Costa Da Morte, costa salvaje y virgen en Galicia

La costa atlántica norte de Galicia, que comprende la famosa Costa da Morte – Costa de la Muerte - es una región espectacular, donde la naturaleza sobrecoge e impresiona con preciosas playas, grandes acantilados y un encanto propio de una de las últimas regiones de costa casi salvaje que se conservan en España. Estrictamente hablando la costa da Morte va desde Malpica de Bergantiños hasta Finisterre, aunque estos límites pueden variar dependiendo las fuentes que se consulten. En Este viaje recorremos toda esta franja costera partiendo desde la Coruña y llegando hasta Finisterre. En posteriores posts abordaremos otra fabulosa región, la de las Rías Bajas, parte de la cual a veces aparece englobada bajo la denominación de Costa da Morte.

 

DÍA 1:

Salimos de La Coruña y pronto pasamos por la bonita playa de Sabón. Es una playa donde un mirador nos da una vista preciosa,  al menos hacia uno de los lados, ya que hacia el otro se encuentra una Central Eléctrica que estropea todo el paisaje. Seguimos por la carretera de la costa pasando por pequeñas calas y llegamos a otra playa más grande, preciosa y con sus dunas, la playa de Barrañan. Aquí la costa es bonita, pero todavía no ha empezado lo mejor. Llegamos a Caión donde hay un pequeño puerto poco atractivo y una preciosa playa. Pasada la playa la carretera pasa por un mirador hacia el pueblo y la playa que acabamos de pasar.

Continuamos por la costa y llegamos a uno de los primeros espacios naturales que nos impresiona por su belleza, la playa de Baldaio. Es una zona preciosa donde un riachuelo y una laguna costera desembocan en el mar en una zona de amplias dunas. Hay un par de pasarelas peatonales que permiten moverse por la zona y cruzar el río. Estuvimos paseando por aquí, por la laguna, la costa y el cruce del río. La playa continúa hasta el pequeño pueblo de Razo, también con su tramo de playa. Aunque el tiempo era bueno y estábamos en pleno agosto, el  agua está muy fría en Galicia, pero las aguas transparentes y cristalinas invitan a darse un chapuzón de vez en cuando, así que eso hicimos antes de seguir con el viaje. A continuación en un tramo completamente despoblado de costa llegamos a la playa de Riás, en realidad una serie de pequeñas calitas preciosas rodeadas de una costa rocosa cubierta de vegetación.

Playa de Baldaio, Galicia, A Coruña, España, Costa da Morte
                                                                                                                                           Playa de Baldaio

Ya llegando a Malpica, en Ardeleiro, nos desviamos a la costa hasta la desembocadura de Rego Dos Muiños, donde cinco pintorescos y preciosos molinos se encuentran en diferentes alturas aprovechando las caídas del río en su tramo final. Se trata de los molinos de Ribeira. Este modesto río es precioso y acaba desembocando su escaso caudal en el mar, creando una estampa perfecta. Poco después paramos en Malpica de Bergantiños, el típico pueblo marinero de la Costa da Morte, quizás el más pintoresco de todos ellos. Dentro de su patrimonio monumental vimos sus iglesias. El puerto es de los más bonitos de la Costa Da Morte aunque no es especialmente pintoresco. Sin embargo el pueblo se asienta sobre el istmo de una pequeña península por la que caminamos hasta llegar a varios de sus miradores. Desde ellos se ve el mar, las islas Sisargas y preciosos tramos de costa alrededor del pueblo. Esta zona verde en el extremo del pueblo es muy agradable para pasear. En uno de los lados del pueblo paseamos junto a una bonita playa, la playa de Area Maior, por un agradable paseo antes de salir del propio pueblo en coche. Así llegamos a otra de las zonas de interés del municipio, el Cabo San Adrián, donde se encuentra la ermita del mismo nombre y desde donde se ven las islas Sisargas, y el pueblo de Malpica. La vista desde la carretera de acceso sobre Malpica es espectacular. Es un lugar estupendo para disfrutar de las vistas y del mar. La vista de la playa de Seaia desde esta misma carretera de acceso al cabo es también preciosa, una estrecha franja de arena protegida por acantilados a la que se accede desde un aparcamiento en la parte superior.

Malpica de Bergantiños, La Coruña, Galicia, Costa da Morte
                                                                                                                                Malpica de Bergantiños

Seguimos por las costa pasando por preciosas playas, prácticamente desiertas en pleno Agosto y completamente vírgenes. La de Seiruga por ejemplo nos encantó. Seguimos por la costa hacia el noroeste, y encontramos el monte Nariga, con poco más de 200 metros de altitud. Subimos andando hasta la cima para disfrutar de unas vistas espectaculares. Ya bajando llegamos a Punta Nariga, donde pudimos ver el faro con bonitas vistas y en un entorno precioso. Anduvimos parte de un sendero con unas formaciones rocosas muy pintorescas.  Este es uno de los muchos cabos que encontramos en la Costa Da Morte y donde  podemos disfrutar de la naturaleza y la salvaje costa, todo ello en un entorno natural privilegiado.

Faro de Punta Nariga, Costa Da Morte, Galicia, A Coruña
                                                                                                                                    Faro de Punta Nariga

Seguimos nuestro recorrido costero pasando por la playa de Niñons. Poco después paramos en la iglesia de Nuestra Señora de Faro, una pequeña capilla en lo alto de un monte donde hay un precioso monumento que como si se tratase de un faro se eleva sobre la arboleda y nos  ofreció unas vistas maravillosas. Además está abierto y se puede acceder libremente a la terraza superior del mismo. Seguimos costeando y llegamos a otro faro, en Punta do Roncudo, donde dicen se encuentran los mejores percebes del mundo. El entorno es de una gran belleza natural, con cruces blancas que rodean el faro como monumento a los recolectores de percebes que han fallecido en el  lugar. Subimos por la ladera de una pequeña loma cercana al faro para disfrutar de las vistas y paseamos por los alrededores, disfrutando del mar y los impresionantes paisajes. Vimos también una curiosa piscina natural junto al faro.

Punta Roncudo, Galicia, Costa da Morte, La Coruña
                                                                                                                                              Punta Roncudo

Por la carretera de la costa llegamos a Corme, un pequeño pueblecito con su puerto y muy agradable. Como nos alojamos allí paseamos por el puerto y el bonito paseo que bordea la costa. Corme se encuentra en una bahía que además del pueblo tiene 3 pequeñas playas que recorrimos paseando y desde allí regresamos al pueblo para cenar algo y ya retirarnos a nuestro alojamiento.

 

DÍA 2:

Salimos pronto del apartamento donde nos alojamos e hicimos una primera parada en la playa de Balarés, una pequeña pero preciosa entrada de arena con un buen sistema dunar. Y desde allí seguimos un sendero que bordea la costa hasta llegar a la fantástica playa de Barra, una barra de arena como su nombre indica que se adentra en el mar. Es un lugar fabuloso, con unas fantásticas dunas y donde estábamos prácticamente solos en pleno Agosto, algo impensable en cualquier otro punto de la costa española. Nos dimos un corto baño y paseamos hasta la punta de la barra. Dimos la vuelta a todo el complejo dunar y regresamos hasta el coche tras un fabuloso paseo.  Y si el paseo fue fantástico no menos impresionantes fueron las vistas desde el cercano Monte Blanco, a donde subimos en coche.  La vista del pequeño golfo, con la lengua de arena y la costa es sublime, de las mejores de todo el viaje. Y completamos la visita con un recorrido por el bosque que parte justo desde donde la carretera se bifurca al mirador de Monte Blanco. Allí una pista – no adecuada para coches – nos lleva hasta la parte superior de la duna con unas vistas fabulosas, incluso mejores que las del propio mirador.

Vistas desde Monte Blanco, A Coruña, Galicia, Costa Da Morte
                                                                                                                          Vistas desde Monte Blanco

Cruzamos la ría por Ponteceso  y en A Carballa dimos un paseo por un camino acondicionado justo en frente de la lengua de arena que habíamos visto. Y todavía pudimos apreciar más este paisaje desde el Mirador de Taboído. Este punto es el más cercano a la punta de playa de Barra y las vistas son maravillosas, aunque se pierde la panorámica al estar a nivel de mar. Lo bueno es que pudimos llegar hasta el mismo mirador en coche, eso sí, a través de una carretera bastante estrecha. Desde aquí seguimos hasta Laxe, un pueblo más grande con una playa espectacular por lo grande y por la calidad de la arena, de un blanco exquisito. La playa mide 1.400 metros. En el puerto se encuentra la iglesia de Santa María da Atalaia, con un atrio fortificado. Desde este puerto hay además una buena vista de la playa desde otra perspectiva. Y la vista mejora cuando subimos a la Capela de Santa Rosa, muy cerquita del puerto y donde la altura nos da una vista preciosa.  Ya con el coche subimos al Mirador de Insua, con vistas hacia el  otro lado de la costa, el lado contrario al que se ve en el pueblo. Y un poco más adelante la carretera acaba en el faro de Laxe, donde hay un curioso merendero que simula un castro e los varios que pudimos ver a lo largo del viaje. Muy cerca del mirador pasamos por la pequeña playa de los Cristales. Es una playa muy curiosa, ya que antiguamente era un vertedero de cristales que el tiempo ha convertido en una playa con pequeños fragmentos de vidreo moldeados por el mar. Es un lugar muy curioso. Seguimos hasta otra playa del municipio, la de Soesto, donde un riachuelo desemboca en el bonito arenal. Paramos a sacar unas fotos y seguimos hasta otro de los fantásticos arenales de esta zona de Galicia, el de Traba. Es una maravillosa playa con una zona de dunas realmente amplia y con poquísima gente también. Dimos un paseo por la playa y también por la laguna de Traba, un espacio natural anexo a la playa. En su conjunto es un lugar fantástico para pasar unas horas simplemente caminando por allí y dándose un chapuzón si se tercia.

Playa de Laxe, A Coruña, Galicia, Costa Da Morte
                                                                                                                                               Playa de Laxe

Tras el paseo por la playa, nos acercamos en coche al mirador de Torre de Moa. Desde la estrecha carretera de acceso subimos a unas rocas redondeadas y de curiosas formas para disfrutar de un panorama maravilloso hacia la playa y la laguna de Traba. Hay una vista muy amplia de toda la zona de la costa. Bajamos del mirador y nos acercamos a Vimianzo para visitar su castillo, un edificio de piedra al que pudimos entrar y ver sus murallas. Desde la parte superior hay una vista no muy amplia, pero el castillo en sí a pesar de ser pequeñito está bastante bien, y es que en esta zona de Galicia no abundan los castillos.

Playa de Traba, A Coruña, Galicia, Costa Da Morte
                                                                                                                                               Playa de Traba

DÍA 3:

Al día siguiente volvimos a la costa en concreto al pequeño pueblo de Camelle. El pueblo no tiene mucho que ver salvo  por el museo de Man, un alemán que vivía en el pueblo y que realizó en las rocas junto al mar diferentes obras de arte junto a su casa. Aunque ahora el museo se ha trasladado, se pueden ver algunas de sus esculturas que perviven junto a la casa en la que vivió, en la propia costa rocosa de Camelle. Desde aquí comenzamos un recorrido costero en coche que atraviesa Arou, donde pudimos disfrutar de vistas de la costa y de un par de preciosas playitas. Este trayecto que nos lleva desde Camelle hasta el faro Vilán es la quintaesencia de la Costa da Morte, un tramo de costa prácticamente virgen e impresionantemente bonito.  Dejando atrás Arou paramos en el mirador de Punta Lobeiras desde donde accedimos a una pequeña playa con un paisaje realmente maravilloso. Desde allí hicimos parte de un sendero hacia Santa Mariña.

Arou, La Coruña, cerca de Camelle, Costa da Morte, Galicia
                                                                                                                                                               Arou

Retomamos  la carretera y llegamos a Santa Mariña un pequeño asentamiento de pescadores con vistas a uno de los lugares más emblemáticos de la costa, el Monte Branco – un nombre muy común por lo visto en la zona – y unas preciosas formaciones rocosas en los alrededores del pequeño puerto.  Dejando Santa Mariña  la carretera es ya una pista de tierra que recorre la costa y nos lleva a algunos de los lugares más espectaculares. La primera parada es la que nos lleva por un pequeño sendero que parte de la carretera – no señalizado – a la cima del Monte Branco, cubierto completamente por una duna de arena, una imagen surrealista y preciosa a la vez. A más de cien metros de altura nos encontramos con una montaña cubierta de arena y con unas vistas fabulosas hacia la playa do Trece, una serie de calas vírgenes  de una belleza indescriptible.

Duna del Monte Branco cerca de Camelle, Galicia, La Coruña, Costa da Morte
                                                                                                                               Duna del Monte Branco

Dejamos la montaña y la carretera nos llevó hasta el Cementerio de los Ingleses, un pequeño cementerio erigido en recuerdo de los náufragos de un barco ingles que fallecieron en la zona. Desde allí parte un sendero que llega hasta las calas de la Playa do Trece y que seguimos hasta las dos primeras. Las calas son impresionantes y da la impresión de que te encuentras en una isla remota y desierta.  Según caminas vas viendo la duna rampante – así se llama al trepar por una montaña – del Monte Branco, en cuya cima habíamos estado anteriormente. De vuelta al cementerio nos fuimos paseando hasta el cercano cabo de Trece donde hay más formaciones rocosas pintorescas. Desde allí la carretera sigue por la costa donde hay algunas rocas con formas curiosas que aparecen señalizadas y finalmente llegamos a la base del Cabo Vilán tras pasar por diferentes calas. Aquí la carretera de tierra comienza a ascender dando preciosas vistas sobre algunas de las últimas calas y llegamos finalmente al faro del cabo donde hay una factoría de pescado bastante grande que afea un poco el entorno. También hay un parque eólico que no devuelve de nuevo a la civilización tras recorrer este fabuloso tramo de costa, probablemente el más espectacular de toda la costa gallega.

Playa de Trece, Costa da Morte, Galicia, A Coruña
                                                                                                                                              Playa de Trece

Así llegamos al cabo Vilan, que con sus acantilados es un fantástico mirador. El cabo ofrece una vista preciosa. El edificio alberga un pequeño museo aunque no se puede subir al faro. Sin embargo las ruinas del viejo faro se encuentran al lado y están más elevadas. Desde allí hay una preciosa vista del faro y de los alrededores.  Después de ver el faro seguimos al sur donde la costa es más suave. Ya llegando a Camariñas paramos en la ermita de Nosa Señora do Monte en un pequeño promontorio con fantásticas vistas del océano. Justo al lado hay una preciosa playa, la de Lago. En Camariñas nos encontramos un bonito puerto con un agradable paseo que lo rodea. Camariñas es muy famoso por sus artesanos del arte del encaje, y un museo da buena cuenta de ello. El puerto es  agradable pero el pueblo en si tampoco tiene mucho. Cenamos aquí algo y nos alojamos en el mismo pueblo.

Faro de Cabo Vilán, A Coruña, Galicia, Costa Da Morte
                                                                                                                                       Faro de Cabo Vilán

 

DÍA 4:

Con el  nuevo día dejamos Camariñas y seguimos el viaje hasta la playa de Ariño, donde bonitos bancos de arena en medio de la ría dan gran vistosidad al paisaje. Para llegar hasta allí tuvimos que bajar hasta A Ponte do Porto. Desde el pequeño pueblecito de Leis nos desviamos al faro de Lago, en una roca en el  mar, una estampa preciosa, junta a otra fantástica playa de arena blanca, del mismo nombre que el faro. Pasamos por alguna playa más como la de Muiños y llegamos hasta otro de los pueblos más importantes de la costa da Morte, como Muxia. Desde Camariñas a Muxía , la costa de la ría está llena de playas y calas, la mayoría de ellas casi vírgenes, no estropeadas por el ser humano y de arena blanca. Es un lugar para relajarse y descubrir las diferentes playas según avanzamos por la costa.

Muxía es un pueblo de pescadores. El puerto tiene un paseo muy agradable y desde allí subimos al mirador del Corpiño, en una loma sobre el pueblo con vistas fabulosas hacia las casas del pueblo, situado en la base de una pequeña península y por la otra parte hasta la Punta da Barca, donde se encuentra el santuario de la Virxe da Barca, un rotundo edificio religioso a orillas del mar, sobre las redondeadas y pintorescas rocas de la punta de la península. Hay un paseo realmente agradable desde el pueblo al mirador y desde allí a la punta. El edificio se encuentra sobre un acantilado junto al mar, y desde allí se puede obtener buenas vistas del océano y la costa.  

Muxía, La Coruña, Galicia, Costa da Morte
                                                                                                                                                             Muxía

Dejamos Muxia y nos dirigimos en coche al mirador del monte Facho. Desde el pueblecito de Lourido llegamos  hasta la Cumbre del Monte Facho, a una altitud de 312 m. Desde allí disfrutamos de hermosas vistas desde Muxía al Cabo Vilán. Aunque no es mucha altura la cercanía a la costa da unas vistas fabulosas. Bajamos del monte y muy ceca de allí hicimos una ruta de un poco más de un Km hasta el cabo Buitra, que por su ligera altitud es otro fabuloso mirador sobre la costa. El paseo es realmente agradable, por un camino de tierra por el que incluso podríamos haber metido el coche. No obstante el paseo con buen tiempo mereció la pena, rodeados de verde, mar y una costa espectacular. Seguimos por la costa parando en algún mirador, la pequeña pero preciosa playa de Moreira – donde hicimos un desvío a su cabo – y llegamos a otro de los faros emblemáticos de la costa gallega, el faro de Touriñán, en el cabo del mismo nombre. En el faro hay un bonito mirador y estuvimos paseando por los senderos que rodean el cabo para disfrutar de las vistas en todas direcciones. Un poco al sur del faro hay una isla que se puede contemplar muy bien desde el sendero costero.

Vistas desde Monte Facho en CostaDa Morte, A Coruña, Galicia
                                                                                                                           Vistas desde Monte Facho

Seguimos pasando por más playas, como la de Nemiña y Rostro, otros dos fabulosos arenales de arena fina y blanca. La primera de ellas además con la desembocadura de la ría es una estampa preciosa.  En ella paramos para darnos un chapuzón, y después condujimos hasta su otro extremo, en la playa de Lires para ver otra preciosa vista de la fabulosa lengua de arena que  se forma en la desembocadura del río. Seguimos por carreteras muy estrechas bordeando la costa. Finalmente llegamos al Cabo de la Nave, un cabo secundario del de Finisterre, desde donde hay una preciosa vista de este último con la playa Mar de Fóra en primer plano. Y hasta esa playa nos acercamos. Aparte de ver la propia playa dimos un paseo hasta el mirador, con fabulosas vistas sobre la costa. Dejamos el faro de Finisterre para última hora porque queríamos ver la puesta de sol allí. Así que primero visitamos el  pueblo de Finisterre.  Paseamos por el puerto a lo largo de un agradable paseo. Cerrando una pequeña cala hay un castillo en un promontorio. Muy cerca del pueblo, en el lado opuesto al cabo, se encuentra la larga y bonita playa de Langosteira. 

Mar de Fora, A Coruña, Galicia, Costa Da Morte
                                                                                                                                                   Mar de Fora

Paseamos un poco por allí y seguimos con el coche hasta las cercanas playas de Estorde y Sardiñeiro. Entre ellas nos acercamos a la punta de Arnela con bonitas vistas sobre la costa. Y tras esto ya sí, comenzamos a acercarnos al cabo de Finisterre.  Pasamos antes por la ermita de San Guillerme, sus restos básicamente, desde donde hay unas preciosas vistas de la playa. Ya llegando al faro se pasa por el curioso cementerio de Finisterre, diseñado de forma muy futurista en una serie de cubos que supuestamente deben contener las tumbas, aunque parece que no está en uso actualmente. Sin embargo, como obra de arte bien merece una parada y una foto. Antes de visitar el mítico faro seguimos la carretera montaña arriba hasta el final de la misma. Allí un sendero  de tierra corto nos llevó al fabuloso mirador de Piedras Santas. La vista desde aquí es increíble, ya que ves las playas a ambos  lados de la península sobre la que se levanta el cabo de Finisterre. Es un mirador espectacular, mucho  más que el propio faro en sí mismo. Y como ya se acercaba la hora del atardecer bajamos hasta el faro de Finisterre, donde nos encontramos con bastante gente con la misma intención que nosotros, ver sumergirse el sol en aguas del Atlántico. La verdad es que esto se puede hacer en cualquier punto de la costa gallega, pero no sé por qué, este lugar tiene algo mágico. Llegamos hasta el faro y tras disfrutar de las vistas en todas direcciones nos sentamos en las campas a esperar la puesta de sol. Fue una experiencia inigualable. Además del faro hay alguna que otra escultura, una cruz y varias tiendas de venta de souvenirs. Para tener una vista del faro lo mejor es subir por la carretera por la que accedimos al mirador de Piedras Santas o bien tomar unas escaleras al final del aparcamiento que llegan a un bonito mirador.

Faro de Finisterre, A Coruña, Galicia, Costa Da Morte
                                                                                                                                         Faro de Finisterre

Cuando anocheció fuimos al pueblo de Finisterre, donde cenamos marisco típico de la zona, a un precio excelente y nos retiramos al hotel, donde nos alojamos esta noche. Y con esto dimos por concluida nuestra visita a la Costa de La Muerte, sin duda uno de los tramos de costa más espectaculares de España y de Europa. Acantilados, faros, playas vírgenes y todo tipo de maravillas naturales nos han descubierto esta región gallega.

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