Aveyron, un tesoro escondido en el sur de Francia

Aveyron es un departamento francés que alberga la mayor cantidad de pueblos de la lista de pueblos más bellos de Francia. Eclipsada por las cercanas regiones más visitadas de la Provenza o el  Perigord, es mucho menos visitada que éstas, pero alberga una riqueza paisajística y cultural impresionante. Y, precisamente por no ser un destino turístico tan famoso, nos  da la oportunidad de disfrutarla con mucha tranquilidad en cualquier época del año. Además de algunas joyas como Najac o Conques muchos pequeños pueblos salpican la región, una región con mucho encanto y que recorremos en 5 días.

DÍA 1:

Llegamos desde Bilbao en coche y nuestra primera visita fue el espectacular pueblo de Najac. Najac es uno de los 'pueblos más bellos de Francia'. Su pintoresco castillo se encuentra justo en la cima de una colina, mientras que las casas de entramado de madera y de azulejos de piedra se sitúan en una sola calle a lo largo de estrecha cresta que une la colina con el lado del valle. Dejamos el coche en un aparcamiento justo al extremo de esta calle y comenzamos a recorrerla en dirección al castillo.

Calle principal de Najac, Aveyron, Francia, Midi-Pyrenees
                                                                                                                             Calle principal de Najac

En nuestro camino pasamos por la Place du Faubourg. Este es mercado de Najac y está rodeado de edificios bonitos, con preciosas arcadas incluyendo la oficina de turismo. El paseo hasta el castillo nos llevó a través de casas medievales, casas de entramado de madera, como la casa del senescal y el castillo de los Gobernadores. El recorrido es precioso, vamos descendiendo primero por la calle principal, y tras pasar por la zona del ayuntamiento ascendemos de nuevo hasta  llegar al  promontorio donde se encuentra el castillo.

El castillo en sí bien vale la pena una visita y aunque está bastante desnudo si tiene muy buenas vistas sobre el pueblo y el campo. Subimos hasta la torre principal y las vistas desde allí son preciosas, sobre todo hacia las casas del pueblo que se extienden como una hilera a ambos lados de la calle principal. Las colinas de Aveyron aparecen cubiertas de árboles hasta donde alcanza la vista. Al salir del castillo vimos una bonita iglesia en la salida del pueblo por esta parte.

Vistas desde lo alto del castillo de Najac, Aveyron, Francia
                                                                                                 Vistas desde lo alto del castillo de Najac

Tras el maravilloso paseo hicimos el recorrido en sentido inverso ascendiendo hasta el aparcamiento y dirigiéndonos a Villefranche-de-Rouergue. Villefranche es un pueblo bonito aunque sin el encanto de Najac. Se trata de una bastida con dos calles principales que conducen a la plaza principal y están repletas de casas medievales de piedra o de entramado de madera. Otros callejones pequeños irradian fuera de éstos en el centro del pueblo. Estuvimos paseando por el centro y viendo las bonitas casas. Entre las muchas casas medievales que hay algunas son particularmente notables. La plaza de Notre-Dame, es la típica plaza de las bastidas francesas con arcadas intactas alrededor de los bordes y preciosas casas medievales atractivas por encima de las arcadas. Además esta plaza está en una pendiente por lo que se crea un efecto curioso. Las casas que rodean la plaza son más altas que las que se encuentran en la mayoría de otras bastidas que hemos visto por Francia.

Villefranche-de-Rouergue, Midi-Pyrenees, Aveyron, Francia
                                                                                                                          Villefranche-de-Rouergue

En una esquina de la plaza visitamos la Iglesia Colegiata de Notre-Dame y su enorme campanario - casi 60 metros de altura -. El interior tiene algunas vidrieras bonitas, y preciosas tallas de madera en el coro. También visitamos la Capilla de los Penitents-Noirs. Visto el centro decidimos pasear por el río, y echamos un vistazo al viejo puente de piedra (el Pont des Cónsules) y la orilla del río, un lugar no demasiado atractivo.  Así que dejamos  la visita aquí y tomamos la carretera en dirección a Villeneuve d’Aveyron. Pero antes de llegar a este pequeño puebo hicimos una breve parada en una iglesia prerrománica, la de Toulongergues. La iglesia es una especie de fortaleza realmente impresionante, aunque nos quedamos con ganas de verla por dentro – solo había una visita guiada al día y ya se había pasado  la hora -. Así que seguimos nuestro camino hasta Villeneuve.

Villeneuve d’Aveyron, Midi-Pyrenees, Aveyron, Francia
                                                                                                                                 Villeneuve d’Aveyron

Aparcamos y entramos en la zona medieval de Villeneuve por una de las imponentes puertas de piedra que rodean el casco antiguo.  Entramos por una callejuela empedrada y estrecha y descubrimos una red de callejuelas que desembocan en la plaza central, la plaza des Conques. La estructura del pueblo es de nuevo al de una bastida aunque mucho más pequeña que la de Villefranche. Sin embargo ésta nos gustó más, tenía más encanto. En la plaza pudimos ver varias casas medievales y renacentistas con sus arcos. Callejeando llegamos a la plaza de la iglesia del Santo Sepulcro, una iglesia espectacular por fuera y con un interior preciso, con esculturas, unas impresionantes columnas y desde luego, digna de una visita. Paseamos por las callejuelas de la bastida donde descubrimos varios lugares con mucho encanto.

Y aún nos quedó tiempo para una última visita este primer día: Peyrusse le Roc. En una ubicación remota, se trata de un pequeño pueblo formado por un puñado de estrechas callejuelas.  Pasamos por  las ruinas del antiguo castillo (el Chateau du Roy) y su imponente puerta de entrada. Dimos un paseo por el pueblo viendo casas de madera tradicionales y la iglesia, que ha utilizado una torre del castillo original como su campanario. También vimos el mercado cubierto. Tras la breve visita al núcleo antiguo bajamos por un bosque hacia la parte más pintoresca del lugar. Atravesamos un pequeño bosque con algunas ruinas de la antigua villa medieval. Pudimos ver un antiguo horno y varias pequeñas capillas. Y así seguimos hasta una terraza sobre una ladera que nos ofreció una vista espectacular: dos antiguas torres de piedra en lo alto de un promontorio rocoso. A pesar de lo que puede parecer por las fotografías, las torres están en realidad más bajas que el propio pueblo. El acceso a la roca y torres es bastante delicado para los que sufren de vértigo, ya que subimos a través de una serie de escaleras empinadas pero  las vistas desde la cima justificaron el esfuerzo.

Peyrusse le Roc, Aveyron, Midi-Pyrenees, Francia
                                                                                                                                          Peyrusse le Roc

Continuando a lo largo del camino del bosque pasamos una pequeña zona con recreaciones de armas medievales. Un poco más lejos vimos una torre de piedra cuadrada que es el campanario de la iglesia de Notre-Dame-de-Laval a la que llegamos poco después. En el valle boscoso por debajo de la roca se puede ver el pequeño río Audierne, y las paredes que quedan del hospital medieval, el Hospital de los Ingleses. Cruzamos el río por el Pont du Faubourg y giramos para continuar varios cientos de metros a lo largo del mismo donde vimos el muy pintoresco puente de estilo romano de Parayre con su joroba pronunciada. Desde aquí un camino empinado nos llevó de vuelta a la aldea principal. El paseo y las ruinas son de lo más bucólico que vimos en el viaje. Y así casi de noche nos fuimos hasta nuestro alojamiento.

DÍA 2:

Empezamos el día muy pronto y nos dirigimos a La Bastide lEveque, una pequeña parada antes de visitar los principales objetivos del día. Es un pequeño pueblecito con una plaza principal y un par de calles con cierto encanto aunque sin ser una de las principales visitas de Aveyron. Así que paramos, dimos un breve paseo y sacaos unas pocas fotos y seguimos hasta Sauveterre-de-Rouergue, otro pueblo del tipo bastida como los que habíamos visto el día anterior. Las murallas que rodean la ciudad todavía están parcialmente intactas y las casas se han conservado de maravilla. El punto más destacado del pueblo es la plaza central, flanqueada por grandes casas que se alzan sobre las arcadas clásicas. Muchos de los edificios son de construcción de entramado de madera y el conjunto de la plaza es realmente bonito, una plaza idílica de un pequeño pueblecito francés.

Sauveterre-de-Rouergue, Aveyron, Francia, Midi-Pyrenees
                                                                                                                           Sauveterre-de-Rouergue

Pasemos por las calles de los alrededores que también contienen casas medievales, muchas de las cuales son casas de entramado de madera. El principal monumento histórico de importancia en Sauveterre-de-Rouergue es la Iglesia Colegial de Saint-Christophe, y también pudimos ver dos de las puertas originales de la ciudad a través de las murallas. Y tras callejear un  poco por el pueblo nos dirigimos hacia uno de los pueblos más bonitos de Aveyron, Belcastel. La carretera hasta allí es realmente estrecha, prácticamente de un solo carril y también nos costó bastante aparcar porque el sitio  en el pequeño pueblo no abunda. Conseguimos dejar el coche cerca del río y empezamos la visita por el precioso puente medieval que nos llevó a la orilla opuesta del río donde hay una bonita zona verde de esparcimiento. La vista desde allí es la mejor del pueblo. Belcastel es un precioso pueblecito enclavado en las laderas boscosas a lo largo de las orillas del río Aveyron, con un castillo del siglo XI que domina el pueblo desde su afloramiento rocoso. En esta orilla vimos la iglesia en el extremo más alejado del puente. Ambos de estos monumentos históricos datan del medievo. Dentro de la iglesia hay algunas estatuas antiguas muy interesantes. Desde la cuestecilla que lleva a la iglesia hay unas vistas preciosas del otro lado del pueblo. Cruzamos el puente y comenzamos a pasear por las estrechas callejuelas empedradas. En realidad solo hay dos calles y van subiendo poco a poco hacia el castillo. Entramos en el castillo medieval, con su foso y vimos varias armaduras como parte de una exposición. Las vistas desde el castillo son también preciosas, hacia el río y el  frondoso valle donde se asienta el pueblo. El pueblo lo vimos enseguida porque es realmente pequeño pero es uno de los sitios más encantadores que visitamos.

Belcastel, Aveyron, Francia, Midi-Pyrenees
                                                                                                                                                      Belcastel

Dejamos Belcastel y nos dirigimos a una de las joyas de la corona del departamento de Aveyron, el impresionante pueblo de Conques. Este maravilloso pueblo se encuentra en el borde de la garganta del río Dourdou, en un hermoso entorno rodeado de montañas y bosques. Aparcamos en la entrada del pueblo y un breve paseo nos introdujo  en un pueblo de cuento. En el centro de Conques, aparte de restos de las murallas y las puertas originales de la ciudad las muchas casas medievales extendidas a lo largo de la ladera se extienden a lo largo de varias callejuelas y en el centro encontramos la Abadía, un fabuloso edificio que se aparece ante nosotros al doblar una esquina. El castillo de Conques tiene una torre octogonal alta, un poco más que la abadía y completa el conjunto monumental del pueblo, aunque no se puede visitar. La abadía es realmente bonita, y no solo por el edificio sino por las obras de arte que contiene. La obra del Juicio Final sobre la puerta de entrada es una de las obras de arte más importantes del edificio, con sus numerosas figuras cuidadosamente talladas. El tesoro principal de Conques es la estatua de Sainte Foy. Este es un relicario que alberga la parte superior del cráneo de Saint Foy. Está incrustado con piedras preciosas que fueron donadas por muchos peregrinos diferentes al santuario.

Conques, Aveyron, Midi-Pyrenees, Francia
                                                                                                                                                      Conques

Una vez recorrimos las callejuelas, a lo largo de las cuales hay rincones de ensueño, bajamos hasta el río donde hay un puente conocido como el puente de peregrinos que nos llevó al otro lado del valle para  disfrutar de una buena vista de todo el conjunto. También destaca el mirador de la capilla de Sant Roch, en un pequeño promontorio un poco apartado del núcleo urbano. La vista es preciosa, con las torres de la abadía sobresaliendo del precioso grupo de casitas de piedra. Desde la parte superior del pueblo, donde hay un centro cultural, hay otra preciosa vista del pueblo, que parece engullido por la vegetación.

Panat, Aveyron, Midi-Pyrenees, Francia
                                                                                                                                                           Panat

Salimos del pueblo y nos fuimos hacia Marcillac donde nos alojaríamos esta noche. Marcillac es un pueblo que sin ser espectacular merece la pena una visita. Sus casas de piedra de  color rojizo son realmente pintorescas. Tiene una bonita iglesia y es un poco el centro de la zona, con mucho comercio y muy animado. Desde allí nos acercamos a ver la cascada de Salles-la-Source. Es una cascada que cae de un acantilado bajo las casas del pequeño pueblo realmente pintoresca. Hay una zona verde en la zona inferior de la cascada y es un lugar muy agradable. Como nos sobraba algo de tiempo exploramos los pueblos cercanos de Panat y Bruéjouls. Es una zona de bosque y rural donde solo conducir por las carreteras secundarias es una gozada. Panat sobre un promontorio con un castillo es realmente bonito. Y Bruéjouls con su iglesia y sus callejuelas de casitas de piedra roja también es un lugar digno de visitar. Fueron dos paradas muy rápidas porque no son pueblos espectaculares y son pequeños pero sí merece la pena disfrutar de esta parte rural cercana a Marcillac pues es una de las zonas más típicas y pintorescas de la región. Tras verlos, volvimos a Marcillac donde nos alojamos esa noche.

 

DÍA 3:

Dejamos Marcillac, y tras una breve parada en Rodez, donde vimos su impresionante catedral y poco más,  llegamos al curioso pueblo de Bozouls. El pueblo se asienta sobre un profundo y cerrado meandro del río Dourdou y se divide en dos partes. La parte principal del pueblo se asienta en la orilla sur sobre una cornisa que ofrece vistas espectaculares al otro lado del pueblo situado en un espolón elevado dentro del meandro, un islote de tierra casi estrangulado por el río. Paseamos por la cornisa de la orilla sur, disfrutando de maravillosas vistas de la garganta. Esta parte del pueblo no es especialmente pintoresca pero las vistas son preciosas. Recorrida la cornisa volvimos sobre nuestros pasos y descendimos hasta el lecho del río para cruzarlo y ascender hasta el islote frente a nosotros, donde se encuentra la iglesia de Sainte-Fauste, en una zona verde con bonitas vistas. Recorrimos la zona alta y volvimos de nuevo a la zona del pueblo donde habíamos dejado el coche. Ya en coche abandonamos el pueblo por la carretera que baja al río en una zona donde hay un bonito puente rodeado de casas preciosas.

Bozouls, Aveyron, meandro, Francia, Midi-Pyrenees
                                                                                                                                                        Bozouls

Seguimos hasta Estaing, otro de los pueblos más bonitos de Francia. El centro del pueblo es muy pequeño y pintoresco, pero lo más destacado son las vistas a lo largo del río, desde donde se puede ver el espectacular castillo, el puente y las casas a lo largo de la orilla. El conjunto es precioso, especialmente por el castillo. Aparcamos y lo primero que hicimos fue cruzar el puente para disfrutar de la más bella panorámica del castillo. Volvimos al pueblo y llegamos a la Rue du Pont, una pequeña calle empedrada con la iglesia – preciosa también – y el acceso al castillo al otro lado. La iglesia por dentro es bastante sencilla. Tras salir de la rue du Pont, exploramos las cuatro calles anexas del pueblo y cruzamos al otro lado del pequeño riachuelo – un  afluente del Lot – para disfrutar de otra bonita vista lateral del castillo. Y seguimos subiendo por una ladera con unas pocas casas hasta un mirador en una zona elevada donde la vista del pueblo es maravillosa. De vuelta entramos al castillo, donde recorrimos una serie de habitaciones amuebladas y también pudimos ver una exposición dedicada al presidente Giscard d'Estaing. La visita es interesante pero lo mejor son las vistas desde el exterior.

Castillo y puente de Estaing, Aveyron, Midi-Pyrenees, Francia
                                                                                                                      Castillo y puente de Estaing

Retrocedimos por el valle del Lot hasta Espalion, otro pueblo interesante. Aparcamos en la zona nueva y nos dirigimos a la  parte vieja, en torno al río y lo que realmente merece la pena. La zona nueva carece de interés. Este pueblo no es tan pintoresco como Estaing pero sí que los puentes y las casas colgadas sobre el río ofrecen algunas imágenes preciosas. Comenzamos por el antiguo puente de piedra sobre el río Lot, el Pont Vieux, con preciosas vistas sobre las casas colgantes a ambos lados del río. A lo largo de la orilla del río, al lado del puente, hay algunas casas antiguas muy pintorescas, entre ellas varias casas de curtidores con un ancho saliente de piedra para lavar las pieles. Desde el extremo norte del puente también vimos el Chateau de Calmont d'Olt detrás del pueblo en una colina. Siguiendo la Rue de la Grave llegamos a una parte de la orilla del río, con una hermosa vista del puente, y el antiguo palacio que se levanta a orillas del río. Además en una pequeña zona verde hay una estatua de un buzo en las propias aguas que con el fondo del palacio queda realmente pintoresca.

Palacio y puente de Espalion, Aveyron, Francia, Midi-Pyrenees
                                                                                                                    Palacio y puente de Espalion

Cruzamos de nuevo el puente y llegamos al Palacio Viejo, en la otra orilla del río. Es un edificio de estilo renacentista con grandes torres defensivas que dominan el río Lot y una torre decorativa. Entrando en el palacio llegamos a la terraza que da al río  con preciosas vistas. Junto al palacio viejo vimos una de las entradas a la Capilla del Convento de las Ursulinas, parte de un gran convento que existía antiguamente en Espalion. También paseando por esta parte del pueblo – que en general no tiene mucho encanto – vimos la Capilla de los Penitentes, alguna casa interesante y otra iglesia pero el conjunto la verdad es que no tiene el encanto de los pueblos que habíamos estado viendo anteriormente. Volvimos por el puente de la carretera principal que atraviesa el pueblo, desde donde hay una preciosa vista del puente de piedra. Cogimos el coche y fuimos a ver el castillo que habíamos visto en lo alto de una colina, sobre la ciudad. En realidad se trata de unas ruinas, las del  antiguo castillo de Calmont d'Olt. No hay mucho que ver del castillo, pero las vistas de Espalion y de toda la fantástica región, merecen la pena.

Seguimos hasta otro de los pueblos más bonitos de Francia, Saint Come d’Olt. Es un pueblo bastante grande que ha crecido en torno al centro medieval, que es lo que realmente merece la pena. Vimos varias puertas de acceso a la ciudad, y entramos en la parte antigua a través de una de ellas. La parte medieval del pueblo es muy pequeña y tiene muchos edificios medievales atractivos alrededor de la iglesia. La iglesia de estilo gótico es realmente interesante y tiene una torre cilíndrica anexa muy pintoresca. Dentro de la iglesia hay varias obras de arte y esculturas interesantes. Callejeamos por el centro y llegamos al otro edificio principal: el Chateau de Castelnau . En realidad parece una casa señorial más que un castillo, si no fuese por las torres que lo rodean. Hoy en día se usa como ayuntamiento de la ciudad.  Bajamos hasta el puente para disfrutar de una hermosa vista del río y los tejados de Saint-Come-d'Olt justo detrás. Cruzando el río además de la vista descansamos un poco en una pequeña playa fluvial de piedras que se encuentra justo enfrente del núcleo urbano. De vuelta al coche pasamos por alguna otra capilla.

Saint Come d’Olt, Aveyron, Francia, Midi-Pyrenees
                                                                                                           Río a su paso por Saint Come d’Olt

Seguimos el curso del Lot hasta Sainte Eulalie d’Olt, un coqueto y maravilloso pueblo a orillas del río, también entre los más bonitos de Francia. Se aparca fuera del pueblo y accedimos caminando lo que le da un mayor encanto y te da la sensación de estar en un pueblo medieval intacto. El centro del pueblo es la plaza frente a la iglesia. La pudimos visitar por dentro y pudimos ver una sección de coro con un semicírculo de grandes columnas de piedra. En uno de los lados de la Place de l'Eglise pudimos ver el río Lot y un pilar de piedra de un antiguo puente. Callejeamos por el pueblo con sus preciosas casas de piedra y después dimos un paseo junto al río hasta que llegamos a una pequeña presa. Retrocedimos y vimos por fuera el castillo del pueblo – también una casa señorial en esencia – y volvimos a recorrer las callejuelas del pueblo, que nos habían encantado. A lo largo de las calles las casas presentan numerosos detalles que merece la pena detenerse a admirar. Además a lo largo de las mismas hay varias tiendas de artesanías, cafeterías, etc… que dan un toque especial a este pequeño pueblo. Cenamos allí mismo y  nos retiramos al hotel en el cercano Saint Geniez.

Casa en Sainte Eulalie d’Olt, Aveyron, Francia, Midi-Pyrenees
                                                                                                                       Casa en Sainte Eulalie d’Olt

DÍA 4:

Nos levantamos y dimos un pequeño paseo por el pueblo de Saint Geniez. No es que tenga nada especial pero la parte del río es coqueta, con su puente y sus casitas sobre el río. Además subimos a un pequeño promontorio en la orilla norte, donde desde el monumento de Talabot hay unas bonitas vistas. No nos entretuvimos demasiado y nos fuimos al castillo de Galinieres. Simplemente lo vimos por fuera porque no queríamos entretenernos más y  tampoco el interior parecía que fuese muy destacado.

Saint Geniez, Aveyron, Francia, Midi-Pyrenees
                                                                                                                                                Saint Geniez

Así que seguimos hasta Severac le Chateau. Según nos acercamos destaca la imponente figura del castillo en lo  alto de una colina con las casas de piedra que se dejan caer por la ladera debajo. Aparcamos el coche cerca de la misma puerta de entrada a la ciudad amurallada. Cruzamos la Porte du Peyrou para entrar en el casco histórico de la ciudad. Luego en nuestro paseo veríamos otra segunda puerta que se conserva de las antiguas fortificaciones. Callejeamos y poco a poco fuimos ascendiendo por las calles con sus antiguas casas medievales. Algunos rincones son realmente bonitos. Entre las casas vimos antiguas tiendas que contaban con escaparate y algunas casas con torres de escalera para acceder a los pisos superiores. Seguimos subiendo y encontramos el Mercado Cubierto y más tarde la Place de la Fontaine, donde se halla la Cisterna o fuente romana. Y así finalmente llegamos al principal monumento y punto  de interés del pueblo, el castillo. Del mismo se conservan algunas fachadas y algunos edificios menores pero el conjunto merece la pena una visita. Además desde arriba las vistas al pueblo y al valle de Aveyron son preciosas.  Descendimos recorriendo otras callejuelas y pasamos por alguna casa interesante y por alguna otra iglesia.

Vistas desde el castillo de Severac le Chateau, Aveyron, Francia, Midi-Pyrenees
                                                                                         Vistas desde el castillo de Severac le Chateau

Y desde Severac pusimos rumbo al sur donde hacia Peyre. Mencionar que una fantástica excursión que se puede hacer desde aquí es la visita a las Gorges del Tarn como ya recogimos en otro artículo.  Peyre es un precioso pueblo encajado  en la ladera de una montaña y muy cerca del viaducto de Millau, al que tiene unas fantásticas vistas. Aparcamos al otro lado de la carretera a unos cientos de metros del pueblo, porque en el propio pueblo no  hay aparcamiento por sus limitaciones orográficas. Peyre es un pueblecito precioso, con casas de piedra a lo largo de calles estrechas, algunas empinadas y de piedra, situadas en cuesta bajo un imponente acantilado. También vimos un buen número de casas trogloditas construidas en la piedra local (toba) y construidas en la roca del acantilado. Visitamos su iglesia troglodita: la Iglesia de San Cristóbal, construida en una cueva en el acantilado, y que parece ser parte del  mismo. Cuando la visitamos albergaba una exposición de arte, por lo que no sé si seguirá en uso como iglesia. Recorrimos las pocas calles del pueblo, y retrocedimos hasta el aparcamiento para recoger el coche.

Peyre, Aveyron, Midi-Pyrenees, Francia
                                                                                                        Peyre desde la carretera junto al río

Nuestra siguiente parada fue el viaducto de Millau, una impresionante obra de ingeniería diseñada por Norman Foster y uno de los viaductos más largos del mundo.  Visitamos un centro de interpretación donde vimos un video sobre la construcción del mismo y una buena vista desde abajo. Sin embargo la mejor vista se obtiene desde un mirador habilitado en la propia autopista en el lado norte del puente. El mirador ofrece una preciosa perspectiva del viaducto desde una posición elevada. Tras la visita a esta maravilla de la ingeniería nos fuimos a ver una maravilla en este caso de la naturaleza, las Gorges de la Jonte. Estas gargantas es cierto que son menos grandes y menos anchas que las del Tarn, pero son mucho más salvajes, estrechas y poco visitadas, constituyendo una visita maravillosa. Desde Meyrueis, y hasta Le Rozier se recorre el curso del río con algunas vistas magníficas. Pasamos por varios miradores y pudimos disfrutar de preciosos parajes.  Las vimos un poco de pasada porque queríamos llegar al Chaos de Montpellier-Le-Vieux.

Chaos de Montpellier-Le-Vieux, Aveyron, Francia, Midi-Pyrenees
                                                                                                                  Chaos de Montpellier-Le-Vieux

Se trata de una zona con formaciones rocosas muy curiosas y que recuerdan a diferentes figuras imaginarias. Las piedras están cubiertas de vegetación y proporcionan unas vistas fantásticas sobre las mesetas calcáreas que las rodean desde sus numerosos miradores. Accedimos desde Le Rozier y Peyreleau, por una carretera sinuosa que sin embargo va ofreciendo preciosas panorámicas de los paisajes del parque natural. Tuvimos que pagar una entrada y con ella nos dieron un mapa con diferentes itinerarios, miradores y las formaciones rocosas más destacadas. Como ya era tarde tuvimos que darnos prisa y vimos las principales formaciones y un par de miradores, los más destacados. Hay un tren que te lleva por parte del itinerario si no quieres andar tanto pero merece la pena hacer el recorrido a pie.

Viaducto de Millau, Aveyron, Francia, Midi-Pyrenees
                                                                                                                                      Viaducto de Millau

Salimos del parque y nos dirigimos a Millau, la principal ciudad de la zona. No obstante la ciudad no tiene mucho que ofrecer salvo una pintoresca casa en un puente que cruza el río, pero ni eso pudimos ver, porque en el momento de la visita estaba completamente cubierta por andamios y no había nada que ver. Así que aprovechamos para cenar por allí y nos fuimos al hotel que teníamos reservado para esa noche.

 DÍA 5:

Este  era nuestro último día en Aveyron y lo dedicamos a ver algunos pueblos relacionados con los caballeros templarios. El primero de ellos fue La Cavalerie. Es un pueblo con un recinto amurallado muy pequeño pero sin embargo restaurado minuciosamente y con bastante encanto. Atravesamos una de las puertas de las murallas y dimos a una pequeña plaza rodeada de preciosas casas de piedra. Seguimos callejeando por el interior del recinto amurallado y llegamos a la oficina de turismo donde tuvimos la oportunidad de hacer un recorrdio por las murallas de la ciudad, desde donde hay una bonita vista de la zona antigua. Tras bajar también vimos la bonita iglesia y alguna que otra torre en el recinto y la visita tampoco dio para mucho más. Sin embargo  aunque fue una parada breve es un pueblecito muy recomendable.

La Cavalerie, Aveyron, Francia, Midi-Pyrenees
                                                                                                                                                La Cavalerie

Un pueblo muy similar es nuestra siguiente parada: Sainte Eulalie de Cernon. Es otro pequeño asentamiento con una preciosa iglesia y unos callejones empedrados con casas de piedra muy coquetas. Este pueblo era el centro de la zona templaria, aquí se encontraba la encomienda de la orden. Vimos la muralla de unos doce metros de altura, sus callejuelas, la pequeña plaza con su fuente de piedra, la iglesia y, los mencionados edificios de la commaderie. Visitamos los edificios de la encomienda y allí pudimos ver varias curiosidades como las pinturas barrocas de la sala de los frescos, el refectorio y el dormitorio común de los Hospitalarios. Una visita interesante para acercarse a la orden templaria. Justo antes de dejar el pueblo subimos por una carretera en coche para alcanzar una zona alta y disfrutar de una vista preciosa sobre el pueblo.

Sainte Eulalie de Cernon, Aveyron, Midi-Pyrenees, Francia
                                                                                                                            Sainte Eulalie de Cernon

Paramos después en La Couvertoirade, una verdadera joya de pueblo conservado como ningún otro que hayamos visto en Francia, lo cual es mucho decir. En este pueblo  se encuentra el único castillo templario de Francia. Las torres, la muralla y la iglesia fueron construidos durante la Guerra de Cien Años. Aparcamos en un parking fuera de las murallas y fuimos andando hasta el recinto completamente amurallado No  hay ni  una sola construcción moderna, todo es de origen medieval, por lo que la sensación de haber viajado en el tiempo es mayor que en cualquier otro lugar de los que habíamos visitado. Lo que nos encontramos dentro de las murallas fue un pueblo medieval intacto, con sus preciosas calles, casas de piedra, zonas empedradas y zonas en roca o tierra desnuda. Cada rincón que recorrimos fue impresionante. El castillo fue construido por los caballeros templarios y la iglesia de Saint-Christol, adyacente al castillo es también preciosa. Justo al lado vimos el  cementerio de la iglesia. A través de una antigua e impresionante casa señorial adquirimos la entrada para ver una exposición sobre el pueblo y lo más importante: la posibilidad de subir a las murallas. El paseo alrededor delas mismas es precioso y las vistas sobre las casas, la iglesia y el pueblo son fabulosas.

Panorama de La Couvertoirade, Aveyron, Francia, Midi-Pyrenees
                                                                                                                 Panorama de La Couvertoirade

Tras bajar de las  murallas recorrimos de nuevo  el pueblo donde hay algunas tiendas de artesanía y algún bar. Las numerosas casas de piedra son muy pintorescas y la plaza central es un espacio abierto con mucho encanto. Muchas de las casas tienen una escalera exterior de piedra que conduce al primer piso. Y tras recorrer el pueblo dimos un paseo por el exterior de las murallas hasta la cima de una pequeña colina donde se encuentra un molino de viento que además ofrece vistas preciosas de todo el conjunto amurallado desde las alturas. Y así acabamos nuestra visita al espectacular pueblo medieval, una verdadera delicia.

La Couvertoirade, Francia, Aveyron, Midi-Pyrenees
                                                                                                                          Calle en La Couvertoirade

Nos quedaba la tarde para explorar alguna de las otras paradas en la ruta templaria por esta parte de Aveyron. Primero nos dirigimos a Viala du Pas de Joux. Aquí vimos una iglesia y una vivienda de la orden de los hospitalarios, pero el edificio más impresionante es sin duda la torre más grande de Aveyron, de unos 30 metros de altura. Pudimos visitarla y desde lo alto se tiene una bonita de esta región, la región del Larzac. Hay habilitada una terraza en la parte superior del tejado, verdaderamente bonita. Los edificios colindantes forman un conjunto de importancia histórica dentro de la arquitectura religiosa de la zona.

Seguimos hasta el cercano Saint-Jean d’Alcas, que sorprende por lo bien conservado que se encuentra. El pueblo es pequeñito y básicamente está formado por dos calles con casas de piedra preciosas y rodeadas de una muralla con sus cuatro torres angulares. Visitamos además la iglesia y una pequeña sala de exposiciones. También entramos en la sala de la justicia, un gran edificio desde donde accedimos a los matacanes desde donde se tiene una vista espectacular del Larzac de nuevo.

Roquefort, Aveyron, Francia, Midi-Pyrenees
                                                                                                                                                    Roquefort

Y por último paramos en Roquefort, ya fuera de la ruta templaria. Roquefort, un pueblo famoso mundialmente por sus quesos de oveja, se encuentra adosado a los acantilados que provienen de los restos de una montaña hundida. El pueblo en sí no es especialmente bonito, aunque sí su entorno  natural. Llegamos tarde para visitar una de las cuevas donde se curan los famosos quesos, así que nos quedamos con las ganas. Dimos una vuelta por las calles del pueblo y cenamos algo antes de ir al hotel a pasar nuestra última noche, ya que al día siguiente volveríamos para Bilbao.

DÍA 6:

Este día fue el de retorno, pero de camino paramos en otro pequeño pueblo también precioso, con su castillo sobre un promontorio junto al río: Brousse-le-Château. El puente que cruza el río y da acceso al pueblo ofrece una de las mejores vistas del conjunto. Tras aparcar cruzamos un pequeño y pintoresco de piedra y accedemos al pueblo. Un breve paseo por las callejuelas empedradas nos lleva hasta la entrada de castillo, en la parte superior. La calle principal tiene algunas casas antiguas de piedra y pasa junto a la preciosa iglesia de piedra que no desentona con el conjunto. El pueblo tiene además un fondo precioso de colinas boscosas y se encuentra realmente aislado. El castillo que da nombre a Brousse-le-Chateau se levanta sobre el pueblo y el río y es un buen ejemplo de la arquitectura del castillo medieval francés, con las torres y las murallas originales del castillo que siguen vigilando el pueblo como lo han hecho durante los últimos siglos. También hay un jardín en el castillo bastante coqueto. Entramos a visitarlo y recorrimos las torres y parte de la muralla además de ver algunos objetos expuestos en las estancias interiores. Una visita interesante además aderezada por las preciosas vistas que se tienden del pueblo y el río desde la parte superior de las murallas.

Y aquí sí, concluimos nuestro viaje por el Aveyron. En definitiva, una escapada fabulosa, por una región de Francia menos conocida que sus vecinas pero con algunos pueblos y atracciones sencillamente impresionantes y que nada tienen que envidiar a sus vecinos.

Brousse-le-Chateau, Aveyron, Midi-Pyrenees, Francia
                                                                                                                                     Brousse-le-Chateau