Roma, un legado excepcional

Roma, una de las ciudades más ricas en historia del mundo, posee numerosos monumentos que  así lo atestiguan. El centro histórico de la ciudad es Patrimonio de la Humanidad y alberga maravillosos palacios, iglesias, grandes ruinas, y todo tipo de monumentos y elegantes fuentes. Roma es una de las capitales más visitadas y hermosas de Europa. Nos escapamos unos días para conocer los encantos de La Ciudad Eterna. Llegamos desde España en avión hasta el aeropuerto de Fiumicino, y desde allí tomamos el tren que nos deja en la estación de Termini, a poca distancia de nuestro hotel situado  en la céntrica Via Venti Settembre, relativamente cerca de la zona antigua. Llegamos un viernes por la noche del mes de octubre por lo que nos fuimos directos al hotel para descansar y madrugar al día siguiente.

DÍA 1:

La intención de este día es visitar toda la zona antigua así que tomamos un autobús que nos llevó a la plaza del Campidoglio, una preciosa plaza a la que  se accede por una escalinata diseñada por Miguel Angel, donde destacan las estatuas de Castor y Pollux. La plaza es preciosa con unos palacios que albergan los Museos Capitolinos flanqueando los tres lados en los que no hay escaleras y una estatua ecuestre de Marco Aurelio en el centro. Justo detrás del edificio principal del palacio se llega a un  mirador donde la vista sobre todo el recinto del Foro Romano es espectacular. La propia colina capitolina ofrece vistas preciosas de esta parte de Roma. Tras adquirir la entrada combinada para el Foro, el Palatino y el Coliseo comenzamos la visita al Foro. Es lo más auténtico de toda la ciudad y fue con diferencia lo que más nos gustó. Por cierto, conviene venir temprano para evitar aglomeraciones, pues el Foro junto con el Coliseo es de lo  más visitado en esta zona antigua.

Foro romano, Roma, Italia
                                                                                                                                              Foro romano

El Foro Romano era el centro neurálgico de la antigua Roma. Era el lugar donde se desarrollaba la vida pública de la capital del Imperio. Es sin duda el mayor monumento – o zona monumental en este caso – que nos ha legado el imperio romano. Entramos al foro por un extremo de la Vía Sacra, la principal calle de la antigua Roma que comunicaba la Plaza del Campidoglio con el Coliseo. Allí vimos el Templo de Saturno con sus preciosas columnas, la Rosta, que era la tribuna de los oradores, y el arco triunfal de Septimius Severus. Muy cerquita se encuentra la Curia Romana, la antigua casa del Seando, que está reconstruida y por eso vemos el edificio completo. Las ruinas nos rodena por todas partes así que es importante llevar un plano para saber lo que estamos viendo. Hay monumentos como las Basílicas Julia y Aemilia de las que apenas se conservan las bases de las columnas, sin embargo el conjunto es espectacular. Seguimos explorando las diferentes callejuelas balizadas en el recorrido y vimos el templo de Antonimus y Faustina que forma parte de una iglesia, y el templo de Rómulo, con el que ocurre lo mismo. La Basílica de Constantino es el edificio más grande que queda del foro, sus arcos y columnas son impresionantes. También destacan el arco de Tito y la casa de las Vestales donde se conservan algunas estatuas. El recinto del Foro es bastante extenso y hay muchas ruinas. Todo el conjunto es maravillosos y muy evocador, te da la sensación de estar paseando por la antigua Roma a pesar del estado ruinoso de muchas de las construcciones.

Otra vista del foro romano
                                                                                                                       Otra vista del foro romano

Tras disfrutar del Foro accedimos al recinto del Monte Palatino, también incluido en la entrada. Es una colina donde vivían emperadores y aristócratas y hay ruinas de estos edificios bastante importantes. Además desde la colina, estamos sobre el Foro, por lo que las vistas hacia el conjunto del Foro Romano son realmente espectaculares. Aquí se puede observar mucho mejor el trazado de las calles y la disposición de las diferentes edificaciones del foro. En El Monte Platino estuvimos paseando por los recorridos habilitados y vimos los restos de muchos palacios y casas. El espléndido palacio Domus Flavia conserva buenas partes de la extensa construcción. Sin embargo el edificio mejor conservado es la modesta casa de Livia con restos de mosaicos y frescos, como  ocurre también en la casa de Augusto. Muy curioso es el Hipódromo de Domiciano con la apariencia de un circo romano todavía perfectamente reconocible. También visitamos en el recinto el pequeño Museo Palatino con  hallazgos de las excavaciones llevadas a cabo en el Palatino.

Monte Palatino, Roma, Italia
                                                                                                                                          Monte Palatino

Y así tras la visita al Foro y al Palatino llegamos al Coliseo. Aquí había una cola inmensa para comprar entradas, pero como teníamos la entrada conjunta del Foro la cola fue mucho menor. El Coliseo es el mayor atractivo turístico de Roma y una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno. Es una construcción realmente impresionante, por su belleza y por su antigüedad. La verdad es que parece mentira que lleve 2000 años en pie.

Coliseo, Roma, Italia
                                                                                                                                                       Coliseo

La visita es libre y estuvimos deambulando por corredores internos, por las gradas y en la zona de la arena se ven perfectamente los túneles que había debajo de la zona de lucha, donde se almacenaba maquinaria y las jaulas. Desde los niveles superiores las vistas son preciosas tanto hacia dentro como hacia fuera del recinto. Y  tras salir del Coliseo buscamos algún  sitio para comer pues ya era bastante tarde. La visita al Foro, Palatino y Coliseo es bastante larga porque es un recinto realmente extenso. Y justo salir del Coliseo te encuentras allí mismo el monumental arco triunfal de Constantino, que junto con el propio Coliseo de fondo es una imagen espectacular. Otro mirador del Coliseo lo encontramos en la Vía Nicola Salvi, una calle a cierta altura que da una preciosa perspectiva del Coliseo y del arco de Constantino.

Interior del Coliseo, Roma, Italia
                                                                                                                                   Interior del Coliseo

Regresamos hacia la zona del Campidogio por la Via Dei Fori Imperiali, que desde la propia calle nos ofrece otra vista de la zona del Foro que acabamos de visitar. Tras un rato caminando llegamos a otra zona muy rica en ruinas pero que se puede ver gratuitamente desde la propia calle. Desde una calle adyacente, la vía Alessandrina llegamos al foro de Augusto, donde en un recinto en forma de anfiteatro se distinguen una serie de columnas, escalones, y los restos de un templo. Es un conjunto precioso que se puede ver perfectamente pues su nivel es inferior al de la calle por la que caminamos así que la vista es espectacular. Y siguiendo por la misma calle justo  al lado está el espectacular Foro y Mercado de Trajano. Es un lugar impresionante por la altura de las edificaciones y la riqueza de las ruinas. En el mismo  mercado visitamos el Museo de los Foros Imperiales y así pudimos visitar las diferentes partes que se conservan del mercado. También hay una interesante exposición sobre los Foros imperiales.  Tras la visita seguimos viendo las ruinas al otro lado de la Vía Alessandrina donde se encuentran propiamente las ruinas del Foro de Trajano. Una calle atraviesa la zona de ruinas por la mitad y nos permite verlo muy de cerca. Allí está además la columna de Trajano.

Foro y mercado de Trajano, Roma, Italia
                                                                                                                      Foro y mercado de Trajano

Cruzamos la calle para pasear por una pasarela que nos da excelentes vistas del Foro romano que ya  habíamos visitado y llegamos al Foro de Cesar, donde hay más ruinas y unas bonitas columnas. El paseo por esta zona nos da una vista diferente de algunas esquinas del Foro Romano que no habíamos podido apreciar bien desde el  interior. Desde allí accedimos a la iglesia de Luca y Martina justo al lado del monumental arco de Septimus Severus que ya habíamos visto. Allí también se sitúa el monumento de la Prisión Mamertina que solo se puede ver por fuera. Desde allí unas escaleras nos llevan de nuevo al Campidoglio. Atravesándolo otras escaleras suben a la Basílica de Santa María de Aracoeli, con una fachada bastante austera de ladrillo. Sin embargo su interior es espectacular. El techo está adornado con motivos dorados y las columnas y capillas son espectaculares. Esta es una de las muchas iglesias ricamente decoradas que veríamos en el viaje.

Foro de César, Roma, Italia
                                                                                                                                           Foro de César

Al lado de la basílica se encuentra el Altar de la Patria, un monumento de piedra blanca que desentona un poco con tanta ruina romana. Sin embargo subimos a su parte superior con un ascensor y las vistas desde arriba son preciosas, no solo hacia el lado del Foro y el Coliseo sino hacia el resto de la ciudad donde van sobresaliendo las cúpulas delas diferentes iglesias. El monumento preside la Plaza Venecia donde hay varios palacios, uno  delos cuales alberga un Museo de Arte y un par de bonitas iglesias con sus enormes cúpulas.  Rodeamos el recinto del Foro por la Via del Teatro di Marcello y pasamos por otra pequeña zona de ruinas donde se conserva este pequeño teatro, el de Marcello, que por fuera parece otro pequeño Coliseo. Asamos por otra zona con ruinas, las de S. Omobono – es increíble la cantidad de zonas con ruinas que  hay a lo largo y ancho de la ciudad – y tras pasar por alguna iglesia más llegamos al Circo Massimo. Se encuentra entre los montes Aventino y Palatino y era el más grande de Roma, aunque en realidad solo queda el recinto alargado sin ningún tipo de construcción. De hecho puedes pasear tranquilamente por su interior.

Vista desde el Altar de la Patria, Roma, Italia
                                                                                                                Vista desde el altar de la Patria

Retrocedimos hasta la iglesia de Santa Maria in Cosmedin, con su pintoresca torre románica. Allí dentro  pudimos ver un suelo ricamente decorado con un mosaico y un imponente altar. En la fachada está la famosa Bocca della Verità, una famosa escultura de una cara con la boca, ojos y nariz perforados. Ha salido en muchas películas y dice la leyenda que si metes la mano y mientes te muerde. En fin, una curiosidad más. En un pequeño parque justo  enfrente hay dos bonitos templos, el de Portuno y el de Ercole Vincitore, éste último de planta circular es especialmente pintoresco. La pena es que están en un lugar no demasiado atractivo por todo el tráfico alrededor. Y allí mismo desde el puente sobre el Tiber vemos un antiguo fragmento de un puente romano en medio dela corriente, el Ponte Rotto, otra bonita vista. Subimos a la cercana Basílica de Santa Sabina, con un interior precioso aunque no profusamente decorado. Y desde el cercano Jardín de los Naranjos vimos el atardecer, desde un precioso mirador sobre una pequeña torre, que es uno de los rincones con más encanto en Roma. La vista es preciosa – no la más espectacular que pudimos conseguir en Roma – y  desde allí se llega a ver el Altar de la Patria y diferentes cúpulas y torres de iglesias. El día ya no dio para más y nos fuimos a cenar por la zona peatonal antes de coger el autobús de vuelta a casa.

Jardín de los Naranjos, Roma, Italia
                                                                                                                             Jardín de los Naranjos

DíA 2:

El segundo día madrugamos también para acercarnos al Vaticano. Para ello cogimos un par de autobuses hasta llegar  a las inmediaciones del Vaticano. Aquí también las colas son monumentales. El estado del Vaticano es el más pequeño del mundo. Hicimos cola para entrar en los Museos Vaticanos. Llegamos media hora antes de la apertura y ya había cola, pero afortunadamente no tan grande como la que vimos  a la salida. La estrella de los Museos y la razón por la que entramos es la Capilla Sixtina, la capilla donde se eligen los papas y que presenta en su techo una de las pinturas murales más famosas del mundo. Es un espacio no muy grande pero te puedes quedar embobado contemplando  su belleza, la armonía de todas las pinturas… es una visita maravillosa. Además de la Capilla, hay numerosos Museos en el interior. Las estancias de Rafael son también espectaculares por las pinturas que las decoran. No son tan famosas como la Capilla Sixtina pero sin embargo  igualmente impresionantes. Las propias escaleras circulares delos museos vaticanos son realmente espectaculares también. Las galerías de los mapas cartográficos y de los candelabros albergan también obras de arte impresionantes. El Museo Egipcio o los diferentes apartamentos papales que se pueden visitar también son muy interesantes. Pasamos gran parte delos Museos y no llegamos a ver todo. Probablemente visitarlos con detenimiento lleve más de un día pero queríamos seguir con nuestra visita.

Plaza de San Pedro y Basílica del Vaticano, Roma, Italia
                                                                                            Plaza de San Pedro y Basílica del Vaticano

Después de los Museos visitamos la Basílica de San Pedro, la iglesia más famosa de la cristiandad. Las dimensiones son realmente espectaculares y en su interior también pudimos ver obras de arte tan importantes como la Piedad de Miguel Angel. La cúpula es también imponente por su tamaño. Destaca el Baldacchino, la estructura en forma de pérgola que recubre el altar papal, donde se supone que fue enterrado San Pedro.  Recorrimos todo el interior de la Basílica observando todas sus obras de arte y subimos a la cúpula. La subida es espectacular porque el último tramo se hace a través de un angosto tramo de escaleras no apto para claustrofóbicos. Una vez salimos a la terraza exterior la vista de la plaza San Pedro y del resto de Roma es espectacular. Salimos de la Basílica y nos dedicamos a admirarla desde la plaza, que es un espacio maravilloso, rodeado de soportales y arcos y con el obelisco en el centro. En lo alto de las columnas hay numerosas estatuas de santos. También hay dos preciosas fuentes en la plaza. Abandonamos la plaza por la Via della Conciliazione, una larga calle que acaba en el bonito Castillo de Sant'Angelo. Las vistas hacia atrás de la plaza y la Basíllica de San Pedro son espectaculares.

Vistas desde la cúpula del Vaticano, Roma, Italia
                                                                                                        Vistas desde la cúpula del Vaticano

Y así, tras comer algo por el camino, llegamos al castillo de Sant’Angelo, uno de los recodos más bonitos del Tíber. La vista desde el puente Sant Angelo justo  en frente del castillo es preciosa, con el perfil  circular de su torre central. Entramos a verlo. El Castillo está dividido en cinco plantas a donde llegamos tras pasar una rampa en espiral que nos llevó hasta la cámara de las cenizas y luego hasta las celdas en las que permanecieron encerrados algunos personajes históricos. También pudimos ver algunas estancias papales decorados con frescos y varias colecciones de armas. Otro de los puntos que más nos gustó de la visita fue la terraza en la parte superior desde donde hay unas vistas preciosas de la ciudad. Entre las curiosidades del castillo está la del pasadizo que une el castillo con el Palacio Vaticano. Comparado con los Museos Vaticanos el castillo tampoco ofrece mucho pero yo si recomendaría la visita por el propio edificio y las vistas desde su posición distintas a las de la Basílica de San Pedro. Tras salir del castillo fuimos hasta el vecino puente de Umberto I donde hay una vista espectacular del Vaticano con el puente de Sant Angelo – el  más monumental de Roma – en primer plano. Además el edificio del Tribunal Supremo que se encuentra en la orilla norte es también digno de ver.

Puente y Castillo de Sant'Angelo, Roma, Italia
                                                                                                            Puente y Castillo de Sant'Angelo

Desde allí nos dirigimos caminando hacia el Trastevere, el barrio antiguo de Roma. Alternamos calles interiores con algún tramo por el río, pero la verdad es que el paseo junto al Tíber carece de interés, ya que no hay zonas especialmente bonitas. El Trastevere es una zona de casas viejas, coloridas y con un ambiente muy bohemio. Callejeando llegamos a la Plaza de Santa María, el corazón del barrio.  Es una bonita plaza donde además del Palacio de San Calisto y la Basílica de Santa María destaca la Fontana, la fuente más antigua de Roma. Entramos a la Basílica donde pudimos ver unos impresionantes mosaicos especialmente en el ábside. Toda la decoración es muy bonita y el altar se encuentra también protegido por una especie de construcción similar al Baldacchino de San Pedro. El exterior de la iglesia con sus esculturas, sus mosaicos  y su torre no es menos bonito. Lo mejor del barrio es su intrincada red de callejuelas. Un laberinto de calles, callejones y pasadizos empedrados son una gozada para recorrerlos sin rumbo. Subiendo una escalinata a través de la Via Garibaldi llegamos a la curiosa iglesia de San Pietro in Montorio que exteriormente no es nada del otro mundo, pero entrando a su interior descubres en un patio un precioso templo circular realmente bonito. Además desde el exterior de la iglesia pueden verse espectaculares vistas del barrio y en general de la ciudad entera.

Plaza de Santa María en el Trastevere, Roma, Italia
                                                                                                    Plaza de Santa María en el Trastevere

Pasamos por el antiguo Hospicio de San Michele in Ripa, un precioso edificio, y llegamos a la  Piazza de Santa Cecilia donde se encuentra la  Basílica de Santa Cecilia, construida sobre los restos de una antigua casa romana que se puede ver hoy en día. En su interior vimos preciosos frescos y algunas bonitas estatuas. Algunas de las calles más pintorescas que pudimos recorrer fueron Vicolo del Cinque, Via della Scala, o Vicolo del Moro. Y tras recorrer más callejuelas del barrio, disfrutando  de todos sus encantos nos acercamos al Tíber, en concreto a la zona de la Isola Tiberina. A través del Ponte Cestio accedimos a esta pequeña isla. Allí hay una iglesia, la Iglesia de San Bartolomeo, construida sobre un antiguo templo, y una verdadera joya medieval. La isla acaba en un espolón que tras una serie de escaleras lleva al río y desde donde hay preciosas vistas al Ponte Rotto. Hacia atrás la iglesia de San Bartolomeo también se ve preciosa. El otro extremo de la isla acaba en el Puente Garibaldi. Esta isla es sin duda el tramo más bonito del Tíber.

Isola Tiberina, Roma, Italia
                                                                                                                       Isola Tiberina, Roma, Italia

Para terminar este intenso día subimos al Gianicolo, una colina donde hay un extenso parque desde donde disfrutamos de  unas maravillosas vistas de la ciudad. Las vistas no son excesivamente limpias porque hay mucha vegetación pero merece la pena subir para disfrutarlas. Cenamos algo en el mismo Trastevere y regresamos en autobús hasta nuestro hotel.

Vistas desde el Gianicolo, Roma, Italia
                                                                                                                         Vistas desde el Gianicolo

DÍA 3:

Nuestro tercer día lo dedicamos a explorar otros rincones y monumentos imprescindibles  en Roma. Empezamos el día en la plaza Navona, una de las plazas más bonitas de la ciudad. Es una plaza alargada ya que sigue el trazado de un antiguo estadio romano. En el centro hay una preciosa fuente, la Fontana dei Quattro Fiumi, obra maestra de Bernini y simplemente impresionante. La plaza está rodeada de palacetes, terrazas de cafés y una iglesia, la de Sant Agnese. Entramos a ver l iglesia que destaca por los frescos y decoración de su cúpula, así como del resto de paredes y capillas. El interior es precioso y merece la pena entrar a echar un vistazo. Las calles de la plaza son bastante interesantes también y hay unas cuantas iglesias que merece la pena visitar. Una de ellas es Santa Maria della Pace, una iglesia cuyo interior parece un verdadero museo por la cantidad de cuadros que adornan sus paredes. La fachada también es muy bonita. También visitamos la de San Luigi dei Francesi, que contiene algunas pinturas de Caravaggio. En Sant’Ivo alla Sapienza lo que más nos gustó fue la bonita cúpula que se puede ver desde el patio interior de la iglesia, aunque la iglesia en sí no tiene nada de especial. Esta zona está formada por calles empedradas y estuvimos paseando viendo diferentes palacios y muchas casas elegantes.

Plaza Navona, Roma, Italia
                                                                                                                                             Plaza Navona

Caminando por las callejuelas de la zona llegamos a otra plaza, la de la Chiesa Nuova, donde destaca sobre todo la fachada de la iglesia, con una maravillosa cúpula. Entramos a visitarla para ver su bonito interior y seguimos por una de las calles más importantes de la zona, Vittorio Emmanuelle II, viendo señoriales edificios hasta llegar a la plaza del Campo de ‘Fiori. En esta plaza se suele celebrar un mercado, como era el caso el día que la visitamos. La plaza está rodeada de edificios pintados en color pastel y hay numerosas terrazas de bares y cafés. Es otra plaza realmente animada, de las muchas que pudimos visitar en Roma.  Hacia el sur de la plaza estuvimos callejeando y vimos algún palacete interesante, uno de ellos el que alberga la embajada francesa. Un par de fuentes y una iglesia completan la decoración de esta plaza, la plaza Farnese. Esta zona no es especialmente bonita pero si hay algunos edificios, palacetes y casas de cierto interés. Paseando llegamos al ghetto, el barrio judío. Aquí hay una red de callejones estrechos y pudimos ver la sinagoga principal de Roma, así como una curiosa ruina , el Portico d’Ottavia, una especie de entrada a un tempo con sus columnas y fachada. Allí mismo llegamos a la Isola Tiberina que ya habíamos visitado anteriormente.

Plaza Farnese, Roma, Italia
                                                                                                                                            Plaza Farnese

Nos dirigimos hacia la zona del Panteón y de camino nos encontramos con las ruinas de Largo Argentina. Es una zona donde hay excavadas ruinas de varios templos, entre ellos uno circular con parte de sus columnas. Las ruinas se ven gratuitamente desde la calle, al estilo de los Foros, desde una barandilla nos pudimos asomar a todo el perímetro de las excavaciones situadas en un nivel inferior. La vista de las ruinas con las casas de fondo, como si de una plaza se tratase, es realmente pintoresca. Poco después pasamos por la plaza del Gesú, donde se encuentra la iglesia del mismo nombre. Es una preciosa iglesia barroca, la primera iglesia jesuita de Roma. El interior también está muy ricamente decorado. Y antes de llegar al Panteón nos paramos en otra de las muchísimas iglesias de Roma: la de Santa Maria Sopra Minerva. En la placita en la que se encuentra hay un obelisco y aunque la fachada no es muy llamativa el interior tiene un techo y unas columnas preciosas. Y tras tanta iglesia ya estábamos al lado del que para mí es uno de los monumentos  más bonitos de Roma: el Panteón de Agripa.

Panteón de Agripa, Roma, Italia
                                                                                                                                     Panteón de Agripa

El Panteón es el edificio mejor conservado de la Antigua Roma. El precioso edificio se levanta en la Piazza della Rotonda. La cúpula es enorme y en su centro  se abre un orificio que permite que la luz natural ilumine todo el edificio. Una preciosa fachada rectangular con monumentales columnas esconde la cúpula y la forma circular del edificio. En el interior del Panteón hay tumbas de numerosos reyes de Italia – también la de Rafael - y muchas de obras de arte. Los alrededores del Panteón estaban muy animados e hicimos allí mismo una parada para comer en una pizzería cercana.

Estuvimos paseando por las calles adyacentes al Panteón, una zona concurrida y con muchos rincones por ver. En la preciosa plaza de San Ignacio vimos otra de las maravillosas iglesias de Roma, la de San Ignacio de Loyola, con un  interior espectacular. Muy cerca de allí vimos en la plaza de Pietra la fachada del Templo de Adriano, con unas monumentales columnas, ya bastante deterioradas. Seguimos hasta la Piazza Colonna, otra plaza monumental rodeada de palacetes y con una impresionante columna en el centro. Uno de los palacios es el Palazzo Chigi, la residencia del primer ministro italiano. Y  justo al lado la plaza de Montecitorio alberga la cámara de los diputados. Un imponente obelisco domina la plaza. Y también muy cerca pudimos ver otra iglesia más, la de la Maddalena, que tiene un precioso exterior y el ya clásico abigarrado interior repleto de obras de arte. Esta zona en torno al Panteón fue lo que más nos gustó a nivel de zona vieja y caco urbano.

Plaza de Montecitorio, Roma, Italia
                                                                                                                                Plaza de Montecitorio

Caminamos hacia otra de las grandes plazas de Roma, la Piazza del Popolo. Pasamos de camino por el Ara Pacis, un monumento – un enorme friso -que está encerrado en un museo pero que pudimos ver en parte pues las paredes son de cristal. En el centro de la plaza del Popolo  hay un  obelisco y una preciosa vista hacia la iglesia de Santa Maria del Popolo, junto a una de las antiguas puertas dela ciudad, la puerta del Popolo. Ademá se ven dos maravillosas cúpulas desde el centro de la plaza hacia el otro lado, a ambos lados de la Via del Corso. Se trata de dos iglesias que parecen idénticas, conocidas como “iglesias gemelas”. Son Santa Maria in Montesanto y Santa Maria dei Miracoli. Y sin embargo la estrella de la plaza es la basílica de Santa María del Popolo, una verdadera maravilla. Es una de las iglesias más antiguas de la ciudad y alberga una colección de obras de arte digna de un museo. Para disfrutar de una preciosa vista de la plaza hay que acercarse a los Jardines del Pincio, subiendo por las escaleras de la parte este. Seguimos nuestro  paseo por los jardines hasta la preciosa villa Medici, que tiene una fachada espectacular. No se puede visitar pero sí pudimos pasear por los jardines desde donde disfrutamos de la preciosa fachada y un pabellón adornado con frescos. Siguiendo el camino nos encontramos con otro fabuloso mirador, el de Terrazza Viale del Belvedere, una terraza con unas vistas espectaculares de las cúpulas de las iglesias. Después nos dimos un paseo por el parque de Villa Borghese, donde hay esparcidas algunas cosas interesantes como el templo de Esculapio en un pequeño lago, el teatro Globe de Roma, muy similar al que se puede ver en Londres, o el templo de Diana. Allí también está el Museo Borghese en un precioso palacio, pero no entramos a verlo.

Plaza del Popolo, Roma,  Italia
                                                                                                                                        Plaza del Popolo

Desde allí bajamos a otra de las plazas más emblemáticas de Roma, la Plaza España. Llegamos a la parte superior, junto a la iglesia de Trinità dei Monti. Desde la terraza delante de la iglesia hay unas vistas bonitas de Roma. Echamos un vistazo al interior de la iglesia – con su colección de pinturas y obras de arte – y salimos de nuevo a la plaza. Desde allí una elegante escalinata desciende hasta la Plaza España donde hay una preciosa fuente, la Barcaccia, en forma de barca. La vista hacia la parte superior de las escaleras es también preciosa.  En las escaleras hay siempre mucha gente sentada tomando  algo, charlando o simplemente disfrutando del lugar. Es una de las plazas más animadas y concurridas de Roma.

Plaza España, Roma, Italia
                                                                                                                                             Plaza España

Y desde allí nos dirigimos callejeando por la animada zona hasta otro de los emblemas romanos: la fontana de Trevi. Es impresionante  como la fuente aparece en una pequeña plaza rodeada de edificios y despliega toda su majestuosidad de repente. La fuente es sencillamente espectacular aunque siempre está abarrotada y cuesta acercarse y poder sacarse una foto en unas condiciones mínimas. También pasamos por aquí algún día de noche y la verdad es que la iluminación es preciosa y hay mucha menos gente. Las dimensiones de la fuente son espectaculares y el fondo está repleto de monedas que tira la gente. Se dice que si tiras una moneda volverás a Roma. En una de las esquinas de la plaza, una iglesia, Santi Vincenzo e Anastasio, embellece la escena aún más. Paseamos por esta zona y pudimos ver alguna iglesia más – ya perdimos la cuenta hace tiempo – y algún edificio interesante. Acabamos en la plaza del Quirinalle, un amplio espacio rodeado de palacios, aunque no demasiado vistosos. Uno de ellos es la residencia del Presidente de la República y además debe haber un cambio de guardia todos los días, algo que no vimos. Esta plaza, situada en la más alta de las colinas de Roma, ofrece buenas vistas. También aquí hay un obelisco adornando la plaza junto a las estatuas de Cástor y Pólux. Pasamos después por alguna iglesia más aunque solo nos asomamos al interior de la pequeña Sant’Andrea al Quirinale, con un bonito interior circular de pequeñas dimensiones y una bóveda adornada con esculturas y decoraciones varias.

Fontana de Trevi, Roma, Italia
                                                                                                                                       Fontana de Trevi

Así llegamos a la plaza Barberini, donde destaca la Fontana del Tritone, otra preciosa fuente monumental. Aprovechamos para cenar algo en uno de los bares  que rodeaban la plaza y nos retiramos al hotel que nos pillaba muy cerquita de allí, no sin antes hacer una visita a la Fontana de Trevi para disfrutar de su iluminación nocturna. También nos fuimos hasta el Panteón para verlo de noche, y con esto nos retiramos al hotel.

Panteón de noche, Roma, Italia
                                                                                                                                     Panteón de noche

DÍA 4:

Este día lo comenzamos con una ruta por algunas de las iglesias que nos pillaban más o menos cerca del hotel y más a desmano del centro. La primera fue la Basílica de Santa María de Los Ángeles y Los Mártires en la plaza de la República, una bonita plaza rodeada de unos edificios circulares preciosos. Esta basílica tiene una fachada muy curiosa pues son las ruinas de lo que fue una construcción mayor, pero conserva mucho encanto.  El interior como no albergaba cuadros y obras de arte de todo tipo. Tras esta, llegamos a una de las iglesias más monumentales de la ciudad, Santa Maria Maggiore. Es una iglesia enorme que se encuentra flanqueada por dos plazas con sendos obeliscos, uno en la parte trasera y otro en la delantera. El edificio es precioso con dos cúpulas y una preciosa torre. Conserva el campanario, mosaicos y suelos de mármol del medievo y algunas columnas aprovechadas de otros edificios de la antigua Roma. Otro de sus atractivos son  los maravillosos mosaicos del siglo V. La colección de capillas, tumbas y todo tipo de obras de arte del interior es espectacular. Aunque no seas muy aficionado a las iglesias y al arte eclesial, esta es una de las iglesias de visita obligada en Roma.

Santa Maria Maggiore, Roma, Italia
                                                                                                                               Santa Maria Maggiore

Muy cerca de allí seguimos con otra basílica, la de Santa Práxedes. Lo que más nos llamó la atención de su colección artística fueron los preciosos mosaicos. Y la siguiente parada fue otra Basílica, pero resultó ser mucho más que eso. La Basílica de San Clemente puede parecer otra más de las que encontramos en Roma, pero una vez visitado su interior pudimos acceder a otra iglesia situada bajo la misma en un subterráneo – accedimos por la sacristía - , una iglesia del siglo IV en la que se conservan algunos delos frescos que adornaban las paredes. Y no sólo se accede a la iglesia sino a las excavaciones que llevan por una serie de túneles y pasadizos que conducen por las antiguas viviendas romanas que se han encontrado en esta zona. Es toda una experiencia bajar a lo subterráneos y recorrer esta zona bajo la iglesia. Incluso en un tercer nivel se puede ver el templo de Mitra, perteneciente a una etapa anterior. Lo malo es que no se pueden hacer fotos en el interior, pero la verdad es que el paseo por los subterráneos es fascinante.

Santa Práxede, Roma, Italia
                                                                                                                                           Santa Práxede

Y llegamos hasta otra iglesia monumental, la basílica de San Giovanni in Laterano, que además es la catedral de Roma. Está situada en una plaza donde también hay un baptisterio, bastante discreto exteriormente. En la parte superior de la fachada hay unas preciosas estatuas de Cristo y algunos santos. El interior es realmente bonito, con abundante decoración desde los techos hasta los suelos decorados con mosaicos. A lo largo de la nave central hay muchas columnas que flanquean impresionantes estatuas. El baldacchino que rodea el altar principal también es espectacular. Como curiosidad, enfrente de la basílica se puede ver la Escalera Santa, por la que Jesucristo subió para ser juzgado en el palacio de Poncio Pilato, y que fue traída hasta Roma, donde descansa a los pies de una pequeña iglesia situada en la misma plaza.

San Giovanni in Laterano, Roma, Italia
                                                                                                                        San Giovanni in Laterano

Comimos algo de camino hasta nuestro próximo objetivo, las termas de Caracalla. Sin embargo antes de llegar paramos en otra iglesia más, la de Santo Stefano Rotondo, que nos llamó la atención por su planta circular. Y así llegamos a las termas, el mayor complejo que se conoce de la época romana. Sólo quedan muros de ladrillo y algunas grandes bóvedas desplomadas, pero la visita a las ruinas merece la pena. Se conservan muchos de los muros de los edificios y se pueden ver perfectamente las estructuras de las antiguas termas. Te puedes imaginar perfectamente como era el lugar y llegar a comprender como era el mecanismo que alimentaba de agua el lugar. El recinto es bastante extenso y el paseo por los jardines con las ruinas es realmente maravilloso. Caminamos después de la visita por una zona intrascendente hasta llegar a la Porta San Paolo, una monumental puerta antigua de la ciudad y que tiene justo al lado una pirámide de piedra blanca, que no es otra cosa que la tumba de un adinerado magistrado romano. Además aquí se encuentra el cementerio no católico de Roma, justo al lado.

Termas de Caracalla, Roma, Italia
                                                                                                                                  Termas de Caracalla

Desde allí tomamos un autobús hasta las Catacumbas de San Sebastián para llegar antes de la hora de cierre. La visita es guiada y a lo largo de unos 40 minutos  se recorren los túneles galerías y criptas principales. El mártir más famoso que se encuentra aquí enterrado es San Sebastián. A lo largo del recorrido pudimos ver distintos frescos, pinturas y un busto de San Sebastián. Lo pasillos son bastante estrechos y la sensación de estar caminando por estos lugares que servían de cementerio a los antiguos cristianos es realmente sobrecogedora. Una visita recomendable, aunque se encuentre un poco lejos del centro. Hay bastantes catacumbas en la ciudad pero a nosotros nos habían recomendado estas y no nos decepcionaron. Y tras la visita volvimos al centro en autobús para terminar la tarde recorriendo lo que más nos había gustado de los cuatro días, pues ya habíamos visto  todo lo que teníamos planificado. Cuatro días muy intensos pero maravillosos, conociendo muchos de los rincones más famosos de la ciudad.

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