Hoy visitamos la playa de Trengandín, una de las mejores playas de la costa cantábrica. Y lo es no sólo por la calidad de su arena y de sus aguas, sino también por la salvaje belleza del entorno que la rodea, un paisaje casi virgen de montañas, bosques y dunas. La playa comienza en el extremo este del núcleo urbano de Noja y se extiende hasta la colina de El Brusco que la separa de la también preciosa playa de Berria en la vecina localidad de Santoña.
Lo primero que vemos cuando nos acercamos desde Noja hasta la playa es un paisaje espectacular con las montañas cubiertas de bosques cayendo sobre la costa que forma un arenal de uno 3.5 Km respaldado por dunas. Y la visión es más sobrecogedora todavía en marea baja, cuando numerosos pináculos rocosos sobresalen de la superficie en la primera parte de la playa y le dan un aspecto muy singular al paisaje de la playa. Y es que la playa se distingue por la presencia de diferentes formaciones rocosas en un su primera mitad, dejando paso a una espectacular lengua de arena en la parte más oriental.
La arena es de la más fina que podemos encontrar en una playa y de una tonalidad blanquecina que la confieren un aspecto caribeño. Y las aguas que la bañan son de una transparencia excepcional. Todo ello hace que además de la riqueza paisajística de la playa sea un lugar fantástico para el baño. Eso sí cuando el mar está un poco revuelto tendremos que tener cuidado con las rocas o bien desplazarnos a la parte de la playa más cercana al Brusco, donde ya no hay peligro alguno por parte de las rocas. Cuando no hay oleaje las rocas no son ningún problema porque son grandes y se ven, basta con ir con un poco de cuidado.
Las rocas son un elemento distintivo de esta playa ya que los pináculos rocosos toman formas muy pintorescas y además están cubiertos en gran medida por unas algas de un verde casi fosforescente. Las rocas con el fondo de las montañas conforman un paisaje espectacular. Entre sus recovecos encontraremos formas que son una delicia para cualquier fotógrafo. Y los más pequeños siempre se pueden entretener aquí buscando pequeños pececillos o cangrejos en los charcos que deja la retirada de la marea junto a las rocas.
Y la playa no es sólo un paraíso para el baño y el sol, sino que también es un entorno fantástico para caminar. Un paseo desde Noja hasta el Brusco es una respetable caminata de 7 Km ida y vuelta por un entorno natural fabuloso. De hecho muchos peregrinos que siguen el Camino de Santiago frecuentan la playa como parte de su andadura y es común verles en cualquier época del año. Y si lo que queremos es caminar podemos continuar rebasando la colina del Brusco hasta la playa de Berria, otra preciosa playa de las mismas características que se extiende por 2 Km adicionales hasta la Punta del Águila, que da paso a Santoña y la bahía de Laredo. Y hacia el otro extremos de la playa, en el lado de Noja, parte un sendero que rodea un pequeño cabo a lo largo de una zona natural preciosa y nos lleva a las otras dos bonitas playas de Noja: Ris y Joyel.
El acceso a la playa se puede realizar no sólo desde Noja sino también desde el barrio de Helgueras, un pequeño grupo de residencias de veraneo situado más o menos a mitad de la playa. Desde allí hacia el Brusco es donde se extiende la parte más pintoresca y salvaje de la playa. Así que si 7 Km nos parecen muchos podemos ahorrarnos la mitad del recorrido desde este punto. Y para disfrutar de la playa, esta zona está siempre mucho menos concurrida que la zona cercana a Noja.
Playa de Trengandín:
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