Istria, la Toscana croata

Nos escapamos para recorrer la preciosa península de Istria en Croacia. Bañada por el mar Adriático, y en una posición envidiable, junto a Eslovenia y frente  a la costa veneciana, esta península nos ofrece unos paisajes dignos de la Toscana italiana pero con su propio carácter. A pesar de tener una amplia costa no es zona de playas, la costa es muy rocosa y apenas hay alguna playa digna de mención. No obstante, como en Croacia, es posible darse un baño en las transparentes aguas del Adriático en cualquier rincón de su costa. Ya conocíamos Croacia de un viaje anterior pero la península de Istria la vimos un poco de pasada, por lo que nos quedamos con ganas de volver y recorrerla a fondo. Y la verdad es que merece mucho la pena.

DÍA 1:

Volamos a Zagreb por la mañana a primera hora y allí recogimos el coche de alquiler con el que nos movimos durante este viaje. Nos fuimos hasta Opatija en el extremo este de la península de Istria y allí paramos pues fue nuestra primera visita. Opatija fue un antiguo resort y pudimos ver hermosas villas belle-époque. La ciudad se extiende a lo largo de la costa entre las colinas boscosas y el Adriático, y toda la costa está recorrida por un paseo marítimo. No hay grandes playas, pero hay excelentes lugares de baño en sus bahías protegidas. Comenzamos la visita del pueblo por la iglesia de Sv. Jakov. Otro de los edificios más destacado es la gran Villa Angiolina donde vimos el interesante museo del turismo croata. A lo largo del paseo que dimos por el casco histórico vimos diferentes monumentos entre ellos varias fuentes ornamentales. Una réplica de Madonna del Mare se puede ver en la Iglesia de San Jacobo. La Iglesia de la Anunciación de María es otro de los edificios destacados y destaca por su estructura de tres naves neo-románicas con una reconocible cúpula verde.

Un paseo por la ciudad nos permitió ver numerosos monumentos legado del pasado espléndido de Opatija. Tras una interesante ruta por el casco nos dirigimos al famoso paseo Lungomare,  un impresionante paseo de 12 Km a lo largo de la costa. Una escultura, “La doncella con la gaviota”, pintorescamente situada en un grupo de rocas a lo largo de la línea de costa, es uno de los símbolos de Opatija, al estilo de La Sirenita de Cipenhague. Desde aquí las vistas hacia la ciudad son preciosas. La costa está llena de lujosos hoteles de finales del siglo XIX y villas rodeadas de parques y jardines. Siguiendo el paseo costero unos 2 km al norte, pasando por varios parques, llegamos al encantador Volosko, que todavía parece un pueblo de pescadores. Este pequeño pueblo es un reducto acogedor de callejones que bajan de las villas adornadas con flores hasta un puerto abarrotado con pequeños barcos de pesca.

Tras caminar por un buen tramo del paseo marítimo seguimos un sendero hasta el  belvedere "Vela fortica" cerca de Varljeni a una altura de 180 metros sobre el nivel del mar, y que ofrece unas vistas fantásticas.

Dejamos Opatija y seguimos hasta otro resort costero, Lovran. Aquí pudimos ver muchas más villas de la  época de la monarquía austro-húngara, como las Villas Frapart, Astra, Eugenija, Magnolija y Blankenstein. Visitamos la plaza de la ciudad con su campanario románico. En la plaza principal, además de una torre medieval hay varias casas con fachadas góticas venecianas y también la iglesia de Sv. Juraj. Una calle de casas barrocas, la iglesia parroquial y la pequeña iglesia románica junto al mar son los monumentos históricos que más nos gustaron y que confieren gran encanto al pueblo. Los patios del casco antiguo tienen el encanto particular de los paisajes mediterráneos. Detrás de los portales de piedra se pueden ver las fachadas preciosamente decoradas. Paseando por las callejuelas encontramos varios ejemplos pintorescos.

Las casas de la antigua ciudad fortificada de Lovran se apoyan en las murallas que los rodean, de las cuales quedan muy pocas partes y secciones: sólo una torre y la Puerta de la Stubica. Aparte de las dos playas de la ciudad de Peharovo y Kvarner, hay una serie de playas más pequeñas y zonas donde tomar el sol a lo  largo de la bonita línea de costa. Y hasta aquí llega el paseo Lungomare, que ya habíamos empezado en Opatija. Estuvimos paseando por la costa disfrutando de encantador paisaje y nos fuimos a cenar algo al centro, a un precio realmente asequible pese a ser verano. Esto ya lo sabíamos de nuestro anterior viaje a Croacia, los precios de la hostelería son bastante bajos para lo que estamos acostumbrados en España.

DÍA 2:

Tras desayunar nos dirigimos al parque natural de Ucka, donde se encuentra la montaña más alta de Istria. Hay varios senderos señalizados para recorrer el parque. El pico más alto es Vojak (1396 m). Comenzamos a recorrer el  sendero Plas  a solo 300 m debajo del Monte Vojak. El sendero nos llevó a través de un espeso bosque, y además de las vistas es muy interesante porque tiene paneles señalando  puntos de interés natural. Este sendero no es muy largo pero si es empinado. En unas dos horas en llegamos a la cima donde hay una preciosa torre redonda con una escalinata en su parte superior que permite mejorar más aún las vistas. Tras bajar de la cima nos dirigimos a otro de los lugares más emblemáticos del parque, el cañón de Vela Draga.

Allí recorrimos otro sendero, este mucho más sencillo. El camino es de dos Km de largo  sin elevaciones importantes y además de ver las preciosas vistas sobre el cañón desde un fabuloso mirador se pueden ver formaciones rocosas preciosas en forma de monolitos blancos que se levantan sobre la tupida vegetación que cubre todo. El sendero acaba descendiendo hasta una vía de tren desde donde la vista es también preciosa. Lo que más impresiona son las formaciones rocosas en forma de torres, algunas realmente preciosas.

Tras estas dos sencillas rutas dimos por visitado este bonito parque natural y nos dirigimos al pequeño pueblo de Boljun en las estribaciones del parque.  Boljun es una antigua población construida alrededor de un castillo medieval bien conservado. Además ofrece preciosas vistas de la cordillera de Učka. El pueblo aún conserva algunas de sus murallas medievales, una torre y un abrevadero. Dimos un paseo por el pequeño pueblo y también vimos varias iglesias.  También pudimos ver el castillo, aunque solo por fuera, y un calvario en el bosque que rodea el pueblo. La visita fue rápida porque el pueblo es muy pequeño pero como nos pillaba cerca de Vela Draga mereció la pena.

Desde aquí recuperamos la costa e hicimos una breve parada en la playa de Sipar para darnos un chapuzón. No es una playa espectacular – es de piedras aunque no muy molestas – pero el agua está limpísima y hay una bonita vista hacia el caserío del pueblo de Mošćenička Draga en uno de los extremos.  La playa se extiende al sur en diferentes fragmentos.

Siguiendo por la carretera costera llegamos a otra pequeña pero pintoresca playa de piedra, la de Klančac. Llegamos a ella bajando por un sendero desde unos acantilados. Simplemente sacamos unas fotos y nos fuimos a la cercana iglesia de Marije Magdalene, un bonito mirador con vistas sobre los acantilados de esta costa y el mar. Seguimos por la carretera y tras pasar el pueblo de Brsec llegamos al mirador de Plomin, donde hay un pequeño hotel en un saliente de la costa desde donde se abre un panorama muy amplio de la costa con vistas a la bahía de Plomin, Labin, Kvarner y las islas de Cres y Losinj. Poco después llegamos a otro mirador ya muy cerca al pueblo con bonitas vistas sobre un entrante de costa. Un mirador impresionante que da una perspectiva increíble sobre las hermosas aguas de Croacia. Es una pena que la hermosa vista sea eclipsada por una gran planta de electricidad al final del fiordo que forma la bahía. Hicimos una breve parada en el mismo Plomin, donde hay unos pocos callejones empedrados con algún arco y unos restos de un castillo que no están mal.

Y ya desde allí nos encaminamos a nuestro destino para esa noche: Labin, una pequeña ciudad medieval situada en una colina sobre el resort costero de Rabac. Dimos un paseo por la parte medieval dentro de las murallas, y por la parte del período veneciano alrededor de la plaza de Tito. Aquí vimos el Ayuntamiento, un antiguo bastión, una galería y la puerta de St. Flora con un León de San Marcos. En la plaza llamada Stari Trg donde está la iglesia gótica Rođenje Marijino vimos otros interesantes edificios como la Corte de Magistrados, varios palacios y el museo de la ciudad que no pudimos visitar por la hora. Pudimos subir al campanario de la iglesia para disfrutar de espectaculares vistas desde arriba. Merece la pena subir hasta sus 33 metros de altura. Tras callejear por el bonito pueblo disfrutamos del atardecer desde el mirador del pueblo con fabulosas vistas del mar y del resort de Rabac. Cenamos allí mismo y nos alojamos en un apartamento – la forma de alojamiento que usamos más habitualmente mientras recorrimos Istria -.

DÍA 3:

Empezamos el tercer día en Rabac, el principal centro turístico de la costa oriental de Istria. El maravilloso entorno montañoso, la preciosa playa de guijarros, y las vistas de la bahía de Kvarner son el principal atractivo. La ubicación de Rabac es bastante remota y para llegar aquí condujimos a través de carreteras con numerosas curvas, aunque por unos parajes de gran belleza natural. Paseamos por el paseo marítimo lleno de puestos de souvenirs y bares y nos dimos un baño en una de las playas del pueblo, concretamente en la de Girandella, una de las más bonitas, aunque también de piedra. Rabac no tiene mucho más de interés que lo relacionado con la playa y el bonito paisaje costero, no en vano es uno de los centros turísticos más importantes de esta zona de Croacia.

Seguimos por la costa hacia el Sur hasta subir a una capilla, la de Sv Agneze, que se encuentra en lo alto de un promontorio en una zona particularmente pintoresca de la costa. Hay un entrante bastante sinuoso de a costa y desde esta altura se ve una vista preciosa. Además muy cerca quedan unas ruinas de un antiguo castillo, Stari Rajalk, que añaden bastante encanto a la zona.

Y ya desde aquí nos fuimos hasta el parque nacional de Kamenjak, al sur de Pula. De hecho el  cabo Kamenjak es el punto más meridional de Istria. Premantura es el pueblo más cercano al cabo. Es una zona natural muy bien conservada y donde hay muchas calas rocosas  y una naturaleza muy agradable, aunque lejos de lo espectacular que se presupone en un parque nacional. Para entrar con el coche – como hicimos nosotros para aprovechar mejor el tiempo – hay que pagar una entrada. Hicimos varias paradas para acercarnos a la costa y disfrutar del paisaje. También hicimos a pie varios tramos de sendero que van rodeando la sinuosa península y disfrutamos de vista hacia la costa donde hay varios pequeños islotes. Al final de la península, en el extremo sur, encontramos un búnker y un mirador en una zona un poco más elevada, ya que todo el parque es una zona muy llana y sin apenas elevaciones. No es un parque nacional espectacular pero si es un sitio agradable para pasear o darte un baño y disfrutar de una zona de costa perfectamente preservada.

Retomamos el viaje y comenzamos a remontar la costa oeste de la península de Istria. Y nuestra primera parada fue una de las visitas a priori más atractivas del viaje: Pula. Pula es conocida por sus magníficos monumentos de la época romana. Su atracción más famosa es el anfiteatro romano, espectacularmente bien conservado, que es uno de los lugares más famosos de toda Croacia. Y allí nos dirigimos en primer lugar. Este anfiteatro es el sexto más grande del mundo. La estructura de tres pisos es impresionante y te da la sensación de estar realmente en la época romana. La bien conservada pared externa del anfiteatro tiene tres pisos en el lado que da al mar, y dos en el lado opuesto, porque se construyó en una pendiente. Además de disfrutar del fabuloso edificio, en su interior pudimos ver muchos hallazgos arqueológicos del anfiteatro y otros edificios romanos de la zona.

Hicimos un recorrido por la ciudad tras recoger un plano en la oficina de turismo. Pasamos por algunos edificios religiosos y por dDos puertas de la ciudad que aún sobreviven. La Puerta Gemela tiene dos arcos con un friso adornado. Cerca pasamos por las partes de la muralla que una vez rodearon la ciudad. Al sur del Museo Arqueológico se encuentra la otra puerta, la puerta arqueada de Hércules. Este es el monumento romano más antiguo y mejor conservado de la ciudad. El Arco Triunfal de los Sergii es otro de los monumentos romanos que visitamos. Su friso tiene un bajorrelieve que representa un carro tirado por los caballos. El Templo de Augusto se encuentra en un sitio al lado del cual también había un Templo de Diana (del que sólo queda una parte muy pequeña). El Templo contiene ahora esculturas romanas.

El Foro, donde se erige el Templo de Augusto, fue una vez la plaza principal de la época romana y es hoy una bulliciosa plaza con numerosos cafés, donde nos dimos un respiro tras el recorrido por los diferentes monumentos. También encontramos casualmente un mosaico de suelo romano bien conservado con motivos geométricos notablemente bien conservados. Aparte de los monumentos romanos hay más lugares interesantes en la ciudad. Visitamos la catedral mezcla de diferentes estilos. También pasamos por varias iglesias menores y pudimos visitar alguna de ellas, viendo diferentes obras de arte y también un mosaico en una de ellas.

Llegamos hasta el castillo, pasando por la iglesia ortodoxa serbia de San Nicolás.  Las murallas que unen las cuatro torres del bonito castillo ofrecen espléndidas vistas sobre la ciudad. Merece la pena visitarlo aunque sea sólo por eso. Muy cerca se encuentran los restos de un teatro del siglo II. Otra visita que nos quedó en el tintero fue la de Zerostrasse,  un sistema subterráneo de túneles que fue construido antes y durante la Primera Guerra Mundial. Pasamos toda la tarde en la ciudad y la verdad es que nos encantó. Aunque Pula es una ciudad de un tamaño considerable toda la zona vieja es bastante compacta y se recorre muy bien a pie. Cenamos algo y fuimos a disfrutar de una atracción que nos habían recomendado en la oficina de turismo.

La mencionada atracción nocturna, Lighting Giants, es un espectáculo de de iluminación del astillero Uljanik del siglo XIX uno de los muelles más viejos del mundo. Las grúas icónicas del astillero se iluminan de muchas maneras diferentes con diferentes esquemas de color. Es un verdadero espectáculo, algo realmente curioso. Nos alojamos en la misma Pula.

DÍA 4:

Dejamos Pula y aunque teníamos dudas decidimos visitar otro Parque Nacional de Croacia, el de Brijuni. Se trata de un archipiélago formado por 14 pequeñas islas ubicadas cerca de la costa de Fazana, a donde nos dirigimos y desde donde habíamos reservado la visita en barco. Es importante reservar el viaje con la compañía oficial del parque ya que las visitas están limitadas y otros barcos de otras compañías que ofrecen viajes a Brijuni en realidad lo que hacen es navegar entre ellas pero no pueden  amarrar para explorar las islas. El enlace a la página oficial es el siguiente. El ticket incluye el viaje en barco ida y vuelta, la entrada al parque nacional y un recorrido por la isla Veli Brijun (en tren con un guía turístico) con la visita al museo y la posibilidad de dar un paseo por la isla.

Tomamos el primer barco a las 9 de la mañana y después de un corto viaje de 15 minutos llegamos a la isla Veli Brijun, la mayor del archipiélago. Cuando llegamos un guía nos acompañó a un tren eléctrico que nos llevó a dar un pequeño paseo por la isla. Fue un recorrido agradable en el que el guía nos  dio explicaciones sobre la naturaleza y los diferentes edificios que pudimos ver allí. A lo largo del recorrido vimos diferentes animales de varios lugares del mundo a modo de safari. Después del viaje en tren visitamos la iglesia gótica de St. German. Hay una pequeña exposición con copias de frescos. También visitamos el museo a pocos pasos de la Iglesia. En la planta baja, se muestra una interesante colección de historia natural. Y en el primer piso, hay una exposición con fotos de visitantes de la isla – fue la residencia de verano de Tito durante muchos años -. Después dimos un paseo para ver uno de los olivos más antiguos del Mediterráneo y el jardín mediterráneo con mucha especies de flores. Visitamos algunos de los edificios que habíamos visto desde el tren y otros más ocultos. Tras pasear un poco por la isla nos dimos un baño en una de las numerosas calas de piedra y volvimos al barco.

Tras volver de la isla visitamos el pequeño pueblo de  Fazana. Dimos un paseo por el hermoso paseo marítimo de Fažana, y por la parte vieja de la ciudad, donde vimos algunos de los sitios, más interesantes. Frente al mar se encuentra la iglesia de Sv. Kuzma i Damjan con bonitos frescos en el interior. . Al lado de la iglesia hay un campanario de siete pisos con una torre octogonal. Estuvimos paseando por la parte vieja y vimos más edificios interesantes y algunas casas de pescadores, que es lo que era el pueblo  antiguamente, un pueblo de pescadores. La parte de puerto con la iglesia es realmente encantadora.

Tras el agradable paseo por Fazana, nos fuimos hasta Vodnjan, una pintoresca población construida sobre los restos de la fortaleza prehistórica en una colina. De camino vimos un gran número de "kažuns", unas construcciones de campo de piedra redondas que se utilizaron como una zona cubierta para el ganado y muy típicas de la región. Ya en el pueblo, visitamos la parte histórica de la ciudad, llena de iglesias, casas y palacios góticos, además de decoraciones curiosas en los edificios que se extienden por una maraña de calles estrechas y curvas. Entre los edificios de interés que vimos nos encantaron algunos palacios de estilo veneciano y la iglesia de Sv. Blaž. Entre diferentes obras de arte pudimos ver también seis momias de santos, que han sobrevivido sin ser embalsamados. La Plaza Municipal también con magníficos edificios,  es también el punto más animado del pueblo. Y aquí fue donde aprovechamos para cenar. Nuestro alojamiento se encontraba en las cercanías del pueblo.

DÍA 5:  

Empezamos el día visitando Bale. Lo primero que te llama la atención cuando te acercas al pueblo es que está  enteramente hecha de piedra. Se encuentra en un pequeño promontorio rodeado de colinas. Es un pequeño pueblo por el que merece la pena darse un paseo. Estuvimos callejeando por su bonito casco histórico y disfrutando de sus edificios como el Tribunal de Magistrados gótico-veneciano o el castillo, al que pudimos entrar. Bajo una de las dos torres laterales hay una puerta que conduce al casco antiguo. El centro de la ciudad vieja de Bale es un conjunto urbano especial construido dentro de las paredes de la fortaleza.

Además de las iglesias que pudimos ver sin duda este fue uno de los pueblos que más nos gustó por lo bien que ha preservado su encanto medieval, con sus callejuelas empedradas, las casas, sus arcadas, pasadizos… es una pequeña joya oculta en Istria y que la verdad no aparece en muchas guías de turismo, por lo que prácticamente estábamos solos visitándolo. Sólo algunas galerías de arte y algún restaurante nos hacen recordar que estamos en el siglo XXI, ya que la atmósfera del pueblo es maravillosamente medieval. Paseamos con calma por todas y cada una de las callejuelas sacando multitud de fotografías, disfrutando del tesoro que habíamos encontrado.

Y desde aquí nos fuimos hasta otro pequeño pueblo de nombre impronunciable: Svetvinčenat. Se trata de otra población medieval, un lugar encantador para pasear y disfrutar. Es una aldea amurallada sobre una pequeña colina. La plaza principal nos pareció una de las más bellas de Istria. En el centro de su trazado trapezoidal hay una cisterna de piedra (un pozo). Allí se concentran la mayor parte de los edificios principales en el pueblo como la iglesia,  y el castillo, algunoss de los ejemplos mejor conservados de la arquitectura veneciana de Istria. Las casas de estilo veneciano le proporcionan un gran carácter a esta plaza. Las murallas y las torres del castillo se conservan perfectamente y es lo más interesante del pueblo. Estuvimos paseando por el  castillo y los alrededores de la plaza disfrutado de esta otra pequeña joya de Istria.

Antes de dirigirnos a Rovinj, la visita estrella del día y probablemente del viaje, paramos en las ruinas de Dvigrad, unas ruinas bastante amplias de una ciudad medieval. El conjunto de ruinas es bastante amplio y lo bueno es que no hay que pagar ni siquiera entrada. La visión de la ciudad fantasma semiderruida en medio de los bosques es espectacular. Se conservan un par de torres y buenos restos de las murallas pero es una pena que en algunos puntos la vegetación se está literalmente comiendo las ruinas. Sin embargo merece mucho la pena parar aquí y pasearse por lo que queda.

Y finalmente llegamos a Rovinj, el pueblo con más encanto de los que visitamos en nuestro viaje. Rovinj es un pueblo muy pintoresco – aunque muy turístico - con estrechas calles adoquinadas, y de un carácter muy italiano. Rovinj era originalmente una isla pero fue unida a la costa rellenando el canal que separaba la isla del continente, creando una península.  Aparcamos en la parte nueva de la ciudad y fuimos caminando por la costa hacia el casco antiguo maravillándonos con la estampa de las casas del casco antiguo elevándose sobre el islote en el que se asientan con la característica torre de la iglesia en el centro. Al legar al mismo la hilera de casas un tanto desvencijadas que caen sobre el mar me recordó mucho a Venecia.

El casco antiguo es precioso. Caminamos por las calles estrechas, sinuosas, adoquinadas, con las casas apiladas y edificios y plazas pintorescas en dirección al otro extremo, donde se encuentra el puerto. En la plaza principal de la ciudad vimos el reloj de la ciudad y una pequeña fuente. Los restos de una muralla que se remonta a la Edad Media permanecen aún en pie. En la plaza frente al muelle se encuentra el Arco de Balbi, una antigua puerta de la ciudad, así como una torre del reloj de finales del Renacimiento. Paseando por las calles vimos muchos edificios barrocos y renacentistas.

La catedral, dedicada a St Euphemia, domina la ciudad. Los restos del santo se conservan en un sarcófago romano en el ábside. El campanario adyacente tiene 62 m de altura (el más alto de Istria), y fue inspirado en el de San Marcos de Venecia. Está coronado por una estatua de cobre de St Euphemia. Pusimos subir a su cúspide para disfrutar de una hermosa vista de toda la zona de Rovinj desde arriba, sin duda el  mirador más privilegiado de la ciudad. En el este de la ciudad se encuentra el baptisterio de Sv. Trojstvo. Pero además de los monumentos, sobre todo lo que más disfrutamos fue el paseo por las callejuelas y placitas del pueblo. En el espigón del puerto mucha gente se reunía para tomar  algo y desde allí la vista es preciosa. Sin embargo la mejor vista la conseguimos desde un poco más lejos, caminando por la orilla, desde el puerto en la parte nueva de Rovinj. Desde allí se ve perfectamnte el casco antiguo con la iglesia en el centro.

Rodeando la península sobre la que se asienta el casco viejo disfrutamos de miradores fantásticos, algunos de ellos en pequeñas plataformas sobre salientes rocosos. Paseamos a conciencia por cada una de las callejuelas del centro histórico y lo disfrutamos muchísimo. A pesar de toda la gente que visitaba la ciudad e ambiente que se respiraba era espectacular. Sin duda una de las ciudades más completas de las que visitamos en este viaje. Cenamos en uno de los restaurantes del centro y nos fuimos a nuestro apartamento en las afueras del pueblo.

DÍA 6:

Empezamos el nuevo día visitando Vrsar, un bonito  pueblo de pescadores encaramado en una colina junto al mar con un casco antiguo bastante bonito y  sobre todo preciosas vistas hacia los alrededores. La ciudad tenía un muro exterior y torres que ahora casi han desaparecido excepto la puerta del mar. Cerca de la puerta está la iglesia de Santa María, uno de los monumentos románicos más importantes de Istria. La ciudad está dominada por un castillo. Callejeamos por el pequeño pueblo y en la cima de la colina llegamos hasta el castillo, más bien sus ruinas habría que decir. La calle Ulica Gradskih Vrata conduce desde la puerta principal hasta la cima del casco antiguo. Hay varias casas viejas interesantes en esa calle. También nos encontramos con calles abovedadas  como la  calle Pod Voltom, muy típica de la arquitectura medieval.

Un punto  muy interesante de la ciudad son los miradores que nos encontramos. El más grande de todos los miradores se encuentra justo debajo de la Iglesia de San Antonio de Padua, por debajo de la Puerta Pequeña de Vrsar desde donde disfrutamos de una amplia vista hacia el suroeste. El segundo mirador que visitamos está justo detrás de la Iglesia Parroquial de San Martín y cuenta con la vista hacia el norte, sobre Valkanela y el archipiélago de Funtana. Sólo una docena de metros más abajo fuimos a otro pequeño mirador llamado Bepo y Tonina que disfruta de la vista del noroeste. Y el mirador de Casanova nos ofreció vistas al puerto de Vrsar, el puerto deportivo y la isla de Sveti Juraj. Y por supuesto  el mirador más espectacular desde donde se obtiene la vista más impresionante es la que disfrutamos desde el campanario de Vrsar.

Bajamos a la zona del puerto, donde hay varias islas pequeñas que desde arriba se veían preciosas. Una de ellas, la isla de Sveti Juraj está justo al lado de la costa, de hecho se ven los pilares de lo que en su día debío ser un puente que la unía a tierra firme. También vimos varias playas de piedra en la bonita línea de  costa del pueblo.

Dejamos Vrssar y nos fuimos a Porec.  La costa que fuimos recorriendo hasta allí es preciosa, con calas de piedra y rocosas rodeadas de pinares y pequeños islotes esparcidos por la costa. Antes de llegar al centro paramos para visitar la Capilla de San Nicolás en Zelena. Desde el Hotel Plavi tomamos las escaleras hasta el acantilado donde se encuentra la Capilla de San Nicolás con su campanario. En la parte superior subimos por la moderna estructura de cristal y metal de la capilla hasta la parte superior del campanario para disfrutar de una preciosa vista de la costa.

Llegamos hasta el centro antiguo de Porec que se aloja en una estrecha península protegida por las rocas. Al no ser tan turístico como otros pueblos mantiene ese ambiente tradicional mediterráneo tan encantador. Paseamos por el centro histórico empezando en la plaza principal, la Trg Slobode y continuando por las estrechas calles que componen la ciudad vieja con sus casas de piedra, sus palacetes, el ayuntamiento... El centro histórico, una vez rodeado de murallas y torres, conserva hoy valiosos vestigios como varias  de las  torres que rodeaban la ciudad. Dentro de las antiguas murallas de la ciudad visitamos el complejo de la catedral de la Euphrasiana, inscrita en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Poreč alberga además el santuario romano más grande de Istria, el Templo Mart, al norte del cual se encuentran los restos del Templo de Neptuno. Tras la visita aprovechamos una de las playas del pueblo para darnos un baño rápido.

Novigrad fue nuestra siguiente parada. Aunque es un complejo turístico muy concurrido, la ciudad mantiene el encanto de un típico pueblo pesquero mediterráneo. Paseando por el casco histórico vimos numerosas evidencias del período veneciano en las fachadas de las casas de los callejones estrechos que conducen a la plaza principal. El campanario de la iglesia domina la vista de la ciudad y es uno de los elementos más reconocibles del patrimonio local.  El antiguo núcleo de Novigrad estaba rodeado de murallas defensivas. Hoy sólo se conservan fragmentos de éstas. Pasamos también por la antigua puerta de la ciudad fortificada por la torre cuadrangular aún más antigua. No nos entretuvimos demasiado y seguimos nuestro camino.

Ya prácticamente en el extremo norte de la península de Istria pasamos por Umag, en una estrecha península que enmarca una pequeña bahía. Pudimos visitar las murallas con el antiguo puente levadizo. El interior de Umag revela hermosas colinas con fortificaciones que nos ofrecieron magníficos paisajes. El casco antiguo de Umag está situado en una península y su núcleo de calles estrechas resguarda rastros de arquitectura gótica y renacentista, con varias iglesias medievales. Otro casco antiguo bastante interesante pero también muy compacto. Dimos un paseo rápido por el pueblo y dejamos la costa hasta Buje, un pequeño pueblo que se levanta en una colina aislada, entre extensos viñedos, en un paisaje que recuerda mucho a la Toscana. La población todavía conserva el contorno del castillo amurallado antiguo y ha conservado su disposición medieval original, con sus callejones estrechos y callejuelas que conducen a la plaza principal. Es un pintoresco pueblo con muchas oportunidades para fotos y además por su altitud es un verdadero balcón sobre toda la  región que lo rodea.

En la plaza principal, junto a la iglesia hay un campanario que es uno de los más altos de Istria. Pudimos subir al campanario a disfrutar de las vistas tras superar los tramos de angostas escaleras. La vista desde el campanario abarca partes de cuatro países: Eslovenia, Italia, Austria y Croacia. También en el casco antiguo vimos otro campanario. El segundo campanario, también imponente, lo encontramos junto a otra iglesia.

Tras disfrutar de las vistas y el recorrido por el caso antiguo nos fuimos hasta Groznjan, otra pequeña aldea sobre una colina.  Una torre, algunas partes de las murallas y dos puertas son todo lo que queda de la antigua ciudad medieval, que hoy sobrevive como una verdadera ciudad de artistas. Eso lo notamos en la buena cantidad de galerías de arte a lo largo del pueblo. El revoltijo de casas hechas de piedra de color miel-miel, cubiertas de plantas trepadoras junto con las almenas de la ciudad que dominan las vistas magníficas del campo circundante, hacen muy agradable un paseo por el pequeño pueblecito. Las callejuelas empedradas, la puerta de entrada, una logia con sus arcadas… encontramos rincones maravillosos y muy fotogénicos. No nos dio tiempo a mucho  más. Cenamos algo de camino a nuestro alojamiento, cerca de Motovun, otra de las joyas de Istria.

DÍA 7:

Empezamos el día con una visita que no teníamos programada pero que nos recomendó el anfitrión del apartamento en el que nos habíamos alojado. Se trata de Završje, una diminuta aldea en la cima de una colina pero que además está casi abandonada. Salvo un par de casas que parece que pueden estar habitadas, el resto del pueblo está abandonado con la vegetación apoderándose de muchos rincones. La sensación es realmente sobrecogedora, recorrer las dos calles que tiene el pueblo viendo sus iglesias y las casas a lo largo de las calles empedradas es una experiencia única. No nos llevó mucho tiempo pero la visita mereció mucho  la pena.

Desde allí nos acercamos a la visita que sí teníamos preparada, la de Oprtalj, otra aldea en la cima de otra colina, un poco más grande aunque también muy solitaria. Además de algunos edificios con los techos hundidos aquí han pintado algunos de los edificios de colores vivos dando un toque especial al conjunto. La plaza principal y la iglesia son realmente bonitas. Frente a las puertas de la ciudad hay una enorme logia veneciana con una colección de monumentos de piedra y una meseta vecina situada en las altas fortificaciones nos ofreció una gran vista hasta el mar. La iglesia parroquial está adornada con su torre de campana muy curiosa. También pasamos por dos bonitas y pequeñas iglesias pintadas con frescos. Caminando por los alrededores disfrutamos de una vista inolvidable de los paisajes del interior de Istria.

Y desde aquí nos fuimos hasta Motovun, otra de las visitas que uno no se puede perder en Istria. El contraste fue brutal pues aquí ya nos encontramos con muchísimo turismo. El pueblo está situado en una colina bastante elevada, lo que la hace visible desde muchos pueblos de los alrededores, como los que ya habíamos visitado. Lo primero que llama la atención son las sólidas murallas que rodean la parte alta, por donde pudimos caminar disfrutando de los  fantásticos miradores y sus edificios bien mantenidos. El casco antiguo está rodeado como ya he explicado por una muralla. Una puerta interna, debajo de una torre, conduce de la Ciudad Baja a la Ciudad Alta. Recorrimos la parte medieval que es reamente bonita. El campanario situado junto a la iglesia domina el centro histórico de la ciudad. En la plaza central se encuentra el palacio municipal románico, rodeado de muchos otros edificios históricos. Vimos también las cisternas de agua de la ciudad en la plaza del pueblo con tuberías que datan de la edad media. Durante nuestro paseo por las murallas de la ciudad  disfrutamos de vistas que se extienden por viñedos y bosques.

Desde Motovun se puede contemplar la pintoresca de Oprtalj que ya habíamos visitado, así como Livade. Destacar que viniendo  desde el sur, en la propia carretera hay un mirador habilitado desde donde se obtiene una buena vista de la población elevada sobre la colina. Es la mejor foto panorámica de Motovun sin duda. Muy cerca de allí y sigueindo nuestro recorrido por el interior también paramos en Buzet cerca de la frontera con Eslovenia. Su núcleo histórico, que data de la Edad Media, se encuentra en lo alto de una colina como es habitual en esta zona. Aquí sin embargo la parte nueva de la ciudad llamada Fontana, se extiende al pie de la colina. En la pequeña ciudad vieja – la parte de interés - pudimos ver diferentes monumentos y palacios. También hay una torre renacentista que es una parte de una fortaleza. El almacén veneciano es otro edificio interesante. Vimos durante nuestro recorrido, como no, interesantes casas y edificios de diferentes períodos a lo largo de las calles del pequeño casco antiguo. Y por supuesto alguna  iglesia más, pero tampoco nos aportó mucho más respecto a lo que ya habíamos visitado anteriormente así que no nos entretuvimos demasiado.

Hum sin embargo fue una parada más interesante. Este pequeño pueblo está protegido por una muralla ovalada. Se encuentra cerca de Roč, a la que está unida por un paseo glagolítico, un sendero de 3 kilómetros de largo decorado con monumentos de piedra enorme dedicados a la antigua escritura glagolítica croata. Las calles de piedra, plazas, iglesias y macizas murallas son testigos de la rica historia de la ciudad. Hum entero es en realidad un monumento. Aunque se puede recorrer el pequeño pueblo en un corto período de tiempo es realmente un lugar con mucho encanto, así que nos tomamos un tiempo para disfrutar y empaparnos de la tranquilidad y la belleza de la aldea. Hicimos sólo una parte del sendero hacia Roč, para disfrutar de la quietud del paisaje y de vistas de la pequeña población.

Draguc, cerca de Hum, es otra aldea similar a las que ya habíamos estado visitando este día, con la particularidad de que ha sido escenario de importantes rodajes de cine y TV. Está situado en la cresta de una colina, y simplemente seduce con su armoniosa composición, de postal. Debido al hecho de que muchas películas han sido filmadas aquí y numerosas estrellas de cine han caminado por sus calles Draguć ha sido durante mucho tiempo conocido con el nombre del Hollywood de Istria. Las murallas medievales forman las partes posteriores de las casas del pueblo. Un castillo medieval es el centro del pueblo, y las iglesias albergan frescos y otra obras de arte, sorprendente en un pueblo tan pequeño. Una de las iglesias está construida de piedras de diferentes colores dispuestas deliberadamente en capas decorativas. La calle principal está dominada por edificios barrocos y del castillo realmente solo quedan unas ruinas pero muy pintorescas y bien encajadas en el pueblo. La iglesia de San Roch, el verdadero tesoro del lugar,  es el monumento principal en el pueblo. El interior está completamente decorado con pinturas murales. Además del recorrido por las callejuelas disfrutamos de grandes vistas desde la puerta de la iglesia mirando hacia el lago.

Y para finalizar el día y cambiar un poco, dejamos los pueblos medievales y nos acercamos a ver dos cascadas: la de Zarecki Krov y la de Sopot. Fuimos primero a la de Sopot – se puede llegar en coche hasta casi la misma cascada -. Tras caminar unos pocos cientos de metros desde el aparcamientollegamos al puente bajo el cual el río cae a un importante cráter. La verdad es que es una vista preciosa, la del agua cayendo en el enorme pozo que luego forma un pequeño cañón. No llevaba demasiada agua pero para ser verano tuvimos suerte de que simplemente llevase algo. Después nos desplazamos a otra cascada, la de Zarecki Krov, muy cerca del pueblo de Pazin.  También llegamos en coche prácticamente hasta a propia cascada. El escenario es muy similar, un río desplomándose en un lago, aunque la caída de agua es menor que la de Sopot. Aquí además pudimos bajar por las rocas a una pequeña cueva que hay detrás de la cascada y desde donde puedes ver el agua caer desde detrás de la propia cascada. Un lugar realmente bonito. Este último día nos alojamos en Pazin.

DÍA 8:

Este último día dispusimos de mucho menos tiempo para nuestras visitas ya que tocaba volver a Zagreb (unas dos horas de coche) y coger el avión de vuelta. Así que madrugamos para ver los últimos pueblos que teníamos previsto visitar antes de empezar el viaje de regreso.

Visitamos primero Pazin, el pueblo  en el que estábamos alojados. Pazin cuenta con un par de atracciones, sobre todo su castillo medieval y la garganta de piedra caliza bajo el mismo castillo. Bajo los muros del castillo, en la Cueva de Pazin, el arroyo de Pazinčica termina su recorrido a cielo abierto, siguiendo por debajo de la tierra hacia el sur. A unos cien metros bajo el nivel de la ciudad, el arroyo subterráneo crea dos lagos. Comenzando en la carretera justo debajo del castillo, seguimos un sendero autoguiado hacia abajo por la garganta, para ver vistas de cerca de sus acantilados de piedra caliza antes de zigzaguear hasta la pendiente en el lado opuesto del río – un agradable paseo de cuarenta minutos a pie por un lugar precioso. Tras este agradable paseo matutino visitamos el castillo y el pueblo.

El castillo de Pazin es la fortaleza medieval más grande y mejor conservada de Istria. Hoy en día se encuentran allí el Museo Etnográfico de Istria y el Museo de Pazin, aunque no entramos a visitarlos por falta de tiempo. Aparte del castillo, la iglesia de San Nicolás está llena de frescos y es una visita muy interesante. Dimos un par de vueltas por las calles de alrededor pero tampoco nos entretuvimos demasiado y nos encaminamos al cercano Pican.

Pićan, como no podía ser de otra manera, está en una colina y alberga algunos edificios medievales. Dentro de las murallas medievales vimos la catedral dedicada a St Nicephorus. El campanario de Pićan está hecho de piedra caliza blanca. En el interior hay diferentes obras de arte, a las que echamos un rápido vistazo. En otra iglesia románica en el cementerio vimos también unos bonitos frescos. A la parte antigua de la ciudad accedimos por la monumental Puerta de la Ciudad. Además de las callejuelas del centro, Pićan ofrece buenas vistas de los alrededores. El mirador de Franz Ferdinand ofrece una gran vista sobre el paisaje ondulante de Istria central. Desde la plaza de la iglesia seguimos hasta el edificio donde funcionaba la Sala Nacional de Lectura. A través de un pequeño pasaje entramos en los jardines para ver las partes más conservadas de las murallas de la ciudad. En el otro lado de Pićan, encontramos otro mirador, el de Santa Helena. En esta parte vimos muchas casas abandonadas de arquitectura interesante, con dinteles rústicos y escaleras cortadas en roca. Finalmente visitamos la iglesia románica de San Miguel en una colina vecina. El interior de la iglesia alberga valiosas pinturas pero la inolvidable vista que se extiende desde este mirador natural donde está la iglesia fue lo que más nos gustó.

Y así llegamos a nuestro último destino: Beram. Beram es una aldea perfectamente preservada en la cima de otra colina con paredes de piedra cubiertas de musgo y algunos de los mejores ejemplos de arte sagrado de la región. Aparte de callejear por el pueblo como solíamos hacer en nuestras visitas en este pueblo encontramos una verdadera joya: la capilla de Nuestra Señora de las Rocas, que alberga una de las muestras más valiosas de la pintura medieval de Istria. Una escena ecuestre de 8 metros de largo de la Adoración de los Reyes es una pintura espectacular, incluso para mí que tampoco soy especialmente aficionado a la pintura. También vimos la iglesia principal en el pueblo, coronando el racimo de callejuelas que conforman este otro pequeño pueblecito.

Y ya sin mucho más tiempo iniciamos el  regreso a Zagreb para desde allí volver a casa. 8 días fabulosos en Istria que nos mostraron las riquezas de esta fabulosa región de Croacia. Es cierto que en menos días se puede visitar la península porque algunos de los pueblos que vimos eran un poco repetitivos, pero la verdad es que disfrutamos muchísimo cada día de las visitas que hicimos.

Lugares de interés: