Un recorrido por el desconocido Gales

Gales es un país pequeño, acogedor y con una gran riqueza natural. Numerosos castillos, 3 Parques Nacionales y preciosos pueblos tanto interiores como costeros hacen de este pequeño país un destino maravilloso. En este viaje hicimos un recorrido por sus principales puntos e interés y tuvimos tiempo para hacer alguna pequeña ruta de senderismo para conocer más de cerca sus atractivos naturales. Gales es uno de los grandes olvidados cuando visitamos las islas británicas. Los enormes atractivos naturales y culturales de sus vecinos Escocia, Irlanda e Inglaterra hacen que pase a un segundo plano como destino turístico. Sin embargo descubrimos un país único y con mucho  que ofrecer al visitante.

DÍA 1:

Llegamos a Cardiff, la capital de Gales y nos alojamos en un hotel en la zona del puerto. Cardiff tiene dos zonas de interés, una de ellas en el puerto y la otra en el centro a algo más de un Km de la costa. Como teníamos en hotel en el la zona del puerto  empezamos por visitar esta zona. Es una zona moderna de nueva construcción donde hay grandes espacios para pasear. Empezando por la zona oeste podemos ver una zona  de humedales en la que se alza un edificio muy moderno que alberga un hotel. Seguimos por una zona de muelles sin demasiado interés hasta llegar al parque de Landses Gardens, una zona muy nueva donde empieza el paseo al lado del mar. Es una zona maravillosa para pasear donde se combinan algunos edificios antiguos con modernos complejos que albergan cafeterías, restaurantes…una zona muy animada y pintoresca.  Llegamos a una amplísima explanada en la que pudimos ver algunos de los edificios más característicos de la zona: el Millenium  Center, un precioso palacio de Congresos con un diseño futurista que contrasta con el cercano edificio rojo  del Pier Head, un edificio del puerto. La plaza resulta especialmente atractiva al atardecer con la iluminación nocturna. Seguimos por delante del edificio de la Asamblea Nacional de Gales, otro moderno edificio, y siguiendo el paseo llegamos a la iglesia Noruega, un edificio de madera antiguo que hoy en día alberga un centro de artes. Allí mismo el paseo tiene un buen mirador para ver la pequeña zona del puerto en perspectiva. Avanzamos un poco más por un puentecillo y un parque hasta llegar a la zona portuaria que ya no tiene ningún interés.

Zona de muelles de Cardiff
                                                                                                                    Zona de muelles de Cardiff

Tras pasear por esta zona del puerto nos desplazamos al centro y lo hicimos caminando. Gran error porque hay más de 1.5 Km a lo largo de una avenida muy amplia que no aporta nada. Lo primero que hicimos fue dirigirnos al Castillo, un edifico realmente bonito y con mucho que ver. Es una amalgama de diferentes estilos pero que resultan muy pintorescos. La mejor vista del exterior se tiene desde el contiguo Bute Park donde además se puede ver un sencillo círculo de piedras  megalíticas. El castillo es bastante grande y merece la pena visitarlo. Hicimos una visita guiada donde pudimos ver diferentes estancias exquisitamente decoradas, los apartamentos, el curioso refugio antiaéreo… y sobre todo la suntuosa habitación árabe. Después en el centro del enorme recinto visitamos la Torre Normanda, un antiguo fuerte que puedes subir hasta arriba para disfrutar de más preciosas vistas del castillo en medio de la ciudad con el moderno estadio de fútbol justo detrás. La torre del reloj es otro delos puntos destacados de la visita. La visita al castillo se alargó durante unas dos horas pero mereció mucho la pena. Tras salir del castillo cruzamos el río y estuvimos por el exterior de la zona del estadio donde hay un paseo que recorre la orilla del río y llegamos a un mercado cubierto, un interesante edificio donde puedes encontrar todo  tipo de productos.  De nuevo al norte y muy cerca del castillo pudimos ver el edificio del ayuntamiento de estilo neoclásico y con una bonita cúpula, situado en una zona de jardines. Junto al ayuntamiento se encuentra el también imponente edificio del Museo Nacional.  Al otro lado del ayuntamiento se levanta otro bonito edificio, el Palacio de Justicia y detrás los edificios de la universidad organizados en torno a un  amplio parque. Callejeamos un poco por la zona centro y tomamos un autobús para volver a la zona portuaria.

Castillo de Cardiff
                                                                                                                                    Castillo de Cardiff

Allí cenamos algo  en uno de los locales cercanos al puerto y estuvimos dando un paseo por la zona, que estaba muy animada al ser fin de  semana. Ya sin tiempo para más nos retiramos al hotel. Con el viaje el día se nos había quedado muy reducido, así que al día siguiente empezaríamos a recorrer Gales.

DÍA 2:

Empezamos a recorrer la costa y paramos en Dunraven Bay, una zona de costa donde se pueden ver los restos del castillo de Dunraven, un pequeño saliente en el mar con vistas a los acantilados y un bonito tramo de costa rocosa con una playa en uno de los lados. Es un  lugar precioso para dar un paseo. Tras esta parada seguimos hasta la ciudad de Swansea. Es la segunda ciudad de Gales y apenas conserva edificios antiguos pero la parte que da al mar tiene cierto interés. Vimos los restos del castillo de Swansea y la zona del museo que cerca del mar es lo  más destacado. Un paseo bordea toda la bahía y nos acercamos en coche hasta la zona de The Mumbles, donde al final de un  muelle hay una parte con unos islotes con un faro y varias edificaciones pintorescas. No nos entretuvimos demasiado y nos adentramos en la preciosa península de Gower. La primera parada fue la preciosa playa de Three Cliffs Bay. Un agradable sendero por los acantilados de su lado este nos regaló vistas de la playa, el río que desemboca en un cerrado meandro  y hasta los restos de un castillo, el castillo Pennard. Los acantilados tienen  formas caprichosas y el recorrido es muy bonito. La desembocadura del río en la bahía es una imagen impresionante. Desde allí la carretera sigue paralela a una gran playa que llega hasta Oxwich Beach y más adelante hasta Port Enyon donde otro saliente rocoso ofrece grandes vistas sobre la costa.

Three Cliffs Bay
                                                                                                                                       Three Cliffs Bay

En Port Enyon hay unas ruinas de una antigua construcción y siguiendo la costa unos cientos de metros al oeste llegamos a un lugar muy peculiar: Culver Hole ,una cueva estrecha en el mar que se encuentra tapiada con unas ventanas y una puerta a unos metros sobre el nivel del mar en marea baja. Es un lugar muy pintoresco simplemente desde fuera, ya que no entramos pues el acceso no parecía muy seguro. Seguimos el trayecto hasta la punta de Rhossili, donde una punta rocosa nos ofrece vistas a un alargado islote en frente de nosotros. Como la marea lo permite pasamos al islote y a mitad de recorrido pasamos de un lado a otro del mismo por un puente natural en la roca, el Devil’s Bridge. Llegamos hasta la punta occidental del islote conocido como Worm’s Head para disfrutar de bonitas vistas del mar, la costa y la playa de Rhossili, considerada la mejor de Gran Bretaña. Siguiendo al norte la carretera cerramos el recorrido por una zona muy plana repleta de marismas y arenales. En la playa de Whiteford paramos para acercarnos a un faro clavado en mitad de la enorme zona de rocas y arena que parecía estar en medio de la nada pero era un lugar realmente pintoresco, por el propio faro y su ubicación. Sólo pudimos llegar a él porque había marea baja.

Tras salir de la península llegamos al castillo de Kidwelly. Las mejores vistas se obtienen desde el río que pasa bajo sus muros y visitamos su interior, que en realidad está bastante vacío con diferentes zonas ganadas por la hierba aunque merece la pena por las vistas que se pueden tener desde las torres. A la salida comimos algo rápido y paramos en otro castillo, en sus ruinas para ser más exactos. Se trata del castillo de Laugharne, que desde una zona verde y de marismas que da al mar presenta un aspecto realmente impresionante. Continuamos nuestra ruta hasta el bonito puerto pesquero de Saundersfoot. Se trata de un pueblecito con una playa y un pequeño puerto pesquero donde estuvimos paseando por la zona del puerto y las calles adyacentes. Aquí se puede respirar el ambiente de un pueblo tradicional pesquero galés. Y de aquí nos dirigimos a Tenby, una de las joyas de la costa galesa. Una de las razones son sus fantásticas playas de arena blanca y por supuesto lo pintoresco del precioso pueblo. La playa más importante de Tenby está frente al islote de Santa Catalina, coronado por una vieja fortaleza victoriana. En marea baja pusimos llegar caminando hasta la isla y obtener buenas panorámicas del litoral de la ciudad. Aunque eso fue el día siguiente pues cuando llegamos ya había marea alta. La zona más bonita de Tenby es su puerto pesquero, rodeado de pintorescas casas de colores. El puerto es muy auténtico con barcos tradicionales de pesca. Por encima del puerto accedimos a la zona del castillo – del que solo queda una torre ruinosa – situado en un promontorio rocoso que ofrece maravillosas vistas del pueblo, del islote de Santa Catalina y del puerto. La panorámica es  preciosa. Además de la playa del castillo hay dos enormes playas al sur y al norte, especialmente larga y bonita la del sur. Un sendero circunvala el peñón del castillo desde donde salen algunos muelles con construcciones muy fotogénicas. También hay un mirador precioso en forma de kiosko hacia la playa sur. Pasamos el resto del día paseando por las callejuelas y por la primera línea de playa. Cenamos algo en el mismo pueblo y nos alojamos en un B&B en este maravilloso pueblo.

Tenby
                                                                                                                                                        Tenby

DÍA 3:

Madrugamos y pasamos al islote de Santa Catalina en marea baja simplemente para disfrutar de las vistas que no habíamos podido ver el día anterior. Tras la pequeña excursión retomamos la ruta e hicimos un breve desvío hacia el interior para visitar el castillo de Carew, otras ruinas junto a un río que presentan una estampa realmente pintoresca. No lo visitamos por dentro. Sí visitamos por dentro el castillo de Pembroke, también en una ubicación idílica en un recodo del río. El interior es una zona muy abierta cubierta de césped y las mejores vistas se obtienen desde un paseo que discurre junto a la otra orilla del río. Tras este desvío por el interior regresamos a la costa, a la zona de Stackpole y sus playas. Es una zona muy bonita para pasear por el circuito costero que recorre buena parte de esta zona de Gales y como hacía buen día hicimos un recorrido entre las playas de Barafundle y Broadhaven por la parte superior de los acantilados. Una gozada y muy relajante. Además en la última playa había una roca muy fotogénica conocida como Church Rock. Muy cerca de allí visitamos la Saint Govan’s Chapel, una pequeña capilla construida en un bonito paraje en el propio acantilado sobre una playa de rocas y donde hay un arco también en los acantilados. Un paraje realmente muy pintoresco. Gran parte de la costa por esta zona ya es parte del Pembrokeshire Coast National Park, una extensión de territorio que alberga paisajes costeros maravillosos.

Cruzamos el entrante de agua por carretera y nos desplazamos a la zona oeste del parque, concretamente a la península de Wooltack Bay, con vistas a un islote, al que se puede acceder en barco pero nosotros no lo hicimos. Anduvimos el sendero costero hacia el sur hasta llegar a otro lugar con vistas a un islote mucho más cercano, el Gateholm Island. Toda esta zona es maravillosa. Por kilómetros se extiende un sendero costero que va por el borde de los acantilados o playas y que te permite pasear con total tranquilidad, pues es una zona rural y en muchas zonas los vehículos no se pueden acercar más que a los parkings habilitados. Es una forma maravillosa de disfrutar del paisaje costero. Seguimos bordeando la costa del Parque Nacional pasando por zonas de acantilados, playas y algún que otro pequeño pueblecito. Paramos muchas veces para sacar fotos de algún rincón que nos sorprendió y así poco a poco llegamos a St David’s. Se trata de un pequeño pueblecito que destaca por su inmensa catedral dedicada al patrono de Gales. Sorprende encontrarla al final del  pueblo en una pequeña hondonada junto con los importantes restos del palacio episcopal. Todo ello está en una zona verde de una excepcional belleza. Además al estar en una zona algo hundida del terreno se pueden tener buenas vistas desde un mirador.  Visitamos el interior de la preciosa catedral donde había muchas obras de arte y unas bonitas vidrieras. La parte del palacio episcopal aún en ruinas, era muy evocadora. Todo el complejo y el entorno en el que se encuentra son encantadores.

Catedral de St David's
                                                                                                                             Catedral de St David's

Aunque esta noche nos alojaríamos allí, en St David’s quedaba casi toda la tarde por delante por lo que de nuevo nos dirigimos a la costa para seguir explorando el Parque Nacional. Primero pasamos por el diminuto puerto de Porthclais Harbour, donde había unas curiosas construcciones de piedra en una especie de pequeño fiordo. Pasamos también por el pueblecito de Sant Justinian donde había unos embarcaderos muy curiosos frente a la isla de Ramsey que visitaríamos al día siguiente. Pasamos por la playa de Whitesands y llegamos a la punta de St David’s donde hicimos un recorrido a pie por el sendero costero para apreciar los paisajes y la accidentada costa galesa. Es una zona maravillosa zona para caminar y disfrutar de los verdes prados y el mar. Quizás no es una zona espectacular, pero es de esos sitios donde te encantaría pasear tranquilamente durante horas. Regresamos al coche y seguimos hasta Abereiddi. Hay que mencionar que por la carretera no ves la costa ya que discurre a una cierta distancia por lo que conviene saber los sitios más interesantes de antemano para poder parar cerca y acercarte hasta la senda costera. En Abereiddi encontramos una pequeña playa y una curiosidad natural: la Blue Lagoon, una piscina que se forma por la entrada de agua de mar en una cavidad rodeada de acantilados salvo por una de sus partes que la comunica con el propio mar. Caminamos por encima de los acantilados para verlos desde diferentes perspectivas y también una pequeña construcción que se levanta en la punta del acantilado. Acabamos aquí el día y regresamos a St. David’s a otro  B&B de los que abundan en Gales.

Blue Lagoon en Pembrokeshire Coast National Park
                                                                          Blue Lagoon en Pembrokeshire Coast National Park

DÍA 4:

Lo primero que hicimos fue visitar la isla de Ramsey que es una reserva de fauna. Tomamos el bote que habíamos contratado en Sant Justinian en uno de los pintorescos embarcaderos que habíamos visto el día anterior. Se llega en un santiamén a la isla pues está muy cerca y una vez allí no dedicamos a caminar y a explorar toda la isla. Hay un circuito que recorre el norte y el sur de la misma de unos 8 Km, sin apenas desnivel. Las vistas desde los acantilados son preciosas. Además vimos numerosas aves e incluso focas en una de las calas de la zona sur. La isla es un lugar maravilloso, ya que no hay ninguna presencia humana salvo un pequeño establecimiento donde puedes tomar alguna bebida y toda la isla rebosa de tranquilidad y paz. Para ello y para conservar la fauna el número de visitantes está limitado cada día por lo que es necesario reservar con antelación. Nosotros lo hicimos antes de emprender el viaje para no perdernos esta visita. Tras pasar una mañana excepcional sobre las 3 pasadas volvimos a tierra y seguimos ruta tras comer algo. Seguimos por la costa galesa hacia el norte, hacia Porthgain. Allí hay un diminuto puerto con unos restos de edificaciones de ladrillo. Subimos por el camino costero para disfrutar de las vistas del puerto y de los acantilados cercanos donde hay varias señalizaciones de piedra, como unos hitos.  Un poco más al norte paramos en Garn Fawr Iron Age Fort, una pequeña elevación que ofrece buenas vistas de la costa que es bastante bonita en esta zona que se caracteriza por una serie de salientes de la costa en el mar. Nos acercamos hasta la zona del sendero costero para sacar alguna foto más de cerca. Y tras coger el coche seguimos al norte hasta Strumble Head Lighthouse, un precioso faro situado en un islote comunicado con un puente con tierra firme. Las vistas hacia el mar y los acantilados así como la propia zona son realmente preciosas.

Isla de Ramsey
                                                                                                                                         Isla de Ramsey

Seguimos por el bonito pueblo de Fishguard que además de bonitas casas tiene un pequeño puerto pesquero y también por Cwm yr Eglwys, un pintoresco emplazamiento con los restos de una preciosa ermita en primera línea de playa. El camino costero hacia el este es muy bonito en esta zona y seguimos un pequeño tramo hasta la playa de Aberfforest Beach. En coche llegamos finalmente a Newport. Es un bonito pueblo en la desembocadura de un riachuelo en una zona de playa muy amplia. En la propia playa hay un edificio de piedra muy interesante que es un club de vela. Y tras ver el pueblo subimos a una pequeña colina que hay detrás del mismo, Fford Cilgwyn. La subida es muy corta pues se puede llegar en coche hasta la base de la misma, pero las vistas que ofrece de la costa y del entorno son espectaculares. Esta región es muy llana por lo que a poco que subimos las vistas alcanzan muchísimo terreno y una buena franja de costa. También es preciosa la bahía y playa de Poppit Sands Beach que pudimos ver desde un campo de golf al este de la misma. Salimos de la zona del parque nacional y nos encaminamos hacia la costa que nos llevaría al norte de Gales. La primera parada fue la playa de Aberporth, que vimos desde un mirador que la parte en dos. Es un pueblo muy agradable con su bonita playa. Paseamos por la zona de los acantilados con grandes vistas y ya el día no nos dio para más, puesto que la visita a la isla de Ramsey nos había ocupado buena parte del mismo. En Aberporth nos alojamos en otro B&B tras cenar algo rápido.

Poppit Beach
                                                                                                                                Poppit Sands Beach

DÍA 5:

Con el nuevo día nos acercamos al cercano Llangrannog, un diminuto y pintoresco pueblo con una sola hilera de casas apretujadas entre la playa y el pequeño acantilado. Desde la playa un sendero sube hasta un promontorio desde donde se puede ver una cala vecina de arenas doradas. Siguiendo un poco más por la costa se llega a un pequeño cabo con un islote prácticamente adosado, otro rincón encantador de la costa galesa. Desde allí seguimos a New Quay un bonito pueblo de casas de colores sobre un acantilado que preside un puerto pequeño y una playa. Una especie de Lastres a la galesa. Las casas y un edificio de piedra antiguo que había en la rampa de bajada al puerto daban un color especial a la escena. Tras  una corta visita llegamos a uno de los pueblos más interesantes de esta parte del país: Aberaeron. Es un  pueblo pesquero más grande de los  que habíamos visto hasta ese momento. Su centro es atravesado por un río que deja el puerto a un lado y a otro lado queda una especie de playa muy pedregosa. Ambos lados están conectados por un puente de madera y hay numerosas casas de colores que forman la primera línea en ambas orillas del río. Recorrimos las dos zonas y callejeamos un poco aunque lo más interesante es la zona que da al mar. La carretera prosigue su recorrido hacia el norte atravesando zonas de verdes prados sin vistas a la costa.

Aberaeron
                                                                                                                                                 Aberaeron

Nuestra siguiente parada fue Aberystwyth, un pueblo mucho más turístico y con un elegante paseo y edificios que se pueden ver a lo largo del mismo. Nos recordó mucho en estilo a Biarritz en Francia. Aparcamos en la zona del puerto y la playa sur, quizás la menos atractiva. Desde allí fuimos por la costa hasta la zona del paseo. Lo primero que nos encontramos fue el parque con las evocadoras ruinas del castillo en una punta que cierra la bahía por el sur. Las vistas desde el mirador y la propia colina donde se encuentra el parque a la zona central del pueblo y su paseo costero son impresionantes. Desde allí el paseo gira al norte donde hay un imponente edificio clásico de piedra de la universidad de Gales y poco después el Royal Pier, que con su estructura de patas metálicas se adentra en el mar. Alberga diferentes bares, pizzerías y locales de recreo. El amplio y agradable paseo continua bordeando la playa norte rodeado de elegantes edificios. Más hacia el norte el paseo se estrecha y llegamos a una pequeña colina, la Constitution Hill. Se puede subir en funicular pero estaba cerrado así que subimos andando y tras los fuertes repechos llegamos a la parte superior donde hay unas vistas impresionantes de toda la bahía y el pueblo. La vuelta hasta el coche la hicimos por las callejuelas interiores, donde también pudimos ver bonitas casas, alguna que otra iglesia y muchas tiendas. La verdad es que es un  pueblo precioso y por el que nos encantó pasear.

Aberystwyth
                                                                                                                                              Aberystwyth

Nuestra última parada del día fue otro precioso pueblo: Aberdyfi, en la desembocadura del río Dyfi y desde donde parte una kilométrica playa de arena hacia el norte. La zona del puerto y la calle que bordea la playa es muy atractiva con elegantes edificios y un muelle donde se pueden ver los aparejos de los pescadores. Ésta zona cercana al muelle es la más atractiva aunque también un paseo por la playa con vistas al otro lado del estuario es muy recomendable. Y así acabamos el día en este pequeño pueblo tras cenar algo en uno de los bares de la zona del puerto.

DÍA 6:

Empezamos el día visitando Machynlleth, un  pueblo interior en el que se pueden ver algunos edificios de entramado  de madera, una torre de reloj bastante bonita y algún edificio histórico más. Sin embargo el conjunto no es especialmente encantador por lo que vimos las cuatro cosas de interés y continuamos rápidamente con el viaje. Pasamos por una zona montañosa donde nos desviamos a ver un lago, el Llyn Mwyngil, que nos recordó mucho a los lagos escoceses por el paisaje circundante. Desde allí parten varias rutas a las montañas de alrededor pero nos quedamos con las ganas. Pasamos por el pueblo de Dolgellau, compuesto por casas de ladrillos de color negruzco con un fondo de montañas que merece la pena aunque solo sea para hacer  una foto desde el otro  lado del puente que da acceso al centro. Desde allí retomamos la carretera hacia la costa y fuimos avanzando por  el enorme estuario de un río con zonas arenosas a ambos lados hasta llegar a Barmouth. Lo primero que hicimos fue tomar el ferry que cruza el estuario para llegar a un mirador en una zona de dunas justo enfrente del pueblo. Las vistas son espectaculares, con el pueblo con una montaña detrás, las dunas, el estuario…. Después pasamos de nuevo el ferry para llegar al pueblo donde vimos una bonita iglesia y algunas casas interesantes. La playa es también muy bonita aunque se ve un poco afeada por la existencia de un descomunal aparcamiento en primera línea. La playa se extiende al norte a lo largo de varios kilómetros.

Barmouth
                                                                                                                                                  Barmouth

Siguiendo la carretera de la costa llegamos al castillo de Harlech situado en una zona elevada sobre la costa con fantásticas vistas. Lo visitamos por dentro y como la mayoría de los castillos que vimos en realidad solo puedes ver las paredes y la estructura general del edificio pero merece la pena por las fantásticas vistas que hay desde las torres y desde el patio que da hacia la costa. Se ve la inmensa playa que se prolonga al norte hasta el estuario que alberga Portmeirion. Aparte del castillo el pueblo de Harlech no ofrece mucho más así que nos fuimos hasta el curioso Portmeirion. Es un pueblo diseñado y construido por un arquitecto a su gusto. Casas palaciegas, jardines, fuentes y esculturas se encuentran junto a unas preciosas playas rodeadas de vegetación. En realidad no es un pueblo porque allí no vive nadie. Es un complejo que alberga hoteles, restaurantes y mucho más y la entrada es de pago pero merece la pena. El pueblo se organiza en torno a una plaza central y todo está cuidado al detalle. Las casitas de colores, las fuentes, la vegetación hacen de este lugar un enclave idílico. Incluso en la parte baja hay una casa que alberga un hotel con una pequeña playa en el río. Desde allí las vistas a la parte superior con la torre de la iglesia y las casas de colores es muy bonita. Todo el conjunto tiene un aire italiano aunque hay una buena mezcla de estilos, y se pueden ver el campanille, un arco del triunfo, un panteón con un fantástico techo abovedado….una mezcla muy curiosa pero genial.

Portmeirion
                                                                                                                                               Portmeirion

Desde allí seguimos bordeando la costa y paramos en el Cricieth, un pequeño pueblo con una larga playa y unas callejuelas con bonitas casas, pero sobre todo con las ruinas de un castillo en un promontorio  en la misma orilla del mar que ofrece vistas magníficas sobre el pueblo y una buena franja de la costa. El pueblo marca el comienzo de la península de Llyn, otra de las zonas más bonitas de la costa galesa. Y este fue el final de nuestro día pues era aquí donde habíamos reservado el B&B.

DÍA 7:

Tras desayunar comenzamos a explorar la península de Llyn. La carretera pasa por el pueblo de Pwllheli, que no tiene mayor interés pero sí kilómetros de playas de arena a ambos lados. Toda la costa sur de la península está jalonada por inmensos arenales y pequeños pueblecitos. Así llegamos a Aberdaron, un pequeño y encantador pueblo con su iglesia, sus pequeñas casas y un  riachuelo que lo atraviesa desembocando en la propia playa. Después habíamos reservado una excursión a la isla de Bardsey y para ello tuvimos que ir hasta una cala, la de Porth Meudwy – el coche se deja a unos 10 minutos de la cala -, donde nos recogió una pequeña embarcación a motor y nos llevó a la isla. Íbamos muy pocas personas y este no debe ser un lugar muy concurrido pues la capacidad del bote era bastante pequeña. En poco tiempo llegamos al islote con una peculiar forma, alargado y con una elevación importante en uno de sus extremos. Allí nos dejaron algo más de tres horas para explorar la isla y volver al bote. En realidad da tiempo de sobra pues la isla tiene poco más de 1.5 Km de largo. Primero fuimos hasta su extremo sur donde se encuentra el faro. Y después subimos a la colina que se encuentra en la vertiente noreste de la isla. Allí hay subiendo desde la iglesia una cueva de un antiguo ermitaño pero sobre todo lo que más merece la pena son las vistas. La elevación que alcanza la colina sobre la isla hace que sea un mirador fantástico.  El resto del tiempo lo dedicamos a pasear por la costa, con una sensación de tranquilidad infinita. Si ya esta zona de Gales está bastante deshabitada y la sensación de aislamiento es grande, en la isla esto aún se acentuaba más. En la isla hay solo un par de granjas, la iglesia y las escasas ruinas de una antigua abadía. Paseamos tranquilamente por la isla hasta que llegó la hora de embarcar de nuevo.

isla de Bardsey
                                                                                                                                         Isla de Bardsey

De nuevo en el coche seguimos por la costa norte de la península y paramos en la playa de Porth Oer, otra preciosa playa aislada y remota y algo después en la de Traeth Penllech de similares características. En Rhos-y-llan pudimos ver en la playa una bonita cueva de mar, por la que podías pasar de un lado de la playa a otro. Y llegamos a Morfa Nefyn, uno de los sitios que más nos gustó de toda la península. El pueblo tiene una amplia playa pero lo más interesante es el cabo que cierra la playa por la izquierda. Hay un paseo hasta la punta del cabo precioso –discurre por un campo de golf- con unas grandes vistas hacia ambos lados y con pequeñas calas bajo los acantilados. De hecho se puede acceder a esas calas donde hay varias edificaciones, con algún bar. Es un sitio maravilloso, la única pega es que como el sendero discurre por el campo de golf tienes que pagar una especie de entrada al club de golf para caminar hasta el cabo, pero la verdad es que merece la pena. Es uno de los rincones con más encanto dela península de Llyn. A partir de aquí la costa sigue con una sucesión de largas playas una tras otra hasta llegar a una zona donde aparecen algunas montañas costeras. Pudimos subir en coche  - muy despacio por una carretera muy estrecha -  a la de Yr Eifl, un fantástico mirador sobre la costa. Nos quedamos  con pena de no poder hacer alguna subida andando a alguna de las vecinas más altas y solo accesibles a pie, pues las vistas debían ser fantásticas. Una buena panorámica desde debajo de estas montañas la pudimos disfrutar desde el muelle  del cercano Trefor, con la costa y el pequeño puerto  en primer plano.  Y así llegamos a Caernarfon, que ya visitaríamos al día siguiente pues estaba oscureciendo. Allí nos alojamos en otro B&B y esperamos al nuevo día.

Yr Eifl
                                                                                                                                                         Yr Eifl

DÍA 8:

El principal punto de interés de Caernarfon es el imponente castillo que se levanta en la desembocadura de un riachuelo poblado por numerosos barcos pequeños de recreo. Las  mejores vistas se tienen desde la otra orilla del río justo cruzando el puente. Rodeando el castillo llegamos a una plaza en la que había edificios muy bonitos, la iglesia y por supuesto una de las imponentes paredes del castillo. Visitamos el interior del castillo y subimos a las torres desde donde las vistas son impresionantes. El interior del castillo, en la línea de otros de Gales, puedes ver la estructura y algunas estancias completamente desnudas. Alrededor del castillo hay varias  callejuelas con encanto y además se nota que este pueblo es bastante más turístico pues no faltaban las tiendas de souvenirs que tan extrañas nos parecieron aquí, pues no eran muy comunes en Gales. También se pueden ver por las calles fragmentos de las  murallas y una puerta de entrada a las mismas en la zona del puerto deportivo. Seguimos nuestra ruta y nuestro siguiente destino fue la isla de Anglesey, que se encuentra unida a Gales por dos puentes. Cruzamos por el  primero de ellos, el Pont Britannia, un  pintoresco puente de dos arcos sobre el ancho estrecho de mar que separa la isla de tierra firme.

Caernarfon
                                                                                                                                                Caernarfon

Avanzamos en dirección sur  hasta el islote de Ynys Llanddwyn, un estrecho islote muy pintoresco al que se puede pasar caminando por la playa. Un precioso sendero nos lleva a la punta donde hay dos faros, una pequeña cala de arena y grandes vistas  del fantástico entorno. Es un agradable paseo de algo más de 1 Km ida y vuelta. Seguimos bordeando la península hasta Aberffraw, un pequeño pueblo donde una estrecha carretera nos llevó a una pintoresca iglesia de Cwyfan situada en un promontorio en medio del mar, aunque con marea baja se podía llegar a la misma. La iglesia no es gran cosa pero la ubicación es espectacular. Continuamos hasta South Stack, en la península e Holyhead, donde hay un imponente faro en una preciosa zona de acantilados. Desde el aparcamiento se bajan unas largas escaleras hasta un puente que comunica con el islote en el que se encuentra el faro. Desde el islote las vistas son muy buenas, como lo son a lo largo del camino de bajada hacia el mismo. Con el coche llegamos después a North Stack la otra punta de la península donde hay unas instalaciones que sirven para el avistamiento de aves y nos dan vistas hacia el faro que acabamos de visitar. Toda esta zona de Holyhead tiene un paisaje de acantilados excepcional. Saliendo de la península y más al  norte de la isla de Angelesey llegamos a un lugar muy bonito y peculiar en la costa: Traeth Ynys y Fydlyn. Es un entrante rodeado por pintorescas rocas donde hay una playa de grava y una especie de laguna encajada entre los acantilados que parece  provenir del mar. El camino de bajada nos da una vista impresionante. Seguimos hasta Cemlyn Bay, una preciosa bahía también con una laguna costera pero ésta mucho más grande y abierta que la anterior. Hicimos un recorrido hasta el cabo para ver una preciosa panorámica, sólo estropeada por la presencia de una central energética tras la bahía.

Ynys Llanddwyn
                                                                                                                                       Ynys Llanddwyn

Siguiendo la carretera por la isla llegamos a Porth Wen, una pequeña cala donde hay unos restos de una especie de fábrica, en ladrillo rojo, que conforman un paisaje muy fotogénico. Hacemos una parada para sacar unas fotos y seguimos hasta un lugar muy curioso e inesperado: una antigua mina de cobre en Parys Mountain. Hay un centro de interpretación que visitamos rápidamente pero lo interesante  es la antigua explotación que conforma una cicatriz enorme en los verdes campos de  Angelesey, formando un paisaje completamente irreal con numerosos tonos ocres y completamente accidentado. Hay un mirador que da una perspectiva del conjunto y además hicimos un corto recorrido para verlo más de cerca. Después paramos en Lligwy Beach, una playa que habíamos visto como destacada en las guías pero que realmente no era para tanto. Y finalmente llegamos de nuevo al  estrecho de Angelesey y a Beaumaris. Beaumaris es un bonito pueblo con  vistas al estrecho y donde destaca sobre todo su castillo. Entramos a visitarlo y aunque no es muy alto pudimos subir por las murallas y las torres para contemplar el estrecho y la costa galesa. Pusimos ver  algún aposento, una capilla y los pasillos que unen las torres. Todo el interior es un espacio abierto y tapizado de verde césped. Es un castillo bastante bajo porque por lo visto se quedó a medio construir. Después de la visita al castillo aprovechamos para callejear un poco y descubrimos algunas casas interesantes, la iglesia y sobre todo el muelle, que se adentra en el canal y acaba en una preciosa zona de madera con grandes vistas del pueblo y la costa enfrente.

Cruzamos el puente de Menai – el otro que une la isla de Angelesey con Gales – y que ofrece unas maravillosas vistas del estrecho y nos dirigimos a Bangor, un  pueblo de considerable tamaño pero sin mucho que destacar. Eso sí tiene un  precioso muelle que se adentra en el estrecho similar al de Beaumaris pero bastante más largo. Estuvimos paseando por allí hasta que anocheció y nos retiramos a nuestro alojamiento tras cenar algo en un sitio de comida rápida.

DÍA 9:

Empezamos el nuevo día viajando a Conwy uno de los lugares  más bonitos de Gales. Accedemos a la ciudad vieja cruzando el puente nuevo, New Bridge, que discurre paralelo al antiguo  puente de piedra de Telford, por donde tras aparcar pasamos caminando para visitarlo. La vista del castillo desde el puente es magnífica. Tras aparcar en un amplio parking con buenas vistas a la muralla, cruzamos esta muralla y nos acercamos al castillo. Se pueden ver múltiples estancias – sin ningún tipo de mobiliario - y altas torres cilíndricas por donde asomarnos y ver diferentes vistas como los puentes de acceso al pueblo, o toda la zona del puerto… Es un castillo muy completo y grande por lo que de tener que elegir en una visita a Gales yo elegiría este frente a los otros que hemos podido ver. Tras salir del castillo seguimos la visita del pueblo y vimos la iglesia medieval de St Mary. En Lancaster Square vimos una pequeña estatua de Llywelyn. Hay numerosos lugares para fotografiar en la ciudad medieval, pues el pueblo es precioso. Por todo el pueblo encontramos diferentes accesos gratuitos a la muralla que se puede visitar libremente y con sus 9 metros de alto proporciona buenísimas vistas. Las murallas tienen muchísimas torres. En la zona del estuario recorrimos el paseo viendo la que dicen es la casa más pequeña del mundo – otro reclamo para turistas  ya que hay que pagar por verla -. Esta zona del paseo es muy animada y tiene unas vistas espectaculares con el  castillo y los puentes de fondo tras la miríada de embarcaciones que podemos ver en el puerto. Hay además un curioso monumento a los mejillones.

Conwy
                                                                                                                                                       Conwy

Dejamos Conwy con un gran sabor de boca y viajamos al  no menos interesante Llandudno con su bahía semicircular flanqueada por casas de colores. En el muelle destaca su majestuoso muelle victoriano adentrándose en el mar y acabando en  una zona de restaurantes y locales de ocio. Es un paseo delicioso. El pueblo es un resort vacacional, con mucho ambiente y un maravilloso paseo que rodea la playa con numerosas casas victorianas. El muelle de madera que se adentra en el mar se encuentra junto al cabo de Great Orme´s Head, un parque natural donde se pueden ver unas milenarias minas de las que se extraía cobre y subiendo hasta arriba en teleférico puedes disfrutar de unas vistas maravillosas en todas direcciones. La parte alta es bastante amplia por lo que lleva un rato recorrerla y disfrutar de las  diferentes vistas. Estuvimos callejeando un poco y una coa que nos llamó la atención fueron las galerías  cubiertas en la parte exterior de muchos bares y comercios. A lo largo de la playa el amplio paseo se extiende hacia las cercanías del otro cabo  que cierra la bahía, el Little Orme. Allí llegamos, pero en coche porque era mucha distancia y queríamos subir a este otro cabo para disfrutar de las vistas. Las vistas son mejores incluso que las del primer cabo de la bahía. Una verdadera gozada subir, eso sí, andando pues en este no había teleférico.

Llandudno
                                                                                                                                                Llandudno

Tras llegar a este punto nos desplazamos al sur a Llanberis, un pueblo del interior en el Parque Nacional de Snowdonia y a los  pies de la montaña Snowdon el pico más alto de Gales con poco más de 1000 metros. Llanberis en sí es un colorido pueblo  en cuyas calles podemos ver alegres fachadas de todos los colores y dos bonitos lagos. Visitamos las ruinas del castillo de Dolbadarn, ubicadas en un alto con preciosas vistas a uno de los lagos, el Llyn Peris. Las ruinas del castillo nos son gran cosa, quedan una torre y algunos muros, pero desde lo alto de la torre las vistas todavía mejoran. Tras ver el castillo dedicamos un rato a pasear por el pueblo antes de cenar y alojarnos en otro B&B.

DÍA 10:

Habíamos reservado un viaje en tren en el primer tren de la mañana a las 9 de la mañana al pico de Snowdon – también se puede subir andando -. Así además de aprovechar el día el viaje nos salió más barato, pues el primer viaje del día el billete es más económico. El tren sube hasta la misma cima de la montaña – solo en verano – y las vistas son espectaculares hacia todos los lados, con las montañas, los lagos, el mar… No es una montaña muy alta pero el paisaje de los alrededores es impresionante. Con el billete de ida y vuelta te dejan media hora para disfrutar de la cumbre. También puedes bajar andando pero nosotros queríamos seguir haciendo cosas y como  ya habíamos visto la montaña bajamos en tren.  Tras la excursión en tren habíamos decidido hacer  una ruta de senderismo para conocer más el parque nacional y viendo las posibilidades de tiempo que teníamos en la oficina de turismo nos aconsejaron subir al Glyder Fawr desde la cercana ubicación de Gwastadnant. De hecho solo había que seguir la carretera unos 4 Km desde Llanberis. La caminata es dura pues es bastante empinada pero no presenta dificultades. Desde el principio empezamos a subir y llegamos hasta el lago Llyn y Cwn ya a bastante altura. A medida que subíamos las vistas se iban abriendo y eran preciosas. Después del lago se empieza a caminar por zona de rocas hasta llegar a la cima, donde las vistas son superlativas hacia Snowdon, y el resto de lagos, montañas y valles de la zona. Es un paisaje que me recordó mucho  a las Highlands escocesas. Tras disfrutar de las preciosas vistas descendimos por el mismo camino. En total la excursión nos llevó algo menos de 4 horas, así que nada más bajar engullimos la comida que teníamos preparada.

Vistas desde la cima de Snowdon
                                                                                                          Vistas desde la cima de Snowdon

Después del esfuerzo de la ruta nos dirigimos al vecino valle de Ogwen, uno de los paisajes más bonitos del parque según  nos habían dicho y efectivamente es un lugar maravilloso. Desplegado alrededor del lago Ogwen el valle y las montañas que lo rodean son preciosos. Como la carretera pasa por la parte baja del valle la seguimos e hicimos alguna parada para sacar fotografías. Nos movimos un poco por los alrededores del lago haciendo algún pequeño camino pero simplemente para sacar fotos con algo de perspectiva. Una vez que recorrimos el valle nos desplazamos a Betws-y-Coed, parando en el camino en unas cascadas, las Swallow Falls. Betws-y-Coed es un bonito pueblo a la entrada del Parque Nacional de Snowdonia. Antiguas casas de piedra alojan bares y restaurantes y es base para muchas rutas de senderismo.  Existe una cascada en el mismo pueblo, justo al lado del puente de piedra que hay sobre el río.

Betws-y-Coed
                                                                                                                                           Betws-y-Coed

Hicimos una sencilla caminata de unos 7 Km pero sin ninguna dificultad por el bosque Gwydir hasta el Puente Pont y Pair y que nos llevó un par de horas. A lo largo de esta ruta pudimos ver preciosos paisajes de montaña y algunos puntos de interés como el lago Llyn Elsi, el Ancaster Memorial, el puente de Miners Bridge y el puente de Pont y Fair. Hay vistas además muy bonitas de los valles de la zona y del lago y se recorre un tramo por la ribera del río. Un paseo relajante en un entorno incomparable. La ruta comienza detrás de la iglesia en Betws y Coed y nos dieron información completa en la oficina de turismo del pueblo. Tras esta caminata y después de un día muy intenso nos dedicamos los últimos compases del día a pasear por el precioso pueblo observando sus bonitos edificios y tras cenar algo nos retiramos a nuestro alojamiento.

DÍA 11:

Nos levantamos pronto pues viajábamos al sur dos horas hasta Elan Valley. Es un precioso valle con unas montañas muy fotogénicas y caracterizado porque está salpicado de un buen número de embalses. La ruta que sigue el lecho del valle en coche es bastante pintoresca. Fuimos haciendo paradas en diferentes ubicaciones para sacar vistas y contemplar las estructuras de los embalses, muchos de ellos coronados con algunas garitas bastante distintivas. También hicimos alguna corta ruta caminando. En la presa de Pen y garreg pasamos por encima de la presa e hicimos un bonito camino río abajo. Y tras visitar el centro de información turística en Elan Village hicimos la ruta de Craig Cnwch, Fueron como 4.5 Km con algo de desnivel pero preciosas vistas del embalse de Caban Coch y del viaducto del Garreg Ddu. Es una preciosa ruta sin complicaciones y que nos da una buena vista de la zona, una de las más bonitas del valle ya que los embalses se ramifican en varios brazos. Es un paisaje  muy bonito sobre todo en algunos puntos que se abre bastante el valle y podemos ver bellas panorámicas.

Presa en Elan Valley
                                                                                                                               Presa en Elan Valley

Desde allí nos dirigimos al parque Nacional de Brecon Beacons, una gran extensión que contiene una serie de pequeñas cadenas montañosas y sobre todo se caracteriza por laderas verdes y onduladas por todos los lados. Entramos al parque por el pueblo de Hay-on-Wye, donde había edificios bastante cuidados e interesantes. Seguimos por una carretera estrecha de montaña hasta el paso de Gospel, donde hay unas buenas vistas de esta zona del parque: prados verdes y colinas onduladas. Hicimos una parada en el paso para disfrutar del panorama y seguimos hasta las ruinas de la abadía de Llanthony. Son unas preciosas ruinas en un bonito entorno natural. Además de las ruinas había algunos edificios de piedra más que no desmerecían el conjunto. Desde allí seguimos hasta Sugar Loaf una preciosa montaña con buenas vistas y de fácil acceso desde el pueblecito de Llanwenarth. Hay un aparcamiento señalizado desde donde la ruta es muy directa a la cima. Las vistas desde la cima son espectaculares: las onduladas colinas verdes se pierden en el horizonte. La subida y la bajada son unos 5 Km y hay unos 300 metros de desnivel. Es un mirador privilegiado sobre esta zona oriental del parque. Seguimos la carretera al Norte para visitar las ruinas del castillo de Tretower, en realidad una torre y unos muros en ruinas pero que conservan cierto encanto.

El día lo terminamos en Becon, un  pueblo bastante grande con calles y algunos edificios interesantes como el ayuntamiento y la zona de alrededor. No tiene nada especialmente atractivo pero callejear y pasear por allí al final del día fue una experiencia agradable. El día siguiente íbamos a acometer la subida al Pen y Fan (886 metros), la cima más alta del parque y el sur de Gales.

DÍA 12:

Tomamos la A470 hacia el Sur y aparcamos en el parking habilitado para la subida al monte. Es una subida cómoda y muy directa (menos de 6 Km de ida y vuelta) por la herbosa ladera de la montaña directamente hasta la cima. La cima es una zona plana bastante extensa y cubierta de piedra en  contraste con las laderas verdes por las que hemos ascendido. Las vistas son preciosas en todas direcciones. Junto a la cima del Pen y Fan hay otra cima continuación del cordal, la del Corn Du, que ofrece vistas muy similares.

Pen y Fan
                                                                                                                                                  Pen y Fan

Descendimos de la montaña y nos desplazamos 40 minutos en coche al este para visitar otro de los lugares emblemáticos del parque nacional: el lago de Llyn y Fan Fach. Se deja el coche en el aparcamiento habilitado para llegar al lago y tomamos el sendero que va directo al lago a lo largo de una pista muy cómoda. Todo el entorno es realmente precioso y pasear por aquí es una maravilla, un verdadero disfrute de los sentidos. El recorrido hasta el lago es de poco más de 1.5 Km. El lago  es muy bonito sobre todo por el marco  natural donde se encuentra, en una especie de anfiteatro rodeado de montañas onduladas muy pintorescas. Subimos por una de las laderas, la más accesible, y la vista desde allí todavía mejora la que habíamos disfrutado desde abajo.

Regresamos al coche y abandonamos el parque para ir acercándonos a Cardiff y hacer las últimas excursiones del viaje. Fuimos a ver el castillo de Caerffili. Es una fortificación normanda, situada en el centro del pueblo del mismo  nombre. Es el castillo más grande de Gales y está rodeado de lagos artificiales. Entre la entrada exterior y la parte interior del Castillo de Caerphilly hay tres puentes levadizos. El edificio central se encuentra en una isla. Las murallas exteriores están conectadas con el bastión inferior por una pequeña franja de tierra. En el interior del castillo, las vistas son increíbles. Desde fuera es imponente con su torre inclinada y su foso situado en un terreno bastante amplio  y cubierto de verde, lo que le da mayor realismo a pesar de estar dentro de un pueblo. Visitamos muchas salas y recovecos, y un patio de armas y por supuesto subimos a lo alto de las torres donde hay unas buenas vistas.

castillo de Caerffili
                                                                                                                                  Castillo de Caerffili

El último destino del día fue Monmouth, un pequeño pueblo cerca de Inglaterra y donde confluyen el río Wye y el Monnow. Es un pueblo de ambiente rural y muy agradable que alberga algunos tesoros. El punto más pintoresco es el puente medieval, con una puerta de entrada a la antigua ciudad en el medio. Junto al puente encontramos la Iglesia de St. Thomas. Pasando el puente caminamos por Monmouth Street con numerosas tiendas. Las ruinas del castillo se encuentran en lo alto y junto a éstas una encontramos la Great Castle House, un bonito edificio de piedra. El castillo solo son unos cuantos muros, no demasiado interesantes. Pasado el castillo llegamos a la iglesia del Priorato de St. Mary. Dimos un paseo por el centro muy agradable disfrutando de las viejas casas y edificios como el del ayuntamiento. Aquí nos alojamos nuestra última noche en Gales.

 

DÍA 13:

Hoy regresábamos de este fantástico viaje pero como el vuelo no salía hasta primera hora de la tarde hicimos dos últimas visitas de camino a Cardiff: la abadía de Tintern y Caerleon. Primero pasamos por la abadía, enclavada en un precioso paraje en el valle del Wye. El emplazamiento es idílico y las ruinas se conservan sin techos y faltan bastantes elementos pero el conjunto tiene una gran  belleza. Tras pagar la entrada puedes pasear libremente por el recinto completamente cubierto de césped y disfrutar de todos los detalles que permanecen en pies. Especial mención para una ventana vacía que conserva sin embargo todos sus  adornos y los nervios donde deberían ir encajados  los vidrios. El complejo es bastante amplio y fuera del edificio principal también se conservan importantes  restos de otras edificaciones. La abadía se encuentra junto al río Wye donde un desvencijado puente cruza al otro  lado en un cerrado meandro.

Abadía de Tintern
                                                                                                                                     Abadía de Tintern

Y ya de camino a Cardiff nos pasamos por Caerleon, donde se pueden ver los restos de un anfiteatro romano, más bien la base, porque queda muy poco del mismo, aunque sí se aprecia perfectamente la forma original de la construcción. Además se pueden ver cerca de allí los restos de los barracones de los soldados romanos y también los baños, además de un museo dela legión romana. Lo baños merece la pena visitarlos. Además toda la ciudad está impregnada de elementos artúricos pues dicen que aquí es donde fue coronado Arturo y donde reunía a sus caballeros de la Mesa Rodonda. La iglesia del pueblo es realmente bonita por cierto.  Dimos un paseo por el pueblo y ya sin tiempo para más nos fuimos a Cardiff, a devolver el  coche y al aeropuerto. Así terminamos un viaje que nos dejó un sabor de boca maravilloso.

DATOS PRÁCTICOS:

Cómo llegar: Desde España no hay vuelos directos a Cardiff, por lo que hay que hacer escala. Nosotros volamos desde Bilbao con escala en Amsterdam. Otra opción es volar a Londres y desde allí desplazarse en coche. Cardiff está a poco más de dos horas y media de Londres.

Alojamiento: Reservamos todos los B&B desde aquí para no tener que preocuparnos por el alojamiento durante el viaje. La verdad es que todos los que probamos estaban realmente bien, algunos mucho mejor que  cualquier habitación de hotel y con desayunos espectaculares. Podemos decir que la calidad de los B&B en Gales es realmente buena.

Conducir: acostumbrarse a conducir por la izquierda cuesta un poco pero las carreteras son muy buenas y la señalización abundante. Solo las carreteras que llevan a lugares más recónditos como calas, o algunas montañas son más estrechas y están en peores condiciones. Para ver muchos de los lugares que recorrimos es imprescindible el coche. Hacer un viaje así en transporte público en este mismo tiempo es completamente inviable.

Clima: el viaje lo hicimos en Junio y aunque en general nos hizo un tiempo bastante bueno el tiempo es bastante cambiante. Pasamos de sol a nubes o nubes con algo  de lluvia y viceversa en cuestión de horas. Nos llovió poco y por las tardes hacía bastante fresco. Además en Junio en Cardiff los días son muy largos,, por lo que dispones de muchas horas de luz para disfrutar si madrugas un poco.

Comida: todos los días llevábamos comida para hacer picnic donde nos coincidiese porque así no teníamos que preocuparnos de encontrar sitios para comer y podíamos aprovechar más para hacer las visitas. Para cenar si solíamos cenar en bares, restaurantes o pizzerías, según el día. En general todo más caro que en España, pero tampoco algo desproporcionado.

Visitas: todos los castillos y lugares que visitamos con entrada, o  el mismo ferrocarril  a Snowdon, o los barcos a las dos islas que visitamos fueron bastante o muy caros. Las entradas a los castillos nos parecieron bastante caras pues la mayoría de ellos están completamente desnudos y solo puedes ver las paredes y murallas.

Gales es un país pequeño, acogedor y con una gran riqueza natural. Numerosos castillos, 3 Parques Nacionales y preciosos pueblos tanto interiores como costeros hacen de este pequeño país un destino maravilloso. En este viaje hicimos un recorrido por sus principales puntos e interés y tuvimos tiempo para hacer alguna pequeña ruta de senderismo para conocer más de cerca sus atractivos naturales. Gales es uno de los grandes olvidados cuando visitamos las islas británicas. Los enormes atractivos naturales y culturales de sus vecinos Escocia, Irlanda e Inglaterra hacen que pase a un segundo plano como destino turístico. Sin embargo descubrimos un país único y con mucho  que ofrecer al visitante.

DÍA 1:

Llegamos a Cardiff, la capital de Gales y nos alojamos en un hotel en la zona del puerto. Cardiff tiene dos zonas de interés, una de ellas en el puerto y la otra en el centro a algo más de un Km de la costa. Como teníamos en hotel en el la zona del puerto  empezamos por visitar esta zona. Es una zona moderna de nueva construcción donde hay grandes espacios para pasear. Empezando por la zona oeste podemos ver una zona  de humedales en la que se alza un edificio muy moderno que alberga un hotel. Seguimos por una zona de muelles sin demasiado interés hasta llegar al parque de Landses Gardens, una zona muy nueva donde empieza el paseo al lado del mar. Es una zona maravillosa para pasear donde se combinan algunos edificios antiguos con modernos complejos que albergan cafeterías, restaurantes…una zona muy animada y pintoresca.  Llegamos a una amplísima explanada en la que pudimos ver algunos de los edificios más característicos de la zona: el Millenium  Center, un precioso palacio de Congresos con un diseño futurista que contrasta con el cercano edificio rojo  del Pier Head, un edificio del puerto. La plaza resulta especialmente atractiva al atardecer con la iluminación nocturna. Seguimos por delante del edificio de la Asamblea Nacional de Gales, otro moderno edificio, y siguiendo el paseo llegamos a la iglesia Noruega, un edificio de madera antiguo que hoy en día alberga un centro de artes. Allí mismo el paseo tiene un buen mirador para ver la pequeña zona del puerto en perspectiva. Avanzamos un poco más por un puentecillo y un parque hasta llegar a la zona portuaria que ya no tiene ningún interés.

Tras pasear por esta zona del puerto nos desplazamos al centro y lo hicimos caminando. Gran error porque hay más de 1.5 Km a lo largo de una avenida muy amplia que no aporta nada. Lo primero que hicimos fue dirigirnos al Castillo, un edifico realmente bonito y con mucho que ver. Es una amalgama de diferentes estilos pero que resultan muy pintorescos. La mejor vista del exterior se tiene desde el contiguo Bute Park donde además se puede ver un sencillo círculo de piedras  megalíticas. El castillo es bastante grande y merece la pena visitarlo. Hicimos una visita guiada donde pudimos ver diferentes estancias exquisitamente decoradas, los apartamentos, el curioso refugio antiaéreo… y sobre todo la suntuosa habitación árabe. Después en el centro del enorme recinto visitamos la Torre Normanda, un antiguo fuerte que puedes subir hasta arriba para disfrutar de más preciosas vistas del castillo en medio de la ciudad con el moderno estadio de fútbol justo detrás. La torre del reloj es otro delos puntos destacados de la visita. La visita al castillo se alargó durante unas dos horas pero mereció mucho la pena. Tras salir del castillo cruzamos el río y estuvimos por el exterior de la zona del estadio donde hay un paseo que recorre la orilla del río y llegamos a un mercado cubierto, un interesante edificio donde puedes encontrar todo  tipo de productos.  De nuevo al norte y muy cerca del castillo pudimos ver el edificio del ayuntamiento de estilo neoclásico y con una bonita cúpula, situado en una zona de jardines. Junto al ayuntamiento se encuentra el también imponente edificio del Museo Nacional.  Al otro lado del ayuntamiento se levanta otro bonito edificio, el Palacio de Justicia y detrás los edificios de la universidad organizados en torno a un  amplio parque. Callejeamos un poco por la zona centro y tomamos un autobús para volver a la zona portuaria.

Allí cenamos algo  en uno de los locales cercanos al puerto y estuvimos dando un paseo por la zona, que estaba muy animada al ser fin de  semana. Ya sin tiempo para más nos retiramos al hotel. Con el viaje el día se nos había quedado muy reducido, así que al día siguiente empezaríamos a recorrer Gales.

DÍA 2:

Empezamos a recorrer la costa y paramos en Dunraven Bay, una zona de costa donde se pueden ver los restos del castillo de Dunraven, un pequeño saliente en el mar con vistas a los acantilados y un bonito tramo de costa rocosa con una playa en uno de los lados. Es un  lugar precioso para dar un paseo. Tras esta parada seguimos hasta la ciudad de Swansea. Es la segunda ciudad de Gales y apenas conserva edificios antiguos pero la parte que da al mar tiene cierto interés. Vimos los restos del castillo de Swansea y la zona del museo que cerca del mar es lo  más destacado. Un paseo bordea toda la bahía y nos acercamos en coche hasta la zona de The Mumbles, donde al final de un  muelle hay una parte con unos islotes con un faro y varias edificaciones pintorescas. No nos entretuvimos demasiado y nos adentramos en la preciosa península de Gower. La primera parada fue la preciosa playa de Three Cliffs Bay. Un agradable sendero por los acantilados de su lado este nos regaló vistas de la playa, el río que desemboca en un cerrado meandro  y hasta los restos de un castillo, el castillo Pennard. Los acantilados tienen  formas caprichosas y el recorrido es muy bonito. La desembocadura del río en la bahía es una imagen impresionante. Desde allí la carretera sigue paralela a una gran playa que llega hasta Oxwich Beach y más adelante hasta Port Enyon donde otro saliente rocoso ofrece grandes vistas sobre la costa. En Port Enyon hay unas ruinas de una antigua construcción y siguiendo la costa unos cientos de metros al oeste llegamos a un lugar muy peculiar: Culver Hole ,una cueva estrecha en el mar que se encuentra tapiada con unas ventanas y una puerta a unos metros sobre el nivel del mar en marea baja. Es un lugar muy pintoresco simplemente desde fuera, ya que no entramos pues el acceso no parecía muy seguro. Seguimos el trayecto hasta la punta de Rhossili, donde una punta rocosa nos ofrece vistas a un alargado islote en frente de nosotros. Como la marea lo permite pasamos al islote y a mitad de recorrido pasamos de un lado a otro del mismo por un puente natural en la roca, el Devil’s Bridge. Llegamos hasta la punta occidental del islote conocido como Worm’s Head para disfrutar de bonitas vistas del mar, la costa y la playa de Rhossili, considerada la mejor de Gran Bretaña. Siguiendo al norte la carretera cerramos el recorrido por una zona muy plana repleta de marismas y arenales. En la playa de Whiteford paramos para acercarnos a un faro clavado en mitad de la enorme zona de rocas y arena que parecía estar en medio de la nada pero era un lugar realmente pintoresco, por el propio faro y su ubicación. Sólo pudimos llegar a él porque había marea baja.

Tras salir de la península llegamos al castillo de Kidwelly. Las mejores vistas se obtienen desde el río que pasa bajo sus muros y visitamos su interior, que en realidad está bastante vacío con diferentes zonas ganadas por la hierba aunque merece la pena por las vistas que se pueden tener desde las torres. A la salida comimos algo rápido y paramos en otro castillo, en sus ruinas para ser más exactos. Se trata del castillo de Laugharne, que desde una zona verde y de marismas que da al mar presenta un aspecto realmente impresionante. Continuamos nuestra ruta hasta el bonito puerto pesquero de Saundersfoot. Se trata de un pueblecito con una playa y un pequeño puerto pesquero donde estuvimos paseando por la zona del puerto y las calles adyacentes. Aquí se puede respirar el ambiente de un pueblo tradicional pesquero galés. Y de aquí nos dirigimos a Tenby, una de las joyas de la costa galesa. Una de las razones son sus fantásticas playas de arena blanca y por supuesto lo pintoresco del precioso pueblo. La playa más importante de Tenby está frente al islote de Santa Catalina, coronado por una vieja fortaleza victoriana. En marea baja pusimos llegar caminando hasta la isla y obtener buenas panorámicas del litoral de la ciudad. Aunque eso fue el día siguiente pues cuando llegamos ya había marea alta. La zona más bonita de Tenby es su puerto pesquero, rodeado de pintorescas casas de colores. El puerto es muy auténtico con barcos tradicionales de pesca. Por encima del puerto accedimos a la zona del castillo – del que solo queda una torre ruinosa – situado en un promontorio rocoso que ofrece maravillosas vistas del pueblo, del islote de Santa Catalina y del puerto. La panorámica es  preciosa. Además de la playa del castillo hay dos enormes playas al sur y al norte, especialmente larga y bonita la del sur. Un sendero circunvala el peñón del castillo desde donde salen algunos muelles con construcciones muy fotogénicas. También hay un mirador precioso en forma de kiosko hacia la playa sur. Pasamos el resto del día paseando por las callejuelas y por la primera línea de playa. Cenamos algo en el mismo pueblo y nos alojamos en un B&B en este maravilloso pueblo.

DÍA 3:

Madrugamos y pasamos al islote de Santa Catalina en marea baja simplemente para disfrutar de las vistas que no habíamos podido ver el día anterior. Tras la pequeña excursión retomamos la ruta e hicimos un breve desvío hacia el interior para visitar el castillo de Carew, otras ruinas junto a un río que presentan una estampa realmente pintoresca. No lo visitamos por dentro. Sí visitamos por dentro el castillo de Pembroke, también en una ubicación idílica en un recodo del río. El interior es una zona muy abierta cubierta de césped y las mejores vistas se obtienen desde un paseo que discurre junto a la otra orilla del río. Tras este desvío por el interior regresamos a la costa, a la zona de Stackpole y sus playas. Es una zona muy bonita para pasear por el circuito costero que recorre buena parte de esta zona de Gales y como hacía buen día hicimos un recorrido entre las playas de Barafundle y Broadhaven por la parte superior de los acantilados. Una gozada y muy relajante. Además en la última playa había una roca muy fotogénica conocida como Church Rock. Muy cerca de allí visitamos la Saint Govan’s Chapel, una pequeña capilla construida en un bonito paraje en el propio acantilado sobre una playa de rocas y donde hay un arco también en los acantilados. Un paraje realmente muy pintoresco. Gran parte de la costa por esta zona ya es parte del Pembrokeshire Coast National Park, una extensión de territorio que alberga paisajes costeros maravillosos.

Cruzamos el entrante de agua por carretera y nos desplazamos a la zona oeste del parque, concretamente a la península de Wooltack Bay, con vistas a un islote, al que se puede acceder en barco pero nosotros no lo hicimos. Anduvimos el sendero costero hacia el sur hasta llegar a otro lugar con vistas a un islote mucho más cercano, el Gateholm Island. Toda esta zona es maravillosa. Por kilómetros se extiende un sendero costero que va por el borde de los acantilados o playas y que te permite pasear con total tranquilidad, pues es una zona rural y en muchas zonas los vehículos no se pueden acercar más que a los parkings habilitados. Es una forma maravillosa de disfrutar del paisaje costero. Seguimos bordeando la costa del Parque Nacional pasando por zonas de acantilados, playas y algún que otro pequeño pueblecito. Paramos muchas veces para sacar fotos de algún rincón que nos sorprendió y así poco a poco llegamos a St David’s. Se trata de un pequeño pueblecito que destaca por su inmensa catedral dedicada al patrono de Gales. Sorprende encontrarla al final del  pueblo en una pequeña hondonada junto con los importantes restos del palacio episcopal. Todo ello está en una zona verde de una excepcional belleza. Además al estar en una zona algo hundida del terreno se pueden tener buenas vistas desde un mirador.  Visitamos el interior de la preciosa catedral donde había muchas obras de arte y unas bonitas vidrieras. La parte del palacio episcopal aún en ruinas, era muy evocadora. Todo el complejo y el entorno en el que se encuentra son encantadores.

Aunque esta noche nos alojaríamos allí, en St David’s quedaba casi toda la tarde por delante por lo que de nuevo nos dirigimos a la costa para seguir explorando el Parque Nacional. Primero pasamos por el diminuto puerto de Porthclais Harbour, donde había unas curiosas construcciones de piedra en una especie de pequeño fiordo. Pasamos también por el pueblecito de Sant Justinian donde había unos embarcaderos muy curiosos frente a la isla de Ramsey que visitaríamos al día siguiente. Pasamos por la playa de Whitesands y llegamos a la punta de St David’s donde hicimos un recorrido a pie por el sendero costero para apreciar los paisajes y la accidentada costa galesa. Es una zona maravillosa zona para caminar y disfrutar de los verdes prados y el mar. Quizás no es una zona espectacular, pero es de esos sitios donde te encantaría pasear tranquilamente durante horas. Regresamos al coche y seguimos hasta Abereiddi. Hay que mencionar que por la carretera no ves la costa ya que discurre a una cierta distancia por lo que conviene saber los sitios más interesantes de antemano para poder parar cerca y acercarte hasta la senda costera. En Abereiddi encontramos una pequeña playa y una curiosidad natural: la Blue Lagoon, una piscina que se forma por la entrada de agua de mar en una cavidad rodeada de acantilados salvo por una de sus partes que la comunica con el propio mar. Caminamos por encima de los acantilados para verlos desde diferentes perspectivas y también una pequeña construcción que se levanta en la punta del acantilado. Acabamos aquí el día y regresamos a St. David’s a otro  B&B de los que abundan en Gales.

DÍA 4:

Lo primero que hicimos fue visitar la isla de Ramsey que es una reserva de fauna. Tomamos el bote que habíamos contratado en Sant Justinian en uno de los pintorescos embarcaderos que habíamos visto el día anterior. Se llega en un santiamén a la isla pues está muy cerca y una vez allí no dedicamos a caminar y a explorar toda la isla. Hay un circuito que recorre el norte y el sur de la misma de unos 8 Km, sin apenas desnivel. Las vistas desde los acantilados son preciosas. Además vimos numerosas aves e incluso focas en una de las calas de la zona sur. La isla es un lugar maravilloso, ya que no hay ninguna presencia humana salvo un pequeño establecimiento donde puedes tomar alguna bebida y toda la isla rebosa de tranquilidad y paz. Para ello y para conservar la fauna el número de visitantes está limitado cada día por lo que es necesario reservar con antelación. Nosotros lo hicimos antes de emprender el viaje para no perdernos esta visita. Tras pasar una mañana excepcional sobre las 3 pasadas volvimos a tierra y seguimos ruta tras comer algo. Seguimos por la costa galesa hacia el norte, hacia Porthgain. Allí hay un diminuto puerto con unos restos de edificaciones de ladrillo. Subimos por el camino costero para disfrutar de las vistas del puerto y de los acantilados cercanos donde hay varias señalizaciones de piedra, como unos hitos.  Un poco más al norte paramos en Garn Fawr Iron Age Fort, una pequeña elevación que ofrece buenas vistas de la costa que es bastante bonita en esta zona que se caracteriza por una serie de salientes de la costa en el mar. Nos acercamos hasta la zona del sendero costero para sacar alguna foto más de cerca. Y tras coger el coche seguimos al norte hasta Strumble Head Lighthouse, un precioso faro situado en un islote comunicado con un puente con tierra firme. Las vistas hacia el mar y los acantilados así como la propia zona son realmente preciosas.

Seguimos por el bonito pueblo de Fishguard que además de bonitas casas tiene un pequeño puerto pesquero y también por Cwm yr Eglwys, un pintoresco emplazamiento con los restos de una preciosa ermita en primera línea de playa. El camino costero hacia el este es muy bonito en esta zona y seguimos un pequeño tramo hasta la playa de Aberfforest Beach. En coche llegamos finalmente a Newport. Es un bonito pueblo en la desembocadura de un riachuelo en una zona de playa muy amplia. En la propia playa hay un edificio de piedra muy interesante que es un club de vela. Y tras ver el pueblo subimos a una pequeña colina que hay detrás del mismo, Fford Cilgwyn. La subida es muy corta pues se puede llegar en coche hasta la base de la misma, pero las vistas que ofrece de la costa y del entorno son espectaculares. Esta región es muy llana por lo que a poco que subimos las vistas alcanzan muchísimo terreno y una buena franja de costa. También es preciosa la bahía y playa de Poppit Sands Beach que pudimos ver desde un campo de golf al este de la misma. Salimos de la zona del parque nacional y nos encaminamos hacia la costa que nos llevaría al norte de Gales. La primera parada fue la playa de Aberporth, que vimos desde un mirador que la parte en dos. Es un pueblo muy agradable con su bonita playa. Paseamos por la zona de los acantilados con grandes vistas y ya el día no nos dio para más, puesto que la visita a la isla de Ramsey nos había ocupado buena parte del mismo. En Aberporth nos alojamos en otro B&B tras cenar algo rápido.

DÍA 5:

Con el nuevo día nos acercamos al cercano Llangrannog, un diminuto y pintoresco pueblo con una sola hilera de casas apretujadas entre la playa y el pequeño acantilado. Desde la playa un sendero sube hasta un promontorio desde donde se puede ver una cala vecina de arenas doradas. Siguiendo un poco más por la costa se llega a un pequeño cabo con un islote prácticamente adosado, otro rincón encantador de la costa galesa. Desde allí seguimos a New Quay un bonito pueblo de casas de colores sobre un acantilado que preside un puerto pequeño y una playa. Una especie de Lastres a la galesa. Las casas y un edificio de piedra antiguo que había en la rampa de bajada al puerto daban un color especial a la escena. Tras  una corta visita llegamos a uno de los pueblos más interesantes de esta parte del país: Aberaeron. Es un  pueblo pesquero más grande de los  que habíamos visto hasta ese momento. Su centro es atravesado por un río que deja el puerto a un lado y a otro lado queda una especie de playa muy pedregosa. Ambos lados están conectados por un puente de madera y hay numerosas casas de colores que forman la primera línea en ambas orillas del río. Recorrimos las dos zonas y callejeamos un poco aunque lo más interesante es la zona que da al mar. La carretera prosigue su recorrido hacia el norte atravesando zonas de verdes prados sin vistas a la costa.

Nuestra siguiente parada fue Aberystwyth, un pueblo mucho más turístico y con un elegante paseo y edificios que se pueden ver a lo largo del mismo. Nos recordó mucho en estilo a Biarritz en Francia. Aparcamos en la zona del puerto y la playa sur, quizás la menos atractiva. Desde allí fuimos por la costa hasta la zona del paseo. Lo primero que nos encontramos fue el parque con las evocadoras ruinas del castillo en una punta que cierra la bahía por el sur. Las vistas desde el mirador y la propia colina donde se encuentra el parque a la zona central del pueblo y su paseo costero son impresionantes. Desde allí el paseo gira al norte donde hay un imponente edificio clásico de piedra de la universidad de Gales y poco después el Royal Pier, que con su estructura de patas metálicas se adentra en el mar. Alberga diferentes bares, pizzerías y locales de recreo. El amplio y agradable paseo continua bordeando la playa norte rodeado de elegantes edificios. Más hacia el norte el paseo se estrecha y llegamos a una pequeña colina, la Constitution Hill. Se puede subir en funicular pero estaba cerrado así que subimos andando y tras los fuertes repechos llegamos a la parte superior donde hay unas vistas impresionantes de toda la bahía y el pueblo. La vuelta hasta el coche la hicimos por las callejuelas interiores, donde también pudimos ver bonitas casas, alguna que otra iglesia y muchas tiendas. La verdad es que es un  pueblo precioso y por el que nos encantó pasear.

Nuestra última parada del día fue otro precioso pueblo: Aberdyfi, en la desembocadura del río Dyfi y desde donde parte una kilométrica playa de arena hacia el norte. La zona del puerto y la calle que bordea la playa es muy atractiva con elegantes edificios y un muelle donde se pueden ver los aparejos de los pescadores. Ésta zona cercana al muelle es la más atractiva aunque también un paseo por la playa con vistas al otro lado del estuario es muy recomendable. Y así acabamos el día en este pequeño pueblo tras cenar algo en uno de los bares de la zona del puerto.

DÍA 6:

Empezamos el día visitando Machynlleth, un  pueblo interior en el que se pueden ver algunos edificios de entramado  de madera, una torre de reloj bastante bonita y algún edificio histórico más. Sin embargo el conjunto no es especialmente encantador por lo que vimos las cuatro cosas de interés y continuamos rápidamente con el viaje. Pasamos por una zona montañosa donde nos desviamos a ver un lago, el Llyn Mwyngil, que nos recordó mucho a los lagos escoceses por el paisaje circundante. Desde allí parten varias rutas a las montañas de alrededor pero nos quedamos con las ganas. Pasamos por el pueblo de Dolgellau, compuesto por casas de ladrillos de color negruzco con un fondo de montañas que merece la pena aunque solo sea para hacer  una foto desde el otro  lado del puente que da acceso al centro. Desde allí retomamos la carretera hacia la costa y fuimos avanzando por  el enorme estuario de un río con zonas arenosas a ambos lados hasta llegar a Barmouth. Lo primero que hicimos fue tomar el ferry que cruza el estuario para llegar a un mirador en una zona de dunas justo enfrente del pueblo. Las vistas son espectaculares, con el pueblo con una montaña detrás, las dunas, el estuario…. Después pasamos de nuevo el ferry para llegar al pueblo donde vimos una bonita iglesia y algunas casas interesantes. La playa es también muy bonita aunque se ve un poco afeada por la existencia de un descomunal aparcamiento en primera línea. La playa se extiende al norte a lo largo de varios kilómetros.

Siguiendo la carretera de la costa llegamos al castillo de Harlech situado en una zona elevada sobre la costa con fantásticas vistas. Lo visitamos por dentro y como la mayoría de los castillos que vimos en realidad solo puedes ver las paredes y la estructura general del edificio pero merece la pena por las fantásticas vistas que hay desde las torres y desde el patio que da hacia la costa. Se ve la inmensa playa que se prolonga al norte hasta el estuario que alberga Portmeirion. Aparte del castillo el pueblo de Harlech no ofrece mucho más así que nos fuimos hasta el curioso Portmeirion. Es un pueblo diseñado y construido por un arquitecto a su gusto. Casas palaciegas, jardines, fuentes y esculturas se encuentran junto a unas preciosas playas rodeadas de vegetación. En realidad no es un pueblo porque allí no vive nadie. Es un complejo que alberga hoteles, restaurantes y mucho más y la entrada es de pago pero merece la pena. El pueblo se organiza en torno a una plaza central y todo está cuidado al detalle. Las casitas de colores, las fuentes, la vegetación hacen de este lugar un enclave idílico. Incluso en la parte baja hay una casa que alberga un hotel con una pequeña playa en el río. Desde allí las vistas a la parte superior con la torre de la iglesia y las casas de colores es muy bonita. Todo el conjunto tiene un aire italiano aunque hay una buena mezcla de estilos, y se pueden ver el campanille, un arco del triunfo, un panteón con un fantástico techo abovedado….una mezcla muy curiosa pero genial.

Desde allí seguimos bordeando la costa y paramos en el Cricieth, un pequeño pueblo con una larga playa y unas callejuelas con bonitas casas, pero sobre todo con las ruinas de un castillo en un promontorio  en la misma orilla del mar que ofrece vistas magníficas sobre el pueblo y una buena franja de la costa. El pueblo marca el comienzo de la península de Llyn, otra de las zonas más bonitas de la costa galesa. Y este fue el final de nuestro día pues era aquí donde habíamos reservado el B&B.

DÍA 7:

Tras desayunar comenzamos a explorar la península de Llyn. La carretera pasa por el pueblo de Pwllheli, que no tiene mayor interés pero sí kilómetros de playas de arena a ambos lados. Toda la costa sur de la península está jalonada por inmensos arenales y pequeños pueblecitos. Así llegamos a Aberdaron, un pequeño y encantador pueblo con su iglesia, sus pequeñas casas y un  riachuelo que lo atraviesa desembocando en la propia playa. Después habíamos reservado una excursión a la isla de Bardsey y para ello tuvimos que ir hasta una cala, la de Porth Meudwy – el coche se deja a unos 10 minutos de la cala -, donde nos recogió una pequeña embarcación a motor y nos llevó a la isla. Íbamos muy pocas personas y este no debe ser un lugar muy concurrido pues la capacidad del bote era bastante pequeña. En poco tiempo llegamos al islote con una peculiar forma, alargado y con una elevación importante en uno de sus extremos. Allí nos dejaron algo más de tres horas para explorar la isla y volver al bote. En realidad da tiempo de sobra pues la isla tiene poco más de 1.5 Km de largo. Primero fuimos hasta su extremo sur donde se encuentra el faro. Y después subimos a la colina que se encuentra en la vertiente noreste de la isla. Allí hay subiendo desde la iglesia una cueva de un antiguo ermitaño pero sobre todo lo que más merece la pena son las vistas. La elevación que alcanza la colina sobre la isla hace que sea un mirador fantástico.  El resto del tiempo lo dedicamos a pasear por la costa, con una sensación de tranquilidad infinita. Si ya esta zona de Gales está bastante deshabitada y la sensación de aislamiento es grande, en la isla esto aún se acentuaba más. En la isla hay solo un par de granjas, la iglesia y las escasas ruinas de una antigua abadía. Paseamos tranquilamente por la isla hasta que llegó la hora de embarcar de nuevo.

De nuevo en el coche seguimos por la costa norte de la península y paramos en la playa de Porth Oer, otra preciosa playa aislada y remota y algo después en la de Traeth Penllech de similares características. En Rhos-y-llan pudimos ver en la playa una bonita cueva de mar, por la que podías pasar de un lado de la playa a otro. Y llegamos a Morfa Nefyn, uno de los sitios que más nos gustó de toda la península. El pueblo tiene una amplia playa pero lo más interesante es el cabo que cierra la playa por la izquierda. Hay un paseo hasta la punta del cabo precioso –discurre por un campo de golf- con unas grandes vistas hacia ambos lados y con pequeñas calas bajo los acantilados. De hecho se puede acceder a esas calas donde hay varias edificaciones, con algún bar. Es un sitio maravilloso, la única pega es que como el sendero discurre por el campo de golf tienes que pagar una especie de entrada al club de golf para caminar hasta el cabo, pero la verdad es que merece la pena. Es uno de los rincones con más encanto dela península de Llyn. A partir de aquí la costa sigue con una sucesión de largas playas una tras otra hasta llegar a una zona donde aparecen algunas montañas costeras. Pudimos subir en coche  - muy despacio por una carretera muy estrecha -  a la de Yr Eifl, un fantástico mirador sobre la costa. Nos quedamos  con pena de no poder hacer alguna subida andando a alguna de las vecinas más altas y solo accesibles a pie, pues las vistas debían ser fantásticas. Una buena panorámica desde debajo de estas montañas la pudimos disfrutar desde el muelle  del cercano Trefor, con la costa y el pequeño puerto  en primer plano.  Y así llegamos a Caernarfon, que ya visitaríamos al día siguiente pues estaba oscureciendo. Allí nos alojamos en otro B&B y esperamos al nuevo día.

DÍA 8:

El principal punto de interés de Caernarfon es el imponente castillo que se levanta en la desembocadura de un riachuelo poblado por numerosos barcos pequeños de recreo. Las  mejores vistas se tienen desde la otra orilla del río justo cruzando el puente. Rodeando el castillo llegamos a una plaza en la que había edificios muy bonitos, la iglesia y por supuesto una de las imponentes paredes del castillo. Visitamos el interior del castillo y subimos a las torres desde donde las vistas son impresionantes. El interior del castillo, en la línea de otros de Gales, puedes ver la estructura y algunas estancias completamente desnudas. Alrededor del castillo hay varias  callejuelas con encanto y además se nota que este pueblo es bastante más turístico pues no faltaban las tiendas de souvenirs que tan extrañas nos parecieron aquí, pues no eran muy comunes en Gales. También se pueden ver por las calles fragmentos de las  murallas y una puerta de entrada a las mismas en la zona del puerto deportivo. Seguimos nuestra ruta y nuestro siguiente destino fue la isla de Anglesey, que se encuentra unida a Gales por dos puentes. Cruzamos por el  primero de ellos, el Pont Britannia, un  pintoresco puente de dos arcos sobre el ancho estrecho de mar que separa la isla de tierra firme.

Avanzamos en dirección sur  hasta el islote de Ynys Llanddwyn, un estrecho islote muy pintoresco al que se puede pasar caminando por la playa. Un precioso sendero nos lleva a la punta donde hay dos faros, una pequeña cala de arena y grandes vistas  del fantástico entorno. Es un agradable paseo de algo más de 1 Km ida y vuelta. Seguimos bordeando la península hasta Aberffraw, un pequeño pueblo donde una estrecha carretera nos llevó a una pintoresca iglesia de Cwyfan situada en un promontorio en medio del mar, aunque con marea baja se podía llegar a la misma. La iglesia no es gran cosa pero la ubicación es espectacular. Continuamos hasta South Stack, en la península e Holyhead, donde hay un imponente faro en una preciosa zona de acantilados. Desde el aparcamiento se bajan unas largas escaleras hasta un puente que comunica con el islote en el que se encuentra el faro. Desde el islote las vistas son muy buenas, como lo son a lo largo del camino de bajada hacia el mismo. Con el coche llegamos después a North Stack la otra punta de la península donde hay unas instalaciones que sirven para el avistamiento de aves y nos dan vistas hacia el faro que acabamos de visitar. Toda esta zona de Holyhead tiene un paisaje de acantilados excepcional. Saliendo de la península y más al  norte de la isla de Angelesey llegamos a un lugar muy bonito y peculiar en la costa: Traeth Ynys y Fydlyn. Es un entrante rodeado por pintorescas rocas donde hay una playa de grava y una especie de laguna encajada entre los acantilados que parece  provenir del mar. El camino de bajada nos da una vista impresionante. Seguimos hasta Cemlyn Bay, una preciosa bahía también con una laguna costera pero ésta mucho más grande y abierta que la anterior. Hicimos un recorrido hasta el cabo para ver una preciosa panorámica, sólo estropeada por la presencia de una central energética tras la bahía.

Siguiendo la carretera por la isla llegamos a Porth Wen, una pequeña cala donde hay unos restos de una especie de fábrica, en ladrillo rojo, que conforman un paisaje muy fotogénico. Hacemos una parada para sacar unas fotos y seguimos hasta un lugar muy curioso e inesperado: una antigua mina de cobre en Parys Mountain. Hay un centro de interpretación que visitamos rápidamente pero lo interesante  es la antigua explotación que conforma una cicatriz enorme en los verdes campos de  Angelesey, formando un paisaje completamente irreal con numerosos tonos ocres y completamente accidentado. Hay un mirador que da una perspectiva del conjunto y además hicimos un corto recorrido para verlo más de cerca. Después paramos en Lligwy Beach, una playa que habíamos visto como destacada en las guías pero que realmente no era para tanto. Y finalmente llegamos de nuevo al  estrecho de Angelesey y a Beaumaris. Beaumaris es un bonito pueblo con  vistas al estrecho y donde destaca sobre todo su castillo. Entramos a visitarlo y aunque no es muy alto pudimos subir por las murallas y las torres para contemplar el estrecho y la costa galesa. Pusimos ver  algún aposento, una capilla y los pasillos que unen las torres. Todo el interior es un espacio abierto y tapizado de verde césped. Es un castillo bastante bajo porque por lo visto se quedó a medio construir. Después de la visita al castillo aprovechamos para callejear un poco y descubrimos algunas casas interesantes, la iglesia y sobre todo el muelle, que se adentra en el canal y acaba en una preciosa zona de madera con grandes vistas del pueblo y la costa enfrente.

Cruzamos el puente de Menai – el otro que une la isla de Angelesey con Gales – y que ofrece unas maravillosas vistas del estrecho y nos dirigimos a Bangor, un  pueblo de considerable tamaño pero sin mucho que destacar. Eso sí tiene un  precioso muelle que se adentra en el estrecho similar al de Beaumaris pero bastante más largo. Estuvimos paseando por allí hasta que anocheció y nos retiramos a nuestro alojamiento tras cenar algo en un sitio de comida rápida.

DÍA 9:

Empezamos el nuevo día viajando a Conwy uno de los lugares  más bonitos de Gales. Accedemos a la ciudad vieja cruzando el puente nuevo, New Bridge, que discurre paralelo al antiguo  puente de piedra de Telford, por donde tras aparcar pasamos caminando para visitarlo. La vista del castillo desde el puente es magnífica. Tras aparcar en un amplio parking con buenas vistas a la muralla, cruzamos esta muralla y nos acercamos al castillo. Se pueden ver múltiples estancias – sin ningún tipo de mobiliario - y altas torres cilíndricas por donde asomarnos y ver diferentes vistas como los puentes de acceso al pueblo, o toda la zona del puerto… Es un castillo muy completo y grande por lo que de tener que elegir en una visita a Gales yo elegiría este frente a los otros que hemos podido ver. Tras salir del castillo seguimos la visita del pueblo y vimos la iglesia medieval de St Mary. En Lancaster Square vimos una pequeña estatua de Llywelyn. Hay numerosos lugares para fotografiar en la ciudad medieval, pues el pueblo es precioso. Por todo el pueblo encontramos diferentes accesos gratuitos a la muralla que se puede visitar libremente y con sus 9 metros de alto proporciona buenísimas vistas. Las murallas tienen muchísimas torres. En la zona del estuario recorrimos el paseo viendo la que dicen es la casa más pequeña del mundo – otro reclamo para turistas  ya que hay que pagar por verla -. Esta zona del paseo es muy animada y tiene unas vistas espectaculares con el  castillo y los puentes de fondo tras la miríada de embarcaciones que podemos ver en el puerto. Hay además un curioso monumento a los mejillones.

Dejamos Conwy con un gran sabor de boca y viajamos al  no menos interesante Llandudno con su bahía semicircular flanqueada por casas de colores. En el muelle destaca su majestuoso muelle victoriano adentrándose en el mar y acabando en  una zona de restaurantes y locales de ocio. Es un paseo delicioso. El pueblo es un resort vacacional, con mucho ambiente y un maravilloso paseo que rodea la playa con numerosas casas victorianas. El muelle de madera que se adentra en el mar se encuentra junto al cabo de Great Orme´s Head, un parque natural donde se pueden ver unas milenarias minas de las que se extraía cobre y subiendo hasta arriba en teleférico puedes disfrutar de unas vistas maravillosas en todas direcciones. La parte alta es bastante amplia por lo que lleva un rato recorrerla y disfrutar de las  diferentes vistas. Estuvimos callejeando un poco y una coa que nos llamó la atención fueron las galerías  cubiertas en la parte exterior de muchos bares y comercios. A lo largo de la playa el amplio paseo se extiende hacia las cercanías del otro cabo  que cierra la bahía, el Little Orme. Allí llegamos, pero en coche porque era mucha distancia y queríamos subir a este otro cabo para disfrutar de las vistas. Las vistas son mejores incluso que las del primer cabo de la bahía. Una verdadera gozada subir, eso sí, andando pues en este no había teleférico.

Tras llegar a este punto nos desplazamos al sur a Llanberis, un pueblo del interior en el Parque Nacional de Snowdonia y a los  pies de la montaña Snowdon el pico más alto de Gales con poco más de 1000 metros. Llanberis en sí es un colorido pueblo  en cuyas calles podemos ver alegres fachadas de todos los colores y dos bonitos lagos. Visitamos las ruinas del castillo de Dolbadarn, ubicadas en un alto con preciosas vistas a uno de los lagos, el Llyn Peris. Las ruinas del castillo nos son gran cosa, quedan una torre y algunos muros, pero desde lo alto de la torre las vistas todavía mejoran. Tras ver el castillo dedicamos un rato a pasear por el pueblo antes de cenar y alojarnos en otro B&B.

DÍA 10:

Habíamos reservado un viaje en tren en el primer tren de la mañana a las 9 de la mañana al pico de Snowdon – también se puede subir andando -. Así además de aprovechar el día el viaje nos salió más barato, pues el primer viaje del día el billete es más económico. El tren sube hasta la misma cima de la montaña – solo en verano – y las vistas son espectaculares hacia todos los lados, con las montañas, los lagos, el mar… No es una montaña muy alta pero el paisaje de los alrededores es impresionante. Con el billete de ida y vuelta te dejan media hora para disfrutar de la cumbre. También puedes bajar andando pero nosotros queríamos seguir haciendo cosas y como  ya habíamos visto la montaña bajamos en tren.  Tras la excursión en tren habíamos decidido hacer  una ruta de senderismo para conocer más el parque nacional y viendo las posibilidades de tiempo que teníamos en la oficina de turismo nos aconsejaron subir al Glyder Fawr desde la cercana ubicación de Gwastadnant. De hecho solo había que seguir la carretera unos 4 Km desde Llanberis. La caminata es dura pues es bastante empinada pero no presenta dificultades. Desde el principio empezamos a subir y llegamos hasta el lago Llyn y Cwn ya a bastante altura. A medida que subíamos las vistas se iban abriendo y eran preciosas. Después del lago se empieza a caminar por zona de rocas hasta llegar a la cima, donde las vistas son superlativas hacia Snowdon, y el resto de lagos, montañas y valles de la zona. Es un paisaje que me recordó mucho  a las Highlands escocesas. Tras disfrutar de las preciosas vistas descendimos por el mismo camino. En total la excursión nos llevó algo menos de 4 horas, así que nada más bajar engullimos la comida que teníamos preparada.

Después del esfuerzo de la ruta nos dirigimos al vecino valle de Ogwen, uno de los paisajes más bonitos del parque según  nos habían dicho y efectivamente es un lugar maravilloso. Desplegado alrededor del lago Ogwen el valle y las montañas que lo rodean son preciosos. Como la carretera pasa por la parte baja del valle la seguimos e hicimos alguna parada para sacar fotografías. Nos movimos un poco por los alrededores del lago haciendo algún pequeño camino pero simplemente para sacar fotos con algo de perspectiva. Una vez que recorrimos el valle nos desplazamos a Betws-y-Coed, parando en el camino en unas cascadas, las Swallow Falls. Betws-y-Coed es un bonito pueblo a la entrada del Parque Nacional de Snowdonia. Antiguas casas de piedra alojan bares y restaurantes y es base para muchas rutas de senderismo.  Existe una cascada en el mismo pueblo, justo al lado del puente de piedra que hay sobre el río.

Hicimos una sencilla caminata de unos 7 Km pero sin ninguna dificultad por el bosque Gwydir hasta el Puente Pont y Pair y que nos llevó un par de horas. A lo largo de esta ruta pudimos ver preciosos paisajes de montaña y algunos puntos de interés como el lago Llyn Elsi, el Ancaster Memorial, el puente de Miners Bridge y el puente de Pont y Fair. Hay vistas además muy bonitas de los valles de la zona y del lago y se recorre un tramo por la ribera del río. Un paseo relajante en un entorno incomparable. La ruta comienza detrás de la iglesia en Betws y Coed y nos dieron información completa en la oficina de turismo del pueblo. Tras esta caminata y después de un día muy intenso nos dedicamos los últimos compases del día a pasear por el precioso pueblo observando sus bonitos edificios y tras cenar algo nos retiramos a nuestro alojamiento.

DÍA 11:

Nos levantamos pronto pues viajábamos al sur dos horas hasta Elan Valley. Es un precioso valle con unas montañas muy fotogénicas y caracterizado porque está salpicado de un buen número de embalses. La ruta que sigue el lecho del valle en coche es bastante pintoresca. Fuimos haciendo paradas en diferentes ubicaciones para sacar vistas y contemplar las estructuras de los embalses, muchos de ellos coronados con algunas garitas bastante distintivas. También hicimos alguna corta ruta caminando. En la presa de Pen y garreg pasamos por encima de la presa e hicimos un bonito camino río abajo. Y tras visitar el centro de información turística en Elan Village hicimos la ruta de Craig Cnwch, Fueron como 4.5 Km con algo de desnivel pero preciosas vistas del embalse de Caban Coch y del viaducto del Garreg Ddu. Es una preciosa ruta sin complicaciones y que nos da una buena vista de la zona, una de las más bonitas del valle ya que los embalses se ramifican en varios brazos. Es un paisaje  muy bonito sobre todo en algunos puntos que se abre bastante el valle y podemos ver bellas panorámicas.

Desde allí nos dirigimos al parque Nacional de Brecon Beacons, una gran extensión que contiene una serie de pequeñas cadenas montañosas y sobre todo se caracteriza por laderas verdes y onduladas por todos los lados. Entramos al parque por el pueblo de Hay-on-Wye, donde había edificios bastante cuidados e interesantes. Seguimos por una carretera estrecha de montaña hasta el paso de Gospel, donde hay unas buenas vistas de esta zona del parque: prados verdes y colinas onduladas. Hicimos una parada en el paso para disfrutar del panorama y seguimos hasta las ruinas de la abadía de Llanthony. Son unas preciosas ruinas en un bonito entorno natural. Además de las ruinas había algunos edificios de piedra más que no desmerecían el conjunto. Desde allí seguimos hasta Sugar Loaf una preciosa montaña con buenas vistas y de fácil acceso desde el pueblecito de Llanwenarth. Hay un aparcamiento señalizado desde donde la ruta es muy directa a la cima. Las vistas desde la cima son espectaculares: las onduladas colinas verdes se pierden en el horizonte. La subida y la bajada son unos 5 Km y hay unos 300 metros de desnivel. Es un mirador privilegiado sobre esta zona oriental del parque. Seguimos la carretera al Norte para visitar las ruinas del castillo de Tretower, en realidad una torre y unos muros en ruinas pero que conservan cierto encanto.

El día lo terminamos en Becon, un  pueblo bastante grande con calles y algunos edificios interesantes como el ayuntamiento y la zona de alrededor. No tiene nada especialmente atractivo pero callejear y pasear por allí al final del día fue una experiencia agradable. El día siguiente íbamos a acometer la subida al Pen y Fan (886 metros), la cima más alta del parque y el sur de Gales.

DÍA 12:

Tomamos la A470 hacia el Sur y aparcamos en el parking habilitado para la subida al monte. Es una subida cómoda y muy directa (menos de 6 Km de ida y vuelta) por la herbosa ladera de la montaña directamente hasta la cima. La cima es una zona plana bastante extensa y cubierta de piedra en  contraste con las laderas verdes por las que hemos ascendido. Las vistas son preciosas en todas direcciones. Junto a la cima del Pen y Fan hay otra cima continuación del cordal, la del Corn Du, que ofrece vistas muy similares.

Descendimos de la montaña y nos desplazamos 40 minutos en coche al este para visitar otro de los lugares emblemáticos del parque nacional: el lago de Llyn y Fan Fach. Se deja el coche en el aparcamiento habilitado para llegar al lago y tomamos el sendero que va directo al lago a lo largo de una pista muy cómoda. Todo el entorno es realmente precioso y pasear por aquí es una maravilla, un verdadero disfrute de los sentidos. El recorrido hasta el lago es de poco más de 1.5 Km. El lago  es muy bonito sobre todo por el marco  natural donde se encuentra, en una especie de anfiteatro rodeado de montañas onduladas muy pintorescas. Subimos por una de las laderas, la más accesible, y la vista desde allí todavía mejora la que habíamos disfrutado desde abajo.

Regresamos al coche y abandonamos el parque para ir acercándonos a Cardiff y hacer las últimas excursiones del viaje. Fuimos a ver el castillo de Caerffili. Es una fortificación normanda, situada en el centro del pueblo del mismo  nombre. Es el castillo más grande de Gales y está rodeado de lagos artificiales. Entre la entrada exterior y la parte interior del Castillo de Caerphilly hay tres puentes levadizos. El edificio central se encuentra en una isla. Las murallas exteriores están conectadas con el bastión inferior por una pequeña franja de tierra. En el interior del castillo, las vistas son increíbles. Desde fuera es imponente con su torre inclinada y su foso situado en un terreno bastante amplio  y cubierto de verde, lo que le da mayor realismo a pesar de estar dentro de un pueblo. Visitamos muchas salas y recovecos, y un patio de armas y por supuesto subimos a lo alto de las torres donde hay unas buenas vistas.

El último destino del día fue Monmouth, un pequeño pueblo cerca de Inglaterra y donde confluyen el río Wye y el Monnow. Es un pueblo de ambiente rural y muy agradable que alberga algunos tesoros. El punto más pintoresco es el puente medieval, con una puerta de entrada a la antigua ciudad en el medio. Junto al puente encontramos la Iglesia de St. Thomas. Pasando el puente caminamos por Monmouth Street con numerosas tiendas. Las ruinas del castillo se encuentran en lo alto y junto a éstas una encontramos la Great Castle House, un bonito edificio de piedra. El castillo solo son unos cuantos muros, no demasiado interesantes. Pasado el castillo llegamos a la iglesia del Priorato de St. Mary. Dimos un paseo por el centro muy agradable disfrutando de las viejas casas y edificios como el del ayuntamiento. Aquí nos alojamos nuestra última noche en Gales.

 

DÍA 13:

Hoy regresábamos de este fantástico viaje pero como el vuelo no salía hasta primera hora de la tarde hicimos dos últimas visitas de camino a Cardiff: la abadía de Tintern y Caerleon. Primero pasamos por la abadía, enclavada en un precioso paraje en el valle del Wye. El emplazamiento es idílico y las ruinas se conservan sin techos y faltan bastantes elementos pero el conjunto tiene una gran  belleza. Tras pagar la entrada puedes pasear libremente por el recinto completamente cubierto de césped y disfrutar de todos los detalles que permanecen en pies. Especial mención para una ventana vacía que conserva sin embargo todos sus  adornos y los nervios donde deberían ir encajados  los vidrios. El complejo es bastante amplio y fuera del edificio principal también se conservan importantes  restos de otras edificaciones. La abadía se encuentra junto al río Wye donde un desvencijado puente cruza al otro  lado en un cerrado meandro.

Y ya de camino a Cardiff nos pasamos por Caerleon, donde se pueden ver los restos de un anfiteatro romano, más bien la base, porque queda muy poco del mismo, aunque sí se aprecia perfectamente la forma original de la construcción. Además se pueden ver cerca de allí los restos de los barracones de los soldados romanos y también los baños, además de un museo dela legión romana. Lo baños merece la pena visitarlos. Además toda la ciudad está impregnada de elementos artúricos pues dicen que aquí es donde fue coronado Arturo y donde reunía a sus caballeros de la Mesa Rodonda. La iglesia del pueblo es realmente bonita por cierto.  Dimos un paseo por el pueblo y ya sin tiempo para más nos fuimos a Cardiff, a devolver el  coche y al aeropuerto. Así terminamos un viaje que nos dejó un sabor de boca maravilloso.

DATOS PRÁCTICOS:

Cómo llegar: Desde España no hay vuelos directos a Cardiff, por lo que hay que hacer escala. Nosotros volamos desde Bilbao con escala en Amsterdam. Otra opción es volar a Londres y desde allí desplazarse en coche. Cardiff está a poco más de dos horas y media de Londres.

Alojamiento: Reservamos todos los B&B desde aquí para no tener que preocuparnos por el alojamiento durante el viaje. La verdad es que todos los que probamos estaban realmente bien, algunos mucho mejor que  cualquier habitación de hotel y con desayunos espectaculares. Podemos decir que la calidad de los B&B en Gales es realmente buena.

Conducir: acostumbrarse a conducir por la izquierda cuesta un poco pero las carreteras son muy buenas y la señalización abundante. Solo las carreteras que llevan a lugares más recónditos como calas, o algunas montañas son más estrechas y están en peores condiciones. Para ver muchos de los lugares que recorrimos es imprescindible el coche. Hacer un viaje así en transporte público en este mismo tiempo es completamente inviable.

Clima: el viaje lo hicimos en Junio y aunque en general nos hizo un tiempo bastante bueno el tiempo es bastante cambiante. Pasamos de sol a nubes o nubes con algo  de lluvia y viceversa en cuestión de horas. Nos llovió poco y por las tardes hacía bastante fresco. Además en Junio en Cardiff los días son muy largos,, por lo que dispones de muchas horas de luz para disfrutar si madrugas un poco.

Comida: todos los días llevábamos comida para hacer picnic donde nos coincidiese porque así no teníamos que preocuparnos de encontrar sitios para comer y podíamos aprovechar más para hacer las visitas. Para cenar si solíamos cenar en bares, restaurantes o pizzerías, según el día. En general todo más caro que en España, pero tampoco algo desproporcionado.

Visitas: todos los castillos y lugares que visitamos con entrada, o  el mismo ferrocarril  a Snowdon, o los barcos a las dos islas que visitamos fueron bastante o muy caros. Las entradas a los castillos nos parecieron bastante caras pues la mayoría de ellos están completamente desnudos y solo puedes ver las paredes y murallas.

Puntos de interés en Gales: