Kjeragbolten, otro icono de los fiordos noruegos

Con sus 1084 metros, Kjerag destaca por encima de los otros picos a lo largo del fiordo de Lysefjord – el mismo en el que se encuentra el Púlpito o Preikestolen -. Se puede admirar esta fantástica montaña desde el fiordo, pero es mucho mejor recorrer el sendero hasta la meseta en la parte superior del fiordo, en su orilla sur. Desde allí se puede disfrutar de la vista del fiordo Lysefjord desde la meseta y sobre todo se puede ver la famosa Kjeragbolten, una roca redonda encajada firmemente en una grieta de la montaña, que constituye otra de las instantáneas más características de los fiordos noruegos.

Esta sencilla caminata comienza en Øygardstøl al sur del fiordo, concretamente desde un aparcamiento  en la carretera Lysevegen que va ganando altura desde Lysebotn. Desde el mirador que hay aquí se puede disfrutar de fantásticas vistas sobre el fiordo. Este sendero atraviesa varias aristas, y sube 570 metros. La duración estimada es de 5 horas para la ida y la vuelta. Hay que pasar por tres cumbres antes de llegar a Kjerag, pero no es un recorrido para nada duro.

Dejamos el  coche en el amplio aparcamiento del restaurante Øygardstøl. El propio  restaurante está colgado prácticamente en el vacío y hay una pequeña terraza de libre acceso que ya nos ofrece unas vistas espectaculares desde el fiordo. A partir de aquí cruzamos el parking y empezamos a subir por la ladera rocosa de la montaña muy pegados al borde del fiordo.

El sendero comienza con una empinada subida de  30 minutos en roca desnuda hasta una cumbre de 825 metros. En las secciones más complicadas nos encontramos con cadenas y cuerdas para poder subir más cómodamente por alguna de las rocas. Desde la cima se sigue la cresta de la montaña cierta distancia para dirigirse a un arroyo en un pequeño valle a una altitud de aproximadamente 750 metros. Aquí comienza la segunda subida de Kjerag, que lleva hasta unos 870 metros sobre el nivel del mar. Esta subida es un poco más exigente que la primera. Hay cadenas para ayudar en las secciones más difíciles. Después hay que bajar la montaña y cruzar otro valle con su arroyo. Al final se llega a la última y más larga ascensión hasta llegar a Kjerag. El camino es increíble. Discurre en su mayor parte por roca desnuda pero hay vallas con cadenas a lo largo del borde de la montaña. Cuanto más alto se sube mejor la vista.

 

El terreno se aplana en la cima y ya solo nos resta un paseo fácil a través de la meseta de 1,5 kilómetros. Al final de la meseta se cruza una grieta antes de llegar al mojón en el Nesatindane que muestra el camino a Kjeragbolten, la pintoresca roca encajada entre dos montañas de aproximadamente 1.000 metros de alto en la parte superior del Lysefjord. La verdad es que la mejor foto se toma frente a la roca, con uno subido encima, aunque la roca no es demasiado grande – al menos cuando  te tienes que subir encima – y da cierta impresión subirse a la misma.

Si se tiene tiempo se puede completar el día con otra caminata por esta zona hasta el lago de Langavatn. Habría opción también de alargar la ruta desde Kjeragbolten y llegar a este lago pero la ruta se alargaría mucho (15 Km hasta el lago) y o bien somos muy rápidos o necesitaríamos que nos recogiesen en otro punto para volver al inicio de la caminata. La opción más sencilla es seguir la carretera FV500 desde el parking de Øygardstøl hacia el sur – en ascenso – durante 2.5 Km y allí se encuentra una carretera secundaria que indica el lago. Se sigue la carretera hasta que una barrera nos impide el paso. Desde allí solo hay unos 3 Km hasta el lago sin apenas desnivel, por lo que es realmente un paseo. Merece la pena porque así podemos explorar esta desolada región y además hacerlo en soledad porque en el sendero a Kjeragbolten hay mucha gente habitualmente. El camino pasa por un primer lago y un paisaje rocoso muy similar al de Kjerag, ya que estamos muy cerquita de la ruta que hemos hecho por la mañana.

Itinerario de la ruta: