Grand balcon nord hasta el Mer de Glace, la perla de los Alpes franceses
Esta es una ruta muy sencilla (14 Km) sin apenas desnivel y que recorre un itinerario clásico con vistas al Montblanc, la Agulle du Midi y termina en el Glaciar con vistas al Dru y a los grandes Jorasses . Una fantástica combinación de paisajes de alta montaña, de los más bonitos de los Alpes y accesible para todos los públicos. La ruta conocida como el Gran Balcon Norte, nos llevara hasta Montenvers –desde donde se puede volver a Chamonix en tren cremallera, aunque merece la pena hacerlo andando -, el mencionado Mer de Glace y una famosa cueva de hielo excavada en el propio glaciar. Este glaciar que se encuentra en las laderas norte del macizo del Mont Blanc, tiene 7 kilómetros de largo y 200 metros de profundidad, y es el glaciar más largo de Francia.
Podemos aparcar gratis en le zona de Biolay en Chamonix. Junto al cementerio hay aparcamiento que se extiende hasta el telesilla des Planards. En verno Chamonix es un lugar muy concurrido por lo que para tomar el teleférico es posible que tengamos que esperar bastante a pesar de que salen cada 20 minutos. Merece la pena madrugar y aun así te encontrarás gente. Desde Chamonix se toma el teleférico hasta Plan Aigulle para comenzar esta fantástica ruta.
Tras salir del teleférico comenzamos a caminar en dirección Norte en ligero descenso. La ruta discurre por un sendero bien marcado, con vistas increíbles a Chamonix. Justo al inicio hicimos un pequeño desvío para ver el Lac Bleu (Lago Azul), con sus preciosas y cristalinas aguas de tono azul turquesa. Después recuperamos la senda que sigue dirección este. El camino continua por la ladera del macizo del Montblanc a lo largo de unos 2 km. Solo hay un pequeño desnivel en el último tramo.
Es una caminata tranquila y relajante que permite disfrutar de las impresionantes vistas del valle de Chamonix, con la cordillera de las Aiguilles Rougesy el Brevent frente a nosotros. Durante el recorrido vamos pasando por pequeños arroyos que bajan de las alturas. Tras esta agradable zona se pasa a un tramo de poco más de un kilómetro donde se asciende por una senda entre pintorescas formaciones rocosas.
Así llegamos a un balcón desde el que se divisa perfectamente el glaciar de La Mer de Glace o más bien lo que queda de él. De hecho desde arriba parece que todo es tierra y roca, aunque el hielo está debajo. Aun así el paisaje es realmente increíble, aunque debió serlo todavía más hace unas décadas cuando la nieve ocupaba todo este enorme canal de alta montaña. Se puede ver por las marcas en los laterales hasta donde llegaba el hielo hace años. Al bajar también se pueden ver algunos carteles indicando hasta donde llegaba el glaciar.
Después de disfrutar de las vistas del glaciar, regresamos a la senda y comenzamos a descender por un tramo en zigzag. Son cerca de 2 kms de descenso hasta llegar al hotel y la estación del tren cremallera de Montenvers. Mucha gente sube aquí en tren cremallera para ver el glaciar, y aunque es una opción, la ruta que hemos hecho ha merecido muchísimo la pena. Los paisajes son impresionantes y además apenas requiere de esfuerzo gracias al punto de partida que nos ha facilitado el teleférico.
En Montevers tomamos un pequeño teleférico – también se puede hacer andando pero decidimos en este caso acortar la visita - que baja hasta cerca de la famosa Gruta de hielo. El teleférico baja unos 300 metros en línea recta y bastante vertical. Desde aquí hay unas pasarelas para poder seguir descendiendo ya que el glaciar ha retrocedido mucho en los últimos años. Al bajar por las rampas vamos viendo carteles que muestran hasta donde llegaba el glaciar en los últimos años. Dado que el glaciar se mueve la gruta excavada dentro del glaciar que vamos a visitar se derrumba en invierno y la hacen de nuevo cada verano. Es espectacular el azul intenso de las paredes de la gruta. Hay también varias esculturas y muebles esculpidos en el hielo. Tras visitar la gruta y poder ver el glaciar desde abajo en una sucesión de maravillosas vistas volvemos a subir en el teleférico. Llama la atención una imagen en la que se puede ver como el glaciar llegaba hasta las puertas del hotel en el año 1900. Impresiona ver la cantidad de hielo que se ha perdido en poco más de un siglo.
Aunque en la ruta nos hemos encontrado con gente, nada comparable a las multitudes que se acercan a ver la gruta de hielo. Desde este punto se puede volver en tren cremallera a Chamonix pero para disfrutar del día y de los impresionantes paisajes decidimos hacerlo andando. El recorrido eso sí va en muchos tramos paralelo a las vías del tren lo que le resta algo de encanto. No obstante al ser todo cuesta abajo no supone un gran esfuerzo y completamos un maravilloso paseo de 14 Km desde la estación del teleférico.
Una vez en esta zona es también de obligada visita subir en teleférico a Aiguille du Midi (Plan Aigulle es sólo la parada intermedia hasta la cima). Se trata de un mirador espectacular y es el teleférico más alto de Europa llegando casi hasta la cima de 3800 metros de la Aiguille. Desde las distintas terrazas de la estación superior hay vistas hacia todas partes. Se ven muchísimas montañas de los Alpes, entre ellas el Cervino y por supuesto, el Mont Blanc en todo su esplendor. Unas pasarelas colgadas en el vacío nos llevan a otros miradores excavados en la propia montaña. La propia estación parece sostenerse precariamente sobre un pináculo rocoso y también tendrás la posibilidad de introducirte en una cabina de cristal donde parece que estés en el aire con nada bajo tus pies. El lugar es simplemente espectacular.
Itinerario de la ruta: