Playa de San Julián en Liendo, Cantabria

El valle de Liendo alberga una de las playas – quizás sea más correcto llamarla cala por su tamaño – más bonitas y con un paisaje más espectacular de Cantabria. Y es que esta zona de la costa entre Oriñón y Laredo es la zona más salvaje de costa de toda la región y alberga un tesoro escondido, la playa de San Julián.

Para llegar a esta pequeña playa tenemos que llegar a la población de Liendo – accesible directamente desde la A8 de Bilbao a Santander -, y una vez allí dirigirnos hacia la costa atravesando los barrios de Iseca Vieja y Villanueva. Una vez allí una pista en buenas condiciones nos lleva a un mirador superior y después bajando un poquito más llegamos al pequeño aparcamiento de la playa.

Para bajar a la playa un camino asfaltado  parte desde la zona izquierda de la misma. La bajada es vertiginosa y muy pronunciada hasta que al final un tramo de escaleras facilita la llegada a la playa. Durante toda la bajada encontramos puntos desde donde sacar impresionantes fotografías hacia la zona de acantilados que esconde la vecina playa de Sonabia hacia el este. La playa está muy poco concurrida incluso en verano, ya que estamos muy cerca de Laredo, Noja y los otros centros turísticos de Cantabria, que poseen playas kilométricas y preciosas de arena fina.

En la playa te da la sensación de estar en otro lugar, en un lugar muy remoto y lejano, una verdadera maravilla. Es una cala pequeñita de unos 100 metros, protegida por los acantilados de Peña Candina, los más altos de la región. La arena es oscura y gruesa. El oleaje no suele ser muy fuerte ya que está protegida por lo que es posible bañarse aunque evidentemente aquí no vamos a encontrar socorristas. En los prados cercanos pastan caballos y ovejas, y hasta la misma orilla llegan a veces las cabras. Es un entorno completamente rural y muy pintoresco.

Desde la derecha del aparcamiento superior  podemos llegar a las ruinas de la ermita de San Julián. Se alza en un descampado  muy cerquita de los acantilados. Si continuamos por la pista llegamos a los pies de los imponentes acantilados.  Y desde aquí podemos seguir una ruta hasta la playa de Sonabia – una ruta preciosa con espectaculares vistas y que discurre muy cerca del acantilado - o bien subir a los Ojos del Diablo, unos arcos en la parte más alta de Peña Candina, que ofrecen vistas espectaculares de la playa y de la costa. Aunque ésta es una ruta de cierta dureza por el trazado del sendero especialmente, ya que atraviesa zonas muy rocosas.

Otra opción para caminar por esta zona de la costa es seguir la pista que parte a la izquierda del aparcamiento superior. Según nos alejamos del aparcamiento las vistas hacia atrás son realmente espectaculares con los acantilados que sirven de marco a la playa de San Julián. Tras atravesar una zona elevada llegamos a un espectacular mirador sobre la playa de La Salve en Laredo, hasta donde podemos descender si continuamos el camino. Es un lugar precioso, con los restos de una vieja casa y unas vistas realmente increíbles. Esta ruta es muy sencilla y adecuada para todos los públicos.

Así que la playa de San Julián nos ofrece no solo la posibilidad de disfrutar del baño y del paisaje en un entorno natural incomparable y alejados de las multitudes, sino que numerosas posibilidades de senderismo se abren ante nosotros. Este tramo de la costa cántabra es un verdadero oasis entre los a veces masificados destinos de playa en esta zona de la costa.

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