Highlands escocesas: en los confines de Europa

Hace algunos años hicimos nuestro primer viaje a Escocia. En ese primer viaje nos centramos en hacer una ruta muy típica, por los principales destinos del país. Y fue un viaje maravilloso. Pero en el poco tiempo que pasamos en las Highlands y en la costa oeste vislumbramos una tierra de una belleza espectacular, una Escocia muy salvaje y distinta a la que habíamos estado viendo en los destinos más frecuentados por el turismo. Así que un par de años después decidimos volver y conocer esa otra Escocia. Y nos encontramos con un verdadero tesoro que queremos compartir con todos vosotros.

A finales de Abril volamos a Edinburgo, y desde allí fuimos directos en coche de alquiler hasta John o’Groats, en la punta noreste de Escocia. Fueron unas 6 horas de coche pero que no se nos hicieron nada largas, disfrutando del precioso paisaje escocés. Desde este pueblecito hay una carretera que nos lleva hasta el faro de Duncansby Head, y  desde allí un sendero que bordea el acantilado nos conduce a un paraje impresionante, con unos enormes pináculos de roca emergiendo del mar a pocos metros de la costa. Es un lugar realmente sobrecogedor. Deshicimos el camino y volvimos al coche para seguir por la costa norte. Las carreteras en esta zona, y en el resto del norte y costa oeste de Escocia son realmente estrechas, hasta el punto de que en muchos tramos solo existe un carril y cuando te encuentras con un  coche de frente - cosa que no ocurre con frecuencia -uno de los dos se tiene que apartar para dejar paso en los conocidos Passing Places. Desde Duncansby Head nos dirigimos hacia el oeste, hacia Dunnet Head, el punto más septentrional de isla de Gran Bretaña. Otro maravilloso paraje salvaje con increíbles vistas. A lo largo de la carretera entre ambos puntos hay numerosos rincones preciosos, playas de piedra, acantilados… la verdad es que el paisaje es de película como en todo nuestro viaje. La belleza de los paisajes aumenta a medida que nos acercamos al oeste.

John O'Groats
                                                                                                                                               John O'Groats

A la mañana siguiente seguimos hacia el oeste por la costa pasando por paisajes cada vez más remotos y salvajes, como la preciosa bahía de Melvich, donde un sinuoso río desemboca en una playa con un preioso sistema dunar. Pasamos por Torrisdale Bay, una impresionante playa -hay que andar un poco para llegar a ella-, y llegamos a Tongue y a su pintoresco fiordo  - Kyle of Tongue -. Aunque en el viaje pasaremos por diferentes fiordos, nada tienen que ver con sus parientes noruegos. Los fiordos escoceses son mucho menos  abruptos  y más pequeños, aunque no menos bellos. El Kyle of Tongue es muy pintoresco y hay una torre - castillo de Varrich - en uno de sus lados, a la que se puede llegar caminando. Atravesando el Kyle por carretera en su lado oeste fuimos hasta la pequeña población de Talmine, donde hay varias playas preciosas. En esta zona apenas hay pueblos importantes, y mucho menos restaurantes, por lo que es aconsejable prepararse un picnic y comer en cualquiera de los maravillosos rincones de la ruta.

Bahía de Melvich
                                                                                                                                         Bahía de Melvich

Seguimos carretera hasta Durness, pasando por el Loch Eriboll. Todo el recorrido es impresionante, y cuesta seguir conduciendo y no pararse en cada recodo de la carretera a sacar fotografías. Justo antes de llegar al pueblo merece la pena visitar Smoo Cave, un bello paraje natural formado por una cueva marina sobre la que desemboca un río que cae en una bonita cascada al interior de la cueva. Finalizada la visita seguimos la carretera hacia el pueblo de Durness, cuyo atractivo es su impresionante costa con altos acantilados que se alternan con preciosas playas. Tras dar un pequeño paseo y sacar muchas fotos seguimos hacia la última parada del día y uno de los parajes costeros  más increíbles de la costa escocesa: Sanwood Bay. Se trata de una playa salvaje con un lago costero y una estaca de mar que en conjunto conforman un paisaje increíble. Para llegar allí hay que dejar el coche en Blairmore (costa oeste)  y andar algo más de una hora. Cuando llegamos allí a última hora de la tarde no había absolutamente nadie, lo  que le añadía un encanto especial al lugar.

Sandwood Bay
                                                                                                                                            Sandwood Bay

Otro día más seguimos descendiendo por la costa oeste y disfrutando del  increíble paisaje. Pasamos por Kinlochverbie y  Scourie y llegamos a Kylesku, donde un pintoresco puente cruza el Loch (lagos o entrantes de mar). La carretera atraviesa paisajes impresionantes, tanto en la costa como en los tramos interiores. En la primera parte del recorrido, al sur de Rhiconich, hay una zona con numerosos lagos pequeños separados por promontorios rocosos que crean un paisaje peculiar. Desde Kylesku nos dirigimos al oeste para ver el Old Man of Stoer, una espectacular estaca de mar, a la que se llega desde la punta de Stoer y su faro, en un agradable paseo por los acantilados. Abandonamos la costa para dirigirnos a otro lugar mágico: el Loch Assynt. Se trata de un lago situado en un paisaje muy evocador y con el añadido de unas románticas ruinas de un castillo en su orilla. Queda muy poco del castillo pero su imagen, con el lago y las montañas circundantes son de las que te dejan boquiabierto.

Loch Assynt
                                                                                                                                                 Loch Assynt

Continuamos el viaje por la costa y de camino a Ullapool pudimos ver la preciosa silueta del Stac Pollaidh. Aunque nos hubiese gustado subir a la cima (unas 3 horas) íbamos justos de tiempo así que seguimos adelante. Ullapool es el pueblo  más importante de esta zona, y aquí se puede aprovechar para abastecerse. Seguimos la costa hacia el suroeste bordeando el Loch  Broom hasta llegar a las preciosas playas de Gruinard Bay. El paisaje es una vez más sobrecogedor, con las montañas de telón de fondo, y las aguas turquesas de las playas. En esta zona de Escocia - conocida como Wester Ross - así como en las islas Hébridas vimos unas playas increíbles, de arena blanca, aguas cristalinas, rodeadas por montañas y prados verdes. La mayoría de ellas son  playas completamente salvajes.

Gruinard Bay
                                                                                                                                                Gruinard Bay

A la mañana siguiente disfrutamos de varios paseos por las playas y los miradores de Gairloch. Seguimos, tras pasar por el precioso Loch Maree, hacia otro de los lugares más impresionantes de Escocia: Torridon. Se trata de una zona de gran belleza natural en torno a dos lochs, el de Torridon y el de Shieldaig. La ruta que sigue el fondo del Glen (valle) Torridon es muy escénica, con las moles montañosas elevándose sobre el lago en un paisaje único. En esta zona hay numerosas rutas de senderismo pero nos limitamos a hacer la ruta en coche y hacer muchas paradas. La verdad es que el paisaje es de quitar el hipo simplemente siguiendo la carretera. Continuamos hacia otra de las grandes maravillas de esta zona: la península de Applecross, justo al sur. Esta península es la quintaesencia de la costa oeste, una zona tremendamente aislada y un remanso de paz. Se accede solo a través de dos carreteras. A través de una de ellas, la conocida como Bealach na Ba, se puede disfrutar de unas vistas increíbles hacia las Hébridas exteriores.  Y eso que solo pudimos disfrutarlas a medias por las nubes - que nos acompañaron a lo largo de todo el viaje -. Tras disfrutar de las maravillosas vistas se llega a la costa, al pueblo de Applecross. Desde allí recorrimos la carretera visitando algunos pintorescos y diminutos pueblos con unas playas preciosas. Tras dar la vuelta a la península seguimos la carretera hasta la isla de Skye donde pasaremos los dos próximos días. Antes de cruzar el puente que conduce a la isla no pudimos resistirnos a pasar por  el castillo de Eilean Donan, pocos  kilómetros hacia el sur. Es uno de los lugares más mágicos de Escocia.

Torridon
                                                                                                                                                       Torridon

En Skye visitamos el lago Coruisk mediante un paseo en barco con la compañía Bella Jane -lo reservamos con antelación ya que no  hay muchos viajes y suelen estar solicitados-.Es un lugar único y aislado. Se puede aprovechar para hacer una ruta de senderismo que sube hasta una de las cumbres cercanas y proporciona unas vistas muy amplias de las montañas y la costa. Además pudimos ver muchas focas tanto desde el barco como desde el propio lago. También hicimos otra pequeña ruta hasta la bahía de Camasunary al pie de las fantásticas montañas Cuillin, desde Elgol al sur de la isla. Son unas dos horas y  media y el camino es muy fácil, con grandes vistas hacia las montañas. Un poco más al norte la bahía de Talisker es otro lugar realmente difícil de describir. La bahía está rodeada de altos acantilados con una estaca de mar en uno de ellos y una cascada en el otro extremo. Más no se puede pedir. Y por último visitamos la pintoresca punta de Neist Point con su precioso faro, al noroeste de la isla. Se puede llegar en coche y para sacar unas fotos impresionantes solo hay que subir un poco desde la carretera  para adquirir perspectiva. Llegamos al mítico Old Man of Storr (una estaca rocosa en una cordillera montañosa al noreste de la isla, que es uno de los iconos de Skye) y descubrimos otra preciosa zona de la isla: el Quiraing, que con sus curiosas formas también invitan a pasear. Nos dirigimos a Uig, donde pasamos la noche a la espera de embarcar  para las islas de Lewis y Harris (en realidad están unidas entre sí), parte de las Hébridas exteriores.

Neist Point
Neist Point

Al amanecer cogimos el ferry (de Caledonian MacBrayne, reservado por internet)  en el pequeño puerto de Uig (al norte  de Skye). Tras un viaje de poco más de hora y media llegamos al diminuto pueblo de Tarbert, en la isla de Harris. Iniciamos la exploración hacia el sur recorriendo esa parte de la isla en el sentido de las agujas del reloj. La carretera que recorre la parte este de la isla se conoce como la carretera de oro, debido al coste de su construcción. Es una carretera sinuosa que pasa por un paisaje agreste repleto de laguitos diminutos, rocas, bajos acantilados, y esporádicamente alguna casa construida en lugares inverosímiles. Al sur se llega hasta el pequeño pueblo de Rodel que tiene una bonita iglesia. Además de las múltiples paradas que hicimos por el camino aquí dimos un paseo más largo hacia Leverburgh - unas dos horas ida y vuelta-, por una ruta con vistas espectaculares. La vuelta a Tarbert la hacemos por el oeste de la isla, donde se pasa por preciosas playas (Luskentyre, Scarista). Para acabar el día recorrimos los poco más de 20 Km que separan Tarbert de Hushinish Point, hacia el oeste. Es una carretera preciosa con vistas hacia los picos del norte y que pasa por el pintoresco castillo de Amhuinnsuidhe,  que parece fuera de lugar junto al mar en una ubicación tan remota.

Luskentyre
                                                                                                                                                   Luskentyre

Al día siguiente saliendo de Tarbert hacia Stornoway, pasamos por el Clisham que a 799 metros es la montaña más alta de Harris con vistas espectaculares. Cerca de Castle Ardvourlie hay una pista de 1 kilómetro por la ladera que merece la pena, ya que nos lleva a una elevación con buenas vistas hacia el lago Seaforth. Seguimos hacia Stornoway, ya en la isla de Lewis y el pueblo más grande de las islas, donde pudimos de nuevo ver focas en el puerto. También desde el puerto se puede ver un bonito castillo, el castillo de Lews. Desde Stornoway nos desplazamos hacia el norte a North Tolsta - un diminuto pueblecito -para ver dos de las más bellas playas de la isla: Garry Sands con sus riscos enigmáticos emergiendo de la arena y Traigh Mhor, una de las más largas de Lewis al extremo norte de la isla. Volvemos sobre nuestros pasos casi hasta Stornoway y nos dirigimos hacia la costa oeste de la isla. Allí lo primero que vemos es la Arnol Blackhouse, una casa tradicional de la isla. La visita es corta pero interesante. A lo largo de la costa oeste hay playas salvajes y de increíble belleza, la mayoría de ellas ubicadas en lugares remotos. Siguiendo por la costa oeste llegamos a una preciosa playa, la de Dail Mor. Esta playa además de ser muy bonita tiene un extenso cementerio en campo abierto junto a ella. Para finalizar el día visitamos un poco más al sur Callanish. Allí se puede ver una agrupación muy numerosa de menhires, un lugar mágico. Siguiendo la carretera hacia el sur por la costa se llega al poblado tradicional de Gearrannan cerca de Carloway. Vale la pena una visita por su pintoresca ubicación cerca de la costa.

Callanish
                                                                                                                                                      Callanish

 

En este último día en las islas visitamos la pequeña isla de Great Bernera -unida a Lewis por un puente-. Los paisajes son realmente hermosos en esta isla salvaje. En Bosta en el extremo norte de Great Bernera hay además de una preciosa playa una red de edificios de piedra que forman el pueblo más completo conservado de la Edad de Hierro en Escocia. Tras Bernera, seguimos por la carretera hacia el sur de la isla, donde hay algunas playas espectaculares, como Uig, Cliff Beach y Traigh na Berie. Son playas increíbles, con prados llegando hasta la arena y las ovejas pastando libremente casi en la orilla del mar. Iniciamos el camino de vuelta a Tarbert para coger el ferry y después hicimos un largo trayecto hasta Oban, donde hicimos noche.

Cliff Beach
                                                                                                                                                   Cliff Beach

Nuestro último día lo aprovechamos para dar un paseo por este bonito pueblo antes de dirigirnos a Glen Coe, nuestra última parada antes de volver a Edinburgo. Glen Coe es un paraje de montaña con un paisaje excepcional.  Las vistas desde la carretera que recorre el valle ya son espectaculares. Hicimos una ruta no muy larga pero que nos permitió admirar el paisaje en toda su magnitud, y elegimos el Valle Perdido, Coire Gabhail, una ruta de unas 4 horas ida y vuelta, con un desnivel de unos 350 metros. El valle Perdido es un valle lateral y elevado sobre el lecho de Glen Coe. Tras el descenso iniciamos el regreso a Edinburgo pasando por el Lago Na h-Achlaise dentro de la reserva de Rannooch Moor. Se trata de uno de los lagos más bellos de Escocia. Sacamos unas fotos y seguimos nuestro camino a Edinburgo, donde al día siguiente tocaba madrugar para volver a casa.

Glen Coe
                                                                                                                                                      Glen Coe

En definitiva el viaje nos encantó. Disfrutamos de una naturaleza espectacular y salvaje como no pensábamos que podía haber todavía en Europa. En cuanto a los alojamientos, reservamos B&B desde aquí para cada uno de los días en función de la ruta que habíamos planificado. En general ofrecen una buena calidad a precios razonables y en todos ellos encontramos anfitriones realmente amables y dispuestos a ayudarnos en todo. Por destacar dos de los que realmente nos encantaron: Cloisters B&B en Talmine - acondicionado en una antigua iglesia y en una ubicación espectacular-  y Cuil Lodge en Uig - con preciosas vistas a la bahía y al embarcadero del ferry-. En todos ellos el desayuno - Scottish Breakfast - era muy abundante, casi como una comida. Éste viaje junto con muchos otros fue el que nos inspiró para desarrollar TravelEchoes, un asistente de viajes para iOS que incluye todos los destinos mencionados en el artículo y muchos más.

 

Datos prácticos:

Alojamiento: a lo largo de todo el recorrido hay numerosas opciones  de B&B. En general están muy bien cuidados, algunos de ellos son realmente espectaculares y los desayunos son muy generosos.

Comida: la mayor parte de los días comimos de picnic porque toda la zona de las Highlands está muy poco habitada y no es fácil encontrar un sitio donde comer o bien no merece la pena deshacer parte del recorrido cuando te encuentras en un lugar remoto. Los precios son algo superiores a los de España pero para nada exagerados.

Conducción: la mayor parte de las carreteras en las Highlands son de un único carril con “Passing Places” habilitados periódicamente para dar paso al vehículo en sentido contrario. Aunque en esta época del año nos encontramos con muy pocos coches. Conducir por la izquierda puede suponer un problema al principio, especialmente cuando entras en pueblos o ciudades grandes, pero te acabas acostumbrando.

Clima: el tiempo es muy variable, y en Abril todavía bastante fresco. Aunque parezca que va a hacer un día soleado en cualquier momento aparecen nubes y te puede caer un chaparrón así que hay que ir equipado.

Ferries: para pasar a las Hébridas nosotros reservamos los ferries desde aquí directamente en la web  Caledonian MacBrayne. No obstante había muy pocos viajeros por lo que no hubiésemos tenido ningún problema en reservar allí mismo.