La playa de las Catedrales no es una playa al uso, ya que el principal objetivo de nuestra visita no es disfrutar del sol y el mar, sino disfrutar de los espectaculares paisajes rocosos que la naturaleza ha esculpido en este rincón de Galicia. Esta maravilla natural, una de las zonas costeras más espectaculares de Europa, destaca por sus arcos, cúpulas y agujas de piedra que forman un conjunto realmente escultural. También se la conoce como "la catedral del mar", y pasear por sus pasillos de arena blanca es una experiencia maravillosa.
Para visitarla hay que hacerlo en marea baja ya que si no sólo podremos disfrutar de las vistas desde arriba y no podremos pasear entre los diferentes arcos y formaciones. Además en temporada alta hay que hacer una reserva gratuita en esta web, ya que de un tiempo a esta parte el número de visitantes se ha incrementado sobremanera. La playa se encuentra en un tramo de costa salvaje a las afueras de Ribadeo. Y como decíamos, aunque el objetivo principal de la visita no es el baño, el agua aquí al igual que en toda la costa gallega es transparente por lo que siempre podemos añadir un chapuzón a nuestra visita.
En los alrededores de la playa hay varias zonas de aparcamiento muy bien señalizadas. Desde allí se llega a la parte superior de la playa donde una escalera nos da acceso al arenal – en marea baja -. La parte superior de los acantilados también es muy interesante recorrerla a través de unas pasarelas de madera que proporcionan unas vistas preciosas. Además en la zona de los acantilados hay una zona bastante amplia de merendero con mesas y bancos.
Una vez en la arena nos encontramos con dos zonas. Hacia la izquierda nos encontramos una zona en la que se levantan diferentes islotes macizos. Podemos pasear entre ellos y rodearlos buscando los lugares más fotogénicos hasta llegar a un pequeño entrante del mar en la costa. Volvemos de nuevo hasta el punto de acceso de las escaleras y nos dirigimos hacia el otro lado, donde está la parte más interesante. Lo primero que nos encontramos aquí es un islote con un fantástico arco donde rompen las olas.
En esa parte es donde se encuentran las cuevas y los arcos que surgen de los acantilados costeros como gigantescas patas de elefante. El conjunto es precioso y caminar por debajo de los diferentes arcos es una experiencia fabulosa. Además las cuevas son realmente bonitas con sus techos abovedados y aberturas varias. Merece la pena recorrer cada rincón de este tramo de costa de la playa de Las Catedrales, y si nos animamos podemos acabar la visita con un baño en las cristalinas aguas del atlántico gallego.
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