectacular de la isla, aunque después cerramos el recorrido por la parte noreste de la misma. Aquí, en Dugort, vimos dos playas con bandera azul. Terminamos de recorrer la isla disfrutando de un bonito y suave paisaje hacia Irlanda y dimos por terminada la visita a esta fabulosa isla.
DÍA 6
Este día lo iniciamos con otra subida a una montaña, en este caso a una de las montañas más sagradas para los irlandeses: Croagh Patrick. Es una montaña de 764 metros coronada por un santuario y que ofrece unas fabulosas vistas sobre el condado de Mayo. La subida es de unas dos horas y la recompensa es la vista de la bahía de Clew y su inmensa y pintoresca colección de islotes de arena. En la cima hay una iglesia blanca sobre la desnuda cumbre pedregosa.
Tras la montaña seguimos por la costa hasta el fiordo de Killary, que contiene algunos de los paisajes más impresionantes y espectaculares de Irlanda. Se trata del único fiordo de Irlanda, rodeado de montañas que se elevan abruptamente desde el borde del agua, y se extiende 16 kilómetros hacia el interior, hasta la pintoresca localidad de Leenane. Hay dos formas de ver el fiordo, mediante un tour en barco o caminando. Nosotros nos decidimos por la segunda ya que los horarios de los tours no nos cuadraban demasiado.
Así pues nos dirigimos desde Leenane a la Killary Sheep Farm. Desde allí parte una pista sin ninguna dificultad que durante 5 Km nos lleva hasta Roroe Pier. Las vistas son excepcionales y es un paseo de lo más relajado y agradable.
Nuestra siguiente parada fue el monasterio de Kylemore, magníficamente situado en las orillas de un lago, en el corazón de las montañas de Connemara. Visitamos la abadía, la iglesia gótica, los jardines amurallados, así como el lago y paseos por el bosque. Incluso aunque no se visite por dentro la sola imagen de la abadía junto a la orilla del lago hace que merezca la pena acercarse hasta este rincón del parque. El monasterio se encuentra dentro del Parque Nacional de Connemara, una zona de gran belleza y un paraíso para los amantes de la naturaleza. Es un destino para pasar al menos un día haciendo algunas de las rutas que ofrecen desde la Casa del Parque, pero no teníamos ya tiempo para mucho.
Aprovechamos lo que nos quedaba de día para caminar por la ruta de ascenso a Diamond Hill. Es una ruta completamente acondicionada con pasarelas y escaleras de piedra y anduvimos unos dos kilómetros largos desde la casa del Parque de Letterfrack y tras atravesar preciosas paisajes de zona pantanosa, extensos brezales, con impresionantes vistas de las montañas y de la costa. Una lástima no poder llegar más lejos pero aquí se nos acabó el día, y nos alojamos en el mismo Letterfrack en otro B&B.
DIA 7
Salimos en dirección a Clifden y poco antes de llegar nos desviamos hacia la carretera panorámica Skyroad, que recorre una de las múltiples penínsulas de la zona. Desde la carretera vamos disfrutando de los paisajes costeros hasta que llegamos al extremo oeste, Eyrephort Beach, una preciosa playita con buenas vistas a los islotes de diferente tamaño que jalonan la costa en esta zona. La vuelta la hicimos por una carretera que recorre la costa sur dela península a media altura sobre las montañas que caen al mar. Las vistas son preciosas.
Seguimos hasta Roundstone, donde están dos de las mejores playas de Irlanda. La playa de Gurteen y la Dogs Bay se encuentran espalda con espalda formando un tómbolo que se adentra en el Océano Atlántico. La Dogs Bay está situada más cerca de la aldea de Roundstone y tiene una forma de herradura espectacular con más de una milla de largo de playa de arena blanca. La arena está hecha de fragmentos de conchas marinas que le dan un color blanco puro, confiriéndole un aspecto caribeño. Es un lugar de una belleza natural excepcional.
Nos desviamos hacia el interior un poco para pasar por la preciosa reserva natural de Derryclare, con pintorescas montañas y lagos. No nos detuvimos demasiado pero si hicimos varias paradas para disfrutar del bucólico paisaje. Siguiendo hacia el sur llegamos a la localidad de Carna, un pueblo pequeño y tranquilo de la costa. Del pequeño pueblo parte un pequeño desvío a Mweenish, una isla unida por un puente con Irlanda. Allí vimos hermosas playas de arena y toda la zona apenas está habitada. Los paisajes son realmente preciosos. Y un poquito más al sur encontramos otra zona de paisajes costeros preciosos, la playa de Ardmore y la preciosa isla de Finish, todo rodeado de zonas arenosas y más paisaje fabuloso.
Seguimos por la costa hasta la isla de Lettermullan, otra maravilla natural. Accedemos a ella por un puente y nos dedicamos a explorar su costa especialmente la sur. La punta oeste, Trá Mhór, donde hay un bonito paisaje de rocas e islotes hacia todos los lados. En el norte de la isla encontramos otro rincón fabuloso, la playa de Furnace. Aquí no hicimos grandes caminatas pero si bajamos varias veces en lugares que nos gustaros para dar paseos y sacar fotografías.
Acabamos la jornada en Galway, una de las ciudades más interesantes de Irlanda. Galway es una ciudad universitaria muy animada. El centro de la ciudad se encuentra en las orillas del río Corrib. Estuvimos paseando por la ciudad, viendo algunos de sus edificios más interesantes y los restos de las fortificaciones de la ciudad, como las torres de Shoemakers y Penrice, dos de las 14 torres de la muralla que rodeaban la ciudad. Paseamos por el animado Barrio Latino de la ciudad y también vimos el Castillo de Lynch, y la Colegiata de San Nicolás, la mayor iglesia medieval de la iglesia de Irlanda todavía en uso. Quay Street está llena de restaurantes y bares. Tigh Neachtain es una casa unifamiliar que hoy en día es un restaurante y pub. Muy cerca se encuentran los teatros Taibhdhearc y Druid. La universidad Nacional de Irlanda Galway, más al oeste, es un gran campus con un portal neogótico. El puente de Salmon Weir une las dos orillas.
Pasamos por el Spanish Arch, donde el río se abre, construido para proteger el puerto. Detrás del arco está el Museo de la ciudad de Galway, con exposiciones sobre la historia de la ciudad. Las exposiciones trazan los aspectos de la vida diaria a través de la historia de Galway; especialmente buenas son las áreas que se ocupan de la vida durante la época medieval. Desde la cubierta del techo hay bonitas panorámicas de la bahía. Es una ciudad bastante interesante, la que más nos gustó probablemente de todo el viaje.
Dejando la ciudad llegamos a Salthill, el resort costero de Galway con varias playas. Allí hay un paseo muy agradable por la costa. Tras recorrer buena parte de él volvimos a Galway a disfrutar de los pubs y el ambiente de la ciudad, ya que esta noche nos alojaríamos allí.
DÍA 8
Tras la animada parada de Galwway seguimos disfrutando de la naturaleza irlandesa. Nos desplazamos inicialmente al monasterio de Clonmacnoise, en un lugar remoto junto al río Shannon. El recinto está encerrado en un campo con paredes y alberga varias iglesias tempranas, cruces altas, torres redondas y tumbas en asombrosamente buenas condiciones. La zona pantanosa que rodea es conocida como Shannon Callows, donde hay muchas plantas silvestres. Las ruinas y el entorno natural constituyen un conjunto realmente pintoresco.
El Centro de Visitantes está ubicado en tres edificios modelados en cabañas tipo colmena. Allí visitamos un área de exposición con diversos objetos descubiertos durante la excavación. El edificio más grande en Clonmacnoise, la catedral, data del siglo X. Hicimos el recorrido por los diferentes restos y nos asomamos al río. Con vistas al río Shannon está la Torre de O'Rourke de 20m de altura. En conjunto, una visita muy interesante.
Nuestra siguiente visita fue el pintoresco castillo de Dunguaire, una casa-torre en la costa sureste de la bahía de Galway. Su ubicación sobre un peñasco junto a la carretera hacia el pintoresco pueblo costero de Kinvara hace que sea uno de los más fotografiados de Irlanda. Se encuentra en un islote en un entrante del mar y es realmente pintoresco. Desde la azotea del castillo disfrutamos de las vistas magníficas de la bahía de Galway y de Kinvara.
Y desde aquí nos desplazamos a uno de los iconos naturales de Irlanda por excelencia: los acantilados de Moher. Los majestuosos acantilados de Moher se elevan verticalmente desde el mar en una pared que se extiende a lo largo de 8 km de largo y que en lugares alcanza una altura de 230 metros. Aparcamos y nos dirigimos al centro de visitantes, un edificio curioso cubierto de hierba en su azotea e integrado en la pared del acantilado. Varias rutas de senderismo recorren la parte superior de los acantilados, incluyendo la pintoresca torre de O'Brien en el extremo norte. Recorrimos el sendero hacia el norte hasta la torre y hacia el sur hasta un punto donde hay una vista fabulosa.
La Torre de O'Brien está en el punto más alto de los acantilados y ofrece una gran vista, aunque quizás es mejor la que se obtiene al caminar hacia el sur hacia Hag’s Head en la dirección opuesta a la Torre de O'Brien. El acceso a los acantilados es gratuito, salvo por el parking de pago obligatorio. Recorrimos unos 3 Km largos entre el sendero sur y el norte y disfrutamos de vistas de los acantilados y de la espectacular estaca marina que se levanta junto a ellos.
Y el resto del día nos dedicamos a recorrer The Burren, un paisaje kárstico muy emblemático del condado de Clare. Ocupa una gran extensión entre los pueblos de Ballyvaghan, Kinvara, Tubber, Corofin, Kilfenora y Lisdoonvarna. El centro de visitantes se encuentra en Church Street en Corofin. El Burren tiene uno de los paisajes más extraños de la isla y también varios monumentos prehistóricos. Entre los muchos sitios históricos y arqueológicos de la zona visitamos el pintoresco dolmen de Poulnabrone probablemente el más interesante - la fortaleza Cahercommaun en el borde de una acantilado hacia el interior, y el fuerte de piedra de Caherconnell.
Otro punto de interés en el Burren es el faro de Black Head, donde toda esta masa de roca caliza sale al mar. Es un sitio muy bonito porque se puede apreciar muy bien la roca y está muy cerca de otro fuerte de piedra neolítico, el Caherdoonerish Stone Fort. Subiendo a una cercana colina rocosa pudimos apreciar cómo se extiende el paisaje rocoso hasta donde alcanza la vista.
En lo que a paisaje se refiere el curioso entorno del Burren está compuesto por colinas no demasiado altas, compuestas de pavimentos de piedra caliza con grietas entrecruzadas conocidas como "Grikes", dejando rocas aisladas llamadas "clints”. Hay varios senderos, de los que nos informamos en el centro de visitantes, que atraviesan la zona. Nosotros nos decidimos por el Mullaghmore Loop, un paseo circular de 7,5 km, que se enrolla alrededor de la cima de la montaña Mullaghmore, y pasa a lo largo de la orilla del lago Gealáin, a través de grandes extensiones de pavimento de piedra caliza abierta. Las vistas desde la pequeña cima son fabulossas una vez más. Esta zona del Burren es muy interesante para hacer rutas de senderismo por este curioso paisaje, lástima que no tuvimos más tiempo para disfrutarlo.
Puntos de interés: