Un día con niños en Santander

Santander, la capital de Cantabria,  es una preciosa ciudad a orillas del Cantábrico que cuenta con innumerables atractivos pero hoy nos centraremos en una visita orientada a los más pequeños. Santander cuenta con numerosas atracciones que seguro serán del gusto de los niños, como la península de la Magdalena, el paseo de Pereda, el Museo Marítimo, la posibilidad de hacer una excursión en barco por su espectacular bahía o visitar los preciosos parques como los de Mataleñas o Las Llamas.

Un viaje a Santander con niños tiene como parada obligada la península de la Magdalena, así que por aquí empezamos nuestra excursión. Es una preciosa zona natural donde hay muchas cosas que hacer. Esta es una de las zonas más bonitas dela capital cántabra por lo que además de entretener a los niños disfrutaremos de un entorno envidiable y de unas fantásticas vistas a las playas y a la bahía de Santander. En la parte más alta de la península se encuentra el palacio de La Magdalena, un precioso castillo rodeado de bosques y acantilados.  En la península también nos encontramos con el museo al aire libre ‘El hombre y la mar’ donde se muestran enormes réplicas de embarcaciones, muy interesantes por su tamaño y variedad. Hay varios barcos enormes clásicos y una especie de balsa a lo Robinson Crusoe realmente encantadora. Todo ello está en una preciosa terraza con amplias vistas de la costa.

Barcos, Museo Magdalena, Santander, Cantabria
                                                                                                Embarcaciones de El Hombre y La Mar

Y en la parte más baja de la península, la más cercana a la entrada tenemos otra atracción que encantará a los más pequeños: un mini-zoo en el que podemos ver pingüinos, leones marinos y focas. Además el entorno es precioso, los animales se encuentran en unas piscinas naturales bañadas por el agua del mar y el recorrido aunque corto es una gozada para los pequeños, y además como todo el acceso a la península dela Magdalena es gratuito. También está la opción de recorrer la península en un tren turístico que pasa por los principales puntos de interés de la península.  En general la  península es una gozada para pasear pues es un espacio libre de coches.

Minizoo, Magdalena, Santander, Cantabria
                                                                                              Minizoo en la Península de la Magdalena

También encontramos una zona de columpios donde los niños pueden jugar a sus anchas tras visitar los atractivos de la Magdalena. Y además si hacemos la visita en verano, tenemos playas alrededor de la península, unas playas preciosas, limpísimas y con aguas cristalinas y muy tranquilas generalmente, perfectas para el disfrute de los más pequeños. La playa de la Magdalena es la más extensa y se encuentra al sur. Como curiosidad, desde el paseo que la rodea hay un tobogán para acceder a la playa lo que es una gozada para los críos. En el lado norte también tenemos otra playa preciosa, la playa del Camello.

Magdalena, Santander, Cantabria
                                                                                                                    Península de La Magdalena

En realidad aprovechando la playa la península de la Magdalena ya nos da para un día completo, pero Santander tiene mucho más para los más pequeños así que seguimos nuestra visita. Lo  siguiente que hacemos es ir al Museo Marítimo de Santander, que además de Museo incluye un pequeño acuario donde se pueden ver tiburones.  Se encuentra al final de la playa de la Magdalena, en el extremo oeste, y la forma más fácil es acceder desde la propia playa. Este museo acerca a los niños – y a los adultos por supuesto - la relación del hombre y la mar. Es una muestra muy interesante donde se pueden ver muchos artefactos para explicar las técnicas de pesca empleadas a lo largo de la historia. La parte del museo es muy interesante porque hay muchos objetos curiosos y maquetas de todo tipo de barcos y están presentados de una manera muy visual que también los hace interesantes para los niños. También destacan los enormes esqueletos de ballenas que hay en la entrada y, como no, el acuario. El acuario  no es demasiado grande pero para los niños es suficiente, ya que podrán ver un montón de especies  en una serie de piscinas que les dejará boquiabiertos. Y si además coincide con la hora en que se da de comer  a los peces pues mucho  mejor. El acuario dispone además de una terraza con unas vistas estupendas, a la que se puede acceder desde los pisos superiores. Tras comer algo rápido nos dirigimos  a nuestro próximo  objetivo: conocer la bahía de Santander en una excursión en barco.

Museo Marítimo, Santander, Cantabria
                                                                                                                                        Museo Marítimo

El barco sale del Dique de Gamazo, frente al espectacular edificio del Palacio de Festivales. Es un barco que tiene una terraza descubierta y que permite ir apreciando muy bien todos los lugares por los que pasamos. El barco hace un recorrido que se extiende  desde la zona del paseo de Pereda hasta rodear la península de la Magdalena, dando  una vuelta por la isla de Mouro y acercándose a la impresionante lengua de arena de Somo. Es un recorrido de una hora aproximadamente. Lo ideal para que los niños no lleguen a aburrirse. Las vistas preciosas y los niños entretenidos ya simplemente por el hecho de viajar en barco. Por cierto otra opción que hemos hecho alguna vez es la de sustituir este viaje en barco por el recorrido de Somo a Santander en barco. Se puede aparcar en la localidad de Somo al otro lado de la bahía y pasar en barco a Santander, pasar allí el día y luego regresar. Como es un barco en principio no turístico el precio es mucho menor y también tiene su encanto llegar a Santander en barco. Y por supuesto no tienes que preocuparte por el aparcamiento que  en verano puede llegar a ser complicado.

Vistas hacia el paseo Pereda desde el barco, Santander, Cantabria
                                                                                       Vistas hacia el paseo Pereda desde el barco

Y tras la vuelta en barco podemos ir al Paseo de Pereda, la zona central de Santander. El paseo es una gozada porque vas viendo el mar y simplemente andar por allí ya es una maravilla. Allí podemos ver estatuas, el pequeño puerto deportivo, el palacete del embarcadero y una grúa de las que se usaban antiguamente en el puerto. Es un paseo maravilloso. Y tras el paseo llegamos a los Jardines de Pereda, una zona verde donde hay más columpios para los niños, un carrusel de los clásicos, y una amplia zona de juegos. Es un lugar ideal para que los niños vuelvan a disfrutar a su aire, mientras podemos descansar en un banco o tomando  algo en la terraza de la cafetería.  También merece la pena subir a la  terraza del modernista centro Botín que se encuentra en el mismo paseo frente al parque. Las vistas de la ciudad y de la costa son espectaculares.

Esculturas, Paseo Pereda, Santander, Cantabria
                                                                                                               Esculturas en el Paseo Pereda

Para acabar el día nos desplazamos al Sardinero, otra de las preciosas zonas de costa de Santander. El  paseo por la playa del mismo nombre es precioso. A la mitad de la playa más o menos se encuentra en un espolón rocoso el mirador de Piquio con unas vistas maravillosas de la playa. A continuación empieza la  segunda playa del Sardinero,  y al final de la misma el Parque  de Mataleñas cuenta con buenas instalaciones de columpios para los niños y fabulosas vistas. Es un sitio fantástico para sacar fotos, recuerdo de nuestro día en Santander. Una buena manera de acabar un intenso día en la ciudad. En las proximidades también hay otro extenso parque, el parque de Las Llamas, donde hay una zona de columpios bastante más amplia pero sin las preciosas vistas sobre la costa, ya que está tras el campo de fútbol del Sardinero y el Palacio de Deportes.

Mirador del Piquio en el Sardinero, Santander, Cantabria
                                                                                                        Mirador del Piquio en el Sardinero